En Colombia la atención sigue volcada sobre la resolución de la incertidumbre en torno a las negociaciones de paz con las FARC. Luego de que el plebiscito no lograra convocar apoyo mayoritario al acuerdo, se mantiene un hasta ahora respetado cese al fuego–frágil porque su soporte formal se hundió junto con el Acuerdo–, y existe (“avanza” no parece un término adecuado) una mesa de conversación entre delegados del gobierno y otros de la campaña del NO para establecer un listado de puntos para ajustar. En ese contexto, son numerosos los sectores que alertan sobre el riesgo de una dilación potencialmente perenne de la discusión. Hoy se hizo pública una carta de académicos que, empezada a circular apenas el lunes, recogió en menos de 30 horas más de 1300 firmas de profesores universitarios pidiendo pronta arribada a acuerdo definitivo que cierre el conflicto.
Abajo pego el texto de la carta. Imagino que hay tantas razones para firmarla como firmantes. Pero reproduzco aquí algunas de las que han circulado en conversaciones con colegas y amigos: 1) Varios sectores políticos, más notablemente el Centro Democrático, promotor del No en el plebiscito, tienen mucho para ganar en las elecciones de 2018 si logran llegar a ellas con una agenda viva sobre el conflicto con las Farc y su resolución. Cerrada una salida negociada al conflicto, se quedan sin ese discurso. 2) Y otros se beneficiarían de simplemente nunca llevar a buen puerto estas negociaciones, ni antes ni después de 2018. 3) Claramente mediar entre las posiciones pre-existentes es difícil. Cuatro años de negociación y mucha “pedagogía de los acuerdos” no lo lograron. 4) Habida cuenta de lo anterior, es de esperar que la nueva fase se prolongue. Pero esto conlleva múltiples riesgos. Unos son para el proceso: que en el marasma de la falta de solución las FARC se vayan desintegrando y la base guerrillera se fracciones en grupitos armados; que una violación al cese al fuego de al traste con todo, que no haya forma de que los del No concreten propuestas y/o de que las Farc las acepten. Otros para otras dimensiones de la vida nacional: que la gobernabilidad se vea afectada y, por ejemplo, no se logre pasar la reforma tributaria que es indispensable en el contexto de crisis petrolera (hoy ya postergaron la publicación de la propuesta de reforma del gobierno!); que la incertidumbre sobre la paz pase la cuenta en términos de inversión, turismo, consumo.
Carta de 1300 (hasta ahora) profesores universitarios:
Los abajo firmantes profesores universitarios de diferentes disciplinas, universidades y regiones, nos unimos a las voces que subrayan lo imperioso de llegar con prontitud a un Acuerdo final para cerrar el conflicto con las FARC. Dilatar el proceso presenta enormes riesgos. Es fundamental definir con toda celeridad una agenda limitada de puntos a abrir para discusión, y un conjunto de propuestas concretas y viables para modificar el texto existente. Con un apretadísimo resultado en el plebiscito del pasado 2 de octubre, esa agenda debe atender las preocupaciones de los votantes del No, ganadores en la consulta, al tiempo que respetar la voz de los igualmente numerosos votantes del Sí, que apoyaron un texto que no puede revaluarse en su totalidad, y convocar a quienes no se pronunciaron en las urnas.
El resultado del plebiscito del domingo abre la oportunidad única de ajustar el Acuerdo existente de manera que convoque a una parte mayoritaria de la sociedad. Capitalizar esa oportunidad es un deber de todas las partes: las FARC, los representantes del No y los del Sí. El resultado del plebiscito no deja dudas y la movilización en las calles y en las redes sociales lo confirma: la sociedad demanda de todos ellos disposición para flexibilizar sus posiciones. Así lo reclaman los jóvenes, quienes nos han convocado a marchas y acciones para impulsar un pronto Acuerdo, y a quienes nos unimos decididamente.
La lista de firmantes se puede consultar aquí.