La pobreza en América del Sur ha caído de manera sostenida durante la última década. Una combinación de condiciones económicas favorables y políticas enfocadas a reducir la pobreza ha generado esta dinámica. Colombia, si bien exhibe una tendencia similar, reporta unas cifras menos alentadoras. En 2008, Colombia tenía el segundo mayor porcentaje de personas por debajo de la línea de pobreza (medida como US$1.25 por día PPP), después de Bolivia, y la mayor desigualdad (medida como el porcentaje del ingreso en manos del decil más alto (http://data.worldbank.org/indicator/SI.POV.DDAY/countries/CO?display=default).
El rezago de Colombia en la disminución de la pobreza y la desigualdad se debe a diversas causas. Sin embargo, el conflicto armado que vive Colombia hace más de 50 años puede ser parcialmente responsable del desempeño insuficiente de Colombia cuando se compara con sus vecinos. La violencia armada tiene un impacto desproporcionado sobre la población civil y, en particular, sobre la población pobre rural. Esto, además de significar una victimización de los hogares, destruye activos, inhibe la inversión y debilita los mercados.
Los ataques a la población civil han generado el desplazamiento forzoso de cerca de 3.8 millones de colombianos (8.4% de la población) durante el periodo comprendido entre 1999 y 2011. Los desplazados provenían en su mayoría de áreas rurales y llegaron a las ciudades. El desplazamiento forzoso provocó la pérdida activos físicos (la tierra y las mejoras de los predios), la depreciación del capital humano pues su habilidad en producción agropecuaria no es valorada en las ciudades, el acceso limitado a los mercados financieros y el debilitamiento de sus redes sociales. La población desplazada enfrenta dificultades significativas para recuperarse de la pérdida de activos y salir de la pobreza y los mercados laborales urbanos no han sido efectivos para absorber esta oferta laboral adicional (Ibáñez y Moya, 2009a, 2009b).
Por otro lado, la población que decide permanecer en las zonas de conflicto también enfrenta caídas en sus ingresos, tal vez más sutiles y, por lo mismo, más difíciles de reparar. Poco se sabe acerca de los impactos económicos del conflicto sobre esta población. La primera etapa de la ELCA (https://dev.focoeconomico.org/2011/08/09/la-encuesta-longitudinal-colombiana-de-la-universidad-de-los-andes-elca-una-iniciativa-para-estudiar-las-dinamicas-de-la-pobreza-en-colombia/) contiene información valiosa que permite explorar estos impactos.
Los resultados de estudios que estamos realizando con un grupo de colegas muestran que el conflicto tiene un efecto importante sobre el ingreso de los hogares rurales. Primero, reduce la producción agropecuaria e inhibe la inversión productiva, lo cual lleva a los hogares a recurrir a los mercados laborales. Pero estos mercados laborales, que son poco dinámicos, no absorben la oferta laboral adicional y los hogares terminan en un equilibrio de menor producción, menos horas de trabajo y menores ingresos (Fernández et al, 2011). Segundo, la violencia aumenta los costos de producción y transacción y circunscribe las transacciones a los mercados locales. Tercero, las redes sociales se debilitan y, con ello, los mecanismos informales de aseguramiento contra el riesgo. Como resultado, los hogares cuentan con un número reducido de alternativas para mitigar los costos económicos del conflicto. Al observar hogares que residen en regiones con una presencia prolongada de los grupos armados ilegales, encontramos que sus reacciones frente a choques de violencia son mínimas pues están acostumbrados a vivir en el conflicto y ajustaron su producción a bajos niveles y con poca inversión de riesgo para evitar expropiaciones o pérdidas futuras.
La población desplazada y la población rural parecen estar atrapadas en trayectorias de ingresos baja y con pocas posibilidades para salir de la pobreza. El Gobierno de Colombia ha optado por restituir la tierra a la población desplazada y proveer educación, salud y transferencias condicionadas, entre otros. Las políticas para reducir la pobreza rural son casi inexistentes.
Es una apuesta arriesgada. Devolver las tierras es un incentivo implícito para el retorno de la población desplazada. Pero la población retornará a unas regiones rurales golpeadas por el conflicto y con una baja productividad rural. Además, contará con pocos recursos de inversión para retomar la producción de sus predios. Si deciden quedarse en la ciudad, deberán continuar vinculados a trabajos en el sector informal dados sus bajos niveles educativos. Es un dilema que parece no tener salida en el corto plazo. El Gobierno Nacional debería, mientras decide cual será el paso siguiente, asegurar que los hijos de estas familias terminen de estudiar y, de esta manera, impedir que su ingreso futuro también esté en riesgo.
Ibáñez, and A. Moya (2009). “Vulnerability of Victims of Civil Conflict: Empirical Evidence for the Displaced Population in Colombia”. World Development 38(4): 647-663.
Ibáñez, y A. Moya (2009). “Do Conflicts Create Poverty Traps? Asset Losses and Recovery for Displaced Households in Colombi” in The Economics of Crime (eds. Rafael Di Tella, Sebastián Edwards y Ernesto Schargrodsky), University of Chicago Press, Chicago, Estados Unidos.
Fernández, M., A.M. Ibáñez and X. Peña (2011). “Adjusting the Labor Supply to Mitigate Violent Shocks: Evidence from Rural Colombia” World Bank Working Paper Series 5684.
Excelente artículo, pero yo consideraría que no es solo los daños a los activos físicos, al capital humano, a la inversión y al mercado, sino también una percepción sicológica que es poco medible por la economía pero que aumenta la «depreciación» del capital humano de estas comunidades y que lleva incluso a una mayor inestabilidad en las famosas reglas del juego de una economía. Tras una tradición de violencia tan larga como la colombiana, puede que no sea una locura pensar como la educación de los integrantes de estas familias se veía atacada por un mensaje de guerra como la solución a los problemas. No solo hablamos de los efectos presentes en la comunidad sino en las cicatrices del mañana, las misma con las que ha tenido que lidiar países como Sur Africa, entre otros.
John, sin duda el efecto del conflicto sobre la percepción sicólogica debe ser alto y modifica muchos comportamiento económicos. Ser víctima del conflicto debe aumentar la aversión al riesgo, la desconfianza, las expectativas hacia el futuro, la confianza, entre otros. Es difícil medir estos efectos y sus consecuencias económicas, pero creería que son significativos. Estoy de acuerdo con su comentario.
Muy buen articulo, es curioso la relación -que yo diría es directamente proporcional- entre la intensificación del conflicto y la pobreza. En primera instancia porque las responsables de la mayor parte del conflicto colombiano es la guerrilla de las FARC, y esta supuestamente tiene (o tenia) en su ideario político marxista-leninista luchar por la clase oprimida que vive miseria y explotación (proletariado). Sin embargo pasando más a la vida real, el accionar de esta guerrilla ha producido el efecto contrario: ha profundizado la pobreza -lo cual va en total contradicción su «ideología»- y ha deslegitimado a la izquierda y sus posibilidades electorales.
No obstante yo considero que la causa de esos altos índices de pobreza además del evidente conflicto armado -FARC y Paramilitares (ahora bacrim)- es producto de la alta desigualdad social. Es decir si el crecimiento económico nos ha ayudado ha disminuir la pobreza no muy significativamente, dicha disminución ha sido menor por cuenta de la alta concentración de ingreso. El crecimiento económico seria más efectivo en reducir la pobreza si nuestra sociedad fuera mas igualitaria.Por lo tanto tendríamos que revisar el gasto publico (políticas redistributivas) , y sus obstáculos para el caso colombiano (corrupcion, etc)
Pd: me parece innecesario usar un lenguaje tan tecnicista cuando se habla de «depreciación del capital humano». un discurso mas sencillo y menos altisonante es más efectivo 🙂
Las causas de la pobreza son múltiples. Considero que la desigualdad, más que una causa, es el resultado de las mismas dinámicas. La falta de voluntad política para adoptar políticas públicas verdaderamente encaminadas a reducir la pobreza y la desigualdad pueden también jugar un papel importante en el desempeño de Colombia.
De acuerdo. Capital humano es un poco tecnicista, pero quiero resaltar cómo el conflicto deteriora todo tipo de capital, no sólo el físico, y por esto reduce las posibilidades de los hogares para salir de la pobreza.
Las causas de la pobreza son múltiples. Creo que la desigualdad, más que una causa, es una consecuencia de las mismas dinámicas. La falta de voluntad política para adoptar políticas públicas verdaderamente enfocados a reducir la pobreza y la desigualdad juegan también un papel importante en estos indicadores.
De acuerdo. Capital humano suena un poco tecnicista, pero quería resaltar que el conflicto deteriora todo tipo de capitales, no sólo físico, lo cual reduce la capacidad de estos hogares para salir de la pobreza.
Buen día Ana Maria
Me gustaría saber si dispones de algún correo para poder comunicarme contigo. Soy estudiante de economía en sucre y me pareció un excelente articulo pero tengo ciertas dudas. Agradezco tu respuesta.
Hola Ana María,
Considero que tus colegas y tu escogieron uno de los temas de investigación mas necesitados para incentivar el desarrollo económico Colombiano. Yo muchas veces he pensado en la relación entre el conflicto armado y la pobreza Colombiana, pero a diferencia de ustedes me ha interesado mas el analizar como la pobreza ha afectado el conflicto y no viceversa.
Mi motivación de analizar como la pobreza ha afectado el conflicto viene de considerar que esta ha sido una de las mayores razones para que le conflicto se genere. Este conflicto que ha surgido y permanecido por mas de 50 largos años, ha multiplicado la pobreza y las dificultades para salir de ella como tu análisis lo demuestra de una manera muy profesional. En un momento la pobreza y el conflicto forman un ciclo que no tiene ni principio ni fin; no perciviendo mayor diferencia cuando se estudia que afecta a que primero. Mas pienso que si primero se analiza como la pobreza afecta el conflicto, se podría generar un análisis que genere mas utilidad.
Por ejemplo, se menciona:
«La población desplazada enfrenta dificultades significativas para recuperarse de la pérdida de activos y salir de la pobreza y los mercados laborales urbanos no han sido efectivos para absorber esta oferta laboral adicional […] Por otro lado, la población que decide permanecer en las zonas de conflicto también enfrenta caídas en sus ingresos, tal vez más sutiles y, por lo mismo, más difíciles de reparar. Poco se sabe acerca de los impactos económicos del conflicto sobre esta población.»
Es interesante el poder saber cuales son «los impactos económicos del conflicto sobre la población,» mas creo que es aun mas interesante el saber cual es el impacto del conflicto sobre la economía de la población.
Es decir porque no mejor intentar cuantificar que porcentaje de jóvenes entran a las filas de las guerrillas o grupos de autodefensa, buscando suplementar los ingresos perdidos. Y porque no mejor cuantificar que porcentaje de jóvenes estan forzados a hacer parte activa del conflicto (a manera de actividades ilegales como el cultivo y procesamiento de droga entre otros) debido a la poca oferta de trabajo en la áreas rurales; en vez de cuantificar como el conflicto afecta la demanda de trabajo en las áreas rurales.
Reitero, a mi parecer la pobreza en Colombia debería ser analizada primero. Esto lo he pensado sobretodo recientemente con respecto a los Tratados de Libre Comercio que Colombia a firmado o busca firmar.
Yo me pregunto por ejemplo, que ha echo el gobierno colombiano para capacitar a los jóvenes que están en las zonas mas expuestas al conflicto para capacitarlos para asi poder responder a la oferta de trabajo que llegara al país por medio de la inversión extranjera. Sobretodo si se escucha que algunas de las industrias mas tradicionales del país van a ser afectadas por los TLCs (como las del algodón y la del arroz). Se podria concluir que si hay familias que dependen de estas industrias y no están capacitadas para hacer la transición a otras ofertas laborales, algunos de sus miembros muy probablemente van ha terminar siendo parte activa del conflicto armado.
También me pregunto, sera que la economía colombiana es lo suficientemente eficiente como para que la compensacion por nuestras ventajas comparativas no nos dejen en desventaja con los otros paises con que estamos entrando en TLCs? Esta Colombia en posición como para tener un balance de exportaciones beneficioso para el país después de firmar tantos pactos? Sino, esto tambien puede añadir al conflicto interno.
Ambos análisis son relevantes y no son mutuamente excluyentes. No me atravería a jerarquizar uno sobre el otro. Considero que los economistas tenemos pocas herramientas para analizar las causas del conflicto en Colombia. Dado que es un conflicto de varias décadas, no contamos con los datos para contestar cómo la pobreza contribuyó en la iniciación del conflicto actual. Solo contamos con datos recientes que muestran claramente una sobreposición del conflicto y la pobreza, pero como bien señala la relación es bidireccional. Es decir, el conflicto causa pobreza y la pobreza causa conflicto.
Prefiero entonces dejar el segundo análisis a los historiadores quienes pueden llevar a cabo investigaciones muy interesantes sobre las diversas causas del conflicto en Colombia y concentrarme en las preguntas que puedo abordar de manera rigurosa con las herramientas económicas. Ahora bien, se pueden hacer investigaciones muy interesantes de cómo la pobreza y la falta de oportunidades lleva a las personas a ser parte de los grupos armados. Esto no es un estudio de las causas, pero si de la perpetuación del conflicto. Lo anterior no implica que no sea importante examinar las consecuencias. Si no se corrigen las consecuencias, continuaremos en ese circulo vicioso.