Basado en trabajo conjunto con Leonardo Gasparini y Leopoldo Tornarolli del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales, Universidad Nacional de La Plata.
En un artículo recientemente publicado en Economia, el journal de LACEA (Gasparini, Cruces y Tornarolli, 2011), documentamos los patrones de la desigualdad del ingreso en América Latina desde los inicios de la década de 1990 a finales de la década de 2000. El calificativo “reciente” es poco sustentable en sí, pero en este breve post queremos destacar especialmente la evolución de los últimos años y el impacto que la continuidad de la crisis en los países desarrollados puede tener en nuestro continente. El modesto objetivo de este post es el de proveer información básica descriptiva para estimular la discusión sobre los factores subyacentes a esta evolución.
Figura 1. Desigualdad en América Latina, c.1990-c.2010. Coeficiente de Gini. Distribución del ingreso per capita del hogar, promedio simple de países
De cualquier manera con que se la mida, la desigualdad es aún una característica distintiva de nuestra región, como lo denota el nivel promedio del coeficiente de Gini para los últimos datos disponibles (c. 2009-2010), que abarcan desde 50.6 (sin ponederar) a 51.5 (ponderando por la población de cada país) – ver la Tabla 1. Una comparación internacional con otras regiones (ver Gasparini et al., 2011, para más detalles) indica que estos niveles aún son altos a nivel mundial. Sin embargo, las cifras más recientes indican que la incipiente tendencia a la baja que notamos en la primera mitad de la década de 2000 continuó en el segundo lustro para la mayoría de los países. La última línea de la mitad superior y de la mitad inferior de la Tabla 1 presentan las cifras más actualizadas. La media, la mediana y el promedio ponderado del Gini para la región, y para cada sub-región que consideramos, continuó con la tendencia a la baja. Estas tendencias agregadas, además, son robustas a la definición del indicador de desigualdad y al esquema de ponderación que se utilice (consultar con los autores para más información). Aún más, estos cambios agregados se originan en cambios sustanciales a nivel de los países considerados: la desigualdad medida por el Gini y otros indicadores tuvo una caída estadísticamente significativa para 9 de los 17 países de la región en el período 2006-2009 – para el resto de los países el cambio no fue significativo o no contamos con la información relevante. Los datos para cada país, incluyendo intervalos de confianza para cada indicador, pueden consultarse en el sitio de internet de la Socio Economic Database for Latin America and the Caribbean-SEDLAC, un proyecto conjunto del CEDLAS-UNLP y el Poverty Group LCR del Banco Mundial.
En una version anterior de este estudio que abarcaba hasta mediados de los 2000 (Gasparini et al., 2009) manifestábamos poca confianza en la sustentabilidad de esta evolución, indicando que ésta “no implicaba necesariamente una reversión sustancial de la tendencia que comenzó en las décadas de 1980 y 1990”. De hecho, nuestro artículo original contenía en su título la expresión “un punto de inflexión”… seguido de un signo de interrogación. Una de las razones que nos llevaba a estas dudas era la crisis financiera internacional, iniciada en 2007-2008, en el momento en que escribíamos la primera versión del artículo. Como documentamos en ese trabajo, los episodios de crisis pasados en la región resultaron siempre en reducciones significativas del nivel de actividad e incrementos en el desempleo, la pobreza y la desigualdad. Nuestra interpretación original de la tendencia del primer lustro de la década de 2000 se basaba, por un lado, en los ajustes y reacomodamientos de las economías luego de las reformas estructurales y los shocks de la década de 1990, y por otro, en el impacto positivo en la región del panorama internacional en términos de liquidez financiera y precios de commodities.
Figura 2. Desigualdad en América Latina, c.1990-c.2010, por subregión. Coeficiente de Gini. Distribución del ingreso per capita del hogar, promedio simple de países
Sin embargo, esta caída original en la desigualdad se mantuvo en el período 2006-2010, aún cuando algunas economías de la región se vieron afectadas de manera sustancial por la crisis internacional. El impacto distributivo de ésta fue relativamente menor en la región, y sólo implicó aumentos menores y transitorios de la pobreza (World Bank, 2010). ¿Se trata, ahora sí, de un punto de inflexión en la evolución de la desigualdad en la región?
Este post tiene un objetivo específico y limitado – presentar un análisis descriptivo de las tendencias observadas. Este tipo de análisis agregado a nivel regional, además, debe ser complementado por estudios en profundidad para cada país, como los que compilaron Lopez Calva y Lustig (2010) – con un capítulo para Argentina por Cruces y Gasparini (2010).
Esperamos, con todo, dar lugar a reflexiones y análisis tanto sobre los factores subyacentes para la caída observada en la década de 2000 como sobre las perspectivas futuras de los indicadores comentados. Por ejemplo, es importante establecer el papel de las políticas sociales en distintos países en la región en la reducción de la desigualdad y en la morigeración de los efectos de la crisis internacional. Asimismo, podemos reflexionar si el relativo blindaje (perdón por la expresión) de la distribución del ingreso en la región se debió a políticas específicas de cada país, que lograron reducir el impacto macroeconómico del shock externo, o si las causas subyacentes pueden atribuirse a cambios permanentes en los patrones de especialización en el comercio internacional. Mi próximo post presentará resultados de un trabajo relacionado a este último punto que estamos realizando junto a Leonardo Gasparini y Sebastián Galiani, que intenta explicar el rol de cambios en la oferta y demanda de trabajo en la evolución de la prima salarial por calificación, uno de los factores determinantes de los niveles agregados de desigualdad.
Tabla 1. Desigualdad en América Latina, c.1990-c.2010. Coeficiente de Gini. Distribución del ingreso per capita del hogar, promedios
Referencias
Gasparini, L., Cruces, G., Tornarolli, L. and Marchionni, M., (2009). “A turning point? Inequality in Latin America and the Caribbean”, CEDLAS Working Paper 81, UNLP.
Gasparini, L., Cruces, G. y Tornarolli, L. (2011), “Recent Trends in Income Inequality in Latin America”, Economía, Volume 11, Number 2, Spring 2011, pp. 147-190, DOI: 10.1353/eco.2011.0002.
López Calva, L. F. and Lustig, N., editors (2010). Declining Inequality in Latin America: A Decade of Progress? Washington, DC: Brookings Institution Press.
World Bank (2010), Did Latin America Learn to Shield its Poor from Economic Shocks?, brief published by the Poverty and Gender Unit from the Poverty Reduction and Economic Management Team (LCSPP) in the Latin America and Caribbean Region.
Guille, es muy interesante ver estos números. Qué pensas que hay atras de ellos. Un aumento de la demanda de trabajo que emana del auge de los bienes primarios (y su impacto en la demanda de trabajo en el sector o transable)? Una mejor distribución de salud y nutrición en edades tempranas y de educación después? Otros factores?
jstor.orgAndy,
Creo que estos análisis multi-país te pueden dar una buena idea de tendencias generales, pero para ver lo que hay detrás de ellos tenemos que indefectiblemente mirar lo que está pasando país por país. Pero la evidencia sí parece señalar algo más cercano a tu primer punto (auge de bienes primarios – demanda de trabajo), aunque con heterogeneidad en los casos individuales – el auge puede traducirse en demanda directamente, o financiar medidas redistributivas (o ambas cosas). Lo que sin duda sucede en virtualmente todos los países de la región es un aumento secular en la oferta relativa de mano de obra calificada, y eso tiende a reducir la remuneración relativa de ese factor y con ello cae la desigualdad agregada. Ahora, podemos pensar que por lo menos en los 1990s y en la mayor parte de países de la región los factores de demanda más que compensaron esa tendencia e hicieron aumentar la desigualdad – por ejemplo, es lo que se desprende del capítulo sobre Argentina con Gasparini en el libro de Lopez Calva y
Lustig (publicado en castellano acá: http://www.jstor.org/pss/20627849).
Creo que para pensar el impacto distributivo del auge de bienes primarios es útil pensar en la intensidad del factor que se usa en los bienes no transables, como describe el modelo de Sebastián y otros (ver https://dev.focoeconomico.org/2011/09/18/terminos-de-intercambio-y-conflicto-distributivo/) .
Estamos trabajando en estas cosas, así que stay tuned…