Agradezco las conversaciones mantenidas con Kjetil Storesletten, colega, noruego y, fundamentalmente, amigo.
José Scheinkman, un economista brasilero que entre fines de los 70 y mediados de los 90 fue profesor del departamento de economía de la Universidad de Chicago (sí, sí, de esa misma!), del cual además fue director durante varios años, solía decir: “Prefiero un monopolio estatal a un monopolio privado”.
Esta frase refleja dos aspectos: el primero, es la orientación ideológica de Sheinkman. Sí, es de izquierda. Fue asesor de Ciro en Brasil. Sí, mientras era profesor de economía en Chicago. El segundo, es el reconocimiento de una regla que la economía enseña con contundencia, y es la necesidad de intervención estatal en situaciones monopólicas.
Este segundo aspecto me permite insistir sobre un punto que ya hice en la entrada anterior, también relacionada a la nacionalización de YPF. Es necesaria la propiedad privada para tener un sector energético eficiente? No.
En lo que sigue, voy a contar algunos detalles de un ejemplo notablemente exitoso: Noruega. Y luego voy a explicar por qué la nacionalización de YPF representa malas noticias para mí.
Noruega tiene mucho petróleo. Mucho. Cómo organiza económicamente el sector? Por un lado, la mayor empresa, Statoil, es de capital mixto, pero con mayoría estatal. Esta empresa representa aproximadamente el 40% de la producción. Es una empresa dinámica, rentable y en expansión hacia otros países. Fue fundada en los 70 como una empresa estatal y se abrió al capital privado hace algunos años, ya en este siglo XXI. La participación estatal es un poco mayor al 60%. Compite en el mercado Noruego y en el internacional con otras empresas, muchas de ellas privadas.
Pero la participación estatal en Statoil no es, ni mucho menos, el rol principal del estado Noruego en la industria petrolera. Todas las empresas están sujetas a una estructura impositiva compleja, porque el sector es complejo. Esa estructura impositiva está destinada a que una enorme parte de la riqueza que genera el petróleo, se utilice para mejorar el nivel de vida de los Noruegos. Esto implica no solo los obvios impuestos a las ganancias por la explotación, sino también una estructura adecuada a la realidad de cada pozo, dado que los costos marginales de extracción dependen de la edad y las reservas del pozo. También conlleva una estructura variable para la exploración, que tiene en cuenta los altos costos fijos y la incertidumbre involucrada en la actividad. Finalmente, los impuestos también dependen del precio internacional de petróleo (les suena a la 125?…..ya sé, hay algunas diferencias, pero ese es otro tema).
El instrumento que utiliza el estado para manejar estos ingresos, es un Fondo Soberano del Petróleo (el nombre ha ido cambiando a lo largo de los años). En qué consiste? Todos (sí, todos, sin excepción!) los ingresos derivados del sector, tanto por impuestos como por los beneficios de Statoil, se depositan en este fondo soberano, manejado por un grupo de expertos y se transforman en ahorros del estado. La distinción entre estado y gobierno es importante, pues el gobierno de turno solo puede gastar, cada año, un 4% de lo ahorrado en el fondo.
Por qué 4%? La decisión se tomó hace algunos años, cuando el retorno normal de un fondo era, aproximadamente, del 4%. La idea detrás de permitir incluir solo el retorno normal en los gastos corrientes tiene que ver con equidad intergeneracional: al gastarse solo el retorno, manteniendo el valor del fondo, las generaciones futuras también se beneficiarán del petróleo noruego aún después que el petróleo se acabe; aún si se inventan tecnologías energéticas más baratas que quite el valor económico del petróleo – algo que no pareciera estar en el horizonte cercano. Esto implica que el estado está pensando no solo en los chicos de hoy, sino en los que todavía no nacieron! Fanatasía de Hollywood? Gente de otra galaxia? No, noruegos.
Desde la crisis de 2008, los retornos normales de los fondos han estado más cercanos al 1%, razón por la cual algunos economistas Noruegos – incluido mi amigo Kjetil – están solicitando reducir el monto que se puede adjudicar a gastos corrientes.
Durante los últimos años, los ingresos al fondo se han originado, más o menos, en dos tercios correspondientes a impuestos y un tercio correspondiente a las ganancias de Statoil. Eso implica que la mayor fuente de ingresos al estado no viene por la propiedad directa de la mayor empresa, sino de los impuestos que cobra – incluidos los impuestos a Statoil.
Lo verdaderamente interesante es que el fondo tiene, actualmente, recursos equivalentes a dos veces el producto de Noruega. Sí, dos veces el GDP. En nuestra última crisis de default, se nos hizo imposible pagar medio producto: nuestra deuda era del 50% del producto. Noruega tiene 4 veces ese monto ahorrado.
Son factibles estos números en Argentina? No, claro, nuestro potencial petrolero es mucho menor que el de Noruega. Aún haciendo las cosas como noruegos, los recursos que se pueden obtener del petróleo son mucho menores. Será la nacionalización de YPF el inicio de una política de estado de manejar los recursos naturales para el beneficio de la mayoría de los argentinos?
Si yo tuviera alguna esperanza de que el futuro argentino se norueguize hubiera estado a favor de la nacionalización de YPF (aún en ese caso, seguiría en contra de la forma en la que se hizo). Pero no la tengo. Me encantaría estar equivocado. Y si lo estoy y sigo escribiendo en este blog – o en cualquier otro lado – en 5 años, lo reconoceré explícita y felizmente.
Yo veo el esquema pendular de la política argentina de las ultimas décadas como un mecanismo sistemático de generación de recursos para la corporación política. Cuando las empresas estaban quebradas y vaciadas al punto de no saber cuáles era exactamente las pérdidas, cuando un teléfono costaba 3 mil dólares de hace 25 años y 8 años de espera, apareció el “ismo” de los 90 – apoyado por quienes luego fundaron el “ismo” de los 2000, con su festival de ventas, comisiones y corrupciones. Cuando las empresas se recuperaron, el ”ismo” de los 2000 – con colaboración del “ismo” de los 90, para devolver el favor – las vuelven a nacionalizar. Imagino que habrá pocos países en el mundo donde uno puede mostrar una foto de un presidente y una futura presidente celebrando la privatización de una empresa estatal y otra foto de la presidente y un expresidente (devenido en senador) celebrando la re-estatización. Son, claro, las mismas personas, solo más viejas. Quizás la foto no existe en realidad, pero eso no importa.
Es verdad que entre estos “ismos”, adaptaciones temporales del “ismo” original, gobernó la oposición, que esa vez tampoco pudo terminar su término legítimamente ganado en las urnas. Hemos estado gobernados por los que pueden, pero no quieren o por los que quizás quieren, pero que claramente no pudieron.
Cuál será el futuro de YPF? Aumentará la eficiencia y la productividad? Lanzará planes de inversión que aumenten su producción reduciendo costos al mismo tiempo? Conseguirá mantener los niveles de rentabilidad? Tendremos una YPF modelo Noruego?
Más bien, mucho me temo que será un arma eficaz del clientelismo político, contratando más gente de la necesaria, redireccionando sus recursos de manera discrecional y sin control del poder legislativo, transformando sus cargos directivos en premios para los apóstoles políticos del momento. No es inimaginable que también será una nueva herramienta heterodoxa en la “lucha” contra la inflación – autoinflingida por el propio Banco Central – al no subir los precios de las naftas en el mercado doméstico. O será simplemente una manera de financiar “la política” manejando los contratos con jugosas “comisiones” para los leales de siempre.
Quién se beneficiara de los recursos que genere YPF, mientras los genere? Los chicos más pobres que tendrán mejores escuelas y maestros mejores pagados? Los Argentinos de mayor edad, que van a encontrar mejores hospitales?
Tiendo a creer que será devorada por la burocracia del “ismo” de turno, que dejará para las futuras generaciones, no un fondo como el noruego, sino el fantasma de una empresa que hubiera podido ser.
Juan Pablo, si algo no es YPF es un monopolio natural!
Una detalle de estilo: en español, los gentilicios van en minúscula y se usa un signo de pregunta de apertura.
Ahora la pregunta: ¿tiene el autor buenas razones para sostener que era preferible mantener YPF en manos de Repsol? Es decir, sus intuiciones (pues datos todavía no hay) le sugieren que la YPF semiestatal no va a funcionar. ¿Funcionaba aceptablemente bien la YPF privada?
No pregunto si las cosas podrían haberse hecho mejor. No dudo que ese sea el caso. Mi pregunta es si este escenario subóptimo le parece al autor mejor o peor que el escenario subóptimo anterior.
Qué lástima ese aire de superioridad cuando cometés más errores que el autor.
En español los nombres comienzan con mayúscula. Por lo tanto sería Ignacio en lugar de ignacio.
Luego del signo de interrogación (apertura) la primera palabra va con mayúscula. Por lo tanto sería ¿Tiene el autor buenas…
Finalmente y más importante, plantear la situación como un dilema entre subóptimos como si estos fuesen equivalentes implica no haber entendido lo que el autor desarrolló o simplemente una postura soberbia y maniquea.
Qué tal si alguna vez nos planteamos tender a un óptimo…?
Ignacio, si tienes más de 35 años y pudiste ver en funcionamiento la YPF anterior a la privatización, ya tienes tu respuesta.
No encuentro ninguna razón para creer que YPF va a ser mejor manejada por un estado cuyo gobierno miente con las cifras oficiales de inflación, pobreza y crecimiento, impone controles de facto sobre el mercado cambiario al tiempo que afirma tener un «mercado único y libre», se niega a responder preguntas del periodismo, intenta forzar el nombramiento de un desconocido amigo del poder como un procurador general, luego de desplazar al jefe anterior por impulsar una investigación contra el vicepresidente, insiste en aplicar desde hace 9 años controles de precios lo que ha llevado a la destrucción de la industria ganadera (antes orgullo), apenas un año después de modificar el sistema de pensiones se apropia de los fondos de las AFJPs y ahora expropia el 51% de las acciones de una compañía a la que menos de un año antes alababa por su excelencia. Entre otras cuestiones. ¿Que motivos existen para creer que, esta vez sí, YPF será manejada con profesionalismo y honestidad?
Dagny. Ja.
Acá hay argumentos:
https://dev.focoeconomico.org/2012/04/29/la-expropiacion-de-ypf-o-la-irrelevancia-de-la-realidad/
https://dev.focoeconomico.org/2012/04/18/provision-publica-o-privada/
Qué buen artículo. El punto principal es el referente a la distinción (desconocida o negada por los argentinos) entre gobierno y estado. De ahí la imposibilidad de contar con un BCRA autónomo, o que tengamos poderes judiciales y legislativos razonables. Saludos.
Hola,
Lo que me parece es que esta privatización no es más que una cortina de humo para distraer las atenciones de los innumerables problemas con que se enfrentan actualmente. Pero tenemos que admitir que es una maniobra que ha sido usada por muchos anteriormente.
Un saludo
Soy un rudimentario de la economía, pero entendí bastante lo que escribiste.
No me queda claro el por qué del conformismo (aunque en manos privadas no andaba bien, es preferible antes que el estado. No acepto, ni lo haré la búsqueda del mal menor, si es malo, es malo).
No soy de Cristina, soy de los más pobres y empobrecidos. De lo que vivo y veo a cotidiano es que el modelo que seguíamos no nos hizo progresar, ni estar mejor. El liberalismo, el neo liberalismo y todos sus asociados, velan por sus intereses, NUNCA por los marginados.
Que sea Repsol, que sea el Estado, que sea compartido, que sea un monopolio (poné la palabra que mejor quede) no vela por los intereses de los abandonados que este sistema generó, genera y seguirá generando.
De lo que me convenzo es que los cambios se dan de abajo, desde el barro, junto con la gente. De izquierda o derecha, del medio o más arriba… mientras no sea por los tirados del mundo es más de lo mismo.
No logro entender cómo ustedes los economistas, siendo una ciencia social, no velen por eso, por las personas. Se fueron acostumbrando a tecnicismos y se olvidaron de la gente.
¿Me explicás qué tiene que ver un noruego con nosotros? ¿Qué tenemos que ver con un sistema de potencias que nos confinan a seguir siendo los simples proveedores de ganado y cereal? ¿Qué tienen que ver los millones que viven marginados en el interior, explotados, en las villas? Somos un país en «desarrollo», les devuelvo el desarrollo y optemos por los que ni pueden imaginar si van a vivir mañana.
NUNCA chorrea, NUNCA los poderosos velarán por otros intereses que los suyos.
Mientras no salgamos de una dinámica que no nos corresponde, seguiremos eternamente siendo fieles siervos de los de arriba.
elsiglodetorreon.com.mxInteresante el post, da para pensar. No se si es posible en argentina, pero no hace falta ser noruegos o marcianos. Otro ejemplo, más cercano y reciente, es lo que viene haciendo Chile con el cobre.
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/412196.fondos-de-estabilizacion.html
«El Fondo de Estabilización del Cobre (FEC) se creó en 1985 en Chile bajo el principio de gastar lo que es ingreso permanente y guardar lo que es considerado transitorio. En 2006 se aprobó la Ley de Responsabilidad Fiscal que dividió al FEC en dos fondos distintos.
Uno fue el Fondo de Reserva para Pensiones (FRP), que es esencialmente un fondo de ahorro (no se permiten retiros del fondo por un mínimo de diez años) que se orienta a cubrir el faltante futuro en los pasivos de pensiones del gobierno. Este fondo arrancó con $ 600 millones de dólares y recibe entre el 0.2 y 0.5 por ciento del PIB, dependiendo del tamaño del superávit presupuestal de Chile cada año.
El segundo es el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), que reemplazó las funciones del FEC original y tiene objetivos de estabilización macroeconómica, al acumular ingresos del cobre cuando el precio es alto, para canalizarlos al presupuesto cuando el precio es bajo.»
“Prefiero un monopolio estatal a un monopolio privado”. Creio que a resposta de Scheinkman seria mais na seguinte linha de raciocínio: monopólio público é preferível ao privado, porque os lucros seriam repartidos com toda a sociedade. Quanto a classificá-lo de esquerda porque assessorou o Ciro Gomes, me parece um equívoco sem fim. Ciro sempre foi a «direita» carcomida, tal qual o Lula. Na verdade, este é o grande problema do país: a política partidária está dominada por uma corja só. Todos os políticos brasileiros são da mesma laia. Não existe esquerda ou direita; todos , por aqui, fazem apenas uma coisa só: administram a roubalheira sem fim. Não sei se o mesmo ocorre na Argentina.
Claro, faltaria responder: por que Scheinkman foi se misturar com os políticos corruptos e canalhas ou que estão ligados ao esquema de poder cartorial dominante no Brasil? Ele melhor dirá. Mas o fato concreto é que ele abandonou o barco. A razão? Começou a falar o que todo economista de Chicago falaria. Obviamente não agradou. Eu que li quase todos os seus artigos em jornais brasileiros, percebi que ele sonhava em fazer do nosso país algo melhor. Naturalmente, não seria se unindo a Ciro Gomes que conseguiria isso. De fato, a turma da FIESP o dispensou com ironia e ele revidou com a única arma que os economistas de boa formação (principalmente moral) têm: argumentos honestos. O que economistas sérios gostariam de implantar é simplesmente um ambiente competitivo em que monopólios estariam alijados.