El Regreso de la Credibilidad en la Medición Oficial de la Inflación

 

El porcentaje de aumento de los precios minoristas mes a mes, más conocido como “inflación”, es un valor que si pudiera calcularse sería un número único, fijo, cada mes (este número fijo se conoce como parámetro poblacional). Formalmente, para determinar ese número fijo habría que relevar todos los precios de la economía durante todos los días del mes, mes a mes (estos precios constituyen la población de referencia). Este relevamiento es imposible de realizar por costos y tiempos, de forma tal que la inflación, como parámetro poblacional, no se conoce. En otras palabras, el porcentaje de aumento, mes a mes, de todos los precios minoristas no se puede calcular. Lo que se puede calcular en la práctica es una estimación de ese valor poblacional utilizando una muestra de precios que se recolectan mes por mes.

Existen diferentes estimaciones de la inflación mensual producidas por consultoras privadas y por las agencias estadísticas de cada país. En la práctica, la estimación oficial de la inflación tiene mucha importancia porque aun siendo una estimación actúa como si fuera un valor poblacional fijo. Se utiliza para tomar decisiones de política económica, cuando se deciden los incrementos salariales y además suele ser el valor con el que se comparan las estimaciones realizadas por consultoras privadas. Es decir, que el valor de la inflación calculado por la agencia oficial actúa como “parámetro” de comparación.

Dada la importancia de este valor, las agencias estadísticas publican una metodología detallada de cómo realizan su cálculo. Esquemáticamente, se especifica una muestra representativa de precios de diferentes bienes y servicios consumidos por los hogares de la población de referencia en distintos tipos de negocios. Se recolectan los precios de esos bienes y servicios mes por mes en cada negocio y con esos precios se construye un índice de precios que se conoce como Índice de Precios al Consumidor (IPC). La variación mensual de este IPC es la estimación de la inflación de cada mes.

Las consultoras privadas que miden la inflación toman muestras de precios representativas de la misma población de referencia pero que son diferentes de la muestra de precios que relevan las agencias estadísticas. Como en principio estas muestras alternativas de precios provienen de la misma población de precios de donde sale la muestra de la agencia estadística, las consultoras privadas confían en que sus estimaciones den como resultado una inflación parecida a la del dato oficial.

En general, las consultoras tienen dos estrategias principales para recolectar  los precios minoristas de sus muestras. La primera, conocida como “web scraping”, consiste en recolectar, cada mes, precios minoristas de bienes y servicios que los negocios venden por internet. Luego, con esos precios construyen sus propios IPC y con la variación mensual de los mismos calculan la inflación de cada mes. La segunda estrategia consiste en replicar, en menor escala, el procedimiento de la agencia estadística oficial. Se recolectan precios de diferentes bienes y servicios yendo a los mismos negocios mes a mes. Luego, al igual que con la primera estrategia se calcula primero un IPC y luego su variación mensual da una medida de la inflación.

Todas las estimaciones, pública y privadas, son mediciones alternativas de un parámetro poblacional desconocido. Al no poderse calcular el valor poblacional de la inflación resulta imposible, en la práctica, saber si alguna de ellas tiene algún sesgo. Como no se pueden comparar las diferentes estimaciones con el valor poblacional de la inflación no es posible hacer afirmaciones sobre si las mismas sobrestiman, subestiman o estiman exactamente el valor de la inflación en la población de precios minoristas.

En términos estadísticos, uno podría decir que, si las mediciones privadas están bien hechas, son diferentes realizaciones de un mismo proceso estocástico, el que genera los valores poblacionales de la inflación a lo largo del tiempo. Desde este punto de vista, lo que se espera es que las diferentes mediciones privadas sean parecidas a la estimación oficial, es decir, provengan de la misma distribución poblacional de precios. En otras palabras, a veces las mediciones privadas estarán por encima o por debajo de la estimación oficial y en algunos casos coincidirán exactamente. Uno no esperaría alejamientos sistemáticos de las mediciones privadas respecto de la estimación oficial de la inflación. Esto significa que los diferentes índices de precios al consumidor deberían evolucionar en el tiempo de la misma manera.

 ¿Cómo funcionaron y funcionan estas estrategias en Argentina?

Primero veamos el comportamiento de la medición oficial y sus alternativas privadas entre 2007 y 2015 cuando el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) estuvo intervenido.

La Figura 1 está tomada del artículo de Alberto Cavallo “Online and official price indexes: Measuring Argentina’s inflation”, publicado en el Journal of Monetary Economics, y muestra la evolución del IPC oficial y una estimación realizada usando el método de “web scraping” entre 2007 y 2011.

Figura 1. Índice de Precios al Consumidor, Estimación Oficial y Privada. 2007-2011

Fuente: Cavallo, A., Online and official price indexes: Measuring Argentina’s inflation. Journal of Monetary Economics (2012), http://dx.doi.org/10.1016/j.jmoneco.2012.10.002

Como se observa claramente en la figura, la estimación privada se aleja sistemáticamente de la medición oficial del IPC poniendo en duda su credibilidad.

La Figura 2 muestra cinco estimaciones alternativas al IPC oficial, dos que utilizan la estrategia de “web scraping”, el IPC de Inflación Verdadera y el de Ferreres; dos que siguen la estrategia de replicar el procedimiento de recolección de precios de la agencia estadística oficial, los IPC de FIEL, y Buenos Aires City (BAC) y uno que es un promedio ponderado de distintas estimaciones alternativas, IPC Congreso. Todos los índices de precios fueron normalizados a 100 en enero de 2007. En esta figura se observa que mientras las estimaciones privadas siguen una misma evolución temporal se alejan sistemáticamente de la medición oficial.

Figura 2. Índice de Precios al Consumidor, Estimación Oficial y Privadas. 2007-2015

Fuente: elaboración propia en base a INDEC, informes de consultoras y notas periodísticas[1].

Las dos figuras muestran la clara manipulación en la medición de la inflación por parte de la agencia estadística oficial durante esos años.

Contrastemos este comportamiento con la medición de la inflación en Argentina a partir de mayo de 2016. La Figura 3 muestra las estimaciones de la inflación por parte del INDEC y diversas consultoras privadas. Como se observa en la figura, las estimaciones privadas fluctúan alrededor de la medición oficial en la mayoría de los meses. En algunos meses, como en mayo y junio de 2016 y febrero de 2017, la mayoría de las estimaciones privadas está por debajo de la oficial mientras que en otros, como enero de 2017, la mayoría está por encima de la medición oficial. Nada de esto es sorprendente, todas son mediciones de un mismo fenómeno.

Figura 3. Estimación Pública y Privadas de Inflación. 2016-2017

Fuente: elaboración propia en base a INDEC, informes consultoras y notas periodísticas.

La Figura 4 muestra estas mismas estimaciones desde la perspectiva del IPC. En contraste con lo que ocurría entre 2007 y 2015, la figura muestra que ninguna de las estimaciones privadas se aleja sistemáticamente de la medición oficial en el tiempo, validando empíricamente no solo las estimaciones privadas sino también la medición oficial de la inflación.

Figura 4. Índice de Precios al Consumidor, Estimación Oficial y Privadas. 2016-2017

Fuente: elaboración propia en base a INDEC, informes consultoras y notas periodísticas. Normalizado abril 2016 = 100.

 

En estos tiempos en los que cualquier estadística pública está sometida a un minucioso escrutinio es muy bueno que existan estimaciones privadas alternativas que permitan validar los datos oficiales.

La evidencia presentada en esta nota sugiere que en muy poco tiempo el INDEC ha recuperado la credibilidad en la medición de la inflación dejando en el pasado la manipulación de las estadísticas públicas.

 

 

[1] Agradezco a Juan Luis Bour por los datos de Fiel.