Programas de Protección a los Trabajadores en Argentina. Indemnización y Seguro de Desempleo

 

En el último mes se han propuesto modificaciones a dos tradicionales políticas de protección a los trabajadores: la denominada “ley antidespidos” propiciada por la oposición política al Gobierno y la actualización de los montos del seguro de desempleo propiciada por el propio oficialismo. La ley antidespidos alude a la ley que prohíbe despidos sin causa y suspensiones por 180 días y reinstala la doble indemnización, que ha obtenido hace unos días media sanción en el Senado de la Nación. El seguro de desempleo es otro tipo de política laboral dirigida a proteger a los trabajadores desempleados. Las dos iniciativas afectan en forma directa a los trabajadores, empleados y desempleados. En este post revisamos algunos impactos de las modificaciones propuestas sobre el mercado de trabajo.

Indemnización por Despido

La forma tradicional de protección contra el desempleo en la Argentina es la indemnización por despido. Conforme a la Constitución, la ley debe proteger a los trabajadores contra el despido arbitrario (artículo 14 bis). El código laboral argentino actual (Ley 20.744) fue promulgado en 1974. Este código laboral establece una serie de beneficios que reciben los trabajadores en caso de despido: el preaviso, la indemnización por despido, el tiempo de vacaciones no gozadas y la parte proporcional del aguinaldo. Estos beneficios varían en función de varias características que incluyen motivos del despido, el sector de actividad, tipo de contrato de trabajo, y la antigüedad de los trabajadores.

En pocas palabras, el concepto principal es que un empleado con un contrato indefinido que sea despedido recibe del empleador:

  • Una indemnización equivalente a un salario mensual por cada año de antigüedad (o fracción mayor de tres meses) de despido.
  • Una indemnización equivalente a un salario mensual en concepto de notificación adelantada
  • Una indemnización por tiempo de vacaciones no gozadas y la parte proporcional del aguinaldo

Los trabajadores no están oficialmente habilitados para recibir la indemnización por despido en caso de que abandonen voluntariamente la empresa, si se retiran, o si son despedidos con «causa justa » (esto es determinado por un juez). Estas son las reglas generales y, por supuesto, hay excepciones[1].

El capítulo que regula los despidos en la Ley 20.744 fue reformado en varias ocasiones. En febrero de 2002, la Ley 25.561 estableció un aumento del 100 por ciento en la indemnización por despido, es decir, se incrementó el beneficio a 2 meses de salario por año de antigüedad. Asimismo, se estableció que esta doble indemnización sólo se aplicara a los trabajadores que se hubieran contratado antes de febrero de 2002. Esta reforma se introdujo en respuesta a la profunda crisis económica y política que Argentina enfrentaba desde diciembre de 2001. En enero de 2005, el aumento se redujo a 80 por ciento (es decir 1,8 salarios mensuales por año de antigüedad), y posteriormente se volvió a reducir a 1,5 veces el salario mensual por cada año de antigüedad. La ley número 25,972 estableció que este nivel más alto de indemnización por despido terminara automáticamente cuando la tasa de desempleo se hiciera menor al 10 por ciento mensual, lo que ocurrió en septiembre de 2007. Desde esa fecha, la indemnización por despido es nuevamente igual a su nivel original, es decir, un salario mensual por año de antigüedad.

En los últimos días el Senado de la Nación dio media sanción a lo que se describió arriba como la ley antidespidos o la reinstauración de la doble indemnización. Tanto las reformas que se hicieron en el pasado como las que se proponen en este momento disparan muchas preguntas, por ejemplo: ¿son los empleadores menos propensos a despedir trabajadores cuando la indemnización por despido es más alta? ¿La doble indemnización incrementa la duración del desempleo?

En un trabajo con Hernan Ruffo y Lucas Ronconi tratamos de responder estas preguntas utilizando datos administrativos y de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Nuestra estrategia de identificación y estimación de los efectos de la doble indemnización sobre el mercado de trabajo estuvo relacionada tanto con Card, Chetty y Weber (2007) y Lalive, van Ours y Zweimueller (2004). En el primer caso, la estimación estuvo basada en un enfoque de regresión discontinua mientras que en el segundo caso, en una estimación con la técnica de diferencia en diferencias.

Efecto de la doble indemnización sobre la duración del desempleo

La idea, basada en la teoría de la búsqueda, es que un trabajador que cobra una doble indemnización tiene más dinero para financiar su búsqueda de nuevo empleo y no necesariamente aceptar el primer trabajo que se le ofrece sino que puede esperar hasta conseguir un empleo más acorde a sus características. En este sentido la doble indemnización, en promedio, debiera incrementar la duración del desempleo. Nuestros resultados, usando datos administrativos, muestran que no hay un efecto directo de la doble indemnización sobre la duración del desempleo agregado.

Utilizando la EPH extendimos este análisis y encontramos que la doble indemnización frenó la transición del desempleo hacia un trabajo formal o autónomo pero aumentó la probabilidad de conseguir un empleo informal o salir de la fuerza de trabajo. En otras palabras, la doble indemnización impactó sobre la duración del desempleo de dos maneras opuestas: 1. disminuyó la duración del desempleo para aquellos trabajadores que “buscaban” un trabajo informal o “querían” salir de la fuerza de trabajo; 2. aumentó la duración del desempleo para aquellos que fueron desde el desempleo hacia empleos formales o a trabajar en forma independiente. Esta evidencia sugiere una potencial explicación del resultado encontrado con los datos administrativos: en el agregado ambos efectos se cancelan y por eso no se encuentra un efecto de la doble indemnización sobre la duración del desempleo agregado.

Efecto de la doble indemnización sobre los trabajadores empleados 

Uno de los argumentos de la modificación del año 2002 y la que se propone ahora es que como la indemnización es un costo que tienen las empresas cuando despiden trabajadores, la doble indemnización debiera reducir los despidos. En este caso los resultados que obtenemos son mixtos. Si bien en general el efecto de la doble indemnización tiende a reducir los despidos, solo es estadísticamente significativo en algunas de nuestras especificaciones. En estas especificaciones en donde el efecto es estadísticamente significativo, nuestros resultados sugieren que los trabajadores alcanzados por la doble indemnización tuvieron alrededor de 30 por ciento menos de chances de ser despedidos que trabajadores con similares características sociodemográficas y económicas pero que no fueron alcanzados por la doble indemnización.La doble indemnización del 2002 duró tres años mientras que la actual modificación es de solo seis meses y, tal como salió del Senado de la Nación, le da la opción al trabajador despedido de elegir entre el pago de la doble indemnización o ser reincorporado inmediatamente. Estas características sugieren que los resultados encontrados para la modificación del año 2002 sean menos significativos.

Seguro de desempleo

El seguro de desempleo se introdujo en 1991 (Ley 24.013) y es uno de los componentes del sistema de seguridad social. El programa es financiado con un aporte patronal sobre la nómina salarial del 1,5 por ciento (aunque en algunas regiones las tasas de impuestos son más bajas). El seguro de desempleo es administrado por el Ministerio de Trabajo y la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES). En términos generales, para ser elegible, el trabajador debe estar desempleado y haber sido despedido sin «causa justa», no debe estar recibiendo una pensión o beneficio social y debe haber contribuido al programa durante al menos 6 de los últimos 36 meses. El programa cubre a todos los empleados del sector privado, con excepción de la construcción, trabajadores rurales, domésticos, maestros de escuela y profesores de universidad. Los empleados del sector público también están excluidos. Los trabajadores de la construcción fueron incorporados en el sistema de seguro de desempleo en enero de 2001 (Ley 25.371) y tienen un régimen propio. Los trabajadores reciben un beneficio mensual a partir del mes posterior al que son despedidos. Pueden recibir entre 2 y 18 meses de ayuda en función de la edad, el tipo de contrato de trabajo que tenían, el sector en el que trabajaban y el número de meses que habían contribuido al sistema antes del despido. La Tabla 1 muestra la duración del desempleo por edad y número de contribuciones para trabajadores del sector privado.

 

Tabla 1

El beneficio mensual que recibe el trabajador es igual a la mitad de su mejor salario durante los últimos 6 meses de empleo, pero este beneficio debe estar entre los límites mínimo y máximo establecidos por el Consejo Nacional del Empleo la Productividad y el Salario. Desde marzo de 2006, estos límites son de 250 y 400 pesos, respectivamente. Como el límite máximo es muy bajo casi todos los trabajadores reciben ese beneficio como seguro de desempleo. Los beneficios disminuyen con el tiempo. Los beneficiarios reciben la cantidad completa del beneficio durante los primeros 4 meses, el 85 por ciento de la cantidad total durante los meses 5 a 8 y el 70 por ciento de la cantidad total entre los meses 9 y 18. Antes de marzo de 2006, estos límites eran de 150 y 300 pesos.

La Tabla 1 muestra una serie de discontinuidades en la edad de 45 años y en el número de contribuciones, y la reforma de marzo de 2006 muestra la discontinuidad en el monto del beneficio. Esto nos permitió, en un trabajo con Hernan Ruffo, aplicar una metodología de regresión discontinua para evaluar los efectos de cambios en el seguro de desempleo sobre trabajadores empleados y desempleados. Utilizando un modelo teórico de búsqueda y datos administrativos de Argentina entre 2005 y 2009 analizamos el “trade off” que existe entre el nivel y la extensión del beneficio del seguro de desempleo.

Encontramos que un aumento en el nivel del beneficio incrementa no solo la duración del desempleo sino también los salarios de re-empleo, mientras que una extensión de la duración del beneficio prolonga el desempleo, pero no mejora los salarios de re-empleo significativamente. Estos resultados sugieren que aumentar la duración del beneficio incrementa los costos de la transferencia sin ninguna evidencia significativa de un aumento en el bienestar de los trabajadores. Por lo tanto, parece ser preferible para rediseñar el seguro de desempleo que el nivel del beneficio sea más grande pero la duración sea más corta en el tiempo.

Comentarios finales

Como mencionamos al comienzo de este, post existen propuestas para la modificación de los instrumentos tradicionales de protección a los trabajadores: la indemnización por despido y el seguro de desempleo. Con respecto a la doble indemnización, nuestros resultados muestran que no existe un efecto directo sobre la duración del desempleo agregado y existe un efecto moderado sobre la reducción de los despidos. Además las características de la ley que tiene media sanción del Senado de la Nación sugieren que estos resultados podrían moderarse aún más. De acuerdo a nuestros resultados, la propuesta de actualización de los montos del seguro de desempleo pareciera ser una modificación incompleta Sería preferible rediseñar el seguro de desempleo de forma tal que, además de actualizar el nivel del beneficio, se acorte su duración en el tiempo.Entendemos que la evidencia empírica encontrada en estos trabajos podría ser utilizada como base para la discusión de cualquier mejora que se quiera realizar a estos instrumentos de protección a los trabajadores.

[1] Para una descripción completa de la ley de indemnización se puede ver el documento Protecting workers against unemployment in Latin America and the Caribbean: evidence for Argentina.