Colombia está inmersa en un proceso electoral para elegir el nuevo presidente que gobernará el país de 2014 a 2018. La campaña ha estado marcada por las recriminaciones, la pugnacidad y la pobreza en el debate electoral. Continuar o terminar el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se inició en 2012, es el único desacuerdo profundo entre los candidatos. Algunos apoyan el proceso de negociación y otros dicen apoyarlo, pero en realidad están abogando por la rendición sin condiciones de la guerrilla. Rendición que se podrá presentar tal vez en unas cuantas décadas que estarán marcadas por un dolor y costos similares a los que el país ha enfrentado hasta ahora.
Es sorprendente que aún en Colombia discutamos si acabar con la guerra es la decisión correcta. Cesar el conflicto debería ser la única alternativa. Estudios académicos de la literatura económica demuestran sin lugar a equívocos los altos costos que el país ha pagado por persistir en la guerra. Discuto sólo una muestra de esta evidencia contundente.
La violencia y la incertidumbre que genera el conflicto armado reducen la producción económica. Las firmas y los productores agropecuarios producen menos por los mayores costos que implica producir en medio de la guerra; evitan dedicarse a actividades rentables, pero de alto riesgo, debido a la percepción de vivir en un horizonte de tiempo más corto; reducen sus inversiones y las concentran en activos fáciles de monetizar; y en casos extremos prefieren mantener su capital líquido para poder disponer de él en alguna emergencia. Los efectos de esto no son despreciables. Un estudio de Edgar Villa, Manuel Moscoso y Jorge Restrepo muestra que hoy debido al conflicto el PIB departamental en Colombia demora 18.5 años en duplicarse. Sin el conflicto, demoraría en duplicarse 8.5 años, es decir nos ahorraríamos 10 años (una generación). Felipe Pinilla estima que el conflicto causa una reducción anual en el PIB agropecuario del 3.1%, PIB cuyo crecimiento promedio desde 2001 ha sido 2.4%. Ambas cifras son elocuentes y no necesitan mucha explicación.
Los costos sobre las víctimas directas del conflicto armado son también sustanciales. La migración forzada consecuencia del conflicto armado produce pérdidas de capital sustancial. Estudios que he realizado para Colombia encuentran que la población desplazada perdió 2.1 millones de hectáreas debido al despojo ilegal y abandono de tierras, cifra 3.4 veces más alta que los programas de Reforma Agraria que emprendió el gobierno entre 1993 y 2002. El conflicto ha sido entonces más efectivo para redistribuir tierras que el propio Estado. La pérdida de activos, la dificultad para competir en mercados laborales urbanos y carecer de mecanismos de manejo de riesgo, entre otros, sume a los hogares desplazados en trampas de pobreza. Como resultado de esta dinámica, un 95% de los hogares desplazados en 2005 estaban por debajo de la línea de pobreza y un 75% debajo de la línea de pobreza extrema.
Las consecuencias negativas del conflicto para la población no se restringen a las víctimas directas. La población que reside en medio de la guerra enfrenta también costos que reducen su capacidad presente y futura de generar ingresos. Sólo me concentraré en dos que afectan a los niños, quienes aún no pueden decidir si quieren continuar la guerra: la asistencia escolar y la salud. Fabio Sánchez y Catherine Rodríguez encuentran que el conflicto reduce la asistencia y la calidad educativa. El conflicto reduce en 8.8% los años de educación promedio en el país. Este efecto aumenta a 17% para los niños de 16 y 17 años de edad. Los impactos sobre la educación no desaparecen con el tiempo. Un estudio que estamos haciendo con Leopoldo Fergusson y Juan Felipe Riaño encuentra que los niños de La Violencia (1948 y 1953) enfrentaron impactos de igual magnitud y dicho impacto ha perdurado a lo largo de su vida. Adriana Camacho demuestra que el estrés generado por el conflicto armado ocasiona un menor peso al nacer, lo cual redunda en el largo plazo en un menor desarrollo cognitivo y menores salarios. Los niños que residen en regiones con explosión de minas antipersonales nacen con un peso al nacer 8.7 gramos menor.
Así podría continuar con una lista extensa del legado de dolor y costos económicos que resulta de nuestra guerra interna. Pero, considero que esta es evidencia suficiente e inequívoca de los costos de la guerra. Continuar el conflicto no es una opción racional.
Cincuenta años de guerra ha dejado un país plagado de odios y dividido, con un porcentaje aterradoramente alto de la población que clama por persistir en la guerra. Quienes descartan la salida negociada del conflicto parecieran no percibir los costos reales que genera el conflicto. Sin embargo, la poca evidencia que presenté en los párrafos anteriores no da espacio para muchas dudas: ¿Se deben sacrificar los beneficios evidentes para el país de cesar la guerra por alimentar el odio de unos cuantos? Los muchos que no estamos dispuestos a continuar con esta violencia que pareciera no tener fin debemos exigir el fin la guerra y dar los argumentos para imaginarnos los beneficios de un país en paz.
Dra. Ibañez:
Reconozco que el interés mostrado hacia el rumbo que deben tomar estas elecciones ha sido mayor, si es comparado con pasadas. Lo puedo explicar a partir de lo trascendente, y simbólico, que se convierte el asunto de la finalización del conflicto. Que triste que esta tan anhelada firma no sea como usted lo menciona, una obligación, sino una causa de división nacional, inclinada hacia el lado irracional, por culpa de «verdades a medias», por no decir mentiras, entonadas por caudillos -que hicieron mucho por el país, pero cuya sed de poder ha venido tachando su legado. Está mas que evaluada la necesidad de firmar el acuerdo con las Farc, pero nuestros guerreros valentones no leen o no entienden. Algo se tiene que hacer para hacerlos caer en cuenta de lo necesario que es firmar la paz (entiendo que no es paz absoluta), porque deben entender ¿ o no? Cualquier colombiano que le importe el país por encima de sus intereses particulares debería entender. ¿será que a estos hombres les importa mas visitar Hatogrande los fines de semana, y tener a su disposición todo un batallón con cascos que leen GP, por encima de permitir que bogotanos puedan ir a Arauca a visitar familiares y que costeños puedan comprar fincas cerca a toribío? Bueno, pregunta interesante. Esperar a ver que pasa. Personalmente, soy averso al riesgo, y quiero paz. Votaré por Santos.
Juan: considero que debemos elevar el nivel de la discusión. Dar argumentos de lado y lado, entender los temores y proponer soluciones. Con este blog, quiero promover este debate. Y dejar de un lado los argumentos meramente centrados en el odio y la incomprensión. Gracias por su comentario porque va en ese sentido
Esto lo sabe la clase pensante y la que dirige desde siempre. Las prácticas de las luchas partidistas representan intereses económicos. En el siglo XXI se dialoga primero en las ligas financieras y la negociación se hace en la esfera política; lo último es una guerra. ¿Quién nos explica por qué acá es al revés?
TOTALMENTE DE ACUERDO
Sra. Ana María Ibañez,
Mi opinión es que esa gran parte de la población que piensa cínicamente que la guerra es buen negocio, puede hacerlo solo bajo la condición de la deshumanización del «enemigo». Las guerrilleros ni son colombianos ni campesinos ni humanos ni nada. Merecen el infierno. Por el contrario solo los soldados mueren por heroísmo. Este es el resultado de años de propaganda.
¿Cómo hacer entonces para que el colombiano del común sienta compasión no sólo por el soldado sino también por el guerrillero, y así rechace el heroísmo mortal de todo fanatismo bélico?
¿Cómo podemos entonces humanizar nuestro «enemigo» y vernos a la cara con misericordia y no con desprecio?
Mil gracias.
María R.
Será un proceso difícil. La guerrilla ha cometido muchos errores y ha sido despiadada. Considero que lo primero es la decisión de terminar la guerra, negociar la paz e iniciar un proceso de reconciliación. Restituir a las víctimas es fundamental. Y los victimarios deben reconocer sus culpas, restituir a las víctimas y ser parte de un proceso de justicia transicional
Me parece muy interesante su comentario, y me parece que en el mismo se encuentra la respuesta, es clave entender al otro como humano, dejar de tenerle miedo es parte del trabajo y esto es una cuestión principalmente de la mirada, el solo hecho de reconocerlo como un problema ya es una vía de solución.
Completamente de acuerdo Natalia.
La paz no se firma, se construye en los barrios y en los bosques con trabajo del estado. Una paz sin reformas serias en educación, justicia, políticas agrarias y empleo no le sirve a Colombia. Se firmó la paz con el M19 y creció otra guerrilla, se desmovilizaron los paras y nacieron las bacrim. No sé que se está negociando en la Habana pero sé que si en estos temas no hay reformas serias no va a servir de nada.
De acuerdo. Se firma el acuerdo de negociación que será el primer paso hacia la paz. Pero no alcanzaremos la paz si el Estado no hace las reformas e inversiones que se requieren y la sociedad no aporta en este proceso.
Los acuerdos de la Habana contemplan reformas importantes que necesita el país independientemente si se firma el acuerdo con las FARC.
QUE TE HACE CREER QUE LAS LOS ASESINOS DE LA FARC VAN A CUMPLIR ESE ACUERDO?COMO SE NOTA QUE NINGUN ALLEGADO TUYO A SUFRIDO POR CAUSA DE LAS FARC,NUESTROS POBRES SOLDADOS COLOMBIANOS QUE HAN SIDO MASACRADOS POR ELLOS ESTAN RELEGADOS AL OLVIDO!!
María: esto no es una discusión personal. Todos en Colombia hemos sido víctimas del conflicto de alguna u otra manera. Y es fundamental reconocer a las víctimas e iniciar un proceso de restitución. Proceso que será posible una vez cese el conflicto.
Los soldados de Colombia son quienes están enfrentando los costos sociales más altos de la guerra: muertes, mutilaciones, secuestro, estrés postraumático, entre otros. Es por ellos, entre otros, que considero fundamental llegar a un proceso de negociación exitoso.
Ese odio que llevamos los colombianos nos ha llevado al conflicto, nunca nos ponemos de acuerdo para sacar este pais adelante. y dejamos que los interesados en la violencia saque su provecho.
El articulo da a entender que es una decisión de los Colombianos acabar o no el conflicto armado. La decisión es de la guerrilla, que ha decidido seguir explotando el negocio del narcotráfico y seguirá engañando a los incautos que creen que tienen intenciones de firmar la paz. La paz solo la queremos los Colombianos de bien. Es importante entender que si seguimos en guerra los únicos culpables han sido los bandidos de la guerrilla, que con gestos tales como usar niños bomba, descuartizar soldados y desplazar innumerables campesinos solo demuestran que el proceso es una burla para ellos.
No hay que confundir la consecución de la paz con los intereses particulares de un candidato que solo tiene en su mente una agenda política que poco tiene que ver con un interés verdadero de alcanzar la paz. La decisión de acabar el conflicto no es de los Colombianos de bien, es de los terroristas de la guerrilla.
Las FARC han sido indolentes, soberbias y despiadadas. Pero el acuerdo de negociación se firma con la guerrilla. Sin duda alguna depende de la decisión de la guerrilla y del gobierno. Pero los colombianos también podemos exigir la paz con argumentos y no con pasiones. Mi artículo no busca apoyar a ningún candidato. Considero que quienes queremos lograr la paz debemos exigirlo a cualquiera de los dos candidatos que sea elegido como presidente.
Dra Ibañez,
Hay quienes piensan que es prioritario atender otros temas nacionales (educación, infraestructura, por ejemplo) y mantener la guerra en paralelo hasta someter al enemigo. Ya usted menciona estudios o recursos que dan cuenta del impacto para una nación de acabar un conflicto. Me gustaría saber que pasaría si en Colombia se firmara efectivamente el proceso de paz, en el sentido si eso permitiría la relocalizar recursos de forma que impacten significativamente esos otros temas. Espero ser claro con mi pregunta.
Gracias
Si entiendo bien su pregunta, se refiere al presupuesto de la Nación destinado a financiar la guerra. Sin duda se podrá redireccionar, pero esto no sucede de inmediato. El gasto militar es bastante inercial. Por ejemplo, al finalizar el conflicto, no se podría prescindir de los soldados que están dedicados a combatir la guerrilla. Se podría recomponer la fuerza pública para dedicarlos a seguridad ciudadana y narcotráfico, lo cual es una labor de policía. En los país en posconflicto este gasto baja paulatinamente.
Las firmas privadas y las familias, a medida que mejore la seguridad, si podrían recomponer sus gastos más ágilmente. Y podrían destinar los recursos destinados a seguridad a actividades productivas e inversiones rentables.
Hay algún caso exitoso en donde se haya desarticulado una guerrilla mediante la firma de tratados de paz? Mientras que existan grupos paramilitares que estén en condiciones de disputarle el monopolio del uso de la fuerza al estado dramáticamente elegido no parece posible sostener una paz real y definitiva.
Si por exitoso se refiere a terminar el conflicto entre la guerrilla y el Estado, estarían los conflictos de Guatemala, Nicaragua y el Salvador, por ejemplo. Una debilidad de estos procesos es que, si bien la guerrilla dejo de existir, algunos de sus combatientes se dedicaron a actividades criminales, en especial en Guatemala y El Salvador.
En este enlace encuentra un artículo que analiza los determinantes de un proceso de paz exitoso. https://www.degruyter.com/view/j/peps.2013.19.issue-2/peps-2013-0001/peps-2013-0001.xml
Muchas gracias por el artículo, pues genera el tipo de discusión que deberíamos estar dando.
Mi posición es que, desafortunadamente, el problema de la violencia en política en Colombia es mucho más grave y mucho más extenso que la descripción que incorpora en el texto. Tristemente, la violencia política en Colombia se ha venido desarrollando, transformando, extendiéndose y contrayendose sobre el territorio , y subiendo y bajando de intensidad y degradación por mucho más tiempo que los últimos 50 años. Las FARC han sido una parte importante de ese proceso, pero que el gobierno y las FARC hagan las paces, no va a poner fin a la violencia política en Colombia (ni hablar de otros tipos de violencia). Me resulta muy difícil apoyar el proceso de paz impulsado por el Gobierno de Santos, mientras siga partiendo del supuesto de que la única forma de lograr el fin de la violencia es por medio de la validación de los crímenes de la guerrilla y de reconocer como líderes políticos a personas que han mostrado un profundo desprecio por la vida y la libertad de las demás personas. En estos términos, este proceso no se diferencia sustancialmente de cualquiera de los muchos procesos de paz que hemos tenido a lo largo de nuestra violenta historia política. Todos han consistido en la subestimación de los crímenes cometidos y en la legitimación política de los criminales. Por esto, todos han logrado pacificaciones temporales, pero nunca hemos logrado sentar las bases efectivas de la Paz. Una sociedad democrática sólo se puede construir con base en el supuesto de la inviolabilidad de la vida y la libertad de todas las personas y, por consiguiente, en la proscripción de cualquier forma de violencia, para conseguir fines políticos.
Estoy de acuerdo que la violencia no ha cesado tras muchos acuerdos de paz. Pero, ¿cual es la razón de esto? ¿Procesos de paz incompletos y mal diseñados? ¿Cual sería entonces la solución? A mi juicio, no se debe descartar el proceso de paz sin proponer una solución para acabar con el conflicto. Si esa solución es válida y mejor, la apoyaría.
SENOR USTED. SI QUE TIENE LOS PIES EN LA TIERRA,MUY BUEN COMENTARIO.
[…] El próximo 15 de Junio me veré forzado a escoger al menos malo, y creo que en este caso, ese es Santos. Y lo creo por las razones económicas que Marcela Meléndez da aquí, sumadas a lo racional que es elegir el fin del conflicto armado sobre su continuación, sustentado por Ana María Ibáñez aquí. […]
Muy interesantes los datos y el análisis. Sin embargo, y puedo haber mal entendido, ningún candidato esta en contra de la paz en Colombia. Creo que los argumentos que presenta son suficientes para buscar esto. Claro esta, la principal discusión es como lograr ese acuerdo de paz… el pensar que el acuerdo de la Havana terminara con la guerrilla y con la guerra es pensar con el corazón y no con la cabeza… que sea el inicio de un verdadero proceso de paz, solo se dará si se elimina el narcotráfico y esto no va a pasar.. muy bonito el articulo, lamentablemente no es un tema de odios sino de pensar mas allá de una simple firma de buenas intenciones.
El propósito del artículo no es apoyar a un candidato particular. Es llamar la atención sobre la necesidad de llevar a buen puerto sobre los acuerdos que se están negociando en la Habana. Es claro que con la firma de los acuerdos no alcanzaremos la paz, pero es un paso inicial fundamental. Después vendrá décadas para construir un país más incluyente y con un estado sólido.
Es de torpes pensat que nadie quiera una guerra en lugar de tener paz en nuestro querido Pais.
Pero una paz digna,no una paz avasallada por nadie.
Por la paz hay que luchar siempre,pero aquellos que piensen que la paz se hace con firmas en un papel y no con equidad para todos no estan equivocados solamente si no que estan enganando al Pais.
Con miseria,sin educacion,sin salud, sin justicia no se hace la paz
Sera que todos estos principios fueron realidaf en los cuatro anos pasados?
Todavia es la hora que en la carcel de Barranquilla no se ha hecho nada despues de la hetscombe reciente que sucedio en ella,sera que la clase pobre de este Pais cuando acude alos servicios de salud lo atiensen dnseguida? O sera que muchas veces se mueren primero. Esto no se lo inventa nadie es una realidad y asi pasa con el roballinas que meten presi con lod peores delicuented y los sueltan quiza nunca.
Es que no se arreglan las cosas con promesas;sino con ejecutorias😔,pero no con propaganda falsa que se hace con el dinero del que no puede defenderlo.
Esto rs el nunca terminar.Pero hasta cuando sera que a la hora de la pripaganda se miente tsnto.?
Estoy de acuerdo que la firma del acuerdo de negociación no traerá la paz inmediata. Se requiere inversión y un Estado eficaz para atender las necesidades del país. Lo que no entiendo bien es su propuesta. ¿Seguir el conflicto?
Ana María, usted dice cincuenta años de guerra pero otros dicen que son más de cincuenta. Como usted habla de una elección racional y plantea que esta elección necesariamente es por la paz, entonces primero usted debería explicarnos por qué la guerra ha durado tanto y la paz todavía parece lejana. El análisis racional del conflicto (a la Herschel Grossman y tantos otros que han aplicado teoría de juegos para entender las condiciones para su solución) no puede partir del falso supuesto de que la paz es la única alternativa y centrarse sólo en el costo de la guerra para los inocentes. El análisis racional requiere evaluar las estrategias alternativas de las partes involucradas directamente en el conflicto porque solo las partes pueden ponerle término. Cualquier negociación puede terminar mal porque sólo los intereses de las partes cuentan, intereses que no necesariamente ignoran a terceros inocentes aunque los terceros no sean todos los colombianos. Las experiencias de otros conflictos que se han prolongado por décadas no debe ignorarse porque permiten entender mejor lo que está en juego (p.ej., los conflictos de Palestina y de Mindanao en Filipinas) y las condiciones excepcionales que llevan a un final sorpresivo (el final de la Guerra Fría es el mejor ejemplo). Salvo que su idea de lo racional sea muy distinta a la mía, yo pienso que la conducta de las partes es racional.
Fidel: el objetivo del blog no era explicar los orígenes del conflicto y su duración. El objetivo era llamar la atención sobre los costos que está implicando el conflicto para la sociedad. Lo invito a que usted haga el análisis y propone y lo discutamos.
Ana María, si conociera Colombia bien quizás me atrevería a hacer el análisis para colgar un resumen en un blog. Pero no, no conozco bien Colombia y por lo tanto no puedo opinar sobre la evolución de su grave conflicto interno. Ojalá usted u otros académicos preocupados por el conflicto colombiano se interesen en analizarlo desde la perspectiva señalada en mi comentario.
Fidel, me gustaría conocer de manera concreta cuál es su perspectiva o qué entiende por «racionalidad».
Fidel: considero que los economistas no somos muy buenos para entender los orígenes y las causas del conflicto. Nuestras herramientas nos ayudan a entender su duración, motivaciones más inmediatas y algunos comportamientos de los grupos armados. Los historiadores y politólogos (científicos políticos) hacen un mucho mejor análisis. Por esta razón, prefiero no hacer el tipo de análisis que propone.
Respeto y acepto sus argumentos. Sin embargo, me parece incompleto el análisis porque faltaron variables: 1) Que quieren las Farc y que se publique lo acordado a la fecha. 2) Es un proceso de paz parcial porque faltan incluir más organizaciones narcoterroristas para llegar a una paz total, por lo menos en el papel (La paz no se logra con un solo grupo, cuando son muchos). En los últimos 30 años, en Colombia se han logrado alrededor de 10 acuerdos de paz y todavía seguimos en las mismas. 3) La corrupción y la negación del otro. 4) Nuestra Carta Magna y Leyes establecen que ningún ciudadano debe desconocerlas y los señores de las Farc dicen no reconocerlas. 5) Así, como se toman evidencia empírica los estudios citados, es importante citar los engaños que han realizado los guerrilleros en todos estos años y porque en las encuestas de opinión los Colombianos entre un 70% y 80% no están de acuerdo con el proceso paz de la Habana. La paz no se pude mirar como un problema de un gobierno o de una elección porque me parece irresponsable y eso no se logra de la noche a la mañana(Vendiendo utopías), la paz se debe mirar y fortalecer como un problema de Estado porque la guerra es el efecto del diseño y ejecución de políticas públicas irresponsables y excluyentes que no buscaron eliminar o mitigar las causas de los problemas del pueblo Colombiano. Por favor mirar las causas no los efectos de nuestra colonización y evolución como Estado, se pueden encontrar muchas respuestas a los problemas estructurales de nuestro país. Saludos
Me gusta, es muy oportuno ese comentario de Ana María; pero ironías de la vida republicana, las regiones más golpiadas por el abandono estatal, son la que van a savar al resto del páis de la geurra continuada.
Yakson: El objetivo del blog no era discutir las causas y persistencia de la guerra en Colombia, además de dar unas ideas sobre las consecuencias para la sociedad de continuar el conflicto. Considero esa tarea un tanto pretenciosa y bastante difícil. Quería llamar sobre las consecuencias y este análisis es válido pese a sus argumentos. Si bien estoy de acuerdo con usted en un par de cosas, sus argumentos no invalidan que se deba continuar con un proceso de negociación con las FARC que lleve al fin del conflicto con este grupo. Estoy de acuerdo que la paz debe ser una política de estado y no del gobierno de turno. También concuerdo que la paz no se logra con la negociación. Tal como he discutido en comentarios anteriores, se requiere consolidar la presencia del Estado, invertir para reducir la desigualdad y la exclusión y muchas otras cosas más.
Juliverno.
Ana María Ibáñez: tu artículo va al corazón de los debates que se deben emprender en Colombia. Es obvio que inicialmente se requiere una negociación con el enemigo’, inclusive con aquel que ha cometido tantos crímenes como lo han llevado a cabo las Farc, el ELN, los paramilitares,las bacrim, etc. Así se ha realizado en todos los procesos exitosos como en Sudáfrica, en Irlanda, en América Central y en otros sitios. Naturalmente que hay que conocer qué es lo que se está pactando y el pueblo mediante el referéndum que se anuncia decidirá si está o no de acuerdo con lo pactado. Pero por ahora se requiere un corazón generoso y una mente abierta para ver el proceso y aceptarlo. Fui víctima de la violencia del año de 1948 y no quisiera morir sin ver a mi amada patria libre de este conflicto. Después viene lo difícil: seremos capaces de convivir con nuestro enemigo de ayer? El pos conflicto exigirá ingentes recursos para emprender la etapa de rehabilitación de todas las víctimas y victimarios:estaremos dispuestos a contribuir a ello? Si logramos esto nuestras generaciones futuras nos agradecerán como hoy se está agradeciendo el esfuerzo de los países democráticos por derrotar a los nazis que llenaron de sangre y dolor al mundo en los años 40. Y en ese período de pos conflicto se requieren gobiernos democráticos que emprendan todas las reformas sociales para lograr la disminución de los niveles de pobreza y de desigualdad que – acéptese o no – han sido el caldo de cultivo del conflicto que nos agobia. Y gobiernos eficaces y eficientes deberán emprender igualmente la lucha por lograr avances en la educación, en la salud, en la infraestructura, etc.y lograr que nuestra industria mejore sus niveles de productividad y nuestro campo se convierta en un emporio de riqueza para nuestros sufridos campesinos. Como vemos la batalla será larga e intensa, pero sí tenemos un deseo intenso lo lograremos.
Julio César: gracias por su valioso testimonio e importante reflexión. Concuerdo con cada una de sus palabras. Esto son los mensajes que debemos difundir y discutir para por fin tener un país que pueda tramitar sus diferencias a través de la democracia.
Usted termina diciendo que si tenemos un deseo intenso lo lograremos. No entiendo lo que usted quiere decir pero ojalá no sea un ejemplo de lo que Don Boudreaux denuncia en este post
http://cafehayek.com/2014/03/then-a-miracle-occurs.html
Totalmente de acuerdo con la Dra. Ibáñez. Creo que ninguno de nosotros, individualmente, puede la fórmula perfecta para acabar el conflicto, y por eso no estoy de acuerdo con quienes aseguran sencillamente que «con este proceso no habrá paz». Es muy complejo y, precisamente porque nadie puede dar la única solución, es positivo que los académicos y en general la sociedad vayan aportando cosas pequeñas (ideas, estudios, artículos como este) para ayudar al proceso.
Por mi parte, aunque sé que el artículo no toma partido por ningún candidato, me parece que el proceso de paz actual está bien pensado, los negociadores son competentes y el presidente tiene muy claro a dónde quiere llegar. Creo que puede lograrlo.
Juan: Sin duda el proceso de paz actual está bien pensado y los tres puntos negociados hasta ahora son coherentes y bien diseñados. El punto de desarrollo rural plantea programas que deberíamos hacer independientemente si se firma la paz. Si no emprendemos estos programas y políticas, será imposible tener un desarrollo rural dinámico e incluyente.
[…] “Acabar con el conflicto en Colombia: una elección racional” de Ana María Ibáñez […]
Ana María:
Empiezo aclarando que con cierta seguridad votaré por Santos, solo por firmar el proceso que está en curso, pero es necesario aclarar que los costos asociados al conflicto armado en Colombia no serán iguales a las ganancias a futuro si firmamos un acuerdo. Tanto el conflicto, como la injerencia de la Guerrilla han cambiado (y se ha disminuido considerablemente) y lograr acabar el conflicto en esta época podrá ni siquiera tener efectos mayores sobre variables como productividad, crecimiento económico, acumulación de activos, etc.
Solo hago está aclaración porque he visto muchos medios y personas vinculadas con la academia que asumen que firmar «la paz» traería consigo x p.p. de crecimiento adicional al PIB nacional, y un efecto mucho mayor en el PIB agrícola, basados en estos costos estimados del conflicto. Por eso incluso se debería hablar en pasado (como en todos los ejercicios econométricos, dado que son históricos) y decir por ejemplo que «el conflicto redujo en 8.8% los años promedio de educación», por lo cual firmar el acuerdo podría mejorar dicha variable, pero seguramente en una magnitud mucho menor.
Saludos,
Jorge: su punto es válido. Un porcentaje de los dividendos de la paz ya se han materializado con la reducción en la violencia durante los últimos años y la desmovilización de los grupos paramilitares. Sin embargo, el estudio de Moscoso, Villa y Restrepo se realizó con datos hasta 2012 y el estudio de Pinilla con datos hasta 2011. Es decir, estas ganancias ya aparecen en los datos y serían por tanto para el conflicto tal y como está ahora. Por otro lado, estudios nuevos que hemos realizado muestran que los impactos del conflicto van más allá de los eventos violentos. La incertidumbre generada por el conflicto armado tiene unos efectos más nocivos y más prolongados en el tiempo. Estos siguen vigentes pese a las mejoras en seguridad y la desmovilización.
Estimada Ana María,
Muy buena e informativa la columna. Tengo un comentario para el caso específico Colombiano.
Que las guerras son ineficientes, no es discutible (con excepción de países productores de armas en paz exportando a países en conflicto). Mucho más debatible es cómo acabar una guerra en la cual hay tantos intereses involucrados en la continuación. En Colombia esos intereses son tanto legales (e.g., posiciones políticas) como ilegales (e.g., narcotráfico y contrabando).
La pregunta entonces es: dados estos intereses es racional apoyar el proceso actual con las Farc? La respuesta no es tan inmediata porque depende críticamente de los incentivos y la estrategia de las Farc. Si un sector importante de las Farc está realmente comprometido a dejar las armas y a participar en democracia, yo diría que sí es racional-inclusive si esa desmovilización implique el surgimiento de nuevas Bacrim y nuevas formas de violencia entre bandas más pequeñas por control territorial.
Ahora, el otro caso relevante es uno en cual las Farc no están realmente comprometidas y están siguiendo la misma estrategia de reacomodación que implementaron a finales de los 90s en el Caguan. Esta estrategia es racional para las Farc ya sea porque no confían en este gobierno, o porque su “continuation value” en un escenario de paz es muy bajo. También puede ser que las Farc tengas expectativas (racionales o no) de adquirir poder en el futuro en terreno militar y político, caso en el cual el valor de las negociaciones actuales es baja y estarían dispuestos a seguir en guerra. En este caso puede ser que lo racional es no apoyar el proceso de la Habana ya que tendría el efecto contrario de prolongar aún más el conflicto.
Por último, yo diría que los factores más importantes para poder responder esta pregunta tienen que ver con el “continuation value” de las guerrillas en la democracia del “post-conflicto” y el tipo de justicia transicional que esperan recibir. Asumiendo que el gobierno les garantice su seguridad (algo que no es fácil dada la debilidad del estado Colombiano en las regiones de conflicto), lo crucial es que apoyo electoral tendrían. Lo que sabemos es que en las ciudades grandes el apoyo es casi nulo. Si en las regiones tienen apoyo popular real esto sería un poco más esperanzador para el proceso actual,
Saludos,
Mario
Mario:
Es un muy buen comentario. Si bien todos sabemos que las guerras son ineficientes, pocos en Colombia saben de las dimensiones de estos impactos negativos. En estos momentos de decisiones, no sobra resaltarlo de nuevo.
Mi percepción informada es la primera que plantea: un porcentaje de las FARC están interesadas en continuar con el proceso de paz. Ello implica que si finaliza el proceso de paz con éxito, hay una alta probabilidad que algunos frentes continúen delinquiendo y se conviertan en BACRIM.
Doy algunos argumentos para sustentar esta percepción. Primero, nunca se había avanzado tanto en un proceso de paz. Las FARC además han reconocido dos puntos importantes: participan en narcotráfico y reconocen a las víctimas. En este enlace, se encuentran todos los acuerdos e informes de la mesa de conversaciones https://www.mesadeconversaciones.com.co/documentos-y-comunicados
Segundo, la disposición de las FARC para negociar es resultado del fortalecimiento del ejército y la acción del estado durante los últimos 12 años o más. Sin estos avances y golpes contundentes, las FARC no estarían seguramente dispuestas a negociar.
Tercero, a diferencia del Caguan, se está negociando en medio del conflicto y con una agenda específica. En el proceso de negociación del Caguan, no se llegó a absolutamente ningún acuerdo y permitió además que las FARC se reagruparan y se fortalecieran. No son escenarios comparables.
Su punto de la posibilidad de participar en política es sumamente importante. Garantizar la seguridad de los desmovilizados es imperativo. Esto supongo será negociado en el último punto. Dudo mucho, al igual que usted, que las FARC tengan apoyo nacional en el ámbito político. Pero si creería que en algunas regiones en las cuales han sido hegemónicas podrían tener una influencia importante. En este enlace encuentra un blog que escribí hace un tiempo sobre el tema. https://dev.focoeconomico.org/2013/10/15/participacion-politica-de-las-farc-que-podria-suceder-en-las-regiones/
Ana Maria, la entrada parece que esta danada. Tienes otro link/sitio donde pueda ver el trabajo que citas?
Gracias!
M
Intenta este. Es el enlace de todos los blogs anteriores que he escrito en Foco Económico
Hola Ana. Mug Bueno el post. Creo que simplifica un poco la visión de los que no quieren la negociación. No hay nadie que no odie, pero que no quiera la salida negociada porque genera malos incentivos? Tipo empiezo una guerrilla, si me va bien bárbaro, y si me va mal no es tan grave.
Saludos
Juan: es válido tu comentario. Sin embargo. durante la campaña presidencial se recurría más a las emociones que a los argumentos. Las dos emociones que explotaron más quienes no querían las negociaciones eran el miedo y el odio.
Un buen comentario en el sentido que mencionas lo hace Mario Chacón en este mismo blog.
De cette façon, vous garderez l’allive hack comme la durée souhaitée.
[…] Ver https://dev.focoeconomico.org/2014/05/27/acabar-el-conflicto-en-colombia-una-eleccion-racional/ [2] Ver http://es.wikipedia.org/wiki/Acuerdos_de_Paz_de_Chapultepec [3] Ver […]