Radiografía de la industrialización argentina en 9 cuadros

Basado en “Una radiografía de la industrialización argentina: 1996-2011”, 2012, CIPPEC

“[E]stamos industrializando (la economía nacional)
a tasas inéditasen la historia.[…][H]emos dado
vuelta la estructura productiva argentina”
Axel Kicillof, Vice-Ministro de Economía[1]

¿De qué hablamos cuando hablamos de industrialización en la Argentina de la post-convertibilidad? ¿Qué ha ocurrido con la industria manufacturera y, más en general, con la estructura productiva argentina en las últimas décadas?

Como un primer intento de ordenar un debate complejo y politizado, presentamos 9 cuadros simples que ofrece un pantallazo a tres aspectos esenciales a la hora de contestar estas preguntas: participación de la industria en el PIB, en la creación de empleo y en las exportaciones, desde una perspectiva histórica y regional. En el proceso, indagamos sobre las tendencias recientes en la formalización, y costos del trabajo industrial. En un trabajo más amplio en preparación, indagamos también en la evolución comparada de la productividad industrial. Veamos.

Cuadro 1. Participación de la industria manufacturera en el PIB, 1993-2012

(en pesos corrientes y pesos de 1993)

 

Fuente: CIPPEC sobre la base de INDEC (2012)

Nota: *Datos disponibles al primer trimestre de 2012.

El primer cuadro muestra que entre 1996 y 2012 la importancia relativa de la industria manufacturera en el producto en términos reales pasó de un mínimo de 15.4% en 2002 a un máximo de 16.8% en 2004 (en parte, reflejo de la devaluación y el resultante cambio de precios relativos, como sugiere la serie a precios corrientes) para luego descender a niveles cercanos al 16% -por debajo del promedio de 17.3% en el período previo a la crisis (1993-1999) y, si corregimos por la caída cíclica en 2009 fruto de la Gran Recesión global, con tendencia negativa.

Cuadro 2. Participación sectorial en el PIB, 1993-2011

(en pesos de 1993)

 

Fuente: CIPPEC sobre la base de INDEC (2012)

Notas: Sector primario incluye Agricultura, pesca y minería; Otros servicios incluye todos los servicios a excepción de la administración pública y defensa.

Una mirada a la composición del PIB a precios constantes desde 1993 (Cuadro 2) revela que la estructura productiva argentina continúa, al igual que en la década de los noventa, dominada por los servicios y la construcción. A partir de 2007, estos sectores han incluso aumentado su participación en el producto real. En contraste, la industria manufacturera y el sector primario (que incluye agricultura, ganadería, pesca y minería) redujeron su peso en el PIB entre 2003 y 2012. Vale hacer notar que Argentina, en ese sentido, muestra una tendencia similar a otros países de la región como Chile o México donde el peso económico de los servicios aumentó en la última década (Cuadros 2bis).

 


Cuadro 2bis Composición del PIB por sector en Chile y México, 1996-2011

(a precios constantes de 1993)

Fuente: CIPPEC, sobre la base del OCDE, Banco Central de Chile e Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México (2012)

Notas: El sector primario incluye agricultura, pesca y minería y otros servicios comprende a todos los servicios a excepción de la administración pública y defensa.

La participación del sector manufacturero en el PIB argentino en dólares aumentó en forma significativa luego de la devaluación del peso, alcanzado un máximo de 25% en 2003; reduciéndose en forma gradual hasta 2007, e incluso mostrando una marcada caída en 2011. El Cuadro3 revela, asimismo, que el resto de América Latina sigue una similar, e incluso más acentuada, tendencia hacia la reducción de la importancia relativa del sector industrial. De la misma manera, países desarrollados como Australia y Canadá exhiben una caída aún más dramática en la importancia de las manufacturas en el PIB.

Cuadro 3. Valor agregado del sector manufacturero en el PIB

(en dólares corrientes)

 

Fuente: elaboración propia sobre la base de Banco Mundial, Australian Bureau of Statistics, Statistics Canada (2012)

Nota: Industria manufacturera se refiere a las divisiones 15-37 de la clasificación ISIC Rev.3. ALC-7 comprende a los siete países de mayor tamaño de la región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Venezuela, que explican el 90% del PIB de América Latina.

En línea con la caída del peso relativo de la industria en el PIB, la contribución del sector manufacturero a la tasa neta de creación de empleo registrado fue limitada, e incluso decreciente, entre 2003 y 2012 (Cuadro 4). Durante ese período las principales fuentes de generación de empleos registrados fueron, previsiblemente, los servicios y la construcción, con una participación creciente del sector público a partir de 2008 (y sobre todo en 2009) cuando la generación de empleo privado se debilita.

Cuadro 4. Contribución a la tasa neta de creación de empleos registrados por sector

Fuente: elaboración propia sobre la base de MTEySS (2012)

Nota: Incluye el empleo registrado total (público y privado). La tasa neta de creación de empleo registrado  es calculada como la suma de las tasas de cada sector ponderadas por el peso en el empleo registrado total

Del mismo modo, la participación relativa de la industria manufacturera en el empleo registrado ha mostrado una tendencia decreciente. Más precisamente, en línea con la Cuadro 2, entre 2003 y 2012 el empleo formal ha estado dominado por los servicios y la construcción –y, a partir de 2009, por el empleo público (Cuadro 5).

Cuadro 5. Participación en el empleo registrado total por sector, 1996-2011

Fuente: CIPPEC, sobre la base del MTEySS (2012)

A partir de 2003, la industria manufacturera, al igual que el resto del sector privado, muestra una tendencia a la formalización de la fuerza laboral en relación a la década de los noventa, que se estancó –e incluso revirtió levemente–  a partir de 2008. Más al punto de nuestra radiografía, tanto esta evolución positiva como los cocientes promedio de empleo registrado privado son similares en la industria que en el resto de la fuerza laboral.

Cuadro 6. Formalización del empleo en la industria manufacturera y el resto del sector privado

Fuente: CIPPEC, sobre la base del MTEySS (2012)

Nota: El empleo informal se calcula por diferencia entre los trabajadores ocupados y registrados.


Netas de productos primarios como metales no ferrosos, la participación de las manufacturas en la canasta de exportaciones totales de la Argentina se ubica actualmente en niveles comparables a los de 1998 (34.9% vs. 32.4%, respectivamente). Asimismo, el peso de los productos manufacturados en las exportaciones argentinas exhibe una tendencia creciente a partir de 2008, en contraste con la tendencia declinante en países productores de bienes primarios en América Latina o en el mundo desarrollado (Australia, Canadá). De hecho, el peso de las manufacturas en la canasta exportadora de la Argentina sobrepasa levemente el promedio de América Latina a partir de 2010. (Cuadro 7).

Cuadro 7. Participación de las manufacturas en las exportaciones totales

Argentina, Australia, Canadá y América Latina

 

Fuente: Banco Mundial (2012)

Nota: Las exportaciones de manufacturas incluyen las secciones 5, 6,7 y 8 de la clasificación SITC (Standard International Trade Classification) excluyendo la división 68 (metales no ferrosos). ALC-7 comprende a los siete países de mayor tamaño de la región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Venezuela, que explican el 90% del PIB de América Latina.


Ajustado por productividad, la Argentina exhibe un rápido agotamiento de la reducción en los costos laborales unitarios (CLU) causada por la crisis de 2001 y la devaluación del 2002, incluso en comparación con países que experimentaron una fuerte apreciación cambiaria, como Brasil a partir de 2004. De hecho, el CLU superó en 2007 el índice previo a la convertibilidad y actualmente se ubica casi 30% por encima del valor de 2001 (Cuadro 8).

Cuadro 8. Costos salariales unitarios (CLU) en dólares en la industria manufacturera y tipo de cambio real efectivo (TCRE) en Argentina y Brasil

 

Fuente: CIPPEC, sobre la base de MTEySS, INDEC, IPEA, Banco Central de Brasil, direcciones provinciales de estadística para el IPC de Argentina después de 2007 & BLS (2012)

Notas: El CLU se calcula como la cantidad de trabajadores registrados por el salario promedio, dividido el producto del sector

Comparando los costos salariales en dólares por hora en la industria manufacturera, Argentina muestra un incremento superior al de países comparables de la región durante 2003-2011, y niveles actualmente más elevados que el de estos países, aún aquellos con un sector industrial significativo como Brasil (30% más alto) o México (100%).


Cuadro 9. Costo laboral por hora en la industria manufacturera

Argentina, Brasil y México (1996-2011)

(en dólares corrientes)

 

Fuente: CIPPEC sobre la base de BLS (2012)

Nuestra breve y esquemática descripción de la evolución de la industria manufacturera ­–y en términos más generales, de la estructura productiva argentina– sugiere al menos dos conclusiones preliminares.

Primero, que el país ha experimentado un proceso de reducción de la incidencia del sector industrial en el PIB y en el empleo similar al de otros países de la región, e incluso a países desarrollados como Canadá y Australia –aunque menos marcado, gracias al colchón de la devaluación de 2002 y la capacidad ociosa generada por la recesión de 1999-2001que explica el rápido ascenso de la industria en los primeros años de la post convertibilidad. Hoy, a pesar de los esfuerzos y los fondos invertidos en protección industrial en el país, el proceso estaría convergiendo a la senda declinante común a otros productores de commodities -en línea con el aumento de los precios relativos de los bienes primarios en relación a la industria manufacturera y con la continua apreciación cambiaria que eleva los costos en dólares de producción local.

Segundo, que, como destacábamos en un reciente post, la naturaleza de la oferta laboral argentina, de salarios medios altos y productividad modesta, en un contexto de fuerte competencia global en manufacturas con países de bajos salarios como China y sus vecinos, pone en duda las posibilidades de éxito de un modelo industrializador desarrollista basado en la protección arancelaria y la sustitución de importaciones.

Por un lado, dada la fragmentación transnacional de la producción, la industrialización en la actualidad está determinada por la capacidad de integrar redes globales de producción a través del desarrollo de segmentos competitivos en algunos eslabones específicos. Estas características de la “Segunda Desintegración Productiva Global”, implica decirle adiós a las modalidades tradicionales de industrialización por sustitución de importaciones de cadenas productivas enteras,  ya que el proteccionismo aumenta los costos de sectores industriales locales altamente dependientes de los insumos extranjeros (Baldwin, 2012).

Por el otro, con las limitaciones propias de las comparaciones entre países disimiles, el hecho de que economías desarrolladas con abundantes recursos naturales como Australia o Canadá también exhiban un sector manufacturero declinando a manos de los servicios sugiere que el desarrollo no necesariamente pasa por un modelo de industrialización tradicional sino que puede combinar la oferta de servicios intensivos en ­trabajo calificado con la elaboración (“industrialización”) de los recursos naturales (Levy Yeyati et al., 2012; Castro, 2012).

En suma, el diagnóstico preliminar de la industrialización reciente en Argentina no es promisorio y su prognosis es tan incierta como en el resto de la región. A la luz de estos datos y en un contexto en el que la desaparición de la protección cambiaria eleva el costo fiscal de esta estrategia, aferrarse al folclore industrializador sesentista no parece hoy la opción más sensata. El modelo de desarrollo de países como Argentina aún no ha sido escrito.

Referencias

Levy Yeyati, E., Castro, L. y Cohan, L. “Latin America Economic Perspectives – All Together Now: The Challenge of Regional Integration”. Brookings Institute. Washington DC. 2012. April.

Castro, L. “Variedades de Primarización. Recursos Naturales y Diversificación Productiva. El desafío de Sudamérica en la relación económica con China”. CIEPLAN. Santiago de Chile. 2012.

Baldwin, R. “Trade and Industrialisation after Globalisation’s Second Unbundling: How Building and Joining a Supply Chain are Different and Why it Matters” NBER Working Paper No. 17716. Issued in December 2011. NBER Program(s):   ITI.


[1]Versión taquigráfica de la presentación ante el Senado de la Nación sobre la nacionalización de YPF. Ver http://www.ambito.com/diario/aw_documentos/archivosdoc/2005/id_doc_5795.doc