Pablo Escobar y la Política

En un influyente artículo, Acemoglu, Johnson y Robinson (2004) distinguen dos grandes tipos de poder político. Por un lado está el poder político de jure que corresponde al poder político formal asignado y distribuido por las instituciones políticas del Estado. Por otro lado está el poder político de facto que proviene de la riqueza y del uso de la fuerza y la violencia y que le permiten a ciertos grupos de la sociedad tener una influencia desproporcionada sobre la toma de decisiones.

Recientemente, gracias a una serie de televisión, y varios libros y documentales, ha resurgido en Colombia un gran interés por la vida de Pablo Escobar, el famoso narcotraficante Colombiano y jefe del desaparecido Cartel de Medellín. Revivir la historia e influencia de Escobar ha resultado ser una verdadera lección de economía política y una oportunidad excepcional para ratificar la importancia de la política y comprender, en la práctica, la interacción de los poderes políticos de jure y de facto. En este post quisiera repasar e interpretar algunos episodios de la vida política de Escobar a partir de éstas categorías de poder. Antes de proceder quiero aclarar que no soy, en absoluto, un experto sobre el narcotráfico en Colombia ni sobre la vida de Escobar. Este post pretende, simplemente, plantear algunos interrogantes y abrir el debate sobre la interacción entre el crimen y la política en diferentes contextos.

Cómo incursionó Pablo Escobar en el negocio del narcotráfico es una tema interesante (en particular, dado que Colombia no era, ni fue por mucho tiempo productor de hoja o pasta de coca). Sin embargo, lo que resulta particularmente fascinante es la incursión de Escobar en el mundo de la política. La relación de Escobar con la política tuvo diversas facetas que discutiré más adelante, pero quizás la más interesante y sorprendente fue su participación directa y personalmente en la política electoral cuando en 1982 fue candidato, y posteriormente elegido, a la Cámara de Representantes de Colombia. Es decir, el momento en que Escobar quiso tener poder político de jure.

A primera vista resulta sorprendente que un presunto narcotraficante decida participar abiertamente en política, exponiéndose al escrutinio público. Lo natural sería que un narcotraficante se especialice en el tipo de poder para el cual tiene ventaja comparativa: el poder de facto a través del uso del dinero (sobornando políticos, jueces o financiando a candidatos que lo representen) o a través del uso de la violencia y la coerción (mediante la intimidación y asesinato de sus enemigos políticos). No le tomaría mucho tiempo a Escobar descubrir su verdadera ventaja comparativa en el mundo de la política, pero las razones que lo llevan a buscar personalmente el poder político de jure no dejan de ser interesantes.

Hay distintas razones, propuestas por reporteros de la época y por sus allegados, que vale la pena repasar y evaluar. Una de las primeras experiencias que pone en evidencia para Escobar el poder de la política se da en 1981 cuando el grupo guerrillero M-19 secuestra a la hermana menor de los hermanos Ochoa-Vasquez, principales socios de Escobar en el Cartel de Medellín. En respuesta a dicho secuestro, Escobar junto con los demás narcotraficantes del país deciden fundar el movimiento Muerte a Secuestradores (MAS -origen de los movimientos paramilitares en Colombia) y gastan una enorme fortuna para crear un ejercito de más de 2,300 hombres y pagar recompensas a informantes. Sin embargo, la liberación sólo se logra meses más adelante tras la intervención de políticos locales con la intermediación del General Manuel Antonio Noriega. Para Escobar, los políticos lograron con algunas llamadas telefónicas lo que ellos no lograron con millones de pesos y miles de hombres armados. Esto llevaría a Escobar a entender que el verdadero poder pasa, necesariamente, por el poder político.

Muchos años antes de su participación en política, Escobar se había constituido ya en el mejor exponente del denominado narcopopulismo. Escobar fue famoso por la obras sociales y bienes públicos (casas, canchas de fútbol, entre otros) que suministraba a los habitantes más pobres de Medellín lo cual lo llevó en un momento a merecer el título del ‘Robin Hood’ criollo. Hay muchos motivos que explican por qué un criminal decide proveer bienes públicos. En primera medida, con el narcopopulismo Escobar buscaba ganar apoyo popular y una base de seguidores que lo defendiera de sus enemigos lo cual resultó fundamental en sus últimos años. Adicionalmente, con las obras sociales Escobar pretendía “limpiar” el origen ilegal de sus recursos, y eventualmente justificar las bondades de los recursos del narcotráfico ganando poder de negociación ante el gobierno y ante la opinión pública.

Muchos argumentan que una vez se genera una relación de patrón-clientela (como la que surgió entre Escobar y los habitantes de los barrios pobres de Medellín) resulta natural explotar dicha relación para fines electorales. Esto explica el interés de muchos políticos locales y nacionales por lograr el apoyo de Escobar y aprovechar su masa de seguidores así como su enorme riqueza. De hecho, la evidencia sugiere que fueron los políticos quienes primero se acercaron a Escobar para tentarlo a que participara en política. Como decía el escritor RH Moreno Durán, fue la clase política quien corrompió a los narcotraficantes y no al revés. Sin embargo, esto no explica por qué Escobar decide participar personalmente como candidato en lugar de utilizar toda su red de seguidores y su fortuna para apoyar a otros políticos locales que lleguen al Congreso a defender sus intereses. ¿No eran endosables sus seguidores a otros candidatos si no participaba él directamente? ¿No confiaba Escobar en que otros políticos defendieran sus intereses? De cualquier forma, resulta fascinante estudiar en mayor detalle el fenómeno del narcopopulismo, y más en general, la provisión de bienes públicos y proyectos sociales por parte de criminales a la comunidad. Esto es algo que James Robinson (Harvard), junto con Diego Restrepo y Maria Teresa Ronderos (de Verdad Abierta) están estudiando en el contexto de los grupos paramilitares en Colombia.

Sin embargo, quizás el factor que más motivó el interés de Escobar por la política fue la Ley 27 de finales de 1980 que decretaba el tratado de extradición con los Estados Unidos. Tanto Pablo Escobar como Carlos Lehder (otro famoso narcotraficante Colombiano quien también participó de manera activa en política) utilizaban una retórica nacionalista extrema para justificar su oposición al tratado de extradición. Los dos naturalmente, sólo defendían sus intereses particulares pues sabían que estarían entre los primeros ciudadanos Colombianos en ser extraditados de entrar en vigencia el tratado. Sin embargo, este argumento tampoco explica la participación directa y personal de Escobar en política. Constantemente ciudadanos y grupos de interés logran influir en los políticos para que la legislación sea favorable a sus intereses sin tener que participar directamente en política como candidatos (esta es la esencia del lobbying). En el caso de Escobar había un elemento adicional: de ser elegido congresista lograría obtener inmunidad parlamentaria por un periodo de cuatro años que lo protegería del riesgo de ser extraditado. Este es quizás el argumento más natural para justificar el interés de Escobar en participar en política como candidato.

El grueso de los miembros del Cartel de Medellín se opusieron a la participación de Escobar en política. Para ellos esto sólo incrementaría el escrutinio de los políticos, los medios y la ciudadanía sobre sus actividades económicas y las de sus socios. Escobar insistía en que sólo el poder político les brindaría poder absoluto (el poder económico ya lo tenían). Sus socios tenían la razón…

La participación de Escobar en política resultaría ser uno de sus más graves errores. Una vez en el Congreso, el Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla denunció públicamente la penetración del narcotráfico en el Congreso en cabeza de Pablo Escobar. Al poco tiempo, Escobar pasaría de ser un presunto narcotraficante a ser un narcotraficante comprobado cuando el diario El Espectador publicó un artículo relatando el arresto de Escobar en el pasado por tráfico de cocaína y el asesinato de los detectives que investigaban el caso. Como resultado de esto Escobar sería expulsado del Congreso en 1984 lo cual terminaría intempestivamente su corta carrera política. Escobar diría más adelante “yo he tomado la determinación de retirarme definitivamente de la política porque considero que para prestarle un servicio a la comunidad lo puedo hacer con mis obras cívicas sin tener ninguna participación en ella”.

Escobar había aprendido la lección y había descubierto que su verdadera ventaja comparativa en la política estaría en el uso del poder de facto y no de jure. A partir de 1984 la influencia de Escobar en la política nacional se manifestaría a través del soborno o asesinato de ministros de estado, candidatos presidenciales, jueces, periodistas y policías. La doctrina era “plata o plomo”, precisamente los dos elementos fundamentales del poder político de facto. El poder de facto de Escobar resultó ser muy exitoso y puso de manifiesto la aguda debilidad institucional de la democracia Colombiana. En junio de 1991, poco tiempo después de que la nueva Constitución prohibiera la extradición de ciudadanos Colombianos (el principal objetivo político de Escobar), éste se entrega a la justicia. Es recluido en una cárcel en la cual su poder de facto permanece intacto. Todos los guardias y soldados de la prisión son seleccionados por Escobar y trabajan a “sueldo” para el narcotraficante. A la cárcel (llena de lujos) Escobar cita a sus enemigos a quienes ejecuta y entierra en los mismos terrenos de la prisión. Cuando el gobierno amenazó con ocupar la cárcel, Escobar se fugó tranquilamente con la complicidad de los guardias y soldados que custodiaban el centro penitenciario …Finalmente muere asesinado por el denominado “bloque de búsqueda” conformado por el ejército y la policía, con el apoyo de los Estados Unidos, y sobretodo, el apoyo de los PEPES (Perseguidos por Pablo Escobar), una organización paramilitar que recibió en su momento el apoyo de los entes oficiales del estado y cuyos miembros terminarían formando los grupos paramilitares más poderosos de Colombia.

Pablo Escobar intentó acumular poder político de jure y de facto, pero sólo su poder de facto lo hizo verdaderamente poderoso. ¿Por qué intenta un criminal como Escobar participar personalmente en la política nacional? Quizás fue ingenuidad. O quizás Escobar sobreestimó la capacidad que tendría de lograr públicamente la aceptación y legitimidad por parte de la élite nacional. O quizás el poder corruptor de los políticos fue aún mayor y lo llevaron a cometer uno de sus más grandes errores que lo llevaría intempestivamente a la clandestinidad.

En cualquier caso, creo que es interesante entender con mayor profundidad las diversas formas de  participación criminal en política. Sería interesante estudiar este fenómeno en otros contextos (por ejemplo, México) para entender qué tan común es el fenómeno del narcopopulismo (y no sólo para el narcotráfico sino también para otras formas de crimen) y para entender la manera en la cual los criminales combinan las fuentes de jure y de facto de poder político.