Maria Sklodowska nació el 7 de noviembre de 1867, en Varsovia, Polonia. Sus padres eran maestros. Polonia no era un país libre en aquel momento. Maria vivía en la parte del país gobernada por Rusia. Era una niña maravillosa, brillante y curiosa. Adoraba a su padre y escuchaba con sumo interés todo lo que él le decía, quien convertía cada conversación con sus hijos en una lección.
Cuando Maria estaba lista para ir a la universidad, sus padres solo tenían dinero para que uno de sus hijos estudie y dado que en ese momento su hermano Jozef estaba cursando en la escuela de medicina, Maria y su hermana, Bronia, debían esperar sus turnos. Además, la Universidad de Varsovia no permitía el ingreso de mujeres. Maria comenzó a estudiar sola y en breve, Bronia se le unió. Luego arribaron a un plan: Bronia iría a París a estudiar en la Sorbona y Maria se quedaría en Polonia para ganar dinero para ambas. Después de que Bronia se graduase, sería el turno de Maria. A la edad de 18 años, Maria empezó a trabajar como institutriz. Al principio le gustaba ese trabajo pero luego, como en las novelas, se enamoró del hijo mayor de la familia para la que estaba trabajando. El casamiento fue prohibido por los padres del joven, pues Maria era solo una institutriz. A partir de ese momento, Maria odiaba vivir y trabajar para las personas que la habían despreciado, pero tenía que mantener su promesa a Bronia, por lo que mantuvo ese trabajo un año más. Luego trabajó como institutriz para otra familia. Finalmente Bronia terminó la universidad, se casó y le escribió a Maria invitándola a trasladarse a París a vivir con ella para que pueda asistir a la Sorbona. Después de 3 años de estudio constante, Marie rindió sus exámenes finales en Ciencia. Sólo dos mujeres se graduaron ese año, y Marie fue la mejor de toda su clase.
Después de graduarse, estudió matemáticas en la Sorbona. Su profesor, Gabriel Lippmann, le encontró un trabajo en un laboratorio de la universidad donde su tarea consistía en estudiar el magnetismo y el acero. Marie luchó con sus experimentos bastante pues no podía obtener buenos resultados. Para ayudarla, unos amigos le presentaron a Pierre Curie, un científico que se había hecho famoso muy joven. Cuando Pierre tenía 21 años descubrió, junto a su hermano, que los cristales de cuarzo podrían sostener una carga eléctrica. Después de eso, Pierre inventó una herramienta científica llamada electrómetro, utilizada para medir cantidades muy pequeñas de electricidad. Marie necesitaba su electrómetro para alcanzar mejores resultados en sus experimentos. El 2 de julio de 1895, Marie se convirtió en Marie Curie.
Marie y Pierre comenzaron a trabajar juntos. Siguieron el trabajo de Henri Becquerel, quien descubrió la radiactividad, aunque nunca le dio ese nombre. De hecho, fue Marie quien le dio ese nombre a los rayos que algunos elementos emiten, y también quien notó que una gran cantidad de productos químicos podían desprender radiactividad. La radiactividad es un tipo especial de energía que surge en el interior de los átomos de ciertos metales o productos químicos. Cuando algo es radioactivo, emite rayos de energía hasta que esa energía se acaba. Marie tomó los avances alcanzados en el trabajo de Becquerel y comenzó a experimentar con uranio. Luego hizo algo brillante que cambió la ciencia para siempre: decidió experimentar con una roca llamada pechblenda, la cual contiene gran cantidad de uranio y otros metales. Marie encontró que la piedra despedía aún más rayos que los que emite el uranio solamente. ¿Cómo podía suceder eso? Marie concluyó que tenía que haber otro metal mezclado en la pechblenda, al que llamó polonio. Sin embargo, no pudo demostrar que el polonio existía al separarlo de la pechblenda porque las cantidades de polonio en la roca eran demasiado pequeñas. Mientras trataba de demostrar la existencia del polonio, sin embargo, se topó con algo aún más interesante. La pechblenda tenía otro elemento. Junto con Pierre lo llamaron radio. El radio es tan poderoso que incluso la cantidad más pequeña del mismo es un millón de veces más radiactivo que el uranio. Por desgracia, estar rodeada de radio comenzó a enfermar a Marie.
Después de que Marie terminó su tesis, logró doctorarse en la Sorbona. Justo después, Marie y Pierre recibieron una carta anunciándoles que habían ganado el Premio Nobel en Física. Pierre respondió explicándole al comité que ellos no podrían asistir a la ceremonia. Marie estaba enferma y él estaba demasiado ocupado dando clases. Ellos compartieron el premio con Becquerel, quien fue a Suecia y recibió el mismo. En su discurso Becquerel hizo parecer que él había hecho todo el trabajo (algo que no me llama la atención en lo más mínimo). Aún así, los Curie se hicieron famosos rápidamente. Todos los periódicos escribieron sobre ellos. Los lectores estaban fascinados con Madame Curie: ¡una científica mujer!
Desafortunadamente, pocos años más tarde, Pierre murió en un accidente. Fue entonces que la Sorbona invitó Madame Curie como profesora a cargo de la cátedra que unos pocos años antes le habían otorgado a Pierre. Fue una triste victoria para Marie. Unos años más tarde Marie se enamoró de un estudiante de Pierre, Paul Langevin, quien fue también un científico importante. Paul le escribió cartas de amor a Marie, y ella las respondió. Un día la esposa de Paul encontró esas cartas. Marie trató de convencer a Paul de divorciarse, pero él no quiso. Entonces, Marie y Paul se distanciaron. Sin embargo, un año más tarde, coincidieron en una importante conferencia en Bruselas y la esposa de Paul enfureció. Envió las cartas de amor de Marie y Paul a un periódico parisino, el cual las publicó, creando un gran escándalo. Y fue un especial mal momento para ese tipo de problemas ya que esa misma semana Marie había recibido una carta anunciando que recibiría otro Premio Nobel, esta vez en Química y ella sería la única ganadora. Dos Premios Nobel en distintas disciplinas científicas seguramente justifiquen el título de esta entrada.
Unas semanas más tarde, el comité del Premio Nobel le envió una segunda carta a Marie. Después de todas las historias publicadas por la prensa sobre su relación con Paul Langevin, querían que Marie rechazara el premio. Marie no aceptó este pedido y contestó que su vida privada era privada por lo que iría a Estocolmo a aceptar el premio. Marie creía que le estaban dando el Premio Nobel por su ciencia. Nada más debería importar.
En 1914, la Universidad de París creó el Instituto Curie. Marie fue la primera directora. La segunda directora fue su hija Irene, quien también ganó el Premio Nobel junto a su marido, Frederic Joliot.
En mayo de 1934, Marie comenzó a sentirse muy débil. El radio estaba ganando finalmente la batalla. Murió el 4 de julio a la edad de sesenta y seis años. En 1995, el gobierno de Francia decidió desenterrar los ataúdes de Marie y Pierre y moverlos al Panteón. El presidente Mitterrand asistió a la ceremonia y dio un discurso conmovedor. Su otra hija, Eve, quien escribió una hermosa obra sobre la vida de su madre, estuvo presente. La obra de Marie cambió el mundo, y su nombre vivirá para siempre.
Apasionante la biografía de estas clase de personas con tanta tenacidad. Leí una edición vieja y bastante extensa de su vida. Seguro es la misma. En alusión al punto inicial recuerdo un pasaje del libro que contaba lo prolongado que fue la labor de «zarandeo» para separar los elementos que buscaba. Muy bueno recordarla.
A mí me pareció que Sebastian resalta su pasión, por la ciencia como por la vida, sin relegar esta última por abrazar la primera.