Una de las tantas tragedias que ocurren durante las guerras internas es el asesinato de políticos: candidatos, oficiales elegidos que están ejerciendo su cargo y oficiales que ocuparon un cargo de elección pública en el pasado. Aunque en las ciencias sociales este fenómeno ha recibido muy poca atención, es muy común en países donde coexisten elecciones competitivas y guerra civil como Iraq, Afganistán, Sri Lanka, India, Perú o Colombia. Además, los homicidios políticos también son comunes en países que tienen elecciones en medio de una guerra contra grupos criminales, como México. ¿Cuáles son los efectos de este tipo de violencia contra quienes participan en la democracia?
En un artículo coautoriado con Mario Chacón (NYU Abu Dhabi) y Laura García Montoya (Northwestern University) investigamos el efecto de los asesinatos de políticos sobre la calidad de la democracia local y de los gobiernos municipales en Colombia. El asesinato de políticos puede afectar tanto la oferta (es decir, las candidaturas), como la demanda (es decir, la votación), en el proceso político. También puede afectar la calidad de los gobiernos municipales, impactando así múltiples resultados socioeconómicos.
Identificar los efectos de los asesinatos de políticos es difícil porque los factores que llevan a un grupo armado a asesinar a un político pueden estar correlacionados con la calidad de los gobiernos municipales así como con su capacidad (no observada) de prevenir este tipo de violencia. Nuestro estudio utiliza el hecho que algunos intentos de asesinato fallan: comparando los municipios donde hubo un atentado fallido con aquellos donde hubo un asesinato consumado, y asumiendo que la probabilidad de éxito es independiente de factores asociados con la calidad institucional, podemos identificar el efecto de estos asesinatos sobre la calidad de la democracia y del gobierno municipal.
Nuestro trabajo hace varias contribuciones a la literatura sobre los efectos políticos de los conflictos internos. En primer lugar, es el primero en investigar los efectos de la violencia selectiva contra políticos. Aunque numerosos estudios han investigado los efectos de las guerras civiles sobre comportamientos políticos, especialmente sobre la participación política de las víctimas[1], ninguno se ha centrado en los efectos de este tipo de violencia[2]. Sólo un artículo ha investigado los efectos de dicha violencia sobre la participación electoral en el caso de las guerras criminales en México (Ley 2016). Nuestra estrategia de identificación nos permite aislar el efecto de los asesinatos políticos y sugiere que es fundamental investigar el efecto de diferentes tipos de violencia, en lugar de tratar todos los eventos violentos como un mismo choque sobre los individuos y las comunidades.
Segundo, nuestro estudio es el primero en investigar los efectos de la violencia en la guerra sobre la política más allá del comportamiento individual de los votantes. En particular, consideramos la calidad de la democracia, entendiendo que ésta depende de la calidad de los candidatos (la oferta) y no sólo del comportamiento de los votantes (demanda). También investigamos el impacto en la calidad de la gobernanza local, la cual afecta diferentes ámbitos socioeconómicos en los municipios. Este enfoque contrasta con la mayoría de los estudios que se limitan a investigar el comportamiento político de los votantes a nivel individual. En particular, suelen centrarse en la participación y las preferencias políticas de las víctimas. El paso del individuo a la localidad es fundamental para entender cómo la guerra puede transformar la calidad de la democracia y de los gobiernos locales—dos de los variables que se espera sean afectadas por la participación política.
Tercero, nuestro estudio aborda un fenómeno crucial dentro del contexto colombiano actual. En el marco de la implementación del proceso de paz con las FARC es fundamental identificar los retos que enfrenta la democracia en Colombia en el tránsito hacia la paz. En particular, en estas comunidades que han sido históricamente victimizadas y que por lo tanto tienen que contar con candidatos idóneos es fundamental desarrollar un sistema electoral libre de presiones y consolidar gobiernos locales de calidad que respondan a las necesidades de quienes más han sufrido la guerra. Identificar los retos específicos de estas comunidades que han perdido a políticos a manos de actores armados es fundamental para avanzar la democracia y la calidad de los gobiernos municipales.
Los asesinatos de políticos en Colombia
En este artículo usamos una base original de políticos locales asesinados en Colombia entre 1980 y 2015. La base la creamos a partir de fuentes múltiples, las cuales incluyen la información contenida en los boletines de violaciones de derechos humanos del CINEP, el sistema de datos compilados por la Federación Nacional de Municipios, El Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la Universidad Nacional de Colombia, la Policía Nacional, el Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia, el Movimiento Nacional de Víctimas del Estado (MOVICE) y la Misión de Observación Electoral (MOE). También codificamos asesinatos reportados en varias publicaciones[3] y periódicos nacionales, los cuales revisamos en detalle cada año entre 1980 y 2015. Para cada evento codificamos la fecha, el municipio donde ocurrió el evento y de donde la víctima era candidata o donde ejercía su cargo, todas las posiciones políticas que había tenido, el partido político al que pertenecía y el victimario, en caso de ser indicado por la fuente.
La Figura 1 muestra el total de asesinatos en cada año. En total identificamos 1,833 asesinatos. Algunos eran candidatos o excandidatos a la alcaldía, alcaldes o exalcaldes; otros eran candidatos, excandidatos o miembros del consejo municipal, o habían sido concejales en el pasado. Algunos habían ocupado más de un cargo público de elección popular. En el análisis usamos sólo los datos desde 1990.
Figura 1. Asesinatos de Políticos Locales en Colombia (1980-2015)
- Los municipios con atentados fallidos como grupo de control
Los municipios donde los grupos armados atentan contra la clase política local tienen ciertos atributos no observables que muy probablemente no tienen los municipios sin violencia, como por ejemplo la presencia territorial de estos grupos. Por esta razón, el ejercicio de comparar municipios donde hubo asesinatos con municipios donde ningún político fue asesinado arrojaría conclusiones inválidas. Para poder aislar el efecto de los estos asesinatos comparamos municipios donde hubo un asesinato con aquellos donde hubo un atentado fallido. Asumimos que la probabilidad de éxito de un atentado es independiente de los factores que pueden afectar la calidad de la democracia y de los gobiernos municipales. Bajo este supuesto, las diferencias entre los municipios donde hubo un asesinato y los municipios donde no lo hubo pueden ser atribuidas al asesinato.
Para validar nuestro supuesto seleccionamos aleatoriamente diez atentados fallidos y buscamos información cualitativa sobre ellos. Encontramos que en ninguno de los casos el atentado fue impedido por la reacción eficaz de las fuerzas estatales o por la acción colectiva de la comunidad. En todos los casos la víctima se escapó, los atacantes fallaron al disparar, o lograron herir gravemente a la víctima pero ésta sobrevivió. Encontramos que en muchos casos, tanto de asesinatos como de atentados fallidos, la víctima había avisado al estado sobre el riesgo que corría su vida y aún así no recibió protección del gobierno central.
La Tabla 1 muestra una serie de características pre-determinadas (1995) de los municipios donde hubo un asesinato y los municipios donde hubo un atentado fallido. En particular, usamos la tasa de pobreza, el número de funcionarios públicos como proxy de la capacidad estatal (normalizado por el tamaño de la población), el número de organizaciones civiles per cápita, el ingreso per cápita, la presencia de cultivos de coca, la distancia a la capital departamental y la altitud sobre el nivel del mar. Siguiendo el test de balance propuesto por Rubin (2001), para todas las variables no se puede rechazar la hipótesis nula del balance entre el grupo de tratamiento y de control.
Tabla 1. Balance entre el grupo de tratamiento y de control
- Resultados Econométricos
Los efectos de los asesinatos de políticos en la participación política
Estimamos una serie de modelos panel para las nueve elecciones locales que tuvieron lugar entre 1990 y 2015. En todos los modelos permitimos heteroscedasticidad arbitaria a nivel del municipio y controlamos por el tamaño de la población (usando el logaritmo natural) y la tasa de urbanidad. La Figura 2 muestra los resultados de diferentes especificaciones (sin efectos fijos; con controles; con controles y efectos fijos de municipio; y con controles y efectos fijos de departamento). Los asesinatos de políticos tienden a disminuir la participación electoral en aproximadamente 3 puntos porcentuales.
Figura 2. El efecto de asesinatos a políticos sobre participación electoral
Los efectos de los asesinatos de políticos en la calidad de los gobiernos municipales
Para identificar el impacto de los asesinatos de políticos sobre la calidad de los gobiernos municipales usamos el índice de “gobierno abierto” (IGA) producido por el Departamento Nacional de Planeación, el cual mide la existencia de mecanismos de control interno en el gobierno municipal, su transparencia y su comunicación con las comunidades a las que representa. El índice varía entre 0 a 100 y está disponible entre 2010 y 2016.
Usando modelos panel estimamos el efecto de los asesinatos a políticos en el IGA del año siguiente, para los años 2010 a 2015. Como lo muestra la Figura 3, el asesinato de un político tiene un efecto negativo y generalmente significativo sobre la calidad del gobierno municipal en el año siguiente. Es posible que estos resultados estén capturando la disrupción que genera el asesinato de un alcalde en el funcionamiento del gobierno municipal. Para explorar si el efecto es el mismo en el caso de los concejales, corremos los mismos modelos teniendo en cuenta sólo los asesinatos a concejales. Los resultados, presentados en la Figura 4, muestran que todas las especificaciones sugieren un efecto negativo y significativo sobre la calidad de los gobiernos municipales.
Figura 3. El efecto de los asesinatos de políticos sobre la calidad de los gobiernos municipales
Figura 4. El efecto de los asesinatos de concejales sobre la calidad de los gobiernos municipales
En nuestro trabajo también estamos investigando el impacto sobre la calidad de los candidatos. En un trabajo anterior (Arjona y Chacón 2013), encontramos que los asesinatos tienen un efecto negativo sobre la calidad de los gobernantes en el largo plazo. Estamos compilando datos de varios años para estudiar el efecto sobre candidatos y funcionarios públicos.
- Conclusión
Las guerras pueden impactar de muchas maneras la vida social, económica y política de las poblaciones que la sufren. Para entender mejor los legados de la guerra y los retos particulares que enfrentan las comunidades que han sido afectadas por ésta, es fundamental investigar cuáles son los efectos diferenciados de distintos tipos de violencia. Nuestro estudio sugiere que la violencia contra políticos no aumenta la participación política, como han encontrado numerosos estudios previos. Además, encontramos que la calidad de los gobiernos municipales tiende a verse afectada por este tipo de violencia. Estos resultados sugieren que debemos tomar con más cautela la literatura que ha encontrado un efecto positivo de la violencia sobre la vida social y política. Si bien estos estudios han identificado un efecto sumamente importante de la violencia—una violencia en su mayoría caracterizada por los autores como aleatoria—no podemos generalizar este efecto a todos los tipos de violencia. Es posible que la violencia selectiva—o al menos cierto tipo de violencia selectiva—tenga el efecto contrario.
Nuestro trabajo también muestra que es sumamente importante investigar los legados de la guerra no sólo sobre el comportamiento individual, sino también sobre la política en un sentido más amplio. Debemos investigar cómo afecta la guerra el proceso democrático, la calidad de los gobiernos y los resultados de sus políticas públicas.
Referencias citadas
Arjona, Ana y Mario Chacón, 2013. “The Impact of War on the Quality of Local Governance: Evidence from Colombia.” Paper presented at the Annual Meeting of the American Political Science Association, Chicago, IL.
Bauer, Michal, Christopher Blattman, Julie Chytilová, Joseph Henrich, Edward Miguel y Tamar Mitts, 2016. “Can war foster cooperation” Journal of Economic Perspectives, Vol. 30 (3): 249-274.
Ley, Sandra, 2017. “To vote or not to vote: How criminal violence shapes electoral participation». En Journal of Conflict Resolution, doi: 10.1177/0022002717708600
[1] Para una revisión de literatura, ver Bauer et al. (2016) y Ley (2016).
[2] La única excepción que conocemos es un trabajo preliminar de Arjona y Chacón (2013) sobre los efectos de los asesinatos a políticos locales sobre la calidad de los gobernantes en el largo plazo.
[3] Estas fuentes incluyen Acabar con el Olvido de la Federación Nacional de Ganaderos (FUNDAGAN), Unión Patrótica, Expedientes contra el Olvido, el cual incluye una lista de los miembros de la Unión Patrótica que fueron asesinados y El Precio de Ser Liberal, que incluye la lista de miembros del Partido Liberal asesinados antes de 1989.