Convergencia y Divergencia en la Economía Mundial

En colaboración con Iván Torre

La historia de la economía mundial en el último milenio puede representarse, a trazos gruesos, como la historia de un crecimiento económico cada vez más acelerado. Si el primer milenio de nuestra era fue de estancamiento, los últimos mil años fueron testigo de una economía que creció a un ritmo cada vez mayor como resultado de un proceso de avance tecnológico exponencial. En particular, el período de mayor crecimiento se dio a partir de comienzos del siglo XIX. En efecto, de acuerdo a los datos recolectados por Angus Maddison (2010), mientras que entre el año 1000 y 1820 el ingreso per cápita promedio del mundo aumentó un 47%, entre 1820 y 2008 esa misma variable se multiplicó por once. Este crecimiento vertiginoso, sin embargo, no fue homogéneo en todo el mundo.

Lant Pritchett publicó en 1997 un artículo titulado “Divergence, Big Time” en el que analizaba el desempeño de la economía de los distintos países del mundo entre 1870 y 1990. Su hallazgo principal fue que, a diferencia de lo predicho por las teorías prevalecientes sobre crecimiento económico, si hubo un hecho característico de la economía mundial de ese período ese no fue tanto la elevada tasa de crecimiento promedio sino el gran aumento de la dispersión de los ingresos per cápita en el globo. Así, si en 1870 el ingreso del país más rico era 8,7 veces mayor que el ingreso del país más rico, en 1990 ese ratio se había elevado a 45,2. Más aun, el ingreso per cápita promedio de los países desarrollados relativo al ingreso per cápita promedio del resto de los países fue en 1870 2.7 mientras que en 1990 llego a 4.5. Alternativamente, si miramos el desvío estándar del logaritmo del ingreso per cápita, el mismo pasó en el mismo período de 0.51 a 1.06. En este sentido lo que prevaleció fue más la divergencia en el ingreso de los países que la convergencia de los mismos (cierto es que los economistas han dicho que la convergencia predicha por el modelo de crecimiento neoclásico es condicional. Sin embargo, en un mundo con libre movilidad de factores, no es evidente que la misma debiese ser solo condicional).

El trabajo de Pritchett detiene su análisis en 1990 y, por lo tanto, no cubre las últimas dos décadas en las que las economías del planeta se han vuelto más capitalistas, aunque, vale aclarara, el capitalismo ha adoptado distintas versiones en distintas partes del mundo. ¿Cuál fue el desempeño de la economía mundial en este último período? El gráfico 1 ilustra los ingresos per cápita de distintas regiones del mundo entre 1950 y 2011. Allí se puede observar que no ha habido un cambio significativo de tendencia en los últimos años: la economía del Este y el Sur de Asia tiene un crecimiento constante que la acerca cada vez más al ingreso de regiones tradicionalmente más ricas como América Latina, el Medio Oriente y Europa Oriental. Las regiones más prósperas de Europa Occidental, Estados Unidos y las ex colonias británicas de Canadá, Australia y Nueva Zelanda crecen en forma relativamente estable al tiempo que el estancamiento económico de África –parcialmente revertido en los últimos años- pone a ese continente a una distancia cada vez mayor de las economías del resto del mundo. En 2006, el ratio del ingreso per cápita de la economía más rica a la economía más pobre del mundo era un astronómico 135,6 (hoy en día es de 114); el ratio del ingreso per cápita promedio de las economías desarrolladas al resto de las economías era de 4.7 y el desvío estándar del logaritmo del ingreso per cápita trepaba hasta 1.2. En este sentido, el diagnóstico de Pritchett parece seguir siendo válido para describir lo ocurrido en las últimas dos décadas.

 

Gráfico 1 – ingreso per cápita de regiones del mundo, 1950-2011


El análisis de Pritchett toma como unidad de análisis a los países. Ahora, ¿qué sucede si nuestra unidad de análisis son los individuos? En el gráfico 2 presentamos la evolución del desvío estándar en el ingreso per cápita de los países desarrollados, de aquellos de ingresos medios y de aquellos de ingresos bajos, también conocidos por su sigla en inglés como LDCs (Least Developed Countries), y del mundo, en todos los casos ponderando los datos por la población de los distintos países. Allí se puede apreciar que parece haber una convergencia en el nivel de ingreso de los países más desarrollados, aunque no puede decirse lo mismo para los otros dos grupos de países.

Sin embargo, y más importante, a nivel global, los ingresos parecerían estar convergiendo desde hace al menos treinta años. La fecha no es casual: en efecto el gran promotor de esta convergencia es China, el país más poblado del mundo, que en 1979 inició un proceso de reforma económica que lo ha llevado a crecer en forma sostenida durante las últimas tres décadas. En los últimos quince años se sumó a ese proceso de acelerado crecimiento económico otro país muy poblado – la India. Estos dos gigantes asiáticos son los que, hoy en día, están haciendo converger los ingresos de los habitantes del planeta.

Gráfico 2 – Dispersión de los ingresos per cápita, 1950-2011

En conclusión, la evidencia nos indica que la expansión del capitalismo ha estado asociada a un aumento en la heterogeneidad de los ingresos de los países más pobres. Tomando al mundo como un todo, sin embargo, el crecimiento de China e India ha llevado a que el ingreso de los habitantes del planeta sea menos heterogéneo que hace treinta años y muestre, finalmente, señales de convergencia.

Referencias

Maddison, Angus (2010) World Income Database (www.ggdc.net/maddison)

Pritchett, Lant (1997) “Divergence, Big Time” en Journal of Economic Perspectives, vol. 11 (3), pp. 3-17