La naturaleza de las rigideces de precios nominales y la velocidad de ajuste de los mismos son un aspecto de la economía que está en el centro de varios debates macroeconómicos. Estas afectan la magnitud y persistencia del efecto de la política monetaria sobre el producto. Asimismo, las rigideces de precios son un tema central en los debates acerca de la viabilidad del Euro como moneda única Europea y en el debate nuestro acerca de las lecciones de la convertibilidad. En estas discusiones sobre la viabilidad de tipos de cambio fijos a veces se escucha el argumento que cuando el tipo de cambio debe real depreciarse la rigidez de los precios a la baja genera grandes costos en términos de empleo y producto que exceden los beneficios del tipo de cambio fijo.
Estos debates implicitamente aparecieron en este blog. Por ejemplo, en las discusiones sobre los costos de políticas antiinflacionarias y en comentarios sosteniendo que a la salida de la convertibilidad los precios se ajustaron muy lentamente a la devaluación y por ello se depreció el tipo de cambio real.
En esta entrada voy a presentar algo de evidencia sobre rigideces de precios en Argentina y otros países.
Que se ha documentado de la evidencia empírica?
En los últimos años han aparecido una gran cantidad de trabajos de investigación que documentan el grado y la naturaleza de la rigidez de los precios al consumidor en distintos países. En base a los estudios que conozco me voy a arriesgar a sintetizar algunas de las regularidades empíricas que se han documentado.
- La flexibilidad de precios aumenta a medida que aumenta la inflación
- Para una inflación de cero los precios ajustan en promedio aproximadamente una vez por cuatrimestre.
- Para una inflación del 25% los precios ajustan en promedio aproximadamente una vez por trimestre.
- Cuando la inflación es baja, la magnitud y la probabilidad de un cambio de precios son prácticamente iguales para alzas y bajas de precios. (no hay inflexibilidad de precios a la baja).
- Los cambios de precios son grandes aun con inflación baja.
Las primeras tres afirmaciones están basadas en la evidencia descripta en la figura 1 en la que observamos el número promedio (entre productos) de cambios de precios por mes como función de la inflación. Cada uno de los estudios está basado en un grupo distinto de bienes, pero todos se basan en precios al consumidor de bienes y/o servicios. En la figura vemos que para tasas bajas de inflación en promedio hay alrededor de un cuarto de cambios de precios por mes y que a partir de una inflación alrededor del 10% los precios se tornan más flexibles (cambian más frecuentemente). Con algo de buena voluntad, el gráfico muestra que para una inflación del 25% anual el número de cambios de precios por mes es aproximadamente un tercio (yo lo calcule más rigurosamente para los puntitos azules del gráfico). El tiempo esperado en que los precios no cambian lo podemos calcular invirtiendo estos números. Es decir, los precios cambian aproximadamente una vez por cuatrimestre con inflación cercana a cero y una vez por trimestre con una inflación del 25% anual.
Si excluimos de los datos cambios de precios debidos a descuentos transitorios, para una inflación baja, la duración esperada de los precios sin cambios puede trepar a un año en los estudios con datos de EEUU. En Argentina ese número probablemente sea menor debido a que las liquidaciones transitorias son menos frecuentes.
El gráfico también nos revela que la experiencia Argentina es muy similar a la de otros países.
La últimas dos afirmaciones están basadas en la evidencia presentada en los gráficos 2 y 3. La figura 2 nos muestra que la magnitud de cambios de precios es bastante grande y que es equivalente para alzas y bajas de precios. En ambos casos, cuando el precio de un bien cambia, lo hace en promedio en un 10% para arriba o para abajo. Este es un número grande considerando que la inflación durante los años mostrados en el gráfico era cercana a cero.
Cambios de precios (hacer click para agrandar)
Finalmente, la figura 3 muestra la frecuencia de cambios de precios diferenciando entre alzas y bajas. Podemos ver que es igualmente probable que los precios suban o bajen, con una probabilidad de baja algo mayor al final de la muestra.
Que conclusiones podemos extraer de los párrafos anteriores? Primero, la frecuencia de cambios de precios cambia con la inflación de manera consistente con el modelo de Golosov y Lucas (2007) (ver figura 3 en GL) en el cual la política monetaria tiene un efecto efímero sobre el producto (ver figura 5 en GL). Segundo, es muy improbable que la depreciación del tipo de cambio real post convertibilidad que duró varios años se haya debido una rigidez nominal. Tercero, no hay asimetrías entre alzas y bajas de precios. Desde el punto de vista de las rigideces de los precios al consumidor, con un tipo de cambio fijo el ajuste del tipo de cambio real a fuerzas que lo tiendan a apreciar o depreciar es simétrico. Si creemos que hay asimetrías, probablemente las debamos buscar en otra parte.
Referencia:
Golosov, Mikhail and Robert E. Jr. Lucas. 2007. Menu Costs and Phillips Curves. Journal of Political Economy 115:171-199
Andrés, me sorprende que para sacar las conclusiones que sacás no digas nada de uno de los precios más importantes en la economía, que justamente tiende a ser inflexible a la baja, como es el salario.
crei.catcrei.catFederico, yo sólo presente evidencia sobre precios al consumidor. Como decís sería muy interesante entender el comportamiento de los salarios. Tu afirmación que los salarios son inflexibles a la baja no es para nada obvia para mi. El salario relevante para entender la formación de empleo, por ejemplo, es el de trabajadores recientemente contratados y no el de la gente con antigüedad en su trabajo. Estos salarios, no es obvio que sean rígidos en el sentido que el salario de alguien contratado hoy tiene que ser igual (o mayor o igual) que el salario de alguien contratado ayer. De hecho, Christian Haefke, Marcus Sonntag and Thijs van Rens en el trabajo «Wage Rigidity and Job Creation» sostienen que los salarios en EEUU entre 1979 y 2006 son muy volátiles y se mueven uno a uno con la productividad del trabajo. En Argentina no tenemos evidencia de este tipo (al menos nada que yo conozca), pero con casi la mitad de la fuera de trabajo en el sector informal de la economía me cuesta creer que haya muchas rigideces de salarios en relaciones laborales nuevas.
Para relaciones laborales viejas, probablemente si haya rigidez de salarios.
Andrés, una consulta.
Si decís que la depreciación del TCR post 2001 no se debió a una rigidez nominal, que explicación alternativa tenemos para esto?
Saludos!
Nicolás, le depreciación del tipo de cambio real no creo que se haya debido a rigideces de precios. mas bien, creo que hubo una caída dramática del consumo y la inversión que indujo una caída en el precio relativo de los bienes no comerciables internacionalmente, lo que equivale a decir una depreciación del TCR. En este entrada acerca del tipo de cambio real, podes ver el razonamiento con mas detalle.
Andy, la cuestión salarial es interesante. Uno podría pensar en la flexibilidad salarial como vos la planteas. Esto es, si los salarios de los nuevos trabajadores son flexibles a la baja. Supongo que la respuesta va a depender de cuáles son las instituciones laborales prevalentes. En un mundo con un seguro de desempleo muy generoso, y/o con fuerte presencia sindical, uno esperaría que los salarios no sean demasiado flexibles a la baja (aun en el margen).
Pero también uno podría preguntarse por la flexibilidad salarial de todos los trabajadores. Hay ejemplos de acuerdos salariales que aceptan bajas nominales ante shocks negativos, sin tener que destruir puestos de trabajo para recontratar a salarios más bajos. Pero mi impresión acá es que esta evidencia es limitada a economías con acuerdos salariales altamente coordinados, algo que no es necesariamente deseable.