@Andr3sMoya
La desigualdad y la falta de oportunidades son perjudiciales para el crecimiento y el desarrollo económico y se reproducen en el tiempo. Aunque los economistas clásicos creían que la desigualdad económica era necesaria para estimular actividades empresariales y, por ende, el crecimiento económico (Kaldor, 1956; Okun, 1975), el consenso reciente es que es un obstáculo debido a que impide la acumulación de capital humano. Por ejemplo, el artículo seminal de Galor y Zeira (1993) demostró que, en presencia de imperfecciones en el mercado financiero, la distribución desigual del ingreso impide la inversión en capital humano para los segmentos pobres de la población. Esto implica que la desigualdad trae consigo una baja tasa de inversión en capital humano, profundiza la segmentación de la fuerza de trabajo entre trabajadores calificados y no calificados y afecta el crecimiento y el desarrollo en el corto plazo. La baja acumulación de capital humano por parte de los segmentos más vulnerables de la población se convierte, además, en uno de los principales mecanismos que explican la persistencia de la desigualdad en el tiempo.
Sin embargo, el efecto de la desigualdad sobre la acumulación de capital humano no solo está explicado por las restricciones financieras que impiden las inversiones en educación. La ausencia de oportunidades efectivas para la movilidad social también desestimula la motivación, el esfuerzo y el aprendizaje, y se convierte en otro mecanismo que afecta la acumulación de capital humano. Pensemos, por ejemplo, en el desempeño en los exámenes de estado de educación media que son utilizados por las instituciones de educación superior para definir qué estudiantes pueden acceder a sus programas. ¿Cuál es la motivación de un estudiante para prepararse para esta prueba si su familia no tiene los recursos suficientes para financiar su acceso a una universidad de calidad? En otras palabras, la anticipación de que hay pocas opciones de entrar a universidades de calidad puede llevar a los estudiantes de escasos recursos a reconocer que su esfuerzo y dedicación no valen la pena, lo cual afectará su esfuerzo y desempeño en la prueba. Pero más allá del desempeño en los exámenes de estado, el proceso de aprendizaje, formación de habilidades y acumulación de capital humano puede verse truncado desde una edad temprana si los estudiantes y sus familias reconocen las oportunidades limitadas de movilidad social.
¿Qué ocurre, entonces, si generamos oportunidades efectivas de movilidad social? En un artículo que escribimos recientemente con Rachid Laajaj y Fabio Sánchez respondemos a esta pregunta a partir de la introducción del programa Ser Pilo Paga (SPP) en Colombia. En particular, nos interesa entender cuáles son los efectos ex-ante para la acumulación de capital humano de la introducción de SPP, el cual ha traído consigo un cambio sin precedente en las oportunidades de movilidad social.
SPP es un programa de becas para la educación superior que introdujo el Gobierno Colombiano en 2014 y que ofrece 10.000 becas por año a jóvenes de hogares pobres. El programa tiene tres características importantes: Primero, se basa en criterios de elegibilidad en función de las necesidades (características socioeconómicas) y el mérito; la beca se ofrece a estudiantes cuyos hogares estén por debajo de un nivel determinado en el índice de estratificación socioeconómica Sisbén y estén en el 9 por ciento superior en la prueba Saber 11. Segundo, financia la totalidad de la matrícula y otorga un subsidio de sostenimiento. Tercero, permite que los beneficiarios escojan la carrera y la universidad de su preferencia dentro de un grupo de universidades acreditadas (de alta calidad).
En un artículo paralelo al nuestro, Londoño, Rodríguez y Sánchez (2017) analizan los efectos de corto plazo del programa sobre los beneficiarios y también efectos de equilibrio general. Entre sus resultados, que han sido discutidos en dos entradas anteriores y que pueden ser consultadas acá y acá, se destaca que SPP redujo por completo la brecha socioeconómica en el acceso a la educación superior entre los estudiantes que puntuaban en el decil superior de la prueba de estado. Es decir, que la introducción de SPP proporcionó a los mejores estudiantes del país una oportunidad real de acceder a universidades acreditadas independientemente del nivel de ingreso de sus familias. En un país como Colombia en donde la desigualdad económica es alta y en donde hay una correlación de 0,72 entre el nivel de educación entre padres e hijos (García et al., 2015), éste es un cambio sin precedentes en las oportunidades de movilidad social.
En nuestro artículo analizamos los efectos ex-ante de las nuevas y mejores oportunidades que tienen los estudiantes de hogares pobres para acceder a universidades acreditadas sobre el desempeño en la prueba Saber 11. Es decir, no nos concentramos en analizar los efectos sobre los beneficiarios del programa, sino en los efectos ex-ante; aquellos que se materializan antes de la recepción de la beca y que recaen sobre el universo de beneficiarios potenciales. En particular, respondemos a las siguientes preguntas:
- Si la introducción de SPP generó un efecto motivacional/ex-ante en el puntaje en la prueba Saber 11 de los estudiantes que cumplen con el criterio de elegibilidad socioeconómico. Además, si ese efecto es uniforme a lo largo de toda la distribución o si, por el contrario, está explicado por el desempeño de los mejores estudiantes dentro de los elegibles.
- Si hay un efecto adicional por la observación de estudiantes ejemplares (role model effect); es particular, un efecto adicional para aquellos estudiantes que observaron que un compañero de su mismo colegio obtuvo la beca de SPP en el año anterior.
- Si hay un efecto negativo, de frustración, para estudiantes elegibles que no alcanzaron a estar entre el 9 por ciento más alto del país y que, por ende, no obtuvieron la beca de SPP.
Las características del programa y la forma en la que se introdujo se prestan para analizar estos efectos ex-ante de SPP. Primero, porque el programa se estableció con criterios rigurosos de elegibilidad con base en el índice Sisbén y el puntaje en la prueba Saber 11. Esto permite explotar el criterio de elegibilidad social en nuestros ejercicios estadísticos para identificar efectos causales. Segundo, porque el programa se introdujo en 2014, dos meses después de que se administró el Saber 11. Por ende, la introducción del programa fue una sorpresa para los estudiantes que tomaron el Saber 11 en 2014, pero también generó un mensaje claro para los estudiantes elegibles de la cohorte de 2015 sobre la nueva oportunidad que tenían en las manos.
- El efecto ex-ante de SPP sobre el desempeño en la prueba Saber 11.
Para analizar el efecto ex-ante de la introducción de SPP sobre el desempeño en el Saber 11 realizamos dos ejercicios paralelos. Primero, analizamos la evolución del puntaje Saber entre 2013 y 2015 diferenciando entre estudiantes elegibles y estudiantes no-elegibles de distintos cuartiles socioeconómicos. Es decir, implementamos una estrategia de Diferencias en Diferencias para observar si el desempeño de los estudiantes cuyos hogares se encontraban por debajo del criterio de elegibilidad social mejoró en 2015 después de la entrada de SPP, en comparación con el desempeño de estudiantes no elegibles.
La Figura 1 ilustra de manera sencilla los resultados de este análisis en donde utilizamos el ranking relativo en el Saber 11 para cada año para poder comparar los puntajes de la prueba en diferentes años y aislar efectos en el desempeño que se deben a cambios en la prueba. Lo primero que se observar en la gráfica es la brecha socioeconómica en la prueba Saber 11; es decir que el desempeño de los estudiantes elegibles está por debajo del desempeño de los estudiantes no elegibles que son relativamente más ricos. Por ejemplo, en el primer panel en la Figura 1, se puede observar que mientras el estudiante promedio dentro de los elegibles se ubicaba en el puesto 45 en el ranking del Saber 11 en el 2013, el estudiante promedio dentro del cuartil superior de riqueza se encontraba en el puesto 61. Esta brecha se observa en 2013 y 2014 para la media, la mediana e incluso los percentiles superiores de la distribución.
La pregunta que respondemos es si en 2015, la anticipación sobre las nuevas y mejores oportunidades generadas por SPP permitió cerrar la brecha socioeconómica; es decir, acercar el desempeño de los estudiantes elegibles al de sus pares no elegibles y relativamente más ricos. Sin embargo, en los dos paneles superiores de la Figura 1 se puede observar que el desempeño promedio de los estudiantes elegibles no mejoró sustancialmente en 2015, en comparación con el de los no elegibles.
Pero cuando analizamos los efectos en distintos puntos de la distribución, encontramos que la brecha se reduce sustancialmente para los estudiantes en la cola derecha de la distribución; es decir, para los más pilos. Esto se puede observar en la gráfica a partir del cambio en la línea azul inferior entre 2014 y 2015 en los dos paneles inferiores. Por ejemplo, la brecha entre estudiantes elegibles y no elegibles se redujo en 13 por ciento para los estudiantes por encima del percentil 90 de la distribución y en 41 por ciento para aquellos que están por encima del percentil 99.
Figura 1. Evolución del Ranking en el Saber 11 (2013- 2015) – Diferencias en Diferencias
Otra forma de analizar el efecto de SPP en el puntaje del Saber 11 en 2015 es a partir de un modelo de regresión discontinua. Este método permite estimar un efecto local al comparar a estudiantes elegibles que se encontraban justo por debajo del umbral de elegibilidad del puntaje Sisbén, con estudiantes similares, pero no elegibles que se encontraban justo por encima de ese umbral. Los resultados de este análisis confirman los resultados del modelo de diferencias en diferencias e indican que los efectos ex-ante fruto de la anticipación de las nuevas oportunidades generadas por SPP se concentran en la parte alta de la distribución. La figura 2 ilustra la magnitud del efecto de SPP medido como el porcentaje de la reducción en la brecha en el desempeño en la prueba Saber 11 para todos los puntos de la distribución. En la figura se puede observar que desde hay un efecto significativo de SPP desde el percentil 70, y que es sustancial para los percentiles superiores. Por ejemplo, la introducción de SPP le permitió cerrar la brecha socioeconómica en el Saber 11 en un 60 por ciento para un estudiante por encima del percentil 90 de la distribución.
Figura 2. Reducción en la Brecha Socioeconómica de Desempeño por Cuantiles (2015)
En su conjunto, los resultados de distintos ejercicios estadísticos revelan que la introducción de SPP no tuvo un efecto generalizado sobre el desempeño de los estudiantes elegibles en la prueba Saber 11. Sin embargo, sí generó un efecto motivacional sustancial para los estudiantes en el tope de la distribución. Estos dos resultados son intuitivos pues es difícil que el estudiante elegible promedio lograra prepararse y saltar al tope de la distribución en tan solo un año. De hecho, es posible que el estudiante promedio se haya percatado de que la probabilidad de obtener la beca de SPP era baja, aún con un mayor esfuerzo. En cambio, los mejores estudiantes dentro de los elegibles y especialmente aquellos con un nivel académico cercano al del umbral de elegibilidad del Saber 11, pueden haber percibido que había una buena probabilidad de recibir la beca y que el retorno marginal a un mayor esfuerzo era bastante alto, lo que explica su mejor desempeño en la prueba. Pero si el programa se mantiene, es posible que los estudiantes elegibles empiecen a prepararse y volverse pilos desde más temprano, lo cual tendría efectos transversales sobre la acumulación de capital humano de este segmento de la población.
- Efectos motivacionales adicionales – el efecto de los estudiantes ejemplares (role models)
La segunda pregunta que queremos responder es si existe un efecto adicional de pares o de modelos a seguir. Para un estudiante elegible que va a presentar la prueba Saber 11 en 2015, es posible el efecto motivacional de SPP haya sido mayor si observó que un estudiante en su colegio obtuvo la beca en el 2014. De una parte, esto puede haber reforzado la credibilidad del programa y haber hecho más claros los criterios y requisitos para acceder a la beca. De otra parte, y tal vez más importante, la observación de que un estudiante del mismo colegio accedió a la beca puede convertirse en una señal más poderosa de que en efecto es posible obtener esa beca.
En este caso, observamos que para los estudiantes de colegios en donde hubo al menos un estudiante que recibió la beca de SPP en 2014, el efecto ex-ante de SPP es más fuerte, pero todavía se concentra en la parte alta de la distribución. Por ejemplo, el efecto heterogéneo para un estudiante elegible en el percentil 90 de la distribución que viene de un colegio con al menos un estudiante en SPP en 2014 es ahora 40 por ciento más grande que el que habíamos obtenido en el apartado anterior. Estos resultados sugieren que los estudiantes exitosos que logran la beca se convierten en ejemplos a seguir para los estudiantes más jóvenes y esto trae efectos sobre la motivación, las aspiraciones y el desempeño en la prueba Saber 11.
- Efectos de frustración
A pesar de los beneficios tangibles para los estudiantes beneficiarios, como los observados por Londoño, Rodríguez y Sánchez (2017), y los efectos motivacionales que hemos detallado en las dos secciones anteriores, también es posible que el efecto motivación ex-ante se convierta en una fuente de frustración puesto que sólo 10.000 de casi 300.000 estudiantes elegibles logran acceder a una beca del programa. ¿Qué ocurre con los otros 290.000 estudiantes que no lograron obtener la beca de SPP y, sobre todo, con aquellos estudiantes que se esforzaron e incluso obtuvieron un puntaje superior al que hubieran obtenido en ausencia del programa, pero para quienes el puntaje en la prueba no fue suficiente para haber recibido la beca? Para responder a esta pregunta documentamos el acceso a universidades entre 2013 y 2015 de los estudiantes elegibles de acuerdo con el criterio socioeconómico pero que estuvieron entre el percentil 86 y el 91 en la distribución de puntajes del Saber 11. Estos son estudiantes que en 2014 y 2015 estuvieron cerca de alcanzar el puntaje necesario para obtener la beca de SPP.
En la Figura 3, los dos paneles de la derecha ilustran el efecto de SPP para los estudiantes elegibles que sí alcanzaron a superar el punto de corte. En estos dos paneles se observa que la tasa de acceso a universidades acreditadas para estos estudiantes aumentó de 18% a 65% en el 2014, cuando el programa se introdujo de manera sorpresiva, y aumentó a 75% en 2015 como resultado del efecto motivacional ex-ante. Pero lo más importante es que también observamos un aumento considerable para los estudiantes que se quedaron justo por debajo del corte del puntaje Saber 11. Para éstos, la tasa de acceso a cualquier universidad aumenta en 20% (de 31% en 2013 a 38% en 2015) mientras que la tasa de acceso a universidades acreditadas aumenta en 40% (de 8% en 2013 a 11% en 205). Aunque los datos de la Figura 3 no proporcionan evidencia causal, sí son consistente con la idea de que la introducción de SPP y las oportunidades que este programa conlleva motivaron a estudiantes a lo largo de la distribución a prepararse y desempeñarse mejor en la prueba Saber 11. Aunque algunos de ellos no obtuvieron la beca, sus mejores puntajes efectivamente les permitieron entrar a programas universitarios y a universidades acreditadas.
Figura 3. ¿Efecto de Frustración?
Discusión
Los resultados de nuestra investigación indican que SPP tuvo efectos motivacionales importantes más allá de los efectos sobre los mismos beneficiarios del programa. La anticipación de las oportunidades de movilidad social que se generaron gracias a SPP permitieron cerrar la brecha socioeconómica para los mejores estudiantes del país; generaron efectos adicionales derivados del ejemplo de estudiantes que obtuvieron la beca en años anteriores; e incluso tuvieron efectos positivos sobre estudiantes que no alcanzaron a obtener la beca, pero que por su mejor desempeño lograron acceder a educación superior. Si el programa se mantiene en el tiempo, es posible que el reconocimiento sobre las nuevas y mejores oportunidades empiece a permear todo el proceso educativo, y los estudiantes, con el apoyo de sus familias y escuelas, se empiecen a preparar desde antes.
Los resultados, entonces, resaltan que el esfuerzo y la motivación de los estudiantes son uno de los insumos más importantes en el proceso educativo y que los estudiantes reaccionan a las oportunidades que tienen frente a ellos. En este sentido, demuestran que las oportunidades efectivas y meritocráticas de movilidad social tienen efectos importantes sobre la acumulación de capital humano que con el tiempo tiene efectos positivos sobre la eficiencia y la equidad de nuestra sociedad.
Referencias
Galor, O. & Zeira, J. (1993). Income Distribution and Macroeconomics, The Review of Economic Studies 60(1): 35-52.
García, S., Rodríguez, C., Sánchez, F., & Bedoya, J.G. (2015) La lotería de la cuna: la movilidad social a través de la educación en los municipios de Colombia. Documento CEDE No 31.
Kaldor, N. (1955). Alternative Theories of Distribution, Review of Economic Studies 23(2): 83-100.
Laajaj, R., Moya, A., & Sánchez, F. (2017). Opportunities for Social Mobility Promote Effort: Evidence from a Nationwide Scholarship in Colombia. Working Paper.
Londoño, J., Rodríguez, C., & Sánchez, F. (2017). Upstream and Downstream Impacts of College Merit-Based Financial Aid for Poor Students: Ser Pilo Paga in Colombia. Working Paper.
Okun, A.M. (1975) Equality and efficiency: The big tradeoff. Brookings Institution Press.