@LeopoldoTweets
Colombia se encuentra en una coyuntura crítica. El acuerdo de paz con las FARC es importante no solo porque es la oportunidad para acabar cinco décadas de conflicto con esa guerrilla. También, y quizás más importante, contiene propósitos que pueden crear un Estado más fuerte y legítimo, que además de funcionar donde nunca lo ha hecho, responda más al control de los ciudadanos. Colombia necesita esto para que todos los individuos, sin importar las circunstancias de su nacimiento, tengan oportunidades reales para explotar sus talentos y llevar una vida digna y próspera.
La firma del acuerdo es, por lo tanto, nada más que el comienzo de un camino para construir una sociedad diferente. No es el fin de nuestros problemas, sino el comienzo de un esfuerzo diferente por resolverlos. Las FARC han mostrado tras la derrota del Sí en el plebiscito su compromiso con la Paz, aceptando cambios importantes al acuerdo que le dan la legitimidad que quedó corta con ese resultado. El No, ha aportado con ingredientes constructivos para el acuerdo. Y el gobierno y su delegación han trabajado seria y lealmente reconociendo el resultado del plebiscito y las preocupaciones de quienes votaron No.
Unanimidad, por supuesto, no habrá nunca. Persistirán algunos reparos. Pero en mis encuentros recientes con ciudadanos que apoyaron el No en el plebiscito, he encontrado que lo que ayer nos dividía, hoy nos une con esperanza. Con ellos, que también quieren la paz, podemos trabajar sin polarización por construir un país diferente, discutiendo nuestras diferencias en democracia. Resta, ahora, esperar y presionar a nuestros líderes para que también estén preparados para lo mismo.
Por todo esto, es importante que los ciudadanos salgamos a apoyar este nuevo acuerdo.
Una vez más se quiere apurar la aprobación de un acuerdo por motivos personales del presidente y a oscuras. El gobierno se ha demorado en entregar el documento para su revisión, luego de no haber cumplido la promesa de entregarlo ANTES de firmarlo, y recién ahora los partidarios del NO pueden seriamente estudiar los cambios. La primera lectura apunta a la introducción de cambios menores pero no cambios sustantivos y por eso requiere un estudio detenido. Que el Sr. Santos tenga que ir a recoger un premio mal entregado no es motivo para que Colombia deba aceptar un aprobación a oscuras.
Como colombiano claro que deseo la paz. Como alguien que votó por el no pienso que es el momento para que apoyemos al acuerdo, pero siendo críticos y velando porque se cumpla con lo acordado. Por eso, son buenas las críticas al proceso, pero no tanto es apoyarlo a pesar de todo. El fin no justifica los medios.