La creación de nuevos emprendimientos es una meta deseable, y está asociada a la creación y formalización de empleos, la innovación y el crecimiento. Las cifras de mujeres involucradas en emprendimientos varía mucho de región a región, y dentro de cada una. La siguiente gráfica, tomada del Global Entrepreneurship Monitor 2012 muestra dicha variación en diferentes regiones del mundo.
Así como en la gráfica, un reciente estudio del Banco Mundial destaca que la región de América Latina no lo está haciendo tan mal en términos de creación de nuevos negocios, aunque a un ritmo lento y sin mayor innovación. El estudio destaca también que la brecha de género en la región sigue patrones de desigualdad, con una mayor fracción de hombres dueños de negocios que mujeres, en contraste con China que carece incluso de una brecha de género en este sentido hasta la India que tiene la mayor razón de hombres dueños de negocios con respecto a mujeres.
Inherente a la creación de un nuevo negocio está, sin duda, el asumir riesgos y tener niveles especialmente altos de ambición. Un estudio de empresarios rusos y chinos muestra claramente esta relación de menores niveles de aversión al riesgo y de mayores niveles de codicia (greed) cuando se compara con los mismos pares no emprendedores. Algo similar encontraron en este otro estudio en 7 ciudades de Rusia. Sin embargo esta misma encuesta a esos empresarios rusos también encuentra que comparados con los no-empresarios de la muestra, los primeros consideran que es más aceptable pagar un soborno (53.3% vs 39.3%), o aceptar un soborno (31.8% vs 20.8%).
Y así voy tejiendo el punto central de este texto. ¿Cuál debería ser el papel de las mujeres en convertirse en una fuerza de empresariado? Hay tres hechos estilizados, que documentaré a continuación, para abrir esta discusión:
- Los estudios mencionados antes muestran claramente que las mujeres son menos propensas a iniciar emprendimientos que los hombres.
- Las mujeres muestran una menor tolerancia al riesgo en una multitud de estudios experimentales y de encuestas.
- Las mujeres i) parecieran ser menos propensas a la corrupción y a la deshonestidad, ii) encuentran más graves las faltas a la deshonestidad y a la ciudadanía, y iii) toleran menos la deshonestidad de los demás.
- En una encuesta reciente realizada en Colombia, jóvenes universitarios que están interesados en crear una empresa al graduarse de la universidad tienden a valorar como menos graves faltas a la integridad y a la ciudadanía, y justifican con más frecuencia las faltas a la integridad y honestidad.
Las implicaciones son complejas: si hay diferencias de género en cuanto a emprendimiento, en cuanto a tolerancia al riesgo y en cuanto a la integridad y honestidad, ¿cómo crear un ambiente en el que las mujeres generen mas emprendimientos lo cual derivaría en mayor equidad de género y una reducción en las pérdidas sociales asociadas a la corrupción?
Sobre las diferencias en competitividad y aversión al riesgo, valdría la pena anotar que es mas probable que dicha brecha sea mas cultural (nurture) que natural (nature). En un estudio con una muestra grande de niños de 9-11 años en Bogotá y Estocolmo encontramos que si bien hay una mayor aversión al riesgo en niñas que niños, esta brecha es mayor para Colombia que para Suecia, dos países bastante distantes en los rankings mundiales de equidad de género. Mas aún, en esos experimentos con niños encontramos muy pocas diferencias en los niveles de competitividad para Colombia e incluso un poco mas de competitividad en las niñas de Estocolmo. Una vez estos niños van entrando a la edad adulta se comienzan a exacerbar las brechas y tenemos entonces que hasta en los entornos Nórdicos donde la igualdad de género es parte de políticas serias de inclusión, la brecha de género en el entorno empresarial continúa. Una encuesta en 36 países resume estos patrones descritos aquí: las mujeres muestran menor propensión al emprendimiento, menor tolerancia al riesgo y menor competitividad.
Si bien entonces tenemos un entorno empresarial y cultural en el que las mujeres tienen más dificultades para elegir crear emprendimientos que los hombres, por otra parte tenemos atributos del comportamiento de la mujer que podrían ofrecer un potencial grande para un mundo en el que la deshonestidad y la corrupción desangra una buena parte de las ganancias sociales de esos emprendimientos. Esto incluye el caso también de aquellos que quisieran busar una carrera en el servicio público. En un experimento realizado por Remma Hanna (Harvard) y Shing-Yi Wang (UPenn) se encontró que aquellos con interés en dedicarse a la función pública mostraron más propensión a mentir y derivar rentas personales de la trampa. Sin embargo, en ese estudio se encontró que controlando por los demás factores, las mujeres mostraron menores niveles de deshonestidad en la tarea experimental de reportar el resultado de varios lanzamientos de un dado y ser remunerados de manera proporcional al número reportado.
Ahí está pues el conundrum o paradoja que quiero ofrecer a discusión.
Estudio tras estudio usando encuestas o experimentos incentivados encuentra que las mujeres son menos tolerantes a la trampa, y menos propensas a los actos deshonestos. En este estudio usando datos de la Encuesta Mundial de valores, y una encuesta con 350 empresarios en Georgia claramente se encuentra una diferencia de género, en favor de las mujeres, cuando se trata de justificar (y realizar) el pago de sobornos, y que soportan los autores con datos de la encuesta mundial de valores en varias regiones del mundo. Este mismo estudio también muestra que países con una mayor representación femenina en el gobierno presentan niveles de mejor desempeño en los rankings de corrupción.
No sorprendentemente el mismo patrón aparece en diversos estudios sobre deshonestidad académica en la etapa escolar de hombres y mujeres. Un estudio con mas de 500 estudiantes en 3 universidades soporta este argumento en favor de las mujeres. Sin embargo éste estudio confirma este patrón aunque cualifica el tamaño de la diferencia al hacer un meta-análisis de varios estudios con auto-reportes de faltas académicas.
Para poner todo esto en perspectiva, y usando los datos de la Encuesta de Cultura Académica y Ciudadana realizada por Corpovisionarios y la Universidad de los Andes en 5 universidades de Colombia, presento a continuación una regresión simple que reúne varios de estos aspectos. En esta encuesta se les preguntó a mas de 2,600 estudiantes de pregrado (42% mujeres) si “tiene intención de comenzar un negocio propio o empresa independiente después de graduarse”. Cerca del 71% de la muestra contestó positivamente. Al mirar las diferencias por género encontramos que mientras el 74.5% de los hombres contestaron que si, ese porcentaje para las mujeres fue del 67.5%.
En la misma encuesta incluimos una batería de preguntas sobre la gravedad percibida de los encuestados ante faltas académicas como copiar en un examen, firmar por otro una lista de asistencia, o incluir un párrafo sin citar la fuente; y la gravedad de fallas ciudadanas como colarse en el transporte público, fingir estar enfermo para no cumplir una cita, evadir impuestos, sobornar un policía o quedarse con el cambio de más en una compra. Una pregunta adicional de interés para nuestra discusión fue la de elegir que palabra (Oportunista, Ingeniosa, Tramposa, Exitosa) describía mejor a una persona que sabe tomar atajos para lograr lo que quiere.
La siguiente regresión de logit, con errores robustos por universidad, muestra los coeficientes de varios factores individuales que explican la probabilidad de que un estudiante de estas universidades haya respondido que sí estaba interesado en crear un nuevo negocio.
Variable dependiente: 1=Quiere crear un negocio al graduarse | |
VARIABLES | Model 1 |
Promedio académico GPA | -0.242*** |
(0.0371) | |
Sexo (Mujer=1) | -0.324** |
(0.144) | |
Edad(años) | -0.0213 |
(0.0785) | |
Antigüedad (años en la universidad) | -0.0987 |
(0.134) | |
Estrato socio-económico | 0.0927 |
(0.0852) | |
Qué tan grave es copiarse en un exámen | -0.120* |
(0.0711) | |
Qué tan grave es sobornar a un policía | -0.120* |
(0.0694) | |
Quien logra por atajos = “Ingeniosa” | 0.287** |
(linea base = «Oportunista) | (0.120) |
Quien logra por atajos = “Tramposa” | -0.00711 |
(linea base = «Oportunista) | (0.0394) |
Quien logra por atajos = “Exitosa” | -0.175 |
(linea base = «Oportunista) | (0.497) |
Constant | 2.726*** |
(0.969) | |
Observations | 2,419 |
Robust standard errors in parentheses; *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
Encuesta de Cultura Académica y Ciudadana, Corpovisionarios, Universidad de los Andes.
Tenemos pues un mapa consistente con la mayoría de los estudios que he citado anteriormente. Aquellos estudiantes interesados en crear empresa son especialmente hombres, consideran menos grave hacer trampa, académica o en la vida ciudadana, tienen un menor rendimiento académico, e incluso consideran como ingeniosas a aquellas personas que alcanzan sus metas a través de los atajos.
¿Cómo promover precisamente desde una política de inclusión de las mujeres, un emprendimiento que a su vez potencie esos atributos de tolerancia al riesgo y competitividad pero que a su vez mantengan una menor tolerancia y propensión a la trampa?
Muy interesante Juan Camilo. Una pregunta: ¿Como hacer trampas o corromper implica un riesgo (que lo cogen) y que las mujeres según los estudios que citas son más aversas al riesgo, como hacen para separar los dos efectos? Mejor dicho, no sería la mayor aversión de las mujeres que frenan sus comportamientos para hacer trampas?
David, en esa parte del triangulo (tolerancia al riesgo->honestidad) hay menos evidencia científica robusta. Hay que trabajarle. Pero devuelvo la pregunta: si hay causalidad, ¿podemos construir reglas del juego que potencien lo bueno de tolerar el riesgo paa los emprendimientos y evitar lo malo de tolerar la trampa?.
Es una pregunta dificil pero muy interesante que haces. No lo sé.
Otra pregunta: como los riesgos por definición vienen en el futuro, tenemos mediciones por genero de las preferencias por el presente? Quizás la separación entre actualización y aversión al riesgo pueden tener implicaciones distintas para las políticas que buscan reducir esta brecha al nivel del emprendimiento.
ideas para mas experimentos 🙂