Por Juan Vargas (@juanf_vargas)
En 2006, El Salvador implementó los primeros pilotos de una reforma electoral ambiciosa, cuyo objetivo era reducir los costos asociados a votar. El Programa “Voto Residencial” (VR), que se implementó paulatinamente entre 2006 y 2015, aumentó el número de puestos de votación en El Salvador en casi cinco veces, pasando de 362 puestos de votación antes de su implementación a 1595 al final de esta.
La motivación principal del gobierno para llevar a cabo el programa de VR era aumentar la participación electoral de los salvadoreños de zonas rurales (donde había una muy baja densidad de puestos de votación antes de la reforma), y especialmente de las mujeres (que por sus responsabilidades en el hogar muchas veces dejaban de acudir a las urnas), los adultos mayores y las personas con discapacidad. Antes de la reforma, muchos ciudadanos tenían que recorrer largas distancias para votar, incurriendo en altos costos que el gobierno quiso explícitamente reducir a través del VR. En efecto, en el caso de habitantes de zonas rurales, los ciudadanos tenían que despalzarse hasta los cascos urbanos. En tanto, en las ciudades el puesto de votación asignado dependía de la primera letra del apellido del ciudadano, independientemente de su lugar de residencia.
Una característica importante del VR es que cada salvadoreño quedó registrado para votar en el puesto más cercano a su logar de residencia, según la direccion registrada en su documento nacional de identidad. Así, el gobierno quiso ahorrale a los ciudadanos el trámite de cambiar su lugar de votación en el padrón electoral.
En principio, el impacto esperado de una reforma electoral de esta índole parecería fácil de predecir. Piense por ejemplo en el caso de Brasil a finales de los noventa. Thomas Fujiwara mostró que la introducción del tarjetón eletrónico en las votaciones estatales brasileras aumentó el número de votantes con menores niveles de educación (y por tanto más pobres), debedo a la dificultad que implicaba anotar el código del candidato de preferencia en el tarjetón físico. Este cambio compocisional en el perfil de los votantes en favor de votantes más pobres hizo que aumentara el gasto social. Los resultados de Fujiwara (2015) son consistentes con trabajos clásicos de economía política (por ejemplo Meltzer y Richard, 1981 y Acemoglu y Robinson, 2000, 2001 y 2005), que sugieren que la extensión del sufragio (históricamente restringido a través de barreras de educación, riqueza o género) cambian la identidad del “votante mediano” y pueden conllevar a mayores niveles de redistribución.
En un trabajo en curso, coautorado con Wilber Baires y Micaela Sviatschi mostramos que, desafortunadamente, esto parace haber no pasado en el caso de El Salvador tras la implementación del VR. Por ejemplo, a pesar del aumento significavo en el número de puestos de votación, entre 2006 y 2012 la tasa de participación electoral solo aumentó en 5 porciento (menos de 3 puntos porcentuales). La razón es la presencia, en muchos lugares del territorio salvadoreño, de organizaciones de crimen organizado llamadas “maras”, que ejercen control territorial regulando la movilidade entrante y saliente en sus zonas de influencia y ejerciendo violencia contra civiles sospechosos de colaborar con maras enemigas o con el estado (Melnikov et al., 2020).
Debido a esta gobernanza violenta de territorios específicos, y aunado al hecho de que el VR registró automáticamente a los votantes en los puestos de votación más cercanos a su residencia, nuestra hipótesis es que el modesto aumento que el VR generó en la participación electoral promedio en El Salvador esconde importantes variaciones geográficas. En efecto, al estimar estima el efecto del VR sobre la participación política, se encuentra que el VR aumentó la participación en 6.4 pociento en lugares sin presencia de maras, pero lo redujo en casi 9 porciento en lugares con maras (ver gráfico 1).
Gráfico 1. Efecto del Voto Residencial en la participación política en lugares con y sin pandillas
Fuente: Baires, Sviastchi y Vargas (2021)
Esta heterogeneidad es importantes, entre otras razones porque los políticos del gobierno de turno suelen dedicar más atención y enfocar su esfuerzo en los lugares donde esperan obtener más votos. Así, al perder importancia electoral (por la caída en la participación política que la implementación de VR significó), los lugares con presencia de pandillas también se volvieron menos atractivos para la implementación de políticas de desarrollo. En efecto, nuestros hallazgos suguieren que la actividad económica (medida a través de la intensidad de las luces nocturnas estimada a partir de imágenes satelitales) cayó diferencialmente en los lugares con pandillas después de la implementación de la reforma electoral (gráfico 2). Esto es consistente con una menor provisión de bienes públicos por parte del gobiernos en esas zonas.
Gráfico 2. Efecto del Voto Residencial en la actividad económica en lugares con y sin pandillas
Fuente: Baires, Sviastchi y Vargas (2021)
Estos hallazgos subrayan las limitaciones de reformas electorales bien intencionadas que buscan expandir el alcance de la democracia, por ejemplo mediante la reducción de los costos asociados a votar. Estas limitaciones pueden estár dadas, por ejemplo por la presencia de grupos criminales con control territorial y capacidad de coerción. Este es sin duda un problema de enromes magnitudes en El Salvador hoy en día. Pero más generalmente, estos resultados refuerzan la hipótesis de que las reformas institucionales bien intencionadas pueden (y suelen) tener resultados negtivos en una o varias dimensiones en contextos de debilidad institucional generalizada.
Referencias
Acemoglu, D. y Robinson, J.A., 2000. Why did the West extend the franchise? Democracy, inequality, and growth in historical perspective. The Quarterly Journal of Economics, 115(4), pp.1167-1199.
Acemoglu, D. y Robinson, J.A., 2001. A theory of political transitions. American Economic Review, 91(4), pp.938-963.
Acemoglu, D. y Robinson, J.A., 2006. Economic origins of dictatorship and democracy. Cambridge University Press.
Baires, W., M. Sviastchi y J. Vargas. 2021. “Should I stay, or should I go? The Unintended consequences of enfranchisement”, en preparación.
Fujiwara, T., 2015. Voting technology, political responsiveness, and infant health: Evidence from Brazil. Econometrica, 83(2), pp.423-464.
Melnikov, N., C. Schmidt-Padilla y M. Sviatschi, 2020. “Gangs, Labor Mobility, and Development”, documento de trabajo sin publicar.
Meltzer, A.H. y Richard, S.F., 1981. A rational theory of the size of government. Journal of political Economy, 89(5), pp.914-927.