“Ser Pilo Paga”: Impactos indirectos y análisis de costo-beneficio

Por Juliana Londoño-Vélez, Catherine Rodríguez, Fabio Sánchez y Luis Esteban Álvarez[1]

En una entrada reciente, destacamos los significativos impactos generados por el programa colombiano Ser Pilo Paga (SPP) en promover la movilidad social de jóvenes con buen desempeño académico pertenecientes a familias con bajo nivel socioeconómico. En particular, el programa mejoró sustancialmente su acceso a la educación superior de calidad, aumentó la tasa de graduación universitaria, fortaleció los niveles de aprendizaje y facilitó la inserción en el mercado laboral formal. Además, demostramos que SPP ha jugado un papel crucial en reducir las brechas existentes en estas variables entre estudiantes con rendimiento académico similar pero diferentes niveles socioeconómicos en Colombia.

En esta entrada, destacaremos los impactos indirectos positivos del programa, en donde se observa una mejora en los resultados educativos y laborales de jóvenes que no cumplían con los criterios de elegibilidad debido a su nivel socioeconómico o rendimiento académico. A pesar de los relativamente altos costos asociados con el programa, al subsidiar la educación superior en universidades consideradas “de élite”, los datos indican que los beneficios superan los costos, convirtiendo así al programa en una política costo eficiente.

Impactos en la población no elegible

Para evaluar los impactos de SPP en los jóvenes no elegibles, implementamos una estrategia de diferencias en diferencias (DD). Esta metodología compara los resultados relacionados con el acceso, graduación, rendimiento en la prueba Saber Pro, empleo e ingreso formal entre distintos grupos de estudiantes. En particular, comparamos estudiantes elegibles y no elegibles para el programa SPP según su puntaje Sisbén, así como aquellos que son elegibles según su puntaje de la prueba Saber 11. Para contrastar estos resultados, analizamos la cohorte que presentó la prueba de Estado en el segundo semestre de 2014 con aquellos que la presentaron en los dos años previos a la introducción de SPP (2012 y 2013).

La Figura 1 presenta los coeficientes de DD y sus intervalos de confianza del 95% aplicado a la variable de acceso inmediato a Instituciones de Educación Superior (IES). Los páneles (a) y (b) muestran la probabilidad de acceso inmediato a IES con acreditación en alta calidad y otras IES, respectivamente. Los marcadores en rojo y azul establecen los impactos para estudiantes de bajo y alto nivel socioeconómico respectivamente, clasificados como elegibles o no elegibles al programa SPP según su puntaje Sisbén. El eje  presenta el impacto, mientras el eje  lo descompone por el decil en el que cada estudiante se ubicó en la prueba Saber 11. El panel (a) muestra que SPP mejoró sustancialmente la probabilidad de acceso inmediato a IES acreditadas de alta calidad para jóvenes de bajo nivel socioeconómico en el decil superior de la prueba de Estado (marcador rojo), sin “desplazar” a sus pares de más alto nivel socioeconómico de la educación superior de calidad (marcador azul). Como demostramos acá, las IES de alta calidad expandieron sus cupos, permitiendo el acceso a un mayor número de estudiantes. En el panel (b) se observa que el programa redujo el acceso de los jóvenes elegibles a las IES no acreditadas y sugiere que estas respondieron llenando sus cupos con estudiantes con menor desempeño académico; es decir, estudiantes en los deciles 6 a 9 de la prueba de Estado. En resumen, se evidencia una mejora generalizada en el acceso a la educación superior en el país. 

Figura 1 – Impactos de SPP en acceso de calidad para jóvenes elegibles y no elegibles

            Panel (a) – Acceso inmediato a IES Acreditadas                

Panel (b) – Acceso inmediato a IES No Acreditadas

Notas: Esta figura muestra los coeficientes y los intervalos de confianza del 95% obtenidos bajo una estrategia de DD para jóvenes elegibles y no elegibles a SPP. En rojo se presentan los coeficientes para los estudiantes elegibles por Sisbén, mientras que en azul se presentan los coeficientes para aquellos estudiantes que no son elegibles por Sisbén. Cada panel corresponde a un resultado de interés diferente: (a) acceso inmediato a IES acreditadas; (b) acceso inmediato a IES No acreditadas. Fuentes: Cálculos de los autores con base Saber 11 (ICFES), Sisbén (DNP) y SNIES (MEN).

¿Podría esta expansión de la educación superior de calidad haber afectado negativamente la calidad educativa recibida por los estudiantes? La evidencia sugiere que esto no sucedió y, por el contrario, los jóvenes inelegibles se beneficiaron indirectamente del programa SPP. En primer lugar, la Figura 2 muestra que, para los jóvenes de bajo nivel socioeconómico en el decil superior de la prueba de Estado, SPP mejoró su probabilidad de graduarse de un programa profesional en una IES acreditada en alta calidad (marcador rojo). Además, esta probabilidad no se vio afectada para sus pares de más alto nivel socioeconómico, indicando que el programa no tuvo efectos indirectos negativos en la población inelegible (marcador azul).[2]

Por otro lado, la Figura 3(a) compara el nivel de aprendizaje en la universidad, medido por el desempeño del estudiante en la prueba Saber Pro, obligatoria para la obtención de un título profesional en Colombia. La figura muestra que el programa mejoró el nivel de aprendizaje universitario de los jóvenes en el decil superior de la prueba Saber 11 y con bajo nivel socioeconómico (marcador rojo). Además, sus pares de más alto nivel socioeconómico también exhiben un mejor desempeño en la prueba Saber Pro, posiblemente gracias a haber estudiado con compañeros de mayor habilidad (marcador azul).

¿Cómo se vio afectada la situación laboral de los estudiantes no elegibles al programa SPP ocho años después de haber presentado la prueba Saber 11? La Figura 3(b) ilustra que el programa SPP tuvo un impacto significativo al mejorar sustancialmente el salario formal de los jóvenes en el decil superior de la prueba Saber 11 y con bajo nivel socioeconómico (marcador rojo). Además, el programa también parece haber mejorado este resultado para los estudiantes de más alto nivel socioeconómico (marcador azul), posiblemente gracias a la mejoría en su productividad documentada anteriormente. En comparación con los estudiantes que presentaron la prueba de Estado en años anteriores, la figura revela una mejora generalizada, especialmente concentrada en el decil superior de la prueba de Estado.

Figura 2 – Impactos de SPP en graduación de educación superior para jóvenes elegibles y no elegibles

             Panel (a) – Graduación IES Acreditadas                       

 Panel (b) – Graduación IES No Acreditadas

Notas: Esta figura muestra los coeficientes y los intervalos de confianza del 95% obtenidos bajo una estrategia de DD para jóvenes elegibles y no elegibles a SPP. En rojo se presentan los coeficientes para los estudiantes elegibles por Sisbén, mientras que en azul se presentan los coeficientes para aquellos estudiantes que no son elegibles por Sisbén. La variable dependiente es haberse graduado de un programa profesional siete años después de graduarse de bachiller, tomando como proxy el haber presentado la Prueba Saber Pro. Cada panel presenta la probabilidad de grado de IES acreditadas (panel a) y no acreditadas (panel b), respectivamente. Fuentes: Cálculos de los autores con base Saber 11 (ICFES), Sisbén (DNP) y SNIES (MEN).

Figura 3 – Impactos de SPP en aprendizaje e ingresos laborales de jóvenes elegibles y no elegibles

                   Panel (a) – Puntaje pruebas Saber Pro                                    

Panel (b) – proporción de SMLMV

Notas: Esta figura muestra los coeficientes y los intervalos de confianza del 95% obtenidos bajo una estrategia de DD para jóvenes elegibles y no elegibles a SPP. En rojo se presentan los coeficientes para los estudiantes elegibles por Sisbén, mientras que en azul se presentan los coeficientes para aquellos estudiantes que no son elegibles por Sisbén. Cada panel corresponde a un resultado de interés diferente: (a) puntaje obtenido en las Pruebas Saber Pro cinco años después de haberse graduado como bachiller; (b) proporción del salario mínimo legal vigente (incluyendo ceros) ocho años después de haberse graduado de bachiller. Fuentes: Cálculos de los autores con base Saber 11 (ICFES), Sisbén (DNP), SABER PRO (ICFES), PILA (MinSalud) y SNIES (MEN).

Estimación del costo-beneficio

Una de las críticas más frecuentes que recibió SPP durante su existencia se centró en su elevado costo. Es innegable que proporcionar educación de calidad conlleva gastos significativos. Sin embargo, para evaluar la eficiencia del programa, era necesario esperar el tiempo suficiente para determinar si los jóvenes beneficiarios se graduarían y comprender cómo se integrarían en el mercado laboral. Hoy, casi una década después de la creación del programa, estamos en posición de abordar esta interrogante.

Para ello, llevamos a cabo un estudio prospectivo de análisis de costo-beneficio utilizando el concepto del valor marginal de los fondos públicos (VMFP). Siguiendo la metodología propuesta por Hendren y Sprung-Keyser (2020), comparamos el impacto de SPP en los ingresos vitalicios laborales proyectados con los costos generales asumidos por el gobierno durante la implementación del programa. Estos costos incluyen tanto el gasto semestral en matrícula en IES acreditadas como los subsidios de mantenimiento otorgados a los beneficiarios durante sus estudios. También incluye los costos asociados al impacto que el programa tuvo en inducir a estudiantes a estudiar programas más costosos. En esta sección, resumimos los supuestos claves y los resultados obtenidos a partir de dicho análisis.

  1. Estimación de las ganancias laborales vitalicias

Para proyectar los impactos de SPP a lo largo del ciclo de vida, nos basamos en cinco supuestos. Primero, suponemos que los jóvenes cumplen 18 años un año después de presentar la prueba Saber 11. Segundo, consideramos una edad de jubilación de 60 años, tomando en cuenta que la edad de jubilación actual en Colombia es de 57 años para las mujeres y 62 años para los hombres. Tercero, estimamos el perfil de ingresos a lo largo del ciclo de vida de los jóvenes utilizando la trayectoria promedio de la población, basada en la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) de 2019, que es la principal encuesta de empleo e ingresos de Colombia. Cuarto, proyectamos el aumento porcentual de las ingresos laborales a lo largo del ciclo de vida de los jóvenes beneficiarios a partir del efecto observado ocho años después presentar la prueba Saber 11. Es importante señalar que este supuesto es conservador, ya que es probable que el impacto aumente con el tiempo.[3] Quinto, convertimos los ingresos mensuales en ingresos anuales multiplicando por 12 y ajustando según la inflación utilizando el índice de precios al consumidor. Finalmente, descontamos todos los ingresos con una tasa del 3% hasta el año cero.

Bajo estos supuestos la Tabla 1 presenta los impactos estimados del programa en el ingreso vitalicio de los beneficiarios a lo largo de su ciclo productivo. Como se evidencia, encontramos que SPP incrementa los ingresos vitalicios descontados en $110.283.598 pesos para aquellos beneficiarios cercanos al corte de puntaje de la prueba Saber 11 y en $82.790.624 pesos para aquellos cercanos al límite de Sisbén. El impacto es mayor en el primer corte debido a que la población alrededor de éste tiende a ser más vulnerable en términos socioeconómicos y con un desempeño inferior en la prueba de Estado, como discutimos acá.

Tabla 1 – Beneficios, costos y VMFP de SPP

 Variable de asignación
 Saber 11Sisbén
 (1)(2)
   
Ingresos laborales  110,283,598    82,790,624
Impuestos (19%)    20,953,884    15,730,219
D    78,335,884    86,192,140
CAU    51,083,113    47,786,944
   
DTP  167,665,598  153,252,546
Costos usando D    57,382,000    70,461,922
Costos usando CAU30,129,230    32,056,726
   
VMFP usando D2.922.17
VMFP usando CAU5.564.78

Notas: Esta tabla presenta las estimaciones de ingresos beneficios y costos directos (D) e indirectos (CAU) de SPP. Las ganancias y los costos vitalicios se descuentan al primer año a una tasa de 3%. La disposición total a pagar (DTP) y los costos suponen que las ganancias incrementales están sujetas a una tasa impositiva del 19%. Fuentes: Cálculos de los autores con base en Saber 11 (ICFES), Sisbén (DNP), SNIES (MEN), SPP (ICETEX), cuentas y balances financieros institucionales (MEN) y PILA (MinSalud).

  1. Estimación de los costos directos e indirectos de SPP

Para evaluar los costos directos e indirectos de SPP, adoptamos la metodología empleada por Angrist et al. (2021). Específicamente, el gasto en el programa SPP, denominado Di, se calcula utilizando los datos proporcionados por el ICETEX.[4] En promedio, el costo para el gobierno de respaldar a un “Pilo” osciló entre 78,3 y 86,2 millones de pesos. Es importante señalar que este costo fue más elevado para los estudiantes alrededor del corte de Sisbén pues su destacado rendimiento en la prueba de Estado les permitió acceder a las universidades más costosas del país, como mencionamos anteriormente.

Sin embargo, es esencial tener en cuenta que el Estado colombiano asume una parte significativa del costo de la educación superior en el país. Por lo tanto, el costo público no es nulo para los estudiantes que no se beneficiaron del programa SPP, ya que los estudiantes matriculados en programas profesionales y técnicos y tecnológicos (T&T) en IES públicas reciben subsidios del Estado colombiano. Para capturar el impacto del programa en el gasto educativo del gobierno, hemos introducido una medida más integral de los costos de asistencia a la educación superior (CAUi).

Calculamos el CAUi considerando a los demás estudiantes matriculados en alguna IES pública en los seis años posteriores a la presentación de la prueba de Estado.[5] Como resultado, el programa implica un costo de asistencia a la educación superior entre 47,8 y 51,1 millones de pesos por estudiante. Es decir, al Estado le cuesta entre 47,8 y 51,1 millones adicionales un estudiante de SPP que un estudiante no beneficiario del programa que asiste a un IES pública.

El gobierno recupera parte de la inversión del programa mediante mayores impuestos generados por los ingresos laborales más elevados que resultan de SPP, reduciendo el costo final a unos 30 a 32 millones de pesos utilizando CAUi. No obstante, ya sea que utilicemos DiCAUi como el costo para el Estado de un beneficiario de SPP, queda claro que el programa incrementó el gasto en asistencia a la educación superior al motivar a los estudiantes a elegir programas profesionales, que son más extensos que los programas T&T, en IES más costosas.

  1. El valor marginal de los fondos públicos (VMFP)

Las ganancias observadas después de impuestos y transferencias representan la disposición a pagar por parte de individuos que modifican su comportamiento debido a SPP. La disposición total a pagar se calcula sumando el valor presente de los ingresos laborales obtenidos de por vida (deduciéndole los impuestos y transferencias que asumimos a una tasa de 19%, en línea con estudios previos como Angrist et al., 2021; Hendren y Sprung-Keyser, 2020) y el valor de la transferencia educativa recibida gracias a SPP. Por lo tanto, la Tabla 1 muestra una disposición a pagar que oscila entre $153,3 y 167,7 millones de pesos.

La disposición a pagar por el programa SPP supera ampliamente los altos costos asociados al mismo. Al comparar la disposición a pagar con los costos de asistencia (CAUi), observamos que el VMFP para el programa SPP oscila entre 4,8 y 5,6. En otras palabras, por cada peso invertido en el programa SPP, el Estado colombiano recupera al menos 4,8 pesos. El programa SPP se destaca como altamente costo-efectivo, con un VMFP superior al de muchos otros programas de ayuda financiera a estudiantes universitarios en el mundo (Hendren y Sprung-Keyser, 2020; y Angrist et al., 2021).[6]

Además, es crucial señalar que esta estimación es cautelosa y podría subestimar el VMFP. Aparte de las razones previamente mencionadas, el análisis hasta el momento pasa por alto los beneficios no pecuniarios de la educación, como la potencial reducción del gasto público en atención sanitaria y justicia penal para los jóvenes beneficiarios y sus futuras familias. También omite los posibles efectos indirectos sobre aquellos que no son receptores del programa, tal como se documentó anteriormente, así como los impactos positivos documentados por Bernal y Penney, (2019), Laajaj et al. (2022), Londoño (2022) y Corredor et al. (2020).

Conclusiones

Más de nueve años después de la implementación del programa SPP, la evidencia es concluyente: SPP fue un programa altamente exitoso. Estimuló la inversión en capital humano, mejoró los ingresos generados en el mercado laboral formal colombiano, fomentó la movilidad social y redujo las disparidades socioeconómicas entre estudiantes con un rendimiento académico similar. Todo esto se logró sin afectar negativamente a la población no elegible para el programa. A pesar de su elevado costo, los rendimientos de la inversión pública en el programa superan considerablemente estos costos.

La problemática que debemos solucionar como sociedad es qué hacer para que un programa como SPP sea financieramente viable y pueda ser reincorporado. Como lo detallamos en otras entradas, una alternativa es la creación de un fondo de sostenibilidad de largo plazo del programa que le devuelva la oportunidad a estos jóvenes de acceder a una educación superior de la más alta calidad. Por supuesto, incluso alcanzado de nuevo este objetivo, permanecerá la necesidad urgente de mejorar la calidad de la educación superior en el país. Esto debemos lograrlo con un conjunto sistémico de buenos alumnos, profesores y administradores, así como incentivos que promuevan la excelencia para cada uno de estos tres actores. La mejora en calidad debe surgir de procesos de reflexión y transformación de las IES públicas y privadas ya existentes, un proceso que sin duda llevará tiempo y recursos.

Referencias:

Angrist, Joshua, David Autor, and Amanda Pallais, “Marginal Effects of Merit Aid for Low-Income Students,” The Quarterly Journal of Economics, 12 2021, 137 (2), 1039–1090.

Bernal, Gloria L. and Jeffrey Penney, “Scholarships and student effort: Evidence from Colombia’s Ser Pilo Paga program,” Economics of Education Review, 2019, 72, 121–130.

Corredor, J., M. J. Álvarez-Rivadulla and C. Maldonado-Carreño (2020) Good will hunting: social integration of students receiving forgivable loans for college education in contexts of high inequality, Studies in Higher Education, 45:8, 1664-1678.

Hendren, Nathaniel and Ben Sprung-Keyser, “A Unified Welfare Analysis of Government Policies,” The Quarterly Journal of Economics, 03 2020, 135 (3), 1209–1318.

Laajaj, Rachid, Andrés Moya, and Fabio Sánchez, “Equality of opportunity and human capital accumulation: Motivational effect of a nationwide scholarship in Colombia,” Journal of Development Economics, 2022, 154, 102754.

Londoño-Vélez, Juliana, Catherine Rodríguez, and Fabio Sanchez, “Upstream and Downstream Impacts of College Merit-Based Financial Aid for Low-Income Students: Ser Pilo Paga in Colombia,” American Economic Journal: Economic Policy, May 2020, 12 (2), 193– 227.

Londoño-Vélez, Juliana, “The impact of diversity on perceptions of income distribution and preferences for redistribution,” Journal of Public Economics, 2022, 214, 104732.


[1] Los impactos que resumimos en esta entrada, así como los impactos de la población elegible que resumimos en la entrada anterior, son el resultado de una investigación conjunta realizada por investigadores asociados al Departamento Nacional de Planeación (DNP), La Universidad de California en los Ángeles y la Universidad de los Andes. El trabajo académico completo en su versión en español lo encuentran como Documento de Trabajo del DNP en este enlace. El trabajo en su versión en inglés lo encuentran en este enlace.

[2] Aunque pareciera haber un impacto marginalmente negativo en graduación de IES no acreditadas para estudiantes de nivel socioeconómico alto en el decil superior de Saber 11, esta reducción se explica por el menor acceso de estos estudiantes a este tipo de instituciones.

[3] Por ejemplo, los jóvenes beneficiarios tienen una mayor probabilidad de estar asistiendo a un programa posgradual, cuyos retornos se observarán en los próximos años.

[4] Para las IES públicas, utilizamos el costo del “cupo” del estudiante, congruente con las transferencias efectivas que realiza el Ministerio de Educación a estas instituciones.

[5] Para los estudiantes no beneficiarios que asisten a instituciones privadas asumimos que las matrículas pagadas por ellos cubren todos los costos educativos sin ningún costo adicional para el gobierno.

[6] Por ejemplo, SPP supera el VMFP del programa STBF de Nebraska (1,75), el HAIL de Michigan Beca (1.30), el programa Wisconsin Scholars Grant (1.43), la Beca HOPE de Georgia (4.0), Becas Pell de Ohio (2,49), Becas Pell para adultos (2,18), Beca HOPE de Tennessee (1,86) y Programa Promesa de Kalamazoo (1.93).