La comisión de Salud del Senado llegó a un acuerdo para la creación de un Plan Garantizado de Salud (PGS) con una tarifa plana igual para adultos o niños de cuatro años. Esta reforma de llegar a implementarse, contrariamente a lo que se señala, aumentará la desigualdad en el sistema de salud chileno.
En efecto, dentro del sistema de isapres, las familias más numerosas son las que tendrán que contribuir más, ya que se paga un monto por miembro del grupo familiar. La información disponible señala que las familias más numerosas son las de menor ingreso familiar. Por tanto, familias de clase media numerosas subsidiarán a parejas ya sin hijos de entre 50 y 60 años y alto ingreso: los que viven en La Florida subsidiando a los de Providencia y Vitacura. Resulta, por lo demás, curioso que el gobierno esté dispuesto a dar un bono transitorio exiguo a las familias para que tengan más hijos, y apoye una reforma que castiga de manera permanente con un mayor gasto en salud a las familias que tienen hijos. Tomando los datos de precios y de la tabla de factores de riesgo de las isapres, una familia con tres hijos tendría que gastar un adicional mensual promedio de alrededor de $ 65 mil, suponiendo que el PGS cueste $ 25 mil, precio que considera los cambios en los copagos de hospitalización.
Chile, con un crecimiento demográfico muy bajo en relación a su nivel de ingreso, no puede darse el lujo de castigar a las familias de ingreso medio que tienen más hijos que el promedio. No obstante, la mayor inequidad se daría con el 80% de la población que pertenece al Fonasa. En efecto, la reforma, al aumentar el costo para las familias más numerosas y de menores ingresos, generaría una migración de las isapres al Fonasa de al menos un 20% de los afiliados a las isapres. ¿Quiénes? Los de familias más numerosas, con menores ingresos y peores condiciones de salud. Es decir, la percepción de inequidad del sistema de salud se acentuará y encima se aumentará el déficit de aportes de cotizaciones del Fonasa, el que ya alcanza al 65%. Se mantiene una inequidad odiosa en contra de los afiliados al Fonasa, sólo se eliminan las preexistencias y carencias entre los afiliados a las isapres y para sus afiliados que deseen migrar al Fonasa, y no en el sentido contrario. El envejecimiento de la población acentuará la migración de familias numerosas y más pobres al Fonasa.
La reforma mínima desde una perspectiva de equidad debería restablecer el Fondo de Compensación Intersistema, que estaba en la reforma Auge del ex Presidente Lagos, pero que la oposición de entonces votó en contra. Se debería establecer un período de transición largo para compensar de acuerdo al riesgo efectivo, toda vez que las diferencias de riesgo entre la cartera de Fonasa e isapres es notable. Si se aprueba esta reforma, la diferencia seguirá acrecentándose. Adicionalmente, los menores de 18 años deben pagar menos de la mitad de la prima de los adultos. No podemos castigar a las familias numerosas, que son las de menores ingresos. Una prima plana es regresiva y aumenta la desigualdad. Es hora de que los parlamentarios rectifiquen este proyecto y eviten aumentar la inequidad en nuestro país.