El Gobierno ha sido incapaz de tomar las medidas necesarias para asegurar un abastecimiento de electricidad eficiente a todos los chilenos. Ha evitado una crisis gracias a los proyectos que se aprobaron en el gobierno anterior, que se han construido en estos años y que han permitido expandir la oferta. No obstante, la crisis que se producirá a partir del 2015 es a estas alturas inevitable.En efecto, en marzo del año 2010 cuando terminó el gobierno anterior, había en construcción centrales en el SIC, donde vive el 85% de la población por 2.200 MW de potencia, que entraban en operación en los tres años siguientes. De acuerdo a las propias proyecciones de la Comisión Nacional de Energía, las obras que se proyectan en construcción a finales de este gobierno serán inferiores a 500 MW, la necesidad de potencia de menos de un año de crecimiento de consumo, y la mayoría son proyectos de energías renovables que se estimularon, en parte, gracias a la ley de promoción de ERNC aprobadas en el período del gobierno anterior.
El precio de mercado libre de electricidad estaba alrededor de US$ 85 por MWH en el SIC a finales del gobierno anterior. Hoy supera los US$ 140 por MWH, un aumento de 65%, y se proyecta que, a partir del 2015, la generación marginal en la base será con centrales a diésel, con un costo marginal de alrededor de US$ 250 por MWH. Lamentablemente, en la situación actual las generadoras traspasan los incrementos en los costos marginales a los clientes libres, afectándose dramáticamente la competitividad de todas las actividades exportadoras. Los exportadores de fruta chilenos competirán con los sudafricanos y peruanos con precios de la energía al menos tres veces más elevados. Se está poniendo en riesgo la sobrevivencia de sectores claves de la economía nacional. Por otro lado, ya se han declarado desiertas tres licitaciones de distribución de clientes regulados con precios techo de US$ 130 MWH. Esto es una mala noticia para los consumidores en general que verán aumentar sus cuentas de luz, ya que las distribuidoras deberán suplir el déficit comprando electricidad a costos marginales.
El Gobierno ha fallado en generar las condiciones mínimas para el desarrollo de la capacidad de generación eléctrica que el país requiere para seguir avanzando. Por qué este fracaso estrepitoso de la política energética de esta administración. Primero, si en un período de tres años se tienen cinco ministros de energía y ahora un sexto, un biministro de Economía y Energía de facto, es difícil darle continuidad a la política energética del gobierno. El Presidente Piñera con su intervención directa en las decisiones de inversión privada, en Barrancones, y la inmovilidad del Consejo de Ministros de la Comisión de Medio Ambiente, le ha generado un daño a la institucionalidad ambiental y eléctrica. La falta de reglas de juego claras favorece a las empresas establecidas y hace mucho más difícil la entrada de empresas nuevas, especialmente de ENRN. En síntesis, se han aumentado las barreras de entrada y la concentración de la generación. Para las grandes empresas establecidas las dificultades de incorporar nuevos proyectos son importantes pero no tan complejas como para los nuevos eventuales jugadores, y en todo caso su postergación tampoco afecta su rentabilidad ya que los precios suben y aquéllas se benefician con la capacidad que ya tienen instalada.
Finalmente, el Gobierno ha sido incapaz de resolver los problemas de la transmisión eléctrica, lo cual generará en los próximos años una verdadera desconexión del SIC por falta de inversión. Tanto la ley de servidumbre como la de carretera eléctrica adolecen de fallas serias, aunque su intención es positiva. Las restricciones de transmisión implicarán que en años húmedos, la energía del sur no podrá ser llevada a la zona central. El Norte Chico, en cualquier escenario, enfrentará una situación muy compleja que llevará a posponer importantes proyectos en la región de Atacama y Coquimbo.