Como ya fue documentado, quienes eligen la carrera docente no son los jóvenes con mejor desempeño lector. Todo lo contrario. En esta entrada del blog documentaremos dos hechos adicionales: (i) además del menor desempeño lector, los jóvenes docentes tienen los desempeños más pobres en matemáticas e inglés entre todos los jóvenes universitarios de su generación; y (ii) las facultades de educación aportan poco o casi nada para la mejora relativa de las competencias (en lectura, matemáticas e inglés) de estos jóvenes docentes.
La Figura 1, a continuación, muestra dos distribuciones estandarizadas (campanas de Bell): una de los puntajes promedio por carrera en el módulo de matemáticas de los jóvenes que rindieron la prueba Saber 11 alrededor del 2006 y otra para los mismos jóvenes en el módulo de razonamiento cuantitativo en la prueba Saber Pro del segundo semestre de 2011, después de haber pasado por los +-5 años de estudios universitarios. En cada una de las distribuciones se ha etiquetado algunas carreras y sus puntajes promedio en cada prueba (z-scores). Las flechas dan cuenta del progreso o deterioro relativo de cada carrera. Las carreras docentes son las que muestran más deterioros relativos (flechas rojas). Algo están haciendo bien las carreras de nutrición y geología, por citar dos ejemplos, en la enseñanza de las matemáticas. En contraste, cabe preguntarse ¿qué capacidades matemáticas se desarrolla en los jóvenes estudiantes de psicopedagogía, licenciatura en humanidades y licenciatura en artes durante su paso por las aulas universitarias?
No hemos puesto todas las carreras en esta figura, solo hemos seleccionado algunas. La estadística general dice que de las 13 carreras docentes para las cuales contamos con datos, solo 2 mostraron una mejora relativa. Las otras 11 cayeron en sus z-scores. De las 50 carreras no-docentes, en contraste, 18 cayeron en sus z-scores y 32 mejoraron. Claro, algunas caídas y mejoras fueron muy pequeñas (o no significativas). Ese análisis más cuidadoso será materia de un artículo más extenso después.
La Figura 2 muestra resultados análogos pero para desempeños en lenguaje en la prueba Saber 11 y lectura crítica en la prueba Saber Pro. Nuevamente, la figura muestra solo algunas carreras seleccionadas pero la estadística general dice: de las 13 carreras pedagógicas 5 bajaron en z-scores y 8 subieron. De las 50 carreras no-docentes, 27 bajaron y 23 subieron. La evidencia parece decir que en lenguaje/lectura no hay mucha diferencia entre lo que proveen las facultades de educación y el resto de facultades.
Las diferencias, lamentablemente, vuelven a hacerse notorias en los desempeños en lengua extranjera (inglés). La Figura 3 nuevamente muestra resultados seleccionados. Saltan a la vista los progresos relativos de los estudiantes de licenciatura en humanidades y, precisamente, los de licenciatura en lenguas extranjeras. Sin embargo, en 10 de las 13 carreras docentes los desempeños relativos cayeron entre una prueba y la otra. En contraste, en 21 de las 50 carreras no-docentes los desempeños relativos mejoraron.
Estos datos, preliminares claro, pero indicativos, dan cuenta de un bajo valor agregado de las facultades de educación. Aquí hay otro elemento importante a tomar en cuenta al momento de diseñar políticas para la mejora de la profesión docente: es necesario mejorar la formación. Para esto, un buen punto de partida podría ser la acreditación de los programas universitarios de formación docente pues solo un 6% cuenta con “acreditación de alta calidad”.
Hola Hugo,
Muy interesante el ejercicio. Me pregunto hasta qué punto se le puede atribuir el efecto de deterioro sobre el rendimiento relativo al paso por la universidad. ¿No es en gran medida un efecto de atrición selectiva (no aleatoria) dado que las carreras no-docentes son más exigentes? ¿Condicionado a haber tomado las Saber11 no tiene un no-docente una mayor probabilidad de atrición? ¿No estas capturando en gran medida que al momento de tomar las SaberPro tienes un ‘pool’ más selecto de test-takers entre los no-docentes?
Saludos, Irene
Muy interesante intuición Irene. Sin embargo, a tu argumento sobre la exigencia de las carreras no-docentes hay que añadirle que el pool de ingresantes también esta mejor calificado. En el balance no queda muy claro por donde podría ir el non-random-attrition. Entonces vamos a los datos: acabo de comprobar que las tasas de graduación entre las carreras docentes y las no-docentes son casi iguales (18% vs. 19%). Los datos están en el SNIES (http://www.mineducacion.gov.co/sistemasdeinformacion/1735/w3-article-212400.html).
Slds,
h
Hugo, interesantes estos resultados pero la hipótesis sobre diferencias en el valor agregado no es la única para explicarlos. El resultado se puede deber a diferencias entre los estudiantes que se preparan para ser prexplicar por diferencias en la deserción y va más allá de las tasas de deserción. Si hay mayor deserción de estudiantes de puntajes altos en los programas de pedagogía que en los otros tendrás el mismo resultado. En el mismo estudio que citas mostramos que en efecto esto es algo que pasa en Colombia: para todos los programas de educación superior el puntaje saber 11 está positivamente correlacionado con la baja probabilidad de deserción, pero en los programas para preparar docentes esto es al revés. Mira acá un resultado similar más elaborado que el nuestro: http://www.banrep.gov.co/documentos/publicaciones/regional/documentos/DTSER-152.pdf
Hola Dario.
Valor agregado no es la unica explicacion, claro. Yo creo que mas importante es seleccion, es decir «quien decide ser maestro vs. quien decide ser ingeniero o medico» (pero esto no es mas que una intuicion. Habria que probarlo). Para esto las politicas son otras y pueden ser materia de otro post: revalorar la profesion docente, escalafon, salarios, incentivos, etc.
Muy interesante lo de Baron y Bonilla: Diferencias en la composicion del non-random attrition (y ademas, con un rol importante para genero). Se parece a lo de Bacolod (2007), citado en el mismo Baron y Bonilla tambien. Estos datos del ICFES permiten hacer cosas muy interesantes!
Slds,
h
Debe haber un margen de error algo grande, pues muchos de los graduados y quienes presentan las pruebas Saber Pro no presentaron sus Pruebas Saber 11 en 2005 y 2007, gran cantidad de estos son docentes normalistas en ejercicio que tras un tiempo decidieron estudiar una licenciatura, generalmente se ve en las facultades de educación una gran porción de personas ya adultas que presentaron sus pruebas Saber 11 hace más de 10 años, así que esto no necesariamente refleja el progreso o deterioro de quienes presentan el Saber Pro.
Además lo que dice Hugo acerca de la influencia del factor salario en la elección de la docencia o no también es algo significativo, muchas de las personas con mejores resultados se van para carreras más rentables que la docencia, pues finalmente tienen la capacidad para carreras que pueden ser más exigentes, los bajos salarios de esta profesión son también causa de que hay demasiada oferta de Licenciaturas y cualquier universidad ofrece este tipo de carreras a precios módicos.
Mi humilde opinión.
Los maestros nos preguntamos ¿Cómo entran y cómo salen los estudiantes de economía en las universidades argentinas? No tendré que hacer tan vasta exposición como la suya para ver los resultados desastrosos de los mismos.
[…] Para más información sobre el tema, los invitamos a leer la entrada de Hugo Ñopo “¿Cómo entran y cómo salen los maestros de las facultades de pedagogía?” […]
[…] un blog reciente de nuestro colega Hugo […]