¿Cuál es el valor agregado de un buen maestro?

Esta semana se celebró en Argentina el “Día del Maestro” y en conmemoración a esta fecha me pareció apropiado dedicarles a ellos el blog de hoy.  Muchos recordaremos con cariño aquel maestro (o aquella maestra) que nos inspiraron. Sin embargo, estas anécdotas y nuestra intuición sobre la importancia de los buenos maestros no resultan suficientes para cuantificar los beneficios de largo plazo de tener buenos maestros. Para contestar esta importante pregunta es necesario determinar dos cosas: (1) cómo medir qué significa ser un buen maestro en forma objetiva y sistemática y (2) cuál es el conjunto de medidas de impacto de largo plazo.

Para abordar estos puntos, Chetty, Friedman y Rockoff (2011) proponen usar como medida de qué es un buen maestro el “valor agregado” por los mismos en pruebas estandarizadas de aprendizaje. En particular, el “valor agregado” de un maestro es la ganancia promedio que éste logra para los estudiantes de una clase controlando por las diferencias en las características individuales (por ejemplo, el rendimiento académico en años anteriores) de los estudiantes de la clase. Los autores proponen además utilizar como medidas de resultados de largo plazo la asistencia a la universidad y el ingreso anual (entre otras cosas).

Estos autores construyen una base de datos excepcional para esta tarea.  Recopilan, para un distrito urbano de los Estados Unidos desde 1989 hasta el 2009, la asignación de los docentes a establecimientos educativos y clases de tercero a octavo grado y los resultados en pruebas estandarizadas de matemáticas y lenguaje por estudiante. Además, esta base está unida con información posterior de declaraciones impositivas en donde se proveen datos sobre ingresos anuales, asistencia a la universidad y características demográficas de los padres. Con respecto a las notas de clase, la base contiene  alrededor de 975,000 estudiantes con  un promedio de 6 observaciones para cada uno.

Este  trabajo empírico detallado y riguroso encuentra que  un incremento de un desvío estándar en el “valor agregado” del docente (una medida de la calidad del maestro) resulta en un incremento de 0.1 desvíos estándar en las pruebas estandarizadas de aprendizaje para los estudiantes que tienen a este maestro en un año determinado. Y aún a pesar de que parte de esta ganancia en aprendizaje se disipa en el tiempo, los autores muestran que un incremento en un desvío estándar en el valor agregado por un docente en un sólo grado (es decir, considerando todos los cambios subsecuentes que se generan por tener un mejor docente en un año determinado) aumenta la probabilidad de estar matriculado en la universidad a los 20 años en 0.5 puntos porcentuales (la tasa media de matriculación es del 36 por ciento) y los ingresos a las 28 años en un 1 por ciento anual.

¿Cuáles son las enseñanzas que nos dejan estos hallazgos en términos de política educativa? La principal es que los buenos docentes generan beneficios para los individuos y la sociedad en el largo plazo. Por lo tanto, políticas destinadas a mejorar la calidad de los docentes a través de la capacitación, los incentivos al buen desempeño y la contratación y retención de buenos docentes redundaran en beneficios para la sociedad en el largo plazo.

¿Qué cosa no nos dice el artículo? Los resultados obtenidos no garantizan que usar la medida de valor agregado como parte de un incentivo a los docentes es necesariamente una buena idea. Los resultados de las pruebas estandarizadas que usaron en este trabajo no fueron utilizados para medir el desempeño de los docentes y remunerarlos en base a los resultados obtenidos. Por lo tanto, no podemos saber si usar el valor agregado puede generar cambios en el comportamiento de los docentes.

¿Se aplican los resultados para los países de América Latina? En gran medida dependerá de los incentivos que provean a los individuos los retornos a la educación en estos países.

Referencias:

Chetty, R., J. Friedman y J. Rockoff, 2011, The Long-Term Impacts of Teachers: Teacher Value-Added and Student Outcomes in Adulthood, NBER Working Paper # 17699.