Publicado por El Mostrador, 7 de agosto de 2012
Hace bien el presidente del PPD, el Senador Quintana, en aprobar la idea de legislar una reforma tributaria, sin embargo en la discusión en particular es necesario introducir correcciones importantes a la última propuesta del Gobierno. La nueva propuesta de reforma tributaria enviada al Congreso por el Gobierno, constituye un ajuste tributario que tendrá un efecto marginal en la recaudación tributaria en el largo plazo. Ello, porque en materia de impuesto a la renta el aumento del impuesto de primera categoría a las empresas combinados con la rebaja del global complementario y el crédito tributario a la educación en teoría constituye una rebaja tributaria. En efecto, Chile tiene un sistema de impuesto a la renta integrado, en que los pagos a nivel de la empresa sirven de crédito al impuesto personal, lo cual es una característica positiva de nuestro sistema.
No obstante, el aumento del impuesto de primera categoría, es solo un aumento de la retención que realiza la empresa por las personas y tendría solo efectos transitorios, ya que las personas son los únicos sujetos de gravamen tributario en definitiva. Por tanto, si omitimos el eventual impacto positivo de aumentar la retención a nivel corporativo en la elusión tributaria, el efecto neto será un aumento de corto plazo en la recaudación y en el largo plazo una caída de la carga tributaria por concepto de impuesto a la renta.
No obstante, en la práctica, si incluimos la elusión, es posible que el efecto neto final pueda ser positivo en el largo plazo, ya que existen muchos contribuyentes que se limitan en su esfuerzo de eludir hasta el nivel en que empiezan a obtener reembolsos del fisco. Tienen la hipótesis de que al recibir cheques de devolución del fisco, la probabilidad de una fiscalización en profundidad aumenta. Adicionalmente, es fundamental que en esta ley se negocie, al menos, la eliminación del crédito tributario a los gastos en educación. Aprobar esa norma implicaría ir en contra de las demandas de la sociedad de mayor equidad en materia educacional, ya que los favorecidos serían los que tienen a sus hijos en colegios privados restándole recursos al fisco para financiar la educación pública. Es positivo, que se haya sacado de la reforma la desgravación arancelaria unilateral, toda vez que se pierde una herramienta para mejorar el acceso a mercados. No es claro por qué se ha excluido los impuestos a los males, como la producción de residuos no degradables.
Sin embargo, es razonable que el gobierno y la oposición acuerden legislar en menos de un año de modo de asegurar que se establecen impuestos a los males, como la contaminación y externalidades negativas de distinto tipo en Chile. Por este concepto se debería recaudar inicialmente al menos 0,5% del PIB. Los principales candidatos son, dejar expirar la rebaja diferenciada al impuesto al Diesel, que vence el 2013. Además de reconsiderar las propuestas anteriores del gobierno sobre residuos y el impuesto a las emisiones industriales de CO2 y volver en forma gradual el impuesto al diesel a los niveles del año 1999. Finalmente, se debe insistir en eliminar algunos mecanismos de elusión tributaria, como los recomendados por la propuesta CEP-CIEPLAN. Por ejemplo los fondos de inversión privado, que deben quedar acotados efectivamente solo a mecanismos de capital de riesgo de carácter colectivo. Se debe concordar “reemplazar los regímenes de renta presunta por el actual régimen 14 ter, que está destinado a gravar en forma simplificada a pequeños contribuyentes”. También “reemplazar los otros sistemas especiales como el 14 bis y el 14 quarter por el 14 ter”.
Corregir los diferentes mecanismos de elusión en las sociedades de personas, asimilando todos estos regímenes al que se aplica a las sociedades anónimas, esto implica que “se debe revisar el tratamiento de los retiros de utilidades financieras que superan las utilidades tributarias en las sociedades de personas, así como el tratamiento de los gastos rechazados”. La eliminación de varias de estas reformas de la segunda propuesta del Gobierno es incomprensible. Cualquier avance en corregir las franquicias y reducir la elusión es un enorme avance en materia de mayor recaudación, equidad horizontal y vertical del sistema tributario. Respecto al impuesto a las personas, es efectivo que las tasas más altas castigan principalmente a los ingresos del trabajo, con efectos de incentivos significativos. Para que la reforma aumente la equidad se debe condicionar la propuesta del gobierno de modificar los tramos a avanzar en materia de elusión, de modo que los ingresos extraordinarios del capital, efectivamente tributen en las tasas más altas a nivel personal y no queden finalmente diferidas pagando el 20% o como gastos de sociedades de personas o retiradas por conyugues o hijos de baja tasa de tributación.
Con seguridad la oposición no podrá lograr todos estos objetivos en la discusión en particular. No obstante, se trata de avanzar, entendiendo que la derecha está en el gobierno y la centro-izquierda en la oposición, y que la iniciativa la tiene el Ejecutivo. Por tanto el foco debe ser mejorar la recaudación en el largo plazo y no solo coyunturalmente, mejorar la equidad horizontal y vertical del sistema tributario y también mejorar la eficiencia económica. El país necesita en un tema importante, en que los sectores políticos que piensan distinto, puedan alcanzar un acuerdo razonable que implica ceder y sacrificar en parte los objetivos de cada parte. Llevamos 10 años de déficit estructural, es el momento de avanzar a una meta de equilibrio fiscal estructural, con mayor recaudación y gasto en bienes públicos y educación, recordemos que fue nuestra solidez fiscal la que nos permitió enfrentar la crisis del 2008 con singular efectividad.