La Argentina es un país que históricamente tiene ventajas comparativas en el sector primario, dada su abundancia relativa de recursos naturales. El sector ganadero en particular es muy importante: históricamente constituye el 20% del PBI agropecuario y el 3% del PBI total; el valor bruto de la producción de la industria cárnica representa casi el 6% del de la producción industrial de manufacturas; emplea el 5% del personal ocupado por la industria; y la carne es uno de los productos que mayor volumen de ventas tiene en los supermercados.
Hoy quiero ocuparme de la complicada situación del sector ganadero, a la que se llegó por una sucesión de políticas públicas desacertadas y descoordinadas desde 2005, y fue agudizada por la fuerte sequía reciente. Ya empezamos a analizar la problemática del sector, y cómo nos afecta a todos los consumidores de carne por los altos precios que pagamos, en un post de Emilio: https://dev.focoeconomico.org/2011/01/31/292/. Creo que los últimos datos que se dieron a conocer del sector en las últimas semanas, ameritan abordar este tema nuevamente.
Según los últimos indicadores del sector ganadero, la situación es la siguiente. Hoy hay alrededor de 10 millones de animales menos que hace 4 años (se estima un stock de 48 millones de cabezas). Por la escasez de oferta, las exportaciones se redujeron en un 53% en 2010, en tanto Paraguay y Uruguay superaron los embarques de la Argentina, aprovechando los altos precios internacionales. Además, desaparecieron 4,600 pequeños productores ganaderos y fueron despedidos 3,500 trabajadores de la industria frigorífica en los últimos 3 años. El mercado interno también se vio afectado: se duplicaron los precios de carne al mostrador y el consumo promedio per cápita de los argentinos y las argentinas cayó un 15% en el último año, llegando a 58kg que constituye un mínimo desde la crisis del 2001/2002. En síntesis, hoy tenemos escasez de stock, bajas exportaciones, menor consumo interno y carne cara para todos.
¿Cómo llegamos a esta situación?
Tal como explicó Emilio, los actores del sector ganadero toman sus decisiones productivas en función de las señales sobre rentabilidad futura. El ganadero debe decidir si a su animal lo destina a consumo (faena) o a inversión (retención en el caso de las hembras que son el bien de capital). El ciclo del ganado dura aproximadamente 1000 días, siendo mucho más largo que el de la carne aviar o porcina. Cuando los precios esperados en el futuro son altos, se inicia un proceso de retención de vientres (menor participación de las hembras en la faena), con lo cual los precios presentes se incrementan y en el futuro cuando se incrementa el stock, se estabilizan. En cambio, cuando las señales de rentabilidad futura son adversas para el sector, se procede a la liquidación de animales para aprovechar los precios relativamente altos del presente, y la trayectoria de precios futura dependerá de cuán profunda fue la reducción del stock ganadero y de cuánto tarde su recomposición.
El hecho de que existan fases expansivas y contractivas es típico del ciclo ganadero. Lo importante para la sostenibilidad futura del sector es que, en las fases de liquidación, no se produzca una descapitalización (faena de hembras) importante que comprometa el stock en el mediano plazo.
Allá por 2005 el contexto parecía alentador. A nivel local, la demanda había aumentado producto de la recuperación de la crisis económica y la recomposición de salarios. La demanda internacional también se había incrementado, y los precios de la carne subían al compás de los demás commodities. En particular era un buen momento para la Argentina en el mercado internacional de carnes debido a la mejora de su status sanitario y el empeoramiento del de otros grandes productores internacionales. También se acentuó la competencia por tierras con el sector agrícola dados los altos precios de la soja. Sin embargo, mejoras en la productividad de la actividad ganadera, permitieron la conversión de campos ganaderos en mixtos sin reducir el stock de animales. Según los especialistas del sector, fue el mejor contexto para la ganadería argentina en los últimos 25 años.
Los productores vislumbraban un futuro promisorio para el sector y comenzaron a retener ganado para expandir la oferta futura. Éste comportamiento, sumado al aumento de la demanda interna y externa se evidenció en un aumento de los precios internos de la carne. Si bien en la Argentina ya se observaba un proceso inflacionario, con aumentos generalizados en todos los rubros del Índice de Precios al Consumidor, la inflación de los alimentos fue superior a la del nivel general, y la de la carne superó a la de los alimentos.
Ante ese contexto inflacionario, el gobierno intervino esencialmente en los precios de aquellos productos que más influían en el índice con el que se medía la inflación. En efecto, la carne es el grupo que más peso tenía en 2005 en el IPC (7.639%), y dentro del rubro Carnes, la carne vacuna es el subgrupo de mayor ponderación (61% de Carnes; 4.513% del total).
En el siguiente gráfico se observa la sucesión de medidas descoordinadas que fue aplicando el gobierno ante cada aumento de los precios de la carne. Nos concentramos aquí en los primeros años de intervención, ya que constituyen las señales que afectaron la producción de carne de los años siguientes.
Gráfico 1: Primeros años de intervención en el Mercado de la Carne
La intervención comenzó con acuerdos para fijar precios con frigoríficos, supermercados, incluso en el mercado de Liniers que es el mayor mercado concentrador de ganado en pie en la Argentina. Paralelamente se aumentó por ley el peso mínimo de faena, con el objetivo de no liquidar animales livianos y aumentar la producción de carne. Esta medida puede ser efectiva si se planifica una suba paulatina y escalonada. Recordemos que el proceso de engorde lleva tiempo y los productores no tienen capacidad de adaptarse rápido a cambios en estos requisitos. Los cambios en los pesos mínimos de faena por ley continuaron hasta nuestros días, a pesar de los pedidos expresos del sector de eliminar restricciones para la recuperación del sector.
Ninguna de estas políticas resultó ser eficaz para bajar el precio de la carne. Sin duda, la peor medida de todas fue atentar contra las exportaciones de carne en tiempos de precios internacionales en aumento. Al principio se aplicaron restricciones y cupos. También se aumentaron las retenciones a las exportaciones de productos cárnicos de 5% a 25%. Luego, en mayo de 2006 se vedaron las exportaciones de varias categorías. En el gráfico observamos que el precio interno de la carne al mostrador continuó elevado a pesar de la medida, en tanto el precio del novillo se retrajo y luego continuó su tendencia alcista.
Las trabas al comercio exterior continúan vigentes. Éste será el tercer año en el que no se cumplen con los compromisos de la cuota Hilton (exportaciones mejor pagas). Además, a las restricciones se sumaron considerables retrasos en la tramitación de los ROE (registros de operaciones de exportación), que hicieron demorar embarques y perder clientes. La última medida en este sentido data de mayo de este año, cuando la Secretaría de Comercio Interior dictaminó que todos los registros deberán tramitarse allí, en lugar de en las oficinas de la ex Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), lo cual generó más pesimismo en el sector.
Consecuencias previsibles en el Corto y Mediano Plazo
Las señales oficiales redundaron en una caída de la rentabilidad esperada de la cría de hacienda, que desencadenó la fase más contractiva del ciclo ganadero desde que se llevan estadísticas del sector (1875). La destrucción del 20% del stock en un lapso tan corto, estuvo acompañada de la pérdida de empleos en todos los eslabones de la cadena de producción de carne y en la desaparición de alrededor de 4,000 pequeños productores.
Gráfico 2: Evolución del Stock de Ganado Bovino (1875-2010)
La coyuntura desfavorable fue agudizada por la sequía que comenzó a mediados de 2008. Sin embargo, la decisión de liquidación de stock comenzó a raíz de la intervención oficial y no por las condiciones climáticas adversas. Esto se confirma en el siguiente gráfico en donde mostramos la participación de hembras en la faena (que es sinónimo de descapitalización ya que afecta la producción futura de terneros). El límite biológico en el porcentaje de hembras faenadas para mantener el stock ganadero se estima en 43%. Observamos que, desde la veda de las exportaciones en mayo de 2006, la decisión de desinvertir por las malas perspectivas futuras en el mercado de la carne fue muy marcada.
Gráfico 3: Participación de Hembras en la Faena
Con estas estadísticas comprobamos que los aumentos de producción, consumo y faena experimentados hasta el año pasado no eran sostenibles en el tiempo, porque se basaron en la descapitalización del sector y no en el aumento de su productividad. Por ende, la reducción de la oferta a mediano plazo era inevitable.
A fines del 2009 el alto precio del ganado empezó a ser percibido como permanente, dada la escasez de animales, y por eso comenzó un ciclo de recomposición del stock. Paulatinamente, esto se traducirá en aumento de la actividad frigorífica, consumo doméstico y exportaciones.
Sin embargo, la recuperación del stock va a llevar varios años. Según el Lic. Ignacio Iriarte (La Voz del Interior – Córdoba 10/06/2011), si la tasa anual de destete (producción de terneros) se ubica en los 12.4 millones de terneros (aumento de 8% respecto de 2011), el balance sería el siguiente: entrada, 12.4 millones, salida de 10.5 millones de faena y 0.8 millones de cabezas de mortandad. El saldo al final del ejercicio, sería positivo en 1.1 millón de cabezas. Creciendo a esta tasa (2.2% anual), se tardarán 6/7 años en recuperar el stock de 2005 y cerca de 11 años para volver al stock del 2007. Siempre bajo el supuesto de que las reglas de juego se mantengan estables y no haya shocks climáticos extremos.
¿Había alternativas?
La política del gobierno debería haber consistido en proveer las señales correctas para que los productores continuaran con el aumento de productividad que había comenzado antes de la intervención. En todo caso, el gobierno podría haber aplicado políticas para que los productores sean más eficientes y aumenten las tasas de producción de rodeo, parición y destete (que aún son relativamente bajas en la Argentina).
Tener un contexto de altos precios internacionales es una buena señal para el sector que, en lugar de haber sido capitalizada, terminó siendo otra oportunidad perdida. El cierre y las restricciones a las exportaciones, podría haberse reemplazado por una política de exportación con retenciones que no desalienten al sector, y subsidio de cortes al mercado interno. También se podría haber modificado el sistema de comercialización en media res, para aplicar políticas diferenciales para ciertos cortes.
Prohibir y trabar las exportaciones además tiene consecuencias a largo plazo, si uno tiene en cuenta todo el esfuerzo que nos llevó acceder a los mercados de alto valor (como la Unión Europea). El hecho de que no se hayan podido cumplir con los compromisos asumidos con el exterior (ni siquiera para las exportaciones mejor pagas), sin duda puede dañar la reputación de Argentina como proveedor de carne.
Las políticas desacertadas de la administración Kirchner, a las que se sumó la sequía, redundaron en la mayor reducción de la oferta de carne de la historia. En un contexto en el que las medidas para aumentar el consumo (a través de planes sociales, por ejemplo), aumentaron aún más la demanda de todos los bienes en general, y de carne en particular.
Es importante aplicar una política ganadera que sea sostenible en el largo plazo, para aumentar la producción de carne, y así evitar una situación de escasez como la que nos afecta hoy. Mientras tanto, y por unos años más, tendremos menos producción, menos exportaciones, menos consumo interno y carne cara para todos.
Posiblemente la política ganadera desde 2006 sea considerado un caso de libro sobre intervención nociva en los mercados y la confirmación del adagio de que en economía se puede hacer cualquier cosa, excepto evitar las consecuencias de lo que se hace.
Sin duda la salida superadora era aumentar la productividad vía disminución de la brecha tecnológica entre una agricultura del siglo 21 y una ganadería parecida a la de principios del siglo 20. Pero este cambio necesita buenos precios durante su desarrollo (que hoy lo hay) y perspectivas de precios razonables en el futuro (que hoy no hay más allá del período de escasez aguda de terneros, hasta 2013.
Sebastián, muy claro el post en el análisis y el mensaje. De esto conozco poco y nada, así que simplemente quería preguntar por este punto que, supongo, es una duda común – la competencia con el corrimiento de la frontera sojera, por llamarlo de algún modo. Decís: «También se acentuó la competencia por tierras con el sector agrícola dados los altos precios de la soja. Sin embargo mejoras en la productividad de la actividad ganadera, permitieron la conversión de campos ganaderos en mixtos sin reducir el stock de animales.»
Quería saber cuán factible era esto – supongo que no hay una evaluación de impacto, pero si el salto en el precio de la soja fue mucho mayor aún con cambio tecnológico puede seguir siendo un factor de competencia, no?
g.
Guillermo, efectivamente en los últimos años se intensifico la competencia por la tierra entre agricultura y ganadería que existe históricamente. El área sembrada se duplicó, básicamente por el avance de la sojización. No conozco una evaluación al respecto. Lo que estuve investigando me indica que cambió la distribución territorial del ganado, tanto entre zonas geográficas, como dentro de los establecimientos. A nivel país, hubo un desplazamiento de la ganadería a zonas extra-pampeanas. Y a nivel establecimientos, se observa que la mayoría de los campos tradicionalmente ganaderos se reconvirtieron en establecimientos mixtos. Esto empezó a operar antes de la intervención. El sector ganadero comenzó a «arrinconar» la hacienda, que básicamente consiste en el engorde de los animales a corral o en feedlots, y usar parte del campo para la agricultura.
La dinámica de los precios ganaderos en los últimos años está dado por la creciente incorporación de más y más personas a la clase media en paises como China, India o Brasil. Lo triste de la realidad del análisis es la sensación en el sector de que se está perdiendo una oportunidad única de consolidarse como líderes del sector, algo que la soja logró a partir de 1997. Sobre la pregunta del Sr. G. Cruces, la ganadería se está desplazando a zonas que por su naturaleza son impracticables para la soja i.e. la zona de islas del Paraná en Santa Fe, o bien al norte, como en Entre Ríos la zona de Feliciano – capital del ternerno en dicha provincia. El problema con la soja es que a pesar de ser un cultivo con muchos impuestos, su costo de producción es practicamente cero – en comparación con la ganadería o el trigo, por ejemplo. Consecuentemente, al intervenir el Estado, destruye cualquier ventaja comparativa que pueda tener la ganadería. No lo recuerdo exactamente, pero creo que esta era la idea central del plan agrícola propuesto por Reutemann en el 2007 en medio del lío de la 125: reducir las cargas impositivas y brindar ayudas a la producción ganadera con transferencias de recursos de sectores menos intensivos en términos de costos, como la soja. Gracias por el espacio, muy buen artículo.
Mariano, es cierto tu punto de que la ganadería se desplaza a zonas menos productivas (aunque la soja casi crece en cualquier lado) y puede ser que haya habido un momento en el que los márgenes de la soja eran altísimos, pero no es la situación de los últimos años.
La soja puede tener mejores márgenes que otros cultivos/ganadería pero eso no quiere decir que el costo sea cero. Tenés que considerar entre otros los costos de fertilizantes, fumigación, semillas, mano de obra, precios de alquiler/compra de tierras, etc, que quedaron atados a la evolución del precio internacional de la soja (o sea que subieron tanto como el de la soja), habiendo ajustado el margen a los valores de hoy.
Para ser específicos, la rentabilidad de los productores de soja bien diversificados rondaban un atractivo 30% en las mejores épocas, pero no un 95%. Eso quiere decir que el costo de producción no es cero.
Entonces la diferencia con la ganadería vuelve a ser, si no me equivoco, siempre con precios internacionales altos y crecientes, las restricciones a la exportación en sí mismas, más allá de las cargas impositivas aunque estas ciertamente afectan los márgenes relativos.
Saludos,
estimado Andrés; en mi análisis no digo que el costo de la soja sea cero, sino que en relación a otros productos es almost cero – comparativamente. No tengo los datos aquí, abría que buscar en la revista «márgenes agropecuarios», pero recuerdo de los años 2007 – 2008 como de los análisis que hicimos mostraban una clara ventaja en términos de costo – y consecuentemente – de márgenes de la soja sobre todos los demás productos antes de impuestos, ventajas que se mantenían una vez tenido en cuenta los mismos. Esto es, a una misma intervención en el mercado del producto, la soja siempre salía ganando (dicho sea de paso, el trigo también sufrió restricciones a la exportación). Tal vez me lío un poco con la idea, y les pido perdón, pero lo que quiero dejar en claro es que comparando la estructura de costos y el grado de intervención del gobierno en los mercados, la soja siempre sale ganado en términos de rentabilidad sobre las demás actividades, y por eso el productor cambia a soja en vez de trigo y carne
Mi idea es que quede claro que el problema principal es que se pusieron trabas a las exportaciones de carne. O sea, aún si disminuyeras los impuestos no se podría exportar. Sin trabas se cubriría la cuota hilton aún con carga impositiva alta.
Me preocupa siguiente la idea que se puede desprender de tu comentario: súban los impuestos a la soja que tiene margen así hacemos más competitivos otros cultivos/producción de carne… No creo que sea esa la solución. Empecemos por permitir las exportaciones de carne y permitamos que la industria gane eficiencia.
El análisis es parcial, tendencioso y demasiado simplista.
Menciona como síntesis: la escasez de stock, las bajas exportaciones, el menor consumo interno y carne cara para todos.
Escasez de stock comparativa con otros años, pero respecto de otros países? Es algo malo tener poco stock de carne? Mencionar este indicador aislado del contexto global (industria nacional, soja, etc.) es una trampa al lector ávido de buscar noticias apocalipticas
Bajas Exportaciones: otro indicador incompleto y que no representa nada. Darlo en porcentajes, kilos u otro ratio incide en el mensaje final. El consumo interno explica parte de esta baja en las importaciones, pero no alcanza con mostrar indicadores cruzados.
Una muestra es que las exportaciones se han complejizado, saliendo de las exportaciones primarias que históricamente identificaron a nuestro país (salvo excepciones en la década 50-60).
Menor Consumo interno: esta es quizás la conclusión mas ofensiva. En el país de los promedios, se me ahogan los enanos (según decía un profesor mío en la Universidad). El consumo interno no se puede mirar solo por Kg/habitante, sin entrar en especificaciones de edad/región/estrato social, etc.
Carne para todos: simplementenombrar un programa de Gobierno solo con el efecto de mas y mas alimentación para las cabezas vacías de barrios privados. Es cierto que el programa no alcanza a toda la población, pero es al menos un alijo entre tanto formador de precios.
Saludos cordiales,
espero su réplica y lo reto a un debate estadístico sobre cada una de las series.
Leonardo, a mi entender el mensaje de Sebastián es muy claro y expone todos los fundamentos. Analiza el sector ganadero que fue sumamente desfavorecido por políticas oficiales distorsivas y además sufrió la peor sequía en 30 años. Obvio que cada gobierno decide su estrategia y a qué sectores favorecer. Acá vemos que el ganadero claramente no fue el elegido, a pesar de constituir históricamente un pilar de la economía argentina, y ser mucho más competitivo y eficiente que otros que sí fueron favorecidos. Pero además, este desaliento al sector es una contradicción si el gobierno quiere “carne para todos”, y encima barata!
Me parece que en todo caso tu comentario es tendencioso y demuestra un desconocimiento preocupante del sector.
Te preguntás si está mal que caiga el stock. Si estudiás un poco el sector, vas a ver que semejante contracción nunca antes registrada, llevó a desempleo, capacidad instalada ociosa en todos los eslabones de la producción de carne, cierre de plantas de faena y desaparición de pequeños ganaderos. No entiendo qué podés verle de positivo. Y esto no sólo afectó a los productores del sector primario, sino a toda la industria cárnica, que también forma parte de la industria Argentina.
Además, si tomás todas las medidas posibles para contraer la oferta, en un contexto en donde también aplicás muchas políticas para alentar el consumo de carne, me parece más indeseable aún una caída semejante del stock. Las consecuencias las estamos viendo todos, con un aumento de 100% de los precios al mostrador durante el año pasado. Eso es carne cara para todos (o en tu barrio no se duplicó el precio en el último año?).
Te preguntás por los países vecinos. Bueno, si mirás sus estadísticas, podés ver que no experimentaron esta situación alarmante. En Uruguay, por ejemplo, en los últimos años el stock promedió los 11/12 millones de cabezas (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Uruguay). En Argentina en 3 años se destruyó el equivalente a todo el stock de Uruguay, si lo querés poner en términos regionales.
En Argentina las exportaciones, cayeron 53% en 2010 según el post de Sebastián; a lo que te agrego que en el primer cuatrimestre de 2011 cayeron un 10%, registrándose sólo 90 mil toneladas (para que te des una idea del bajo número, las exportaciones de pescado fueron 121 mil toneladas en igual período.. sí, Argentina exportó más pescado que carne en lo que va del año). Uruguay superó a la Argentina en volúmenes exportados ya desde 2009, y Paraguay la superó en 2010.
A vos te parece que a la Argentina se le complica exportar carne, porque según vos “las exportaciones se han complejizado” y Paraguay tiene mejores estándares tecnológicos ganaderos? Si usás la asignación de cuotas Hilton como proxy de tecnología ganadera, ya que la Unión Europea es el mercado más exigente en cuanto a estándares de calidad, sanidad y bienestar animal, podés ver que la Argentina es super competitva en el mercado internacional de la carne. El problema de los últimos años es que tiene trabas oficiales para exportar y ahora no tiene suficientes animales.
Finalmente, el consumo de carne per cápita en Uruguay el año pasado fue de 58.2 kg/hab y viene en aumento desde 2002; con un fuerte incremento en los últimos años (en 2004 era 47.2kg/hab); claramente superando a Argentina que registró un consumo de 57.6kg/hab en 2010. Complementando el post, en el último mes (mayo) el consumo por habitante fue en promedio 51.6kg, y la ingesta total de proteína animal cayó también (no alcanzó la sustitución por otras carnes). En cuanto a tu argumento de los promedios, me parece que a los precios actuales de la carne, no te ayudaría un indicador regional o por poder adquisitivo. Si baja el consumo per cápita por habitante en promedio, y el precio de la carne aumentó tanto en todo el país, es probable que los que más hayan dejado de consumir son aquellos que tienen menores ingresos. Si querés carne para todos, de nuevo, estás en problemas para sostener este argumento.
Espero todo esto te ayude a complementar la explicación de Sebastián y el post de hace unos meses de Emilio (en donde podés encontrar más series estadísticas de consumo, expo y precios).
Además, si te fijás en el artículo que cita Sebastián del Lic. Ignacio Iriarte, uno de los referentes académicos más respetados del sector, podés encontrar más proyecciones con estadísticas poco alentadoras: “Mientras el destete se ubique en el orden de los 11,5-12,0 millones de terneros, y la retención –que quita un millón o más de hembras jóvenes todos los años a la faena– persista, la oferta de carne en la Argentina seguirá siendo muy baja (2,5-2,7 millones de toneladas), el consumo muy pobre (55-56 kilos), las exportaciones muy bajas (250-300 mil toneladas) y los precios muy altos”.
Saludos cordiales,
Esther
pd. las estadísticas incluidas en mi respuesta provienen del IPCVA, ONCCA, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Uruguay, USDA-FAS y de Informe Ganadero.
Sebastián,
Excelente post!
Esta preocupación por atacar el rubro que más peso tienen en el IPC resulta más irracional aún a la luz de los acontecimientos posteriores con respecto a la intervención del INDEC. Si la política hubiera sido desde el principio combatir el IPC en lugar de combatir la inflación, muchas de estas intervenciones desafortunadas se podrían haber evitado.
Excelente post!
Eshter, muy buena respuesta. Gracias. Sin embargo, el comentario de Leonardo no era serio. NO merecia tu esfuerzo. Por suerte, otros lectores nos beneficiaremos del mismo.
Veo que este post generó bastante repercusión, a juzgar por la cantidad de mensajes y comentarios que me han llegado. Muchas gracias a todos por las sugerencias e información (especialmente a Esther). Las comparaciones con Paraguay y Uruguay en este rubro muestran que era posible impulsar al sector ganadero, sólo que el gobierno eligió otro camino. Y eso que Uruguay también está sufriendo las consecuencias de la gran sequía.
Mi idea era contribuir al debate sobre cómo las políticas públicas distorsivas y descoordinadas pueden traer consecuencias tan desfavorables y que perduran en el tiempo. Es muy costoso cambiar las reglas de juego todo el tiempo.
Además creo que el resultado de la política anti-ganadera de los últimos años, es un claro ejemplo de lo fundamental que resulta pensar en el mediano/largo plazo cuando se aplican políticas. El gobierno empezó atacando al rubro que más pesaba en el IPC –antes de directamente falsear los números del mismo- y terminó generando escasez de animales y mucha más inflación en el precio de la carne que la que hubiera habido si hubiera alentado la producción en lugar de aplicar políticas anti-ganaderas.
Será un gran desafío del próximo gobierno, dar las señales correctas y los estímulos adecuados para lograr aumentos en la productividad del sector y que la recomposición del stock sea más rápida. En mi opinión, la apertura al mercado externo es fundamental para para acelerar la recuperación, en mi opinión. Otra medida importante, creo que viene por el lado de estimular a los pequeños/medianos productores para que incorporen nuevas tecnologías y puedan ser más competitivos; pero de eso me voy a ocupar en el próximo post que escriba sobre ganadería.
Nuevamente la respuesta de Esther confirma el posteo de Sebastián, mezclando cualquier indicador a mano con objeto de buscar una «supuesta» política errada del actual gobierno Nacional.
Algunos ejemplos breves:
– Comparar las exportaciones de carne con la de pescado (cuando de este último exportamos mas del 90% de lo recolectado y en Argentina casi no se consume este)
– Hablar de las exportaciones de carne en Paraguay (sin siquiera conocer un poco de la Sociedad Guaraní) cuando el país hermano gobernado por Lugo prima el exportar mas del 90% de su producción cárnica
– Hablar del precio de la carne en términos de aumentos absolutos, sin tener en cuenta indicadores monetarios (sueldos, ingresos de la población, etc.).
Lo que hizo el Gobierno desde 2003 fue poner como «Prioridad» el consumo interno de Carne, una muestra mas de que se gobierna primero para los Argentinos y luego se mira las hermosas series estadísticas y macro-económicas.
Para no hacer un debate sin fin, pido disculpas si fui intrusivo en comentar el post. Simplemente llegue a leerlo y creía ver errores de interpretación.
Saludos, Leo.
siia.gov.arCreo inferir que lo que se destaca de la nota como la razón primordial por la cual aumentaron los precios y bajo el stock es que: «Las señales oficiales redundaron en una caída de la rentabilidad esperada»
Si estoy equivocado pido que me corrigan. De estar en lo correcto tengo un par de preguntas (u observaciones)
1) ¿Cuál era la «rentabilidad esperada»?, ¿Puede ser que sea la de acompañar el aumento de precios a nivel mundial?.
2) Mencionas que: «desaparecieron 4,600 pequeños productores ganaderos». ¿Cuántos de estos eran dueños de la tierra que usaban para el ganado?. Supongo que si desaparecieron como productores ganaderos fue por que vieron otra actividad donde podían tener mejor rentabilidad. ¿Hay algún estudio donde se pueda saber si estos productores se transladaron a otra actividad agropecuaria donde la rentabilidad fuera mas elevada inclusive que si no hubiera intervenido el gobierno nacional?. Consulto esto por que me da la sensación que no les está yendo muy mal a los que poseen grandes extensiones de tierras en las zonas donde se utilizaba para ganadería.
3) Me parece que el error que cometieron con las medidas adoptadas (aclaro que considero que fueron erroneas por que el resultado está a la vista) es que equivocaron el sector al cuál aplicar las medidas. Esas medidas podrían haber sido exitosas para un sector industrial donde, si tenes una fabricas de correas de transmisión de caucho, no es muy facil que cambies la producción y te pongas a fabricar cadenas de transmisión, en cambio con «la tierra», si el productor ve que no le conviene tener vacas por que sembrando zanahorias trabaja menos y saca mas plata, no va a dudar en producir zanahorias.
4) Me da la sensación que se intenta asociar la evolución del stock con el aumento de precios de la carne (agregandole el aumento del precio internacional) que es avalada por las siguientes lineas de la nota: «A fines del 2009 el alto precio del ganado empezó a ser percibido como permanente, dada la escasez de animales».
Pero al menos eso no queda evidente en los gráficos suministrados, ya que en el periodo que va desde enero del 2005 a enero 2007, el stock aumentó lenta pero constantemente (de 57 a 60 millones de cabezas pareciera, es decir 3 millones de cabezas), y los precios aumentaron un 50% para los 6 cortes y 25% para el novillito (mas o menos calculando a travez de los gráficos a ojimetro). Mientras que de enero de 2007 a (finales, supongo) 2009 el aumento del novillito fue del 45% (segun http://www.siia.gov.ar/index.php/series-por-tema/ganaderia) aunque la reducción del stock fue de 3 veces del aumento en el periodo anterior (60 a 50 millones de cabezas, es decir 10 millones de reducción), con lo cual, de ser correcta la apreciación del autor (y considerando que el aumento de precios internacionales se mantuvo constante en ambos periodos) el aumento de precios locales debería haber sido muchísimo mayor (mas considerando el aumento de la demanda). Lamentablemente no encuentro la serie de los 6 cortes para hacer la misma comparación, pero estoy seguro que se llegaría a la misma conclusión: pareciera ser que la evolución de cabezas no se puede asociar con la evolución de los precios internos.
Muchas gracias
Comparar las exportaciones de carne con la de pescado tiene todo el sentido de demostrar que al destruirse la producción desaparecimos prácticamente del mercado mundial. Cuando exportemos menos carne vacuna que carne de conejo, independientemente de lo que consumamos de conejo va a quedar más claro el tema para los que sean hiperlentos en interpretar comparaciones.
La comparación con paaguay también es válida. Porque el auge paraguayo se hizo aumentando la producción, y atacando los mercados que dejaba libre Argentina, no porque consuman menos (de hecho consumen más)
La prioridad de mercado interno solo muestra el fracaso de la política, porque de hecho el consumo interno bajó un 18% en 2010 y sigue bajando en 2011. Es como el que descuida las Copas externas para ganar el campeonato local, y termina en la Promoción, por no decir descenso directo.
La serie de los 6 cortes es una lástima que termine en 2007. No tengo dudas de que hoy al consumidor esta mucho más cara que en 2009, diría casi el doble.
Es interesante que hasta 2007 subían simultáneamente la producción ganadera, el stock ganadero, y la producción agrícola. Es la misma experiencia de Paraguay, Uruguay y Brasil. Nos despegamos al intervenir el mercado.
Otra cosa interesante es que hoy no tenemos más área agrícola que en 2008/2009, y tenemos un 20% menos de stock de vacas, como para poner las cosas en perspectiva. El aumento del área agrícola de 2003 a 2008 fue suplido por el auge de los feed-lots, y la crisis posterior se da en las zonas de cría, que son las que tienen pocas posibilidades de pasarse a la agricultura.
Y lo que nadie ve son las tendencias en adopción de tecnología. Sin eso no se supera la contradicción entre actividades. Y sin duda, más allá de los esfuerzos de los estamentos técnicos estatales, no va a haber inversión significativa mientras
Muy bueno el analisis!
Completo y claro.
Es realmente productivo el aportar evidencia empírica, asi se evita una gran cantidad de debate especulativo!
Gracias.
estructuradesequilibrada.blogspot.comSebastián, muy bueno tu análisis. Es innegable que las políticas de intervención en este caso no fueron las correctas y esto explica gran parte de la reducción de stock vacuno.
Sin embargo, creo que a pesar de estas medidas, este sector estaba prácticamente condenado a sufrir este tipo de consecuencias (salvo, como dice Mariano T, si se lograba achicar la brecha tecnológica con la agricultura, tarea bastante difícil de lograr en una actividad tan atomizada como la ganadería).
Esto se debe básicamente a que la estructura del sector (ubicación geográfica de la actividad, tipo explotación y alimentación, razas predominantes, orientación de la oferta, etc.) no era acorde a los tiempos que corren. Es decir, estaba «desactualizada» con respecto al resto de las actividades agropecuarias.
Entonces tanto la coyuntura (mayor rentabilidad de otras actividades agrícolas -soja- con respecto a la ganadería), la mala intervención estatal y la sequía lograron (a la fuerza) la readaptación del sector: se desplazó de las tierras más fértiles de la zona pampeana, surgió masivamente la actividad feedlotera, se introdujeron nuevas razas acordes a la nueva ubicación geográfica, la oferta se reorientó (en el corto plazo) al mercado interno, etc.
En conclusión, la reducción del stock fue la manifestación de esta reestructuración en la actividad.
Saludos.
Best
http://www.estructuradesequilibrada.blogspot.com
Lo trágico es que 2004-2005 fueron años de impresionante euforia inversora, con cambio tecnológico iniciado.
Te diría que a pesar de que los precios no eran ni de lejos tan buenos como ahora, se invertía más y con más confianza.
Hoy es todo más difícil, los que se fueron de la actividad no vuelven, muchos de los que quedaron son los tozudos retardatarios, que necesitan morirse y se reeemplazados por los hijos para cambiar. Toda la tecnología de novillo pesado de exportación a pasta con alta carga se desarmó y hoy es chacra.
La pifiada es mucho peor de lo que se piensa. No creo que hasta 2020 estemos igual que en 2005.
siia.gov.ar«Otra cosa interesante es que hoy no tenemos más área agrícola que en 2008/2009, y tenemos un 20% menos de stock de vacas, como para poner las cosas en perspectiva.»
Viendo casi todos los tipos de granos en (http://www.siia.gov.ar/index.php/series-por-tema/agricultura) tenes razón, el área agrícola se redujo (alrededor de un 3%, no es mucho de todos modos, pero tenes razón), el tema es que el rendimiento aumentó (un 8% promedio), y la producción aumentó un 50%. Eso avala en parte mi teoría: «con menos trabajo, ganan mas que antes» ya que si sembrando menos, tienen mas producción, pueden vender mas, y con los precios en alza, ganan mas. Creo que, mas allá de la política errada, el productor ve un lugar donde puede tener mas ganancias, «trabajar menos», y se decanta por esa opción (cosa que para mi está perfecto que hagan) . La única manera de que vuelva a la ganadería es que obtenga mas o menos las mismas ganancias que con la producción agrícola (pero tal vez me equivoco ya que me estoy respondiendo a mi mismo la primer pregunta que hice). El tema es: ¿cómo hacemos eso?, la verdad que no tengo ni idea, pero me parece que la mejor solución es la que propones, tratar de mejorar la tecnología. El tema es que para que se aplique y surta efecto, eso lleva muchos años (relativamente).
fedeablogs.netArtículo relacionado en Nada es Gratis:
http://www.fedeablogs.net/economia/?p=12613
lanacion.com.arAcá va otra alternativa para ayudar a la recuperación del sector: «Carne para todos producida por todos», iniciativa de los pequeños productores del Gran Chaco que tienen medio millón de cabezas prácticamente sin comercializar.
http://www.lanacion.com.ar/1382297-pequenos-ganaderos-que-buscan-crecer
Acá había también una entrada de Andy muy relacionada que omití pues no la había visto hasta hoy:
https://dev.focoeconomico.org/2011/01/31/1000-palabras-carne-o-soja/
[…] mismo. Ya he comentado los costos que tienen intervenciones de esta índole, por ejemplo en este post sobre el sector […]
[…] mismo. Ya he comentado los costos que tienen intervenciones de esta índole, por ejemplo en este post sobre el sector […]