Peter Diamond: Un Macroeconomista Accidental

Cada año el premio Nobel de economía destaca el costado científico de la disciplina, que, naturalmente, por los imperativos de la coyuntura están en segundo plano durante el resto del tiempo. Este año el premio lo comparten Peter Diamond (MIT), Dale Mortensen (Northwestern) y Christopher Pissarides (London School of Economics). En MIT se celebró el anuncio con alegría y también con cierto alivio. Hace rato que anticipábamos que Diamond ganaría, pero cada año que pasaba sin concretarse nos poníamos un poquito nerviosos.

Si bien cualquier macroeconomista lo consideraría como uno de los suyos, Diamond nunca se definiría como tal. El tiene sus raíces en la teoría microeconómica de equilibrio general, pero sus trabajos siempre fueron motivados por una variedad de temas prácticos. Uno de sus temas predilectos es finanzas públicas, y tiene contribuciones en este área dignas de otro Nobel. Pero, sin proponérselo, tuvo un impacto tremendo en la macroeconomía por sus contribuciones a un nuevo paradigma del mercado, que fue bautizado teoría de la búsqueda, y es por esto que lo premia el comité sueco.

En la economía tradicional, más básica, cada bien se compra y se vende en un mercado centralizado, sin fricciones. En ese mercado, se cruzan la oferta y la demanda, y así establecen un precio competitivo de equilibrio. Hay mercados que se aproximan a esta situación ideal, como el mercado ganadero de Liniers. Pero, en otros casos, especialmente cuando se trata de un bien poco homogéneo, las transacciones son mucho más descentralizadas. Diamond, Mortensen y Pissarides formalizaron el concepto de un mercado descentralizado con fricciones. Cada comprador busca un vendedor, y viceversa. Este proceso lleva tiempo y recursos. Cuando finalmente se encuentran cara a cara, el comprador y el vendedor negocian el precio. Un caso importante es el mercado laboral, donde el precio es el salario, y la actividad de búsqueda se denomina desempleo.

Aunque cueste creerlo, antes de estos avances, los economistas no tenían un modelo para pensar en un fenómeno tan importante como es el desempleo. En la teoría neoclásica no había lugar para el desempleo, sólo el ocio. Las ideas Keynesianas tampoco avanzaron tanto el tema, tratando al “desempleo involuntario” más bien como un rezago. Pero si bien es cierto que el desempleo aumenta en las recesiones, también tenemos desempleo durante expansiones. Y a veces considerable. Por ejemplo, en los 90s los argentinos convivimos con altos indices de desempleo y altas tasas de crecimiento ¿por qué? Inclusive, entre los países desarrollados hay diferencias en el nivel de desempleo ¿qué rol juegan las diferentes politicas laborales o de seguro de desempleo? Gracias a la teoría de la búsqueda, tenemos un marco conceptual para enfrentar éstas y muchas otras preguntas.

Relatando su historia personal, Diamond mencionó una anécdota que me hizo reflexionar sobre el proceso de descubrimiento científico. Al final de los 60s había muchos economistas trabajando en modelos de mercados no tradicionales, con fricciones. Pero todos ellos buscaban micro-fundar el modelo tradicional anterior, sin fricciones, como una aproximación. Es decir, buscaban escribir modelos que convergían a los modelos de equilibrio general competitivo. Diamond, en cambio, se dio cuenta que era más útil incorporar en su modelo las fricciones que le parecían importantes, y dejar que el modelo hablara por sí mismo, siguiendo sus conclusiones sea donde sea que lo llevaran.

Fue así que en un articulo publicado en 1971, demostró que un mercado descentralizado puede producir precios muy lejos del ideal competitivo, aún con fricciones ínfimas. La idea básica es la siguiente. Los compradores buscan vendedores y tardan un poco en encontrarse. Recién cuando están cara a cara, negocian un precio. Lógicamente, el precio acordado no puede estar demasiado lejos de los precios que acuerdan otros, sino saldrían a la búsqueda de la competencia. Es más, cuánto más pequeñas son las fricciones más cerca tienen que estar los precios entre sí. En ese sentido, hay presión competitiva en el mercado. Sin embargo, este proceso no tiene ancla: en equilibrio los precios pueden igualarse a un nivel arbitrario, dentro de un rango. Por ejemplo, una posibilidad extrema es el precio monopólico. Este resultado se conoce como la Paradoja de Diamond. Es sin duda un resultado extremo y sensible a los supuestos del modelo. Pero ilustra algo más robusto: las fricciones de búsqueda pueden crear distorsiones importantes.

Por mucho tiempo esta idea fue ignorada, pero recientemente resurgieron variantes interesantes en artículos de Robert Hall y Robert Shimer para explicar la volatilidad del desempleo. En el contexto del mercado laboral la paradoja implica un salario real liberado de tomar un valor arbitrario dentro de un rango. Esto, a su vez, puede ayudar a explicar un salario que no responde rápidamente a cambios en la situación económica, generando así mayores movimientos en el desempleo. A los macroeconomistas les resulta cómodo liberarse de la oferta y de la demanda y de precios que se ajustan a sus vaivenes. Les resulta así mucho más fácil explicar los ciclos económicos. La paradoja de Diamond viene como anillo al dedo.

Esto es tan solo una historia de las muchas que podrían contarse sobre el impacto de las contribuciones de Diamond. Pero la aprovecho porque invita a la reflexión sobre el proceso científico en economía. Primero, es importante estar abierto a ideas nuevas, explorar conceptos que antes descartamos, porque pueden sorprendernos por su importancia. Segundo, a veces el progreso en la creación y acumulación de conocimiento es lento. Se mide en décadas. Ver cosas desde un nuevo ángulo, rigurosamente, y plantear un nuevo paradigma no ocurre de la noche a la mañana. Por último, aunque a veces exige mucha paciencia de nuestra parte, este progreso es valiosísimo, y de todos modos, no hay alternativa. Esta perspectiva me parece útil en un momento en el cual la macroeconomia se ve criticada (a veces con argumentos poco realistas) por no haber previsto la crisis financiera de los últimos años. Estoy convencido que, al contrario, vamos a seguir aprendiendo mucho y generar muchas ideas. Soy optimista de los logros que se vienen.

Referencias:

Diamond, Peter A Model of Price Adjustment, Journal of Economic Theory, vol. 3(2), pages 156-168.

Hall, Robert E. , Employment Fluctuations with Equilibrium Wage Stickiness, American Economic Review, March 2005, 95(1), pp. 50-65.

Shimer, Robert (2004) The Consequences of Rigid Wages in Search Models, Journal of the European Economic Association (Papers and Proceedings), 2: 469-479.

Shimer, Robert (2010), Wage Rigidities and Jobless Recoveries, manuscript, University of Chicago.