Por Alberto Chong[1], Georgia State University
Mientras que mucha de la conversación diaria entre los peruanos se centra en el gran incremento del tránsito vehicular un impacto que ha pasado relativamente desapercibido como consecuencia del dramático crecimiento del parque automotor en años recientes es el consecuente incremento en accidentes de tránsito. El Gráfico 1 ilustra la situación reciente por tipo de accidente que respecto del total de accidentes en el Perú al 2014. Como punto de comparación, Puno tiene una tasa de fatalidades por accidentes de tránsito de 27.7 por cada 10 000 habitantes y Callao tiene una tasa de alrededor de 4.8 por 10 000 habitantes.
Grafico 1 – Tipo de Accidente de Tránsito, Perú 2014
Fuente: INEI – IV Censo Nacional de Comisarías 2015
El incremento en accidentes y fatalidades relacionadas al incremento en el parque automotor es aún más impactante si se tiene en cuenta que todo indica que la relación entre una y otra parece haber ocurrido de manera no lineal. Es decir, los accidentes de tránsito se han incrementado a tasas mayores que las tasas de incremento en el parque automotor. Esto se observa en el Gráfico 2.
Gráfico 2 – Cambio Porcentual Número de Víctimas de Accidentes Fatales y Tamaño del Parque Automotor
Fuente: Ministerio del Interior y Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Elaboración propia.
¿Por qué podrían ocurrir economías de escala entre el incremento del parque automotor y el incremento en accidentes de tránsito? Un documento académico sobre hockey profesional (¡sí, hockey!) que publiqué recientemente en el Journal of Public Economics junto con Pascual Restrepo (Universidad de Boston) quizás nos puedan dar algunos indicios[2].
El Efecto Peltzman
En mi trabajo con Pascual lo que intentamos demostrar es la presencia del llamado “Efecto Peltzman” que es un postulado teórico que fue propuesto por Sam Peltzman de la Universidad de Chicago por primera vez en 1975. La idea central de dicha teoría es que cuando los individuos que se sienten más protegidos o seguros tienden a tomar mayores riesgos. El ejemplo particular que utiliza Peltzman está relacionado al uso de cinturones de seguridad en automóviles. Su lógica es que las personas que utilizan cinturones de seguridad se sienten más protegidas y sienten que pueden tomar mayores riesgos, por ejemplo, ir en exceso de velocidad, cruzar las esquinas más intempestivamente, pasar rápidamente las luces ámbar de los semáforos, etc.
La teoría de Peltzman no se limita al uso de cinturones de seguridad sino que puede ser extendida a cualquier mecanismo de protección de las personas: cascos en los ciclistas, cinturones especiales en los alpinistas, rodilleras en las voleibolistas o visores en los jugadores de hockey.
Interesantemente, y a pesar de sonar como algo sencillo de demostrar, dicha teoría no ha sido realmente evaluada empíricamente y los pocos estudios que han tratado de demostrar su existencia han mostrado serias debilidades metodológicas.
Visores en el Hockey
En mi documento con Pascual, nos concentramos en la liga profesional norteamericana de hockey (National Hockey League o NHL, por sus siglas en ingles), la más importante del mundo y, en particular, en el uso de visor en los cascos; el cual es simplemente un protector de plástico que sirve para proteger parte de la cara y sobre todo los ojos. Tan simple como suena, el uso del mismo produjo un gran debate en la NHL.
Por un lado las quejas típicas de los jugadores venían por el lado que los visores nublaban la visión y no permitían a los jugadores jugar con comodidad y, por otro lado, existía la creencia entre jugadores de no querer mandar una señal de debilidad al adversario (“sólo los débiles usan visores, los verdaderos machos no”). Las quejas fueron tales que, hasta hace muy poco, dicha liga dejo que el uso de visores fuese opcional a pesar de los beneficios obvios de protección.
Con el fin de medir la posible presencia del Efecto Peltzman, aprovechamos que para llegar a la liga profesional un jugador debe pasar por ligas menores, ya sea en Europa o en América del Norte, en donde las reglas pueden diferir en relación a la NHL. En particular, prácticamente en todas las ligas europeas y en la mayoría de ligas menores de América del Norte, los jugadores están obligados a utilizar visores como parte de las reglas de juego. Analíticamente, esta diferencia entre ligas menores y la NHL nos permite aplicar un enfoque de diferencias-en-diferencias a nivel de jugador dado que podemos observar si para cada caso individual el jugador decide o no seguir usando un visor en la NHL.
¿Qué encontramos? Hallamos que, efectivamente, el Efecto Peltzman es real: los jugadores que usan visores cometen más faltas cuando juegan, las cuales se miden en hockey a través de una medida llamada “castigo en minutos” (penalty in minutes o PIM en inglés); por la cual, los jugadores que cometen faltas relacionadas sobre todo a excesiva agresividad, son retirados del campo de juego por un cierto número de minutos (una especie de “tarjeta roja” temporal). En particular, hallamos que el castigo en minutos se incrementa 0.19 por juego, comparado al promedio de 1.14 para la muestra usada. Esto se demuestra en el Gráfico 3.
Gráfico 3 – Estimación de Castigo en Minutos adicionales por uso de visor
Fuente: Chong & Restrepo (2017)
Con el fin de dar aún mayor corroboración a nuestros resultados, también tomamos ventaja de una huelga de jugadores que ocurrió en la NHL en 2004 (“lockout”) año en el cual no se realizó el torneo profesional. A raíz de esto, un gran número de jugadores decidió ir a jugar a Europa lo cual los obligó a utilizar visores. Así, como en el caso anterior, aplicamos un enfoque de diferencias-en-diferencias para este sub-grupo de jugadores que fue a jugar a Europa y encontramos resultados dramáticamente similares a nuestro ejercicio original al enfocarnos en 236 jugadores activos en la NHL hasta el 2003 y que fueron a jugar a Europa al comenzar la huelga. Para este caso, hallamos que el castigo en minutos se incrementa 0.44 por juego. En resumen, el uso de visores hace que los jugadores jueguen más agresivamente; lo cual confirma la existencia del efecto Peltzman.
Papas con Camotes
¿Y qué tiene que ver el hockey profesional en Gringolandia con los accidentes de tránsito en el Perú? Increíblemente mucho. Pongámonos en el contexto del parque automotor peruano hace un par de décadas: autos viejos, poco seguros y reparados veinte veces con el fin de hacerlos rendir ‘un poquito más’. La creciente importación de autos relativamente más nuevos, con muchísimas características de seguridad nunca antes vistas (no solo cinturones de seguridad, sino también bolsas de aire, alarmas de aproximación, cámaras internas, etc.) y simplemente el tamaño y tipo de automóviles importados (por ejemplo, los llamados “SUVs”) tienen mucho que ver con una mayor sensación de seguridad del conductor. Una sensación, en palabras coloquiales, de “ser el man”.
En el contexto descrito arriba, el Efecto Peltzman es directo: la sensación de seguridad del conductor hace que el conductor maneje de manera más agresiva, con más confianza y, por ello, de manera más riesgosa. ¿Cómo se manifiesta este tipo de conducción de automóviles? En accidentes de tránsito que se incrementan de manera más que proporcional que el aumento del parque automotor.
Quizás la idea de vincular accidentes de tránsito y hockey profesional no sea tan “papas y camotes” como inicialmente pensaste al leer este artículo, ¿no?
[1] Muchas gracias a Angelo Cozzubo por proveer asistencia de investigación.
[2] Chong, A. y P. Restrepo (2017)“Regulatory Protective Measures and Risky Behavior: Evidence from Ice Hockey”, Journal of Public Economics, 151: 1-11, julio.
Desde lo que yo siento, no he hecho un estudio de esto, los autos modernos dan mayor sensacion de seguridad ante la velocidad.porque aislan al conductor de vibraciones y ruidos, pero no porque tengamos consciencia de los airbags, ABS, mejor calificacion NCAP y otros adelantos.
El enorme crecimiento de accidentes vis a vis el del parque automotor se puede explicar mejor considerando los caminos (iguales caminos con mas tráfico tienen mucho más accidentes). De hecho, eso pasó en los 50 en USA con el incremento en la motorizacion seguido, con atraso, con las autopistas que son las que hicieron bajar la tasa de accidentes.
Esto sería una discusión académica insulsa si no fuera de que las recomendaciones de politica para reducir accidentes son opuestas: hacer que los autos sean menos seguros y percibidos como inseguros «a todas las velocidades» en un caso, o hacer carreteras preparadas para mayores cantidades de tráfico y velocidades en el otro.