Entendiendo el Crimen en América Latina: Primeros Pasos

El aumento del crimen en Argentina es preocupante. Sin embargo, lamentablemente, no es tanto lo que sabemos sobre el tema. Acá, presentamos algunas estadísticas ciertamente escasas. En esta entrada nos proponemos ahondar un poco más en esta cuestión basándonos en un trabajo sobre la problemática del crimen en América Latina de Rodrigo Soares (junto a Joana Naritomi), Profesor de Economía de PUC en Rio de Janeiro, experto en economía del crimen, que salió publicado en este libro, editado por dos queridos coautores, también expertos en este tema, que dirigen el Laboratorio de Investigaciones sobre el Crimen, Instituciones y Políticas (LICIP) de la Universidad Torcuato Di Tella, junto a un colaborador de nuestro blog y gran economista latinoamericano.

América Latina (AL) es considerada una de las regiones más violentas del mundo, y es usual que se la asocie con actividades delictivas tales como el narcotráfico, el robo de autos, las pandillas, o el crimen organizado. Esta percepción ha empeorado con el tiempo: durante la última década, Colombia, Brasil, México y Venezuela, entre otros, padecieron hechos de inseguridad ampliamente documentados (Buvinic et al, 1999; Bodemer (ed.), 2003; Londoño y Guerrero, 1999).

Uno de los mayores desafíos que enfrentan las ciencias sociales es el de identificar los mecanismos que podrían estar influyendo en el alto nivel de actividad delictiva observado. Precisamente, este es el principal objetivo que se plantea en la revisión de la literatura empírica sobre las potenciales explicaciones de la criminalidad y la violencia en AL que elaboraron Rodrigo R. Soares y Joana Naritomi (2010) en su artículo “Understanding high crime rates in Latin America: the role of social and policy factors” .

Los determinantes (econométricos) del Crimen

Uno de los puntos de partida del trabajo de Soares y Naritomi es mostrar que AL tuvo, al menos durante los años ‘90, la mayor tasa de criminalidad promedio del mundo:

 

Tasas de criminalidad (%) por regiones (promedio para los años ’90)

Región

Hurtos

Robos

Crímenes de contacto

Todos los crímenes

América Latina

11,8

16,9

15,0

43,6

África

12,9

16,6

11,4

39,6

Asia

3,6

11,1

4,3

18,9

Ex-naciones comunistas

6,8

12,9

7,0

31,7

Norteamérica

8,0

10,1

8,7

34,0

Oceanía

19

24.8

25.7

8.9

Europa Occidental

4,2

9,5

5,8

28,1

Fuente: ICVS (1989, 1992, 1996/7). Los hurtos incluyen los intentos de hurto. Los robos son robos de autos, motos, u otros efectos personales, incluidos los carteristas. Los crímenes de contacto incluyen robos, incidentes sexuales y/o ataques a la persona. Los números se basan en las ciudades más importantes de cada país, y se toman promedios no ponderados para las regiones.

 

La comparación resulta alarmante, pues pone en relieve la altísima incidencia de las actividades delictivas en AL, con sus desastrosas consecuencias en términos de bienestar.

Con esta motivación, Soares y Naritomi hacen una revisión de las estimaciones de los impactos de distintas políticas y factores socioeconómicos sobre el crimen, y argumentan que el nivel observado en AL es consistente con las características de los países que la componen (descartan, por lo tanto, la posibilidad de que el nivel de crimen se explique a partir de rasgos excepcionales o inusuales de los países de AL). En general, encuentran que las tasas de encarcelamiento, el número de policías cada 100.000 habitantes, la fracción de la población entre 15 y 29 años, el nivel de desigualdad, y el crecimiento económico, son los factores importantes a la hora de explicar el nivel de crimen en la sociedad.

Para capturar cuáles de estos factores son los más relevantes en la región, proceden de una manera indirecta: toman las estimaciones de los impactos de las distintas posibles variables causales del crimen y calculan las tasas de homicidio que se observarían para los países de AL si las variables explicativas tomasen los valores de un grupo de comparación, compuesto en su mayoría por países desarrollados (en la literatura la tasa de homicidios se suele usar como una aproximación del nivel de inseguridad general porque está correlacionada con varias dimensiones de los hechos delictivos, y porque casi siempre se denuncia debido a la emisión obligatoria de los certificados de defunción). Comparando estos escenarios contrafactuales con las tasas de homicidio observadas, pueden aislar a los factores que más contribuyen a las diferencias entre las tasas de homicidio observadas en AL y el grupo de comparación. Estos son: alta desigualdad, bajas tasas de encarcelación y reducidas fuerzas policiales. Estas serian entonces áreas a priorizar en el diseño de políticas e intervenciones que apunten a reducir el nivel de crimen en la sociedad.

La primera “causa” conduce a una situación en la que pocos concentran mucha riqueza y muchos demasiado poca, con lo que el costo de oportunidad de la actividad criminal es bajo y sus beneficios esperados podrían ser altos (volveré sobre esta cuestión en una entrada futura). La segunda “causa” disminuye el poder disuasivo de las penas, a la vez que permite continuar delinquiendo a los criminales que no son capturados. La tercera “causa” también baja el poder disuasivo de la sociedad sobre los criminales, y  reduce la capacidad de impedir los crímenes in situ (al ser baja la tasa de arrestos).

 

Referencias

Bodemer, Klaus (2003). El nuevo escenario de (in)seguridad en América Latina: ¿amenaza para la democracia? . Caracas, Venezuela: Nueva Sociedad.

Buvinic, Mayra; Morrison, Andrew y Shifter, Michael (1999). Violencia en América Latina y el Caribe: un marco de referencia para la acción. Banco Interamericano de Desarrollo.

-Londoño, Juan Luis y Guerrero, Rodrigo (1999). Violencia en América Latina: epidemiología y costos (1999). Documento de trabajo R-375, Banco Interamericano de Desarrollo.