Acuerdos Relacionales en el Sector Energético Colombiano

Por Miguel Espinosa[1]

Existen acuerdos informales respaldados por el valor de futuras interacciones para cooperar entre las partes (cuando los contratos no son completos). Estos acuerdos son beneficiosos para los participantes del acuerdo, pero pueden tener efectos negativos para el mercado. Un ejemplo claro de esta situación, son los carteles de empresas, en los cuales los participantes se ponen de acuerdo para aumentar los precios. Estos carteles pueden ser particularmente relevantes en países en desarrollo debido a las barreras de entrada que protegen a las empresas incumbentes que coluden entre sí (Djankov et al., 2002), a la debilidad o inexistencia de las autoridades competentes (Banco Mundial, 2016; Besley et al., 2020) y a que los mercados son más pequeños y concentrados (Mitton, 2008; Leone et al., 2022).

No obstante su relevancia, la evidencia sobre carteles en países de bajos ingresos y su funcionamiento es escasa. La mayoría de los estudios empíricos se centran en carteles ya descubiertos por las autoridades relevantes. Pero, dado que estas autoridades son más débiles en países en desarrollo y el comportamiento colusivo es notoriamente difícil de identificar (Chassang y Ortner, 2022), existen mucho menos ejemplos documentados.

Para entender mejor este problema, en coautoría con Rocco Macchiavello (LSE), Mario Bernasconi (Tilburg) y Carlos Suarez (UPF), analizamos un comportamiento potencialmente colusivo en el mercado energético de Colombia en el 2008 y 2009. El contexto colombiano nos permitió desarrollar una nueva prueba de comportamiento colusivo respaldada por recompensas futuras, ya que (i) el mercado mayorista de electricidad en Colombia proporciona datos detallados de subastas diarias de precio único y múltiples unidades y (ii) se utilizó un cambio regulatorio en 2009, donde hubo una disminución significativa de los precios.

Después de una subida de precios importante en el 2008, el 6 de enero de 2009 (fecha que llamamos “el anuncio”), el regulador colombiano se reunió con el profesor Peter Cramton (UMaryland) para entender mejor el problema de colusión potencial en el mercado. Cramton recomendó aumentar a 90 días el retraso para divulgar información a los participantes del mercado (antes tenía un retraso solo de 2 días), lo cual fue adoptado por el regulador el 30 de enero de 2009, con efecto desde el 6 de febrero de 2009 (fecha que llamamos “la implementación”).

Encontramos que un subconjunto de las empresas del mercado redujo las ofertas entre un 47% y un 30% inmediatamente después del anuncio, y mucho antes de la implementación del cambio regulatorio. Consistentemente con las principales implicaciones de los modelos de colusión, al menos algunos miembros del cártel reaccionaron anticipadamente al anuncio, lo que llevó a su desaparición instantánea.

Para clasificar las empresas energeticas, construimos varias proxies de la membresía del cartel. En nuestra definición base, suponemos que las unidades térmicas en la región atlántica tenían los incentivos y la capacidad para formar un cártel. Esta clasificación aísla un grupo de 14 unidades, (en adelante denominado “el cartel”). Mediante la técnica de diferencias en diferencias (DID) y otras especificaciones econométricas, mostramos que la oferta promedio de las unidades del cártel disminuyo dramáticamente después del anuncio y antes de la implementación del cambio regulatorio (ver Figura 1).

Figure 1: Serie de Tiempo de precios energéticos propuestos para Cartel y no Cartel.

Para entender mejor el mecanismo detrás de estos resultados utilizamos el método de variables instrumentales, para confirmar que las empresas presentan ofertas más altas cuando esperan recibir una reconciliación positiva. Luego mostramos que las unidades del cartel coordinaron sus ofertas. Específicamente, algunas unidades aumentaron las ofertas, especialmente en momentos en que otras unidades del cártel presentaron precios bajos, ganaron el despacho ideal y posteriormente se declararon no disponibles, generando así reconciliaciones positivas para los ofertantes altos del cartel. Este comportamiento coordinado solo se observa en las unidades del cártel y se detuvo después de la reforma. Usando técnicas de econometría estructural, confirmamos este comportamiento y calculamos que el cartel hizo que los hogares colombianos pagaran facturas 3% más altas.

Creemos que este artículo contribuye a la literatura sobre las firmas en países en desarrollo en tres maneras: colusión, mercados energéticos y contratos relacionales. Primero, contribuimos a la literatura empírica sobre colusión (ver Asker y Nocke, 2021, para una revisión de literatura reciente).

Segundo, contribuimos al debate que busca mejorar la eficiencia del mercado energético, en el marco de una discusión con evidencia limitada sobre los cárteles en países en desarrollo (Banco Mundial, 2016), un creciente interés en el papel fundamental que juega la electricidad en el proceso de desarrollo (Rud, 2012; Lipscomb et al., 2013; Greenstone et al., 2014; Allcott et al., 2016) y las características intrínsecas que hacen que los mercados de electricidad sean propensos al abuso del poder de mercado e incluso a la colusión.

Por último, los mercados en países en desarrollo se caracterizan por un cumplimiento y gobernanza formal de contratos más débil, lo que hace que el estudio de los contratos relacionales sea particularmente importante y difícil (Macchiavello, 2021). La dificultad clave para probar modelos de contratos relacionales es que no se observa típicamente ni el valor futuro de la relación ni las tentaciones actuales para desviarse. Con este artículo intentamos contribuir metodologicamente con una prueba adicional para contratos relacionales que se basa en cambios en el comportamiento actual en anticipación a cambios en el valor futuro de la relación, lo que es una implicación central de los modelos de contratos relacionales.


[1] Profesor Asistente en Universidad Bocconi. miguel.espinosa@unibocconi.it. El articulo de esta entrada puede encontrarse aquí.