¿Quién o qué? El rol de los lideres políticos en la polarización

En las últimas décadas, la polarización política ha aumentado dramáticamente, creando divisiones en la sociedad y obstáculos para el debate político. Este aumento es una tendencia mundial, a la que América Latina no es la excepción. De acuerdo con datos de V-DEM (2023), Latinoamérica es la región del mundo de mayor crecimiento en polarización de los últimos 20 años. La polarización política es un fenómeno que, en términos generales, consiste en la ampliación de la divergencia entre actitudes políticas y el desplazamiento de estas actitudes hacia los extremos ideológicos. Usualmente también está acompañado de un discurso hostil hacia personas o instituciones de visiones políticas diferentes.

Este fenómeno, naturalmente presenta interrogantes sobre i) el origen y la evolución de las posiciones políticas individuales, ii) el tipo de información a la que estamos expuestos y iii) cómo incorporamos dicha información a la hora de actualizar nuestras posturas.

Por un lado, a medida que más personas obtienen información y noticias a través redes sociales, los algoritmos deciden qué tipo de información se muestra en función del historial de búsqueda y preferencias de los usuarios. Estos algoritmos promueven la creación de burbujas ideológicas que tienden a confirmar creencias políticas preconcebidas. Como resultado, hay un debilitamiento del debate político, y los usuarios no se exponen a puntos de vista opuestos (Barberá et al., 2015).

De otro lado, está la teoría de que aun cuando estamos expuestos a información que contradice nuestras ideas, tendemos a ignorar u olvidar dicha información con más facilidad, que cuando las ideas confirman nuestras opiniones. A este fenómeno se le conoce como motivated reasoning, y está presente cuando recibimos información personal o más ampliamente sobre preferencias e ideas sociales (Taber y Lodge, 2006).

Finalmente, también podemos pensar en el escenario en el que la visión sobre una misma idea tiene una connotación diferente, en función de cuál es el origen o quien es el interlocutor de dicha idea. Esto sucede porque somos conscientes de que la información usualmente no es imparcial, y que diferentes fuentes tienen sus propios sesgos o agendas (Gentzkow, Wong, y Zhang, 2018). Por ejemplo, Baum y Gussin (2008), encuentran que participantes expuestos a mensajes políticos idénticos, adjudicaron sesgos ideológicos diferentes en función de la fuente asignada a dichos mensajes.

En nuestro artículo “Is it the Message or the Messenger? Examining Movement in Immigration Beliefs”, junto con Hassan Afrouzi y Emily Weisburst; nos preguntamos cual es el rol de los lideres políticos en la formación de las ideas, y si importa qué dicen, quien lo dice, o la interacción de las dos. Responder estas preguntas es importante no solo porque mejora nuestra entendimiento de cómo se forman las preferencias políticas, sino también porque ayuda a la implementación de políticas públicas que tienen como objetivo (1) comunicar nueva información de manera efectiva, por ejemplo sobre los beneficios de una nueva vacuna (Larsen et al 2022); o (2) corregir conceptos equivocados ya sea por la difusión de noticias falsas, o por la imposibilidad de agregar información de las percepciones ajenas.[1]

Para responder estas preguntas, implementamos un experimento a gran escala con más de 12,800 participantes con el objetivo de aislar el efecto del contenido de los mensajes políticos y de la fuente de dichos mensajes, específicamente en el contexto de la política migratoria en Estados Unidos. Este es un contexto ideal para estudiar los determinantes de la influencia de líderes políticos porque es un tema de gran importancia para los votantes americanos y las opiniones sobre la inmigración varían sustancialmente entre las líneas partidistas.[2] Los demócratas generalmente son pro -inmigrantes, mientras que la mayoría de los republicanos tienen opiniones antinmigrantes. Por ejemplo, encuestas recientes muestran que el 50% de los demócratas les gustaría aumentar los niveles de inmigración, en comparación con solo el 13% de los republicanos (Gallup; 2020).

En nuestro experimento, utilizamos como tratamiento audios con extractos de discursos reales dados por los presidentes Barack Obama y Donald Trump y comparamos estos tratamientos con réplicas anónimas exactas que fueron grabadas por un actor de voz. Nuestros tratamientos incluyen un discurso antiinmigrante y un discurso proinmigrante de cada presidente. Incluimos estos audios en una encuesta en la que preguntamos por las preferencias en materia de política migratoria y usamos una muestra representativa de participantes republicanos y demócratas.[3]

Este experimento nos permite separar el efecto total de los discursos presidenciales entre el efecto del mensaje anónimo y el efecto de persuasión de la fuente: es decir ¿hay alguna diferencia entre oír un mismo discurso cuando sé que es de Obama o de Trump versus cuando no?

La respuesta es que, en casi todos los casos, lo importante es el contenido del mensaje y no la fuente. Nuestros hallazgos sobre la importancia del contenido del mensaje son notables dado que la retórica utilizada en los discursos es sobre todo emocional, y no incluye información factual ni evidencia de apoyo. Estos resultados sugieren que las opiniones políticas cada vez más divergentes que observamos en los partidos políticos pueden ser en parte una función de la falta de exposición a opiniones opuestas.

Sin embargo, encontramos que los lideres tienen un rol de persuasión adicional en un caso específico: cuando el líder da un discurso en contra de las líneas del partido, a los miembros de su propio partido. Es decir, Obama (Trump) tiene un efecto adicional de persuasión solo para los demócratas (republicanos) cuando pronuncia un discurso que es antiinmigrante (a favor de la inmigración). En estos casos hay una diferencia significativa entre oír el discurso del actor vs. el discurso del presidente. Para estos casos, estimamos que el efecto de la persuasión de la fuente comprende del 44 al 58% del movimiento total en las creencias.

Esto implica que los lideres tienen una posición privilegiada para reducir la polarización. En nuestro contexto, esto lleva a una reducción total del 30% en la polarización de las creencias sobre la inmigración entre republicanos y demócratas, y la mitad de este efecto se debe a la persuasión del líder. Sin embargo, en términos generales este resultado implica que cualquier posición contraria tomada por un líder de la bancada propia, tiene este atributo de persuasión.

 

Referencias

Afrouzi, Hassan, Carolina Arteaga, and Emily Weisburst. «Is it the Message or the Messenger? Examining Movement in Immigration Beliefs.» (2023).

 

Barberá, P., J. T. Jost, J. Nagler, J. A. Tucker, and R. Bonneau (2015). Tweeting from left to right: Is online political communication more than an echo chamber? Psychological Science 26(10), 1531–1542.

 

Baum, M. A. and P. Gussin (2008). In the Eye of the Beholder: How Information Shortcuts Shape Individual

Perceptions of Bias in theMedia. Quarterly Journal of Political Science 3(1), 1–31.

 

Bursztyn, L., A. L. González, and D. Yanagizawa-Drott (2018). Misperceived Social Norms: Female Labor

Force Participation in Saudi Arabia. NBER Working Paper.

 

Gentzkow, M., M. B. Wong, and A. T. Zhang (2018). Ideological Bias and Trust in Information Sources. Working Paper.

 

Taber, C. S. and M. Lodge (2006). Motivated skepticism in the evaluation of political beliefs. American journal of political science 50(3), 755–769.

[1] Por ejemplo, el apoyo a la participación de la mujer en la fuerza laboral en Arabia Saudita (Burztyn et al 2018).

[2] El 52% (70%) de los votantes en las elecciones presidenciales de 2020 (2016) caracterizaron la inmigración como «muy importante» para su voto Pew (2020) y Pew (2016).

[3] Los discursos usados en el experimento los encuentran aquí.