Impacto económico sectorial y regional del Covid-19 en Colombia

Las consecuencias del Covid-19 en la economía colombiana han sido significativas. De acuerdo con los reportes del Dane, el PIB del segundo trimestre registró una caída del -15,7% con relación al mismo periodo del año anterior y la tasa de desempleo en junio se duplicó con relación a la observada un año atrás al pasar de 9,4% a 19,8%. Estos agregados nacionales no tienen en cuenta las diferencias regionales y sectoriales que existen en el país, donde las estructuras económicas y del mercado laboral determinan el impacto local de la pandemia. Esta aproximación es la que con colegas del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER)[1] del Banco de la República y del Núcleo de Economía Regional y Urbana (Nereus)[2] de la Universidad de São Paulo, hemos abordado a través de un modelo insumo producto regional (enlace documento).

 

Nuestro trabajo realiza un análisis regional y sectorial del aislamiento preventivo ordenado por el Gobierno Nacional en todo el territorio, a través de un modelo insumo-producto que contempla 54 sectores económicos, 33 entidades territoriales, una matriz de flujo intermedio, una de demanda final y otra con los empleos formales e informales con sus remuneraciones para los distintos sectores y por grupos de edad. El ejercicio parte de definir unos escenarios de confinamiento asociados a los sectores afectados por el aislamiento en los decretos reglamentarios que estableció el Gobierno Nacional. A partir de estas medidas, se definió un factor F entre 0 y 1 de mayor a menor afectación. Un sector con un factor F cercano a cero implica que sus trabajadores se verán muy afectados por el confinamiento (por ejemplo, restaurantes, hoteles y comercio), mientras que en aquellos con valor cercano a 1 sus empleados continuarán desarrollando sus labores (por ejemplo, servicios de salud, energía, gas, acueducto y alcantarillado). El primer escenario contempla el aislamiento de empleados mayores de 70 años, que fue la primera medida de prevención adoptada, luego se construyen otros escenarios partiendo del 10% de aislamiento e incrementando gradualmente en 10 puntos porcentuales hasta llegar al 60%, siempre incluyendo los mayores de 70 años.

 

En cada escenario se retiran los empleados de acuerdo con el factor F definido para cada sector y de acuerdo con la participación de los trabajadores formales e informales en cada actividad económica[3]. Se realizan tres efectos sobre el modelo: (i) en la matriz de consumo intermedio reduciendo la oferta y demanda de los sectores en proporción a la caída en las remuneraciones que representan los trabajadores aislados; (ii) en la demanda final disminuyendo el consumo de los hogares de acuerdo con la pérdida en los ingresos de los trabajadores en aislamiento en cada sector, asumiendo que los empleados informales pierden el 100% de su remuneración y el 50% en el caso de los formales; y (iii) en la demanda final mediante una caída del 25% en las exportaciones de los distintos sectores. Finalmente, estimamos la pérdida económica comparando el escenario real con el hipotético y obtenemos resultados por sectores y regiones.

 

Los resultados muestran que el grueso de empleados en aislamiento se encuentra en condición de informalidad. Lo anterior está determinado por las condiciones del mercado laboral en los sectores económicos más afectados por el aislamiento. Por ejemplo, en el escenario 3, el 20,3% de los ocupados en aislamiento pertenecen al sector de alojamiento y servicios de comida, seguido por las actividades de comercio al por mayor y por menor con 18,3%. Mientras que el primer sector cuenta con una informalidad del 83,8%, en el segundo esta alcanza el 73,7%. Como resultado, los informales en aislamiento en este escenario representan el 21,6% del total de ocupados, frente a un 8,4% para el caso de los formales (Tabla 1).

 

Tabla 1. Escenarios de aislamiento

(Cifras como porcentaje de total ocupados)

 

En cuanto a las perdidas mensuales en los distintos escenarios, encontramos que estas aumentan con el porcentaje de ocupados en aislamiento, desde COP$ 4,6 billones por mes en el escenario más laxo hasta COP$ 59,0 billones cuando se alcanza el 60% de ocupados en aislamiento (Gráfico 1). Estas mismas cifras representan entre 0,5% y 6,1% del PIB nacional por mes de aislamiento, dependiendo del escenario considerado (Gráfico 2).

 

Gráfico 1. Pérdida económica mensual del agregado nacional

(Billones de pesos)

Fuente: Cálculos de los autores.

Nota: Incluye la pérdida de valor agregado por sector sin lo correspondiente a impuestos menos subvenciones.

 

Gráfico 2. Pérdida económica mensual del agregado nacional

(Porcentaje del PIB)

Fuente: Cálculos de los autores.

 

Nuestro ejercicio también permite detectar los sectores con mayor pérdida en cada escenario. La Tabla 2 presenta las actividades económicas que mayor participación tienen en la pérdida total para cada escenario en consideración. Iniciando en el escenario 0, la actividad con mayor participación en la pérdida corresponde a la extracción de petróleo crudo y gas natural. Dado que los ocupados en aislamiento representan solo el 2,3% de toda la población ocupada en este caso, el impacto económico, aunque bajo (0,5% del PIB), se da principalmente a través de la caída del 25% en las exportaciones totales que se asume en la estimación del modelo.

 

Siguiendo al escenario 1, el sector de alojamiento y servicios de comida es el que representa en este caso la mayoría de la pérdida con un 15,0% del total. Este sector es, a su vez, el que mayor participación tiene dentro del grupo de ocupados en aislamiento en este caso: 45,5% del total. Por su parte, en el escenario 2, la mayor participación se la llevan las actividades de servicios no esenciales como las inmobiliarias y de servicios administrativos, profesionales y técnicas. Estos dos sectores, junto con la construcción, el comercio, y el sector de alojamiento y servicios de comida, son los cinco con mayor participación en la pérdida económica total en este escenario. Este escalafón, que ubica en los primeros lugares de pérdida económica a estos cinco sectores, se mantiene hasta llegar al escenario 6.

 

Tabla 2. Participación de los sectores en la pérdida total

(Porcentajes de pérdida total)

Fuente: Cálculos de los autores.

 

En relación con la distribución regional de la pérdida, esta se encuentra determinada por el aporte de cada departamento a la actividad económica nacional. La Figura 1 presenta la participación de los departamentos en la pérdida económica total para el escenario 6. Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca, que representan gran parte de la actividad económica nacional, aparecen también con el mayor aporte a la pérdida total. Estas tres entidades territoriales responden por cerca de la mitad de las pérdidas económicas que producen las medidas de aislamiento preventivo en el país.

 

Figura 1. Participación porcentual de cada entidad territorial en la pérdida mensual total en el escenario 6 (60% de empleado en aislamiento)

 

 

Las decisiones de política para la recuperación económica deben tener en cuenta estas diferencias sectoriales y regionales. Si bien gran parte de las pérdidas se concentran en las mayores economías departamentales, no menos claro es que aquellos territorios con mayor proporción de empleos informales tendrán una considerable vulnerabilidad porque estos empleados están muy vinculados a los sectores afectados por las medidas de confinamiento. La heterogeneidad sectorial y regional deben ser incorporadas en las medidas de política que se adopten.

 

 

 

[1]https://investiga.banrep.gov.co/es/grupos-de-investigacion/centro-de-estudios-economicos-regionales-ceer.

[2]http://www.usp.br/nereus/.

[3] La informalidad laboral se define como el porcentaje de ocupados que no realiza aportes a pensión.