Un nuevo formato de facturas se servicios públicos de luz y gas para eficientizar los consumos de energía

El problema

Hasta el año 2015, se observó en Argentina un ciclo de expansión de los subsidios al consumo de energía fuertemente regresivo y poco sustentable que significó un incremento de 51% en dólares en apenas tres años desde 2012. Esto fue resultado de políticas energéticas que privilegiaron subsidios a la demanda y dispusieron esquemas tarifarios prácticamente congelados con precios por debajo del costo del suministro de energía, que posteriormente requirieron, en adición, subsidios a la oferta para morigerar el impacto en la inversión.

A partir de 2016, se inicia un proceso de normalización de los mercados energéticos y un ciclo de racionalización y focalización de los subsidios a la energía que significó, en primer lugar, una reducción de más de 73% entre 2015 y 2019, medido en dólares; en segundo lugar, la mejora de la equidad en su distribución a través del progresivo reemplazo del esquema de subsidios indiscriminados, y su focalización en aquellos hogares que más lo necesitan a través de distintos programas, en particular de la Tarifa Social Federal.

Uno de los ejes principales de la política del Ministerio de Energía y Minería desde 2016, fue promover la eficiencia energética, en el entendimiento de que el ahorro y la eficiencia son, de hecho, una fuente más de energía. En Argentina, producto de largos años de precios distorsionados y ausencia de programas de información sobre consumo responsable, los usuarios desarrollaron hábitos que no internalizan el verdadero costo de la energía que utilizan, afectando la sustentabilidad del sistema y contribuyendo al cambio climático.

La salida de un período de más de 15 años durante el que se mantuvieron las tarifas prácticamente congeladas hizo esperable que estas sufrirían importantes ajustes. En un contexto donde las señales de precio tendieron a normalizarse, la capacidad de incentivar un consumo energético más eficiente a través del sinceramiento de precios y tarifas demostró tener un límite no solo físico sino social y político. En este marco, los cambios de hábitos en el consumo son un recurso que permitiría a los hogares reducir el peso de la energía en su canasta de consumo sin perder calidad de vida a la vez que se reduce el impacto ambiental.

En esta línea, la recepción de la liquidación del servicio público podría ser una instancia de comunicación que le facilite al usuario la utilización de información temprana que le permita tomar decisiones más eficientes respecto de su consumo. Esta visión quedó plasmada en el “Acuerdo Federal Energético” que el Poder Ejecutivo Nacional suscribió con los Gobiernos Provinciales y con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires 20 de abril de 2017. De dicho acuerdo se desprende la importancia de armonizar y homogeneizar criterios regulatorios y tarifarios en las distintas jurisdicciones y servicios para transparentar los distintos ítems que componen las liquidaciones de los servicios, incluyendo programas y políticas de ahorro y eficiencia energética. Esta posición también se vio reflejada en las exposiciones de las Asociaciones de Usuarios y Defensores del Consumidor en las Audiencias públicas para el ajuste de las tarifas de gas y electricidad que se realizaron a partir de 2016 en todo el país.

Economía del comportamiento

La atención cuidadosa a la arquitectura de elección promete abrir nuevas posibilidades para reducir los consumos energéticos, posibilidades que van mucho más allá y que pueden complementar las herramientas estándar de incentivos económicos, mandatos y prohibiciones.

¿Cómo, por ejemplo, los consumidores eligen cuanta energía consumir? La respuesta puede depender de la manera en que se presenta la información de consumo y facturación. La economía del comportamiento ha mostrado que, si el contexto en que se toman las decisiones es establecido adecuadamente, puede tener grandes efectos en la reducción de los daños económicos y ambientales asociados con el consumo de energía.

En otras palabras, el contexto en que se toman decisiones puede ser modificado para “empujar” a las personas a mejorarlas manteniendo la libertad sobre sus decisiones: los ya famosos nudge, que saltaron a la fama hace diez años con la edición del libro Nudge: Improving Decisions about Health, Wealth, and Happiness, por Richard Thaler, nobel en economía en 2017 por su aporte a la economía del comportamiento, junto a Cass Sunstein, reconocido abogado que dirigió una unidad de la Casa Blanca llamada “Oficina de Información y Asuntos Regulatorios”.

Tal como lo explicó Cass Sustein en su paso de este año por el programa “Argentina 2030” de la Jefatura de Gabinete de Ministros, los nudge son hoy parte de las herramientas con que contamos para eficientizar los consumos energéticos.

Gráfico I. Comparando consumos de energía de los hogares, se logró reducirlos entre 7 y 9%.

Fuente: Opower (actualmente Oracle Utilities).

Se pueden implementar distintos tipos de nudge en función de las situaciones que se presentan: asimetría de información o errores sistemáticos en el comportamiento. Solo darle información a la gente no es suficiente para que tome mejores decisiones. Las razones subyacentes incluyen el poder de sugestión; inercia y procrastinación; y aversión a la pérdida. En el sector energético, distintas experiencias a nivel internacional han mostrado que su implementación, por ejemplo a partir del envío de informes que comparan el consumo de energía con otros hogares similares en el mismo barrio en conjunto con alertas durante los picos de demanda y consejos sobre eficiencia energética, permitió reducir el consumo entre 7 y 9% de manera duradera (Ver aquí y aquí).

 

Nuevo formato de facturas de luz y gas

Desde el área de Política Tarifaria, en consultas con otros sectores del gobierno y las empresas de distribución, ycon el fin de continuar avanzando en la misión de eficientizar el consumo de energía en Argentina, diseñamos un nuevo formato de liquidación del servicio público de electricidad y gas por redes para usuarios residenciales.

En términos generales, el nuevo diseño persiguió los siguientes dos principios principales:

  1. Transparentar y clarificar los distintos conceptos que componen la liquidación y su peso relativo, incluyendo información relevante y completa sobre el monto total liquidado y la porción correspondiente a Gas Natural o Energía Eléctrica, Distribución, Transporte, Bonificaciones (Subsidios), Impuestos y Otros Conceptos incluidos;
  2. Afectar los hábitos de consumo de energía manteniendo la libertad sobre sus decisiones a partir de la incorporación de nudge e información temprana de manera simple y a bajo costo, tanto para el Estado como para los consumidores y las empresas de distribución.
  3. Hacerlo con un bajo costo normativo, cumpliendo con el marco regulatorio vigente que rige el diseño de las liquidaciones de servicios públicos (Acta Acuerdo y factura armonizada de 1999, reglamentos de suministro y requerimientos tributarios).

Atendiendo a estos objetivos, buscamos un diseño que cumpliera con los siguientes principios:

  • Inducir a la acción y lograr cambios de hábito duraderos;
  • Enviar el mensaje correcto a través del canal correcto en el momento correcto;
  • Diseñar en función de cómo la gente realmente se comporta;
  • Asumir que el usuario no tiene en general real interés al momento de recibir la liquidación;
  • Elegir un diseño capaz de captar particularmente su atención desde el comienzo;
  • La comparación con otros usuarios importa;
  • La gente prefiere evitar pérdidas más que adquirir ganancias.

De esta manera, la recepción misma de las facturas se vuelve una instancia que permite a los usuarios mejorar sus hábitos de consumo. En el Gráfico II se puede ver el nuevo diseño incorporando los siguientes detalles distintivos:

  1. Monto total liquidado y fecha de vencimiento de manera legible y fácil de encontrar;
  2. Gráfico que permite individualizar cuanto incide en el monto total liquidado la Energía, el Transporte, la Distribución, las Bonificaciones (Subsidios), los Impuestos y Otros Conceptos incluidos;
  3. Leyenda que indica si el servicio se ha liquidado con Tarifa Social Federal y el valor que representa;
  4. Información histórica de los consumos;
  5. Información de fácil lectura sobre los ahorros que pueden obtenerse al moverse por debajo de un determinado umbral de consumo;
  6. Cuánto podría haber ahorrado con un menor consumo;
  7. Consejos acerca de cómo disminuir eficientemente el consumo sin resignar calidad de vida.

Como parte del proyecto, el nuevo formato sería estructurado de modo que sus resultados puedan ser medidos de utilizando un método de diseño experimental riguroso que permita afirmar con seguridad que el cambio ha sido exitoso. Asimismo, se pondría en práctica un ciclo de retroalimentación constante con reguladores y empresas de modo que los nuevos diseños puedan incorporar las mejores prácticas y modelos en base a la nueva información que vaya surgiendo. Lamentablemente los cambios en la estructura del gobierno y el contexto político determinaron que se priorizaran otros temas y aún hoy el proyecto sigue en stand by.

En el largo plazo, se deberían continuar incorporando herramientas que le permitan a los usuarios, en tiempo real, conocer sus consumos y reaccionar a través de cambios en sus hábitos –mecanismos de gestión de demanda y medición inteligente, así como el uso de redes inteligentes. Esto resulta esencial para reducir el peso del consumo energético en el gasto de los hogares en un contexto donde los precios continúen normalizándose.

El mundo está avanzando por el camino de la transición energética, pero hasta que su velocidad aumente, permitir cambios en el consumo energético incorporando simples herramientas derivadas de la economía del comportamiento es una estrategia clara y poco costosa, capaz de generar importantes resultados tanto para los usuarios como para las empresas y el gobierno a cargo de velar por el bienestar de todos. Los nudge son hoy parte de la caja de herramientas de la que disponemos para reducir el impacto de nuestro consumo de energía en el medio ambiente para volverlo sustentable.

Gráfico 2. Nuevo diseño para el servicio de electricidad (Frente).

Fuente: Elaboración propia.