Historia de la Corrupción en el Perú (2013) por Alfonso W. Quiroz[1]: Breve Reseña y Comentario[2]
Este detallado libro sobre la corrupción en el Perú desde 1750 al año 2000 fue escrito por Alfonso Quiroz siendo profesor de Baruch College, NYC, y publicado luego de su fallecimiento, ocurrido en enero de 2013. En siete capítulos tupidos de información, 486 páginas y un total de 1167 notas de pie de página con referencias bibliográficas y explicaciones detalladas a lo largo del libro, el Profesor Quiroz describe y cuantifica de manera preliminar, como él lo indica, los costos directos e indirectos de la corrupción del Estado peruano como porcentaje del PBI y del gasto de gobierno. Sus estimaciones del costo directo e indirecto anual de la corrupción durante el siglo XX son equivalentes, en promedio, a 3.3 por ciento del PBI nacional y 40 por ciento del gasto total del gobierno (ver cuadro al final del post). Estos estimados están generalmente en línea con estimados recientes para la economía mundial preparados por expertos internacionales, que son citados en un sin número de publicaciones del Banco Mundial y del FMI.[3]
Este valioso trabajo de investigación—de lectura obligatoria para científicos sociales y estudiantes/practicantes de gestión pública—rastrea la evolución y transformación de prácticas corruptas de parte de funcionarios públicos—incluyendo del presidente de la república para abajo y a todo nivel en los otros poderes del Estado (legislativo y judicial)—a lo largo del tiempo. Transformaciones resultantes de cambios políticos internos (por ejemplo, tránsito del virreinato a la república y su evolución) y cambios en la economía internacional (por ejemplo, guerras, crisis internacionales, auge y caída del comunismo).
Quiroz nota ciertos rasgos/modos/costos directos de corrupción probados en el tiempo que han estado (y están) presentes en el Perú. Estos incluyen: la corrupción ligada al modus operanti del poder ejecutivo, incluyendo las ganancias y el botín ilegales del patronazgo de virreyes, caudillos militares, presidentes y dictadores en asignar posiciones de gran poder político/administrativo/financiero a allegados y conocidos sin mérito propio alguno. Un segundo modo lo constituyen las corruptelas de los grupos militares, frecuentemente ligadas a la adquisición de armamento bélico extranjero. El manejo irregular y sin auditoria de la emisión de deuda pública externa e interna, como casos, por ejemplo, del Contrato Dreyfus y el Contrato Grace, es un tercer modo de corrupción, en la opinión de Quiroz. Sobornos en la aprobación e implementación de contratos, adquisiciones y obras públicas que son eventualmente sumados al costo total del proyecto público en cuestión son frecuentes modos de operar de los corruptos. Especialmente en el Perú de hoy.
Quiroz también refiere y documenta costos indirectos de corrupción que se derivan del contrabando, que mina la eficacia del sistema tributario nacional, y del tráfico de drogas, especialmente en décadas recientes, que mediante sobornos y otras actividades ilegales daña el poder judicial y el orden público, en general. El autor además nota la pérdida de inversiones nacionales y/o extranjeras producto los crecientes costo de transacción a empresarios potenciales debido a la corrupción.
Una valiosa contribución del Profesor Quiroz es el estudio de la corrupción en el Perú en base a evidencias/estimaciones directas del nivel de corrupción a lo largo del tiempo. Así, Quiroz va más allá de un estudio de la corrupción a través de las “percepciones” que el público tiene sobre ella en diversos puntos en el tiempo (como los índices de corrupción publicados por Transparencia Internacional). Percepciones que son “altamente impresionables y frecuentemente manipuladas,” según el autor. El análisis propuesto por Quiroz fue solamente posible dado el nivel de detalle y esfuerzo de investigación individual en determinar muestras y estimados bien fundados de niveles de corrupción concretos usando todo tipo de documentación disponible en bibliotecas y archivos nacionales y extranjeros.
Quiroz discrepa con aquellos historiadores que sostienen que el estudio de la corrupción se encuentra sujeto a relativismo. Dichos autores sostienen que lo que en una época o cultura se define como corrupción no tiene la misma connotación en otra. Sin embargo, Quiroz nota que actos de corrupción y su castigo fueron definidos desde la antigüedad en el mundo hispano. En particular, el autor cita que “…vocablos corruptela (abuso ilegal), cohecho (soborno) y prevaricato (perversión de la justicia) tuvieron una definición clara en los antiguos diccionarios y códigos legales.” [4] Es más, variantes modernas de actos corruptos y su impacto económico y social siempre se pueden encontrar en documentación judicial disponible a los historiadores. El análisis histórico no puede, ni debe, pues, ser víctima de argumentos usados en la temprana Edad Moderna para evadir o neutralizar cargos de corrupción, nos dice Quiroz.
¿Y porqué es importante el estudio de la corrupción? Quiroz, en línea con investigadores y estudios recientes, afirma la consecuencias negativas de la corrupción para el desarrollo económico, la inversión, la democracia y la sociedad civil, en general. La corrupción reduce la confianza del público sobre el funcionamiento del Estado, a la vez que limita/interfiere con la capacidad del Estado de ejercer sus funciones principales, incluyendo: (i) recoger impuestos para financiar la oferta de bienes públicos, (ii) proveer infraestructura pública y programas sociales a costos razonables (no sobrecostos debido a corruptelas), y (iii) contener el crecimiento del déficit fiscal y deuda pública. Un Estado pobre y corrupto no puede fomentar crecimiento sostenido de inversión privada y/o inclusivo de los diversos grupos sociales, promover desarrollo institucional a la par con estándares internacionales, ni gatillar desarrollo económico y financiero saludable para aumentar el crecimiento potencial de la economía (Figura 1).
Fuente: IMF Staff Discussion Note (2016), “Corruption: Costs and Mitigating Strategies,” SDN/16/05, mayo, 36 páginas.
Comentario
Leer el libro del Profesor Quiroz es toda una escuela. El número de horas de investigación puesto en la producción de este libro ha debido ser innumerable y es, en mi opinión, inalcanzable para el investigador promedio. La hábil combinación de detallada descripción de eventos, análisis datos y buena escritura es singular. Este último punto es de notar en una sociedad mundial donde pocos le dan el énfasis necesario a la buena y simple prosa para presentar argumentos complejos.
Una publicación dominical de El Comercio hace unas semanas refería a Quiroz como el historiador que quiso ser “más grande que Basadre.” Sin querer, o poder, hacer comparaciones válidas, de notar, sin embargo, es la fácil-de-leer prosa de Quiroz; muy similar a la de otros historiadores peruanos actuales que están haciendo la lectura/estudio de la historia del Perú alcanzable y fácil de entender al ciudadano promedio. También, en mi opinión, la visión crítica de Quiroz sobre el actuar financiero, militar y político de Nicolás de Piérola, pese a las diversas transformaciones del líder en presidir un “Estado empírico, desorganizado e improvisado” durante la guerra del Pacífico y la subsecuente reconstrucción nacional es consistente con su rechazo a un estudio de la corrupción sujeto a relativismo. Los costos económicos y sociales del Contrato Dreyfus, por ejemplo, no se pueden relegar y/o compensar vía una aparente mejora económica años después. En la misma línea de pensamiento, el libro resalta las discrepancias sobre el legado histórico de Piérola visto a través de los lentes críticos de Manuel González Prada y aquellos deferentes de economistas como Rosemary Thorp y Geoffrey Bertram en su análisis de la posguerra (página 208).
Una paradoja importante en el Perú es el alto grado de corrupción sistémica durante el régimen Fujimori-Montesinos en un contexto de acercamiento a y monitoreo constante de organismos internacionales sobre las finanzas nacionales. La reinserción del Perú a la economía financiera internacional y la liberalización económica implementada a muchos niveles de la sociedad convivió con una corrupción generalizada del poder ejecutivo, legislativo (mientras existió), y judicial. La lección histórica parece ser pues que la compleja red de corrupción durante el régimen Fujimori-Montesinos hizo perder oportunidades de alcanzar un Perú más justo y próspero en un contexto de reformas liberales y de privatización efectuadas en la década de 1990. Como menciona Quiroz (página 400), “…la administración económica y financiera ortodoxa, supuestamente uno de los logros del régimen, estuvo plagada de opacidad y de decretos “secretos” que permitieron los malos manejos, el favoritismo, el conflicto de intereses y el abuso en las privatizaciones, operaciones de deuda externa y de rescate de bancos locales.” Este legado corrupto fue precedente a corruptelas más recientes en la administración de la inversión pública.
Para finalizar, y a nota personal, recuerdo un breve intercambio de correos electrónicos que tuve con Alfonso cuando él ya estaba muy débil en 2011/12. El trasfondo de esos correos eran consultas sobre eventos históricos mientras preparaba el capítulo sobre política monetaria y cambiaria (1930-1980) para el Tomo V del Compendio de Historia Económica del Perú, que tal vez hubiera sido escrito por Alfonso, en otras circunstancias. Su curiosidad y preguntas sobre la trama económica y de corrupción durante el segundo gobierno de Belaunde, en particular, pese a su frágil estado de salud, me queda como un grato recuerdo.
Washington D.C.
31 de enero de 2019
[1] Séptima reimpresión: enero 2018, Instituto de Estudios Peruanos, 486 páginas.
[2] El autor agradece los comentarios recibidos de Roberto Chang, Julio Revilla, y Nellie Gold-Pastor durante la preparación de esta nota.
[3] Ver, por ejemplo, Kaufmann, Daniel (2005), “Myths and Realities of Governance and Corruption,” MPRA Paper 8089, Munich y/o IMF Staff Discussion Note (2016), “Corruption: Costs and Mitigating Strategies,” SDN/16/05, mayo, 36 páginas.
[4] Pagina 32, Introducción al libro.