Cómo la financiación de las empresas afecta los precios

Las empresas en el mundo desarrollado dependen en gran medida del crédito bancario. Pero las empresas en los países en desarrollo, y en particular las de América Latina, dependen en gran medida del crédito comercial — es decir, el crédito de sus proveedores–y eso tiene enormes repercusiones en la inflación y en las decisiones de la fijación de precios.

La mayoría de los estudios que han analizado la inflación en las economías emergentes han examinado el papel de la escasez del suministro nacional, las fluctuaciones cambiarias, los precios del petróleo y los shocks externos.

Pero en un reciente estudio, Alan Finkelstein, Andrés González, Jessica Roldán-Peña y yo, la analizamos desde otra perspectiva. Nos centramos en el papel clave que tiene el crédito comercial en la fijación de precios en los mercados emergentes y cómo eso puede permitir a las empresas mayor flexibilidad para nivelar los precios.

El crecimiento del crédito comercial y la fijación de precios

Nuestro estudio, que parece ser el primero en examinar este aspecto de la fijación de precios, llega a unas conclusiones sorprendentes. Encontramos que, en las economías emergentes lo que realmente importa para los precios de las empresas es el crecimiento del crédito comercial. De hecho, al analizar otras variables como el crédito bancario, el apalancamiento, los ingresos, etc., encontramos que el crecimiento del crédito comercial es el único factor que afecta las decisiones de la fijación de precios.

Las empresas de las economías en desarrollo dependen en gran medida del crédito comercial porque tienen mucho más limitado el acceso a los mercados de crédito formales, especialmente en el extranjero. Así que en lugar de obtener su financiación principalmente de los bancos, dependen más del crédito de sus proveedores – compre ahora y pague después — sin intereses, con la condición de que paguen a tiempo.  Datos de Estudios Empresariales del Banco Mundial revelan cuán importante es este fenómeno en los países en desarrollo.  Si bien las empresas en Israel y Alemania financian un 23% y un 42% respectivamente de su capital de trabajo con crédito comercial, esa cifra se eleva al 67% en México y al 50% en Perú.

Mayor flexibilidad para las empresas

Esta dependencia en el crédito comercial puede resultar particularmente difícil para las pequeñas empresas informales. Las altas tasas de interés a las que se ven sometidas si no pagan a sus proveedores dentro del tiempo estipulado pueden ser altamente punitivas. Pero mayores participaciones de créditos comerciales brindan algunas ventajas a las grandes empresas en los países en desarrollo. Concretamente, les da flexibilidad para responder rápidamente a un shock interno, como la introducción de una tecnología más eficaz, al comprar menos insumos de sus proveedores y reducir los precios. Eso sería difícil si su financiación proviniera de un banco donde la tasa de interés hubiese sido acordada con anterioridad.

Pudimos observar de manera directa cómo esta flexibilidad reduce los precios. Estudiamos 39 de las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de México. Analizamos sus balances y datos confidenciales del Instituto Nacional de Estadística, INEGI, que se utilizan en el índice de precios al consumidor y los índices de precio calculado para cada una de ellas. Encontramos que, un 1% del aumento en el crecimiento del crédito comercial para estas grandes empresas redujo los precios en un 0,8%. Para aquellas de las 39 con una relación de crédito entre proveedores y bancos por encima de la mediana, ese 1% redujo los precios en un 2%.

Financiación que plantea un desafío para los bancos centrales

 Una mayor dependencia en el crédito comercial puede potencialmente dificultar la labor de los bancos centrales. En las economías desarrolladas, los bancos centrales pueden aumentar la tasa a la que prestan a los bancos comerciales y, a su vez, la que esos bancos prestan a las empresas — una dinámica que da a los bancos centrales un instrumento directo para influir en la inflación. En los países en desarrollo, donde la mayor parte del crédito proviene de los proveedores más que de los bancos, ese instrumento monetario requiere mayor estudio.

No se trata de afirmar que un sistema sea mejor que otro. Cada tipo de estructura financiera tiene sus ventajas. La cuestión fundamental es que la estructura de financiación de las empresas es de crucial importancia y que, si queremos comprender la dinámica de la inflación y entender mejor la política monetaria, debemos saber quién les está otorgando los préstamos a las empresas.

 

Publicada originalmente en Ideas que Cuentan, el blog del Departamento de Investigación del BID (RES).