A raíz de la reforma energética, México permite ahora la entrada de nuevas empresas en el sector eléctrico. Para tener acceso a la red eléctrica de la Compañía Federal de Electricidad (CFE), estas nuevas empresas tienen que ganar un contrato en alguna subasta de largo plazo. En esas subastas, las nuevas empresas presentan posturas para intentar ganar contratos que les permitirán vender electricidad (a CFE) durante 15 años y, posiblemente, Certificados de Energía Limpia (CELs) durante 20 años.
En resumen, las subastas funcionan así:
- CFE somete tres demandas al Centro Nacional de Control de Energía (CENACE): Una demanda para potencia, una para energía acumulable y una para CELs.
- El CENACE publica esas demandas y las empresas someten sus posturas. Las empresas de energía eólica o solar típicamente ofertan energía acumulable y CELs, mientras que las empresas de ciclo combinado (cuya producción no es aleatoria) ofertan potencia.
- El CENACE corre un programa de optimización para determinar las posturas ganadoras. La probabilidad de que alguna postura sea declarada ganadora depende de todas las demás posturas en los tres mercados.
El problema radica en el hecho que CFE también puede participar en esas subastas y ofertar potencia. Es decir, CFE participa tanto en el lado de la demanda como en el de la oferta en las subastas. Eso distorsiona sus incentivos a someter la verdadera demanda por potencia al CENACE.
Para entender el argumento, considere la Figura 1.
Figura 1: Demanda y excedente económico en las subastas del CENACE
La línea negra en la Figura 1 ilustra una demanda ficticia por potencia. De esa línea se desprende que CFE demanda cero MW por hora durante 1 año (en adelante 1 MW de potencia) si el precio de este “bien” supera Pmax. Si el precio es inferior a Pmax, CFE demanda 90 MW de potencia. Obviamente, en la realidad la demanda que CFE somete es más elástica pero para motivos pedagógicos voy a suponer aquí que la demanda de CFE es inelástica hasta cierto precio Pmax.
Suponga que una empresa ofrece 90 MW de potencia a un precio de P1 por MW. Intuitivamente, la probabilidad de que esa postura sea ganadora depende del área gris en la Figura 1. Esa área representa el excedente económico asociado a la postura: a mayor excedente, mayor probabilidad que la postura sea ganadora.
Ahora bien, lo anterior implica:
- Si CFE no va a presentar una postura por potencia, le conviene someter un Pmax muy bajo para desincentivar así la entrada de nuevas empresas en el mercado de potencia.
- Si CFE va a presentar una postura por potencia, le conviene someter un Pmax muy elevado para aumentar así la probabilidad que su postura sea ganadora.
Hasta ahora se organizaron solamente dos subastas eléctricas de largo plazo. En la primera subasta, CFE no presentó una postura y sometió un Pmax igual a 10,000 pesos por MW. Ese precio es muy bajo en comparación con los precios que prevalecen en otros mercados. En California, por ejemplo, la potencia se cotiza a 45,000 USD por MW, una cifra muy superior a la sometida por CFE. Ninguna empresa ofertó potencia en la primera subasta eléctrica… En la segunda subasta, CFE sí presentó una postura y sometió un Pmax ligeramente inferior a 1.69 millones de pesos por MW. Es decir, la demanda por potencia sometida por CFE en la segunda subasta es casi 169 veces mayor a la de la primera subasta… CFE presentó dos posturas en la segunda subasta y ambas fueron declaradas ganadoras…
El regulador debe evitar que esta situación se vuelva a presentar, para ello una propuesta es que en el futuro la demanda por potencia sea calculada por el regulador y no por CFE.