Nota publicada originalmente el 26/08 en Ámbito Financiero.
«Hay mucho optimismo con la Argentina en el exterior. Todos quieren invertir, pero cosas como lo que pasó con las tarifas son perdonables, pero generan ruido y confusión», advierte el economista Guillermo Calvo. De paso por Buenos Aires para participar del XII Seminario Internacional del Boletín Techint, se prestó a comentar su visión sobre la coyuntura local. Se mostró optimista, incluso sobre la tasa de inflación pero aconseja emprolijar el manejo de la política económica. A continuación las principales definiciones.
Periodista: ¿Cuál es su visión -a la distancia- del momento actual del país y de cómo se están haciendo las cosas?
Guillermo Calvo: Hay en el mundo mucho optimismo sobre la Argentina. La visión que se tenía de la administración anterior, que era un desastre que no iba a ninguna parte, y que de golpe viene gente diciendo cosas razonables, eso causó mucho entusiasmo, y es lo que se ve, que hay una posibilidad. Creo que lo que pasó ahora -con las tarifas- en este contexto es un pequeño accidente. Lo pienso así no por ser optimista. Hay que tomarlo como lo que es, un pequeño accidente, y tenemos que ponernos a pensar enseguida cuál es el próximo paso y olvidar eso, además el Gobierno ha dado un paso atrás. En sí mismo el accidente, mirado desde afuera, es «tenían un flor de problema, tenían que desactivar varias bombas (cepo, buitres, tarifas), desactivaron la uno y la dos y la tres saltó, pero desactivaron varias. Por ejemplo la devaluación pudo ser más complicada de lo que fue.
P.: Pero la que explotó es quizá la más complicada.
G.C.: Mirado desde afuera aplauden, todo muy bien. Pero tenemos un problema serio, el déficit fiscal. Esto se va a aguantar por un tiempo porque hay capacidad de pedir prestado, momentáneamente.
P.: ¿Cuánto es momentáneamente, un año más?
G.C.: Partimos de un nivel bajo de endeudamiento internacional, entonces si hubiera un poco de credibilidad y no hay ruido de afuera, hay un espacio digamos de todo 2017. Suponiendo que las condiciones son las que prevalecen ahora, donde ha vuelto un poco el entusiasmo por los mercados emergentes. Estoy hablando de algo muy delicado porque mañana habla Yellen (jefa de la Fed) y nos hace saltar el techo, no somos sólo nosotros.
P.: Pero la Fed no tiene tanto margen para subir rápido y mucho.
G.C.: No, eso es imposible, va a dar una señal de que está más predispuesta a subir, es de esperar que sea en dosis pequeñas. Pero cuidado, porque si se le llega a disparar la inflación, que puede ocurrir porque el mercado laboral está bien, el empleo está aumentando más de lo esperado y hay presiones a las subas salariales. En cierto momento la Fed tiene que reaccionar a eso y ahí está fuera de su capacidad. Tengo miedo de eso porque recuerdo lo que ocurrió en el pasado, ellos empiezan despacito, así es la Fed, y de golpe chau. Para el mercado la probabilidad es baja.
P.: Hay suficiente financiamiento para la Argentina.
G.C.: De sobra, si vos convencés que le vas a repagar, sí, seguro. Pero lo clave son los organismos multilaterales y entra a jugar algo muy sensible acá, el artículo IV del FMI. Hay que ir hacia el BID, la CAF y el Banco Mundial para reemplazar al mercado. Hay proyectos clarísimos para canalizar, como infraestructura, pero no para gasto corriente ni balanza pagos. Para gasto corriente van a necesitar endeudarse para cubrir el bache, es lo mismo que usar las reservas.
P.: ¿Si el tema tarifas no está resuelto, se puede esperar que baje la inflación?
G.C.: Puede pasar. Si llegan a tener credibilidad, y por ejemplo viene la Fed o el FMI y dicen que tienen confianza y le prestan o le dan la garantía que necesitan. Es verdad que hay un montón de plata, de gente que está obteniendo tasa de interés negativa. Hay plata de sobra, lo que no hay de sobra para nosotros es credibilidad. Podrían hacer arreglos de garantía con los multilaterales, donde entra el sector privado y el público con garantía del BM y la buena voluntad del Gobierno de EE.UU. Pero cuidado si gana Trump.
P.: ¿Confía en una meta de inflación del 15% al 17% para 2017?
G.C.: Si me financian la energía. El problema de bajar el ritmo de la inflación puede ser más fácil. Lo que le diría al Gobierno es no metan la pata con estas cosas, no se crean una oposición artificial que está aprovechando el momento, y a la gente de afuera los está confundiendo mucho. Los inversores se preguntan qué pasó acá, ¿es verdad? Y empiezan los rumores del final de la luna de miel, eso hace ruido, es malo. Pero si por ejemplo la cosa se tranquiliza ahora, puede muy rápidamente mejorar, los inversores están muy interesados en invertir en la Argentina.
P.: ¿Qué están mirando?
G.C.: Hay que reconocer que vivimos un momento en el que los bancos no saben a quién prestarle. Eso está ahí, saquémosle provecho, para lo cual ser creíbles es clave, y parte de la credibilidad es que a la administración de Macri se la vea que maneja la situación políticamente.
P.: ¿En el caso de recurrir al FMI, vendrán con las mismas recetas (reforma laboral, previsional, ajuste, etc.) o se aggiornaron?
G.C.: Están bastante cambiados, creo que van a ser muy razonables. El Fondo cambió, pero igual tengo mis dudas, lo vamos a ver en la cancha. Pero sí hubo un cambio, están más dispuestos a entender.
P.: ¿Pero si antes, cuando el rojo fiscal era 3% del PBI, pedían ajuste, ahora que es del 7% ?
G.C.: Sí creo que van a haber problemas internos en el FMI con esto. Hay gente muy razonable como Alejandro Werner (director del Departamento Occidental), o también el economista jefe, Maurice Obstfeld. Pero el Fondo tiene otros controles internos, son como el cónclave de cardenales del Vaticano, no te dejan mover mucho, ahí veremos en la práctica. Pero en principio están más permisivos.
P.: ¿Qué le parece el modelo de gestión del Gobierno?
G.C.: Eso confunde, tienen que dar las cosas claras. Creo que debe haber en lo posible una voz que diga las cosas claras, a dónde vamos. ¡Y que resuma! Cada uno te cuenta algo, todos están tratando de armar el rompecabezas, de qué se trata. El que quiere invertir acá dice dejame que ponga las piezas juntas, va a estar tal ministro o es que lo quieren mover de aquí para allá. Estamos todos mirando. Tienen que estar dispuestos a equivocarse y para eso están los ministros, son los fusibles, le salió mal, chau, pongo otro. Pero a cada momento el mercado no tiene que estar adivinando.
Entrevista de Jorge G. Herrera |