El premio Nobel de economía a Tirole este año es una celebración del poder de la teoría económica para iluminar diversas áreas y problemas de la actividad económica cuya complejidad escapa, por mucho, a la intuición más educada y al análisis tradicional de oferta y demanda.
Consideremos el caso de una empresa que tiene poder de mercado, bien sea porque explota la concesión de recurso natural escaso, o porque controla una red preexistente, o porque por otras razones tecnológicas y legales tiene escasa o nula competencia. En ese caso el estado puede estar interesado en regular la actividad de la empresa y en particular en evitar que la empresa abuse su poder de mercado, inflando costos y trasladando esos costos a los consumidores. Ese es el problema que abordan Jean-Jacques Laffont y Jean Tirole en una serie de artículos pioneros.[1] El análisis empieza por el reconocimiento de que la empresa puede tener una ventaja sobre el regulador en términos de información sobre los costos de la empresa. Haciendo uso de la teoría de diseño de mecanismos, Laffont y Tirole demuestran que inevitablemente la información asimétrica permite a la empresa o apropiarse de rentas o inflar costos o ambos a la vez. La regulación óptima toma la forma de un “menú de contratos” que premia a una empresa cuyos costos en realidad pueden ser bajos con rentas mayores a cambio de un esfuerzo reductor de costos. Dicho menú puede no ser obvio para un observador externo; por ejemplo, puede ocurrir de manera implícita en la negociación entre el regulador y la empresa. Desde esta perspectiva, es sumamente importante para la efectividad de la regulación en reducir la asimetría de información entre el regulador y la empresa. Un instrumento en este sentido puede ser comparar la actuación de la empresa con la de otras empresas en circunstancias similares—esto es un argumento para dividir geográficamente una actividad en la que existe poder de mercado.
En una larga serie de publicaciones, a menudo en coautoría con Laffont y otros economistas, [2] Tirole ha contribuido al conocimiento sobre la regulación, la competencia imperfecta, la banca y la intermediación financiera, las finanzas corporativas, la economía política, y otros temas. La perspectiva, a grandes rasgos, a sido por lo general la misma: modelar cuidadosamente los objetivos de los agentes envueltos en la situación de interés, así como aquello que saben, y hacer predicciones usando las herramientas de la teoría económica, incluyendo de manera prominente la teoría de juegos y el diseño de mecanismos. En el campo de la propia teoría de juegos, Tirole ha contribuido a aclarar algunos conceptos importantes, y en trabajo conjunto con Drew Fudenberg, ha hecho una exposición notable de teoría al nivel de texto.[3] Como se ha observado, el premio Nobel de economía a Tirole este año es una celebración del poder de la teoría económica para iluminar diversas áreas y problemas de la actividad económica cuya complejidad escapa, por mucho, a la intuición más educada y al análisis tradicional de oferta y demanda.
En el área de la competencia imperfecta, por escoger una entre muchas contribuciones, Jean-Charles Rochet y Jean Tirole han hecho un análisis pionero de la competencia entre plataformas en mercados bilaterales.[4] Una ilustración, por ejemplo, es una aplicación de correo electrónico que es gratuita para el usuario pero en la que la publicidad en los márgenes de la página de acceso para el usuario es cuidadosamente ajustada al contenido del correo y por tanto puede generar ganancias para el proveedor de la aplicación. Rochet y Tirole muestran que un factor determinante en la estructura de precios de dichas plataformas es el deseo de mantener a ambos lados del mercado a bordo. Rochet y Tirole complementan el análisis con estudios de caso en diversas industrias, como la de portales de internet y la de tarjetas de crédito.
En el área de intermediación financiera, un trabajo muy influyente con Bengt Holmstrom[5] utiliza un modelo del mercado de crédito que reconoce los incentivos provistos por el monitoreo y el colateral para estudiar los efectos diferenciados de las crisis crediticias para empresas con diferente valor neto. Una implicación muy sugestiva de este trabajo es qua la regulación del ratio de adecuación de capital de los intermediarios financieros puede relajarse durante las recesiones porque en dichas circunstancias los intermediarios financieros tienen incentivos a monitorear más intensamente. En otros trabajos, Tirole ha prestado atención particular al tema de las burbujas en mercados financieros, incluyendo un trabajo reciente con Emmanuel Farhi[6] que argumenta que las burbujas funcionan una forma de liquidez externa y son más probables en circunstancias en las que la demanda por liquidez es alta y problemas de agencia dificultan el que las empresas puedan financiarse comprometiendo una parte de sus ingresos futuros.
En el área de economía política, uno de los artículos favoritos de Tirole para mí es su trabajo con Eric Maskin sobre la rendición de cuentas y la estructura deseable del gobierno.[7] Como en los otros trabajos mencionados, este parte de un modelo tan simple como es posible (pero no más) para capturar las ventajas y desventajas de la rendición electoral de cuentas: de un lado, la habilidad para seleccionar y disciplinar los políticos electos, del otro, el incentivo a complacer o halagar prejuicios de la mayoría. Maskin y Tirole utilizan este modelo para extraer implicaciones acerca de la división óptima de las decisiones de gobierno entre expertos no electos (por ejemplo, jueces, o burócratas de carrera), políticos electos sujetos a la presión de la reelección, y decisiones por democracia directa. El modelo de Maskin y Tirole ilustra el punto de que cuanto menos sabe el electorado acerca de sus propios intereses, por el carácter técnico de la decisión, más conviene la delegación a expertos o a políticos electos. Un rezago corto en la información para que el electorado pueda juzgar las decisiones de política favorece la delegación a políticos electos. El interés a proteger a minorías, a su vez, favorece la delegación a expertos tales como jueces. Una aplicación interesante es a la distribución de responsabilidad en comités. Cuando el comité está compuesto por representantes electos, es conveniente que la responsabilidad por las decisiones sea colectiva, para disminuir la tentación de usar el voto individual para halagar al electorado e incrementar la probabilidad de reelección independientemente de las consecuencias para la calidad de la decisión del comité; per contra, cuando el comité está compuesto de expertos no electos, conviene darles menos latitud en la toma de decisiones pero una mayor responsabilidad individual sobre su voto, incluyendo la publicación de las opiniones sustentando cada voto.
Un área de interés relativamente reciente para Tirole, y apenas mencionada en la información provista por el comité del premio Nobel es la de las motivaciones sociales y personales y su interrelación con las motivaciones económicas. En esta área a medio camino entre la economía y la psicología, Tirole ha desarrollado en coautoría con Roland Benabou[8] una teoría que intenta explica la conducta prosocial como resultado de una mezcla endógena entre motivaciones de diversa índole, incluyendo normas sociales y el propio deseo del agente de tener una buena opinión de sí mismo.
He mencionado en esta nota sólo algunas de las publicaciones de Tirole. Dada su larga lista de trabajos, estoy seguro de que otros economistas pueden hacer una lista muy diferente de publicaciones favoritas. Jean Tirole ha estado presente en la Reunión Latinoamericana de la Sociedad Econométrica en varias ocasiones; tres ocasiones que me es grato recordar son la reunión en la Universidad Católica del Perú en 1998, a la que asistió como presidente de la Sociedad Econométrica, la reunión (conjunta con LACEA) en el Instituto Tecnológico Autónomo de México en 2006, y la Jacob Marschak lectura de la Sociedad Econométrica en la reunión (conjunta con LACEA) en Santiago de Chile en 2011. En estas ocasiones fue excepcionalmente amable con los organizadores y los participantes; Tirole no solo es un gran investigador sino también un excelente expositor y maestro.
[1] Using cost observation to regulate firms, 1986, Journal of Political Economy; The regulation of multiproduct firms, 1990, Journal of Public Economics; ver también su libro de texto A Theory of Incentives in Procurement and Regulation, 1993, MIT.
[2] Ver Jean Tirole: Market power and regulation, 2014, información avanzada preparada por el Comité del Premio en Ciencias Económicas de la Real Academia Sueca de las Ciencias.
[3]Ver Perfect Bayesian equilibrium and sequential equilibrium, 1991, Journal of Economic Theory, y el texto Game Theory, 1991, MIT. Como muchos, me beneficié de este último libro durante mis años de doctorado; en mi caso, gracias a las excelentes lecciones de David K. Levine en UCLA.
[4] Platform competition in two-sided markets, 2004, Journal of the European Economic Association. Esta y otras contribuciones recientes escapan, por supuesto, al clásico libro de texto del propio Tirole, The Theory of Industrial Organization, 1988, MIT.
[5] Financial intermediation, loanable funds and the real sector, 1997, Quarterly Journal of Economics.
[6] Bubbly liquidity, 2012, Review of Economic Studies.
[7] The politician and the judge: Accountability in government, 2004, American Economic Review.
[8] Incentives and prosocial behavior, 2006, American Economic Review.