Papá: ¿Cómo te fue hoy en la escuela hija?
Franie: Tuve una prueba de geografía muy aburrida. Me preguntaron sobre el recorrido de los ríos. ¿Para qué quiero memorizar eso si lo puedo googlear? Sería mejor entender la diferencia entre un rio y un mar, y no memorizar el recorrido de los ríos.
Buena parte de la educación aun estimula y fomenta la repetición y memorización para un examen de información que al poco tiempo olvidamos completamente.
No se trata solamente de que ahora además esa información la tenemos disponible en nuestro teléfono, sino, más importante aún, que contrario a lo que le ocurría a Funes el memorioso, tendemos a olvidar detalles y a recordar conceptos que solo se afianzan a través de la reconsolidación y la formación de asociaciones. Rodrigo Quian Quiroga, investigador argentino, profesor de la universidad de Leicester en Inglaterra, escribió un libro fascinante sobre estas cuestiones en el que basaré esta entrada (Borges and Memory, MIT Press, 2012).
Borges, sin dudas, tuvo la agudeza de comprender la importancia de la abstracción y del olvido. Escribió sobre Irineo Funes:
“Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, generalizar, abstraer.”
Borges fue influenciado, entre otros, por William James, quien es considerado por muchos el padre de la psicología moderna, y quien escribió: “Si recordamos todo, estaríamos la mayoría de las veces tan incapacitados como si no recordáramos nada… el resultado paradójico es que una condición para recordar es que debemos olvidar.”
El primer caso científicamente documentado de memoria extraordinaria es el de Salomon Shereshevskii (S), quien fuera estudiado por el célebre psicólogo ruso Alexander Luria. S poseía una muy fuerte sinestesia –la involuntaria relación entre distintos sentidos, como la de asociar números con colores– lo que daba a sus memorias un contenido mucho más rico y consecuentemente más fácil de recordar.
Sabemos ahora que solo procesamos un mínimo de la información que nos llega a los ojos, aquello a lo que prestamos atención. A partir de esta información extraemos signos, creamos conceptos y una representación interna que es la base de nuestro pensamiento. Luego formamos recuerdos y mantenemos solo aquellos que son más relevantes, decantando el resto en el reino del olvido. Técnicamente, el cerebro hace la transformación de un código denso, implícito y de detalles en la corteza visual, a un código sparse, explícito y de conceptos en el hipocampo. En este proceso intervienen ciertas neuronas presentes en el hipocampo, denominadas neuronas de Jeniffer Aniston, que fueron estudiadas por Rodrigo Quian Quiroga. Estas neuronas contribuyen a la abstracción de conceptos que usamos para guardar recuerdos. Codifican conceptos, y es así que tendemos a recordar personas, hechos y lugares genéricos, olvidando la gran mayoría de los detalles asociados a estos. Si no tuviéramos este tipo de neuronas terminaríamos como Funes el memorioso, sin capacidad de abstracción, sin poder siquiera pensar, recordando solo detalles irrelevantes.
Pensar es justamente abstraer, asociar conceptos, crear relaciones y categorías. Esto es lo que la escuela debe fomentar y no la memorización de detalles que estamos programados, evolutivamente, para olvidar.
El proceso de abstracción, la clave del pensamiento, aquello que hacen las neuronas en el hipocampo, es algo que usamos todos los días. La escuela, y me refiero tanto a la escuela primaria como secundaria, debe dejar de bombardear a los estudiantes con información y, en cambio, debe hacer que los alumnos se detengan a pensar, a extraer las ideas importantes para asociarlas y compararlas con otras.
Creí que este era un blog de economía. O tal vez se explique por aquello de que los economistas creen pueden opinar científicamente sobre cualquier cosa.
Almacenar experiencias en la memoria es una cosa, ejercitar el proceso de almacenamiento es otra. La memoria de corto y largo plazo son cosas diferentes, además. Memorizando ríos o poemas se ejercita la capacidad de almacenamiento.
Brindo por la expansión (no colonización) de la neurociencia, así como espero que los economistas dejen de querer colonizar otros mundos y se dediquen al suyo. El error no está en visitar y conocer otros mundos, está en querer colonizarlos.
Cuáles serán las credenciales académicas de este Sr. Clemente?
Guillermo,
Que importa cuales son las credenciales academicas de Clemente? O acaso un argumento es mas valido si lo hace alguien con credenciales academicas que alguien sin ellas?
Creo que Clemente hace algunos puntos validos. Pero si a vos no te parece, la manera correcta de refutarlos no es tratando de desacreditarlo personalmente.
Clemente no tiene clemencia con el trabajo interdisciplinario o transdisciplinario. Nunca le perdonó a Darwin haberse inspirado en Malthus para formular su teoría de la selección natural, ni tolera que Walras o Cournot hayan usado conceptos y esquemas de la física para sus modelos de equilibrio general. Tampoco le hubiera dado el premio Nobel de Economía a Daniel Kahneman, un mero psicólogo cuyo principal mérito es haber demolido la figura del Homo Economicus, invadiendo así territorios ajenos en los que no hubiera debido entrometerse, lo mismo que Gary Becker (otro premio Nobel, recientemente fallecido), que «invadió» múltiples territorios (sociológicos, políticos, psicológicos) con modelos tomados de la Economía, ni tampoco lo hace feliz el Nobel de Economía de John Nash, un mero matemático con una mente brilante cuyos conceptos ahora usan para diseñar licitaciones públicas y para entender muchos otros temas económicos. El inclemente Clemente no se limita a disentir con algunas de las afirmaciones de estos invasores seriales: los descalifica de entrada. No es partidario de que los científicos estén en una torre de marfil: él exige una torre de marfil separada para cada disciplina, o para cada científico; el diálogo y la fecundación mutua le parecen casi pornográficos.
Tengamos clemencia con Clemente. A la larga entenderá, o quizá solo será piadosamente olvidado o ignorado. Que es lo que deberemos hacer aquí.
Lejos de estar en desacuerdo con todo lo que me atribuye, lo suscribo casi desde el comienzo al final.
El punto es que dialogar con otras disciplinas, aprender de ellas e influirlas no es lo mismo que colonizarlas. Así como visitar otros mundos y entender su cultura, no necesariamente conlleva el querer dominarlos e imponer la nuestra, sino que incluso, puede significar entrar en un fructífero, mutuo y respetuoso intercambio de ideas. Ello sin perjuicio, incluso, de no adherir al multiculturalismo.
Más allá de fuegos de artificio, aquí nadie se preguntó por lo esencial: ¿de dónde saca Galiani que ejercitar la memoria es malo para el aprendizaje de conceptos abstractos? ¿Acaso lo saca de algún aporte de la neurociencia? Por supuesto que no. Lo saca de una pura y exclusiva argumentación anecdótica y banal (su hija que no le gusta aprender nombres de ríos) o apoyándose en una manifestación artístico literaria (ignorando además que JLB no hacía más que repetir argumentos de filósofos elaborados más de dos siglos atrás). Y con eso, sólo con eso, se siente animado a criticar a la pedagogía (a la práctica pedagógica). ¿Se molestó acaso en investigar si esa práctica está o no está fundada en alguna corriente de la psicología? ¿Nos mostró acaso que la neurociencia dice cosas diferentes? ¿Qué tal si ambas apoyan esa práctica de ejercitación de la memoria como técnica que estimula la memoria y la formación de conceptos abstractos?
Entiendo perfectamente que esto es un blog de opinión, no una revista académica. Pero creo que es blog de opinión que pretende tener algún fundamento en ciencias. Parecería que la ciencia que apoya las opiniones de este blog es la economía, pero en el caso de esta entrada, ni siquiera es así.
Pregunto entonces ¿qué es lo que motiva a alguien que ciertamente ha de dominar su disciplina, a sentirse tan libremente apto para criticar sin fundamento otras y encima pretender que su crítica es fundada científicamente? Yo ya di mi respuesta
Yendo al fondo del asunto: el post me parece muy atinado en su critica a la enseñanza memoristica. Para un economista tiene varios aspectos relevantes. Uno: reforma de la educación, a ver si salimos del siglo XIX, sobrevolams el XX, y nos situamos mas firmemente en el XXI; ¿Obstáculos? Varios: continuidad de politicas publicas, resistencia esperable (como en otros paises) de los sindicatos docentes, valorización (en el mercado de trabajo) de la buena formación (algo que en A.Latina no siempre ocurre), Dos: contribución de neurociencias a la modelización de procesos económicos, en particular: superación de limitaciones informacionales de los atentes a la hora de tomar decisiones, validez de los métodos heurísticos (tipo Gigerenzer-Selten), posibilidad o no de crear incentivos sostenibles para el uso eficiente de la información, posibilidad de políticas de «nudge» para lograr a aplicación automática de respuestas correctas aun en ausencia de infrmación completa; etc. Tres: cambios en la formación de los economistas para incluir no solo algun curso de Economía del Comportamiento o de Neuroeconomía, sino para «infectar» con ello los modelos mainstream de micro y macro.
Gracias por los comentarios. No se me ocurrió que la referencia a la colonización de la pedagogía podría ser mal interpretada. Es una frase que se utiliza mucho entre economistas y hace referencia a que los métodos analíticos de la ciencia económica fueron adoptados por otras disciplinas luego que los economistas se pusieron a estudiar temas que no eran los que tradicionalmente estudiaban. Es una colonización benigna.
No hay nada más propio de la economía que el arbitraje. Los economistas nos interesamos por la formación de capital humano, y por la eficiencia con la que se lo hace. Me parece que acá hay una gran oportunidad para mejorar los sistemas educativos.
La referencia a colonización creo que no está mal interpretada. Sé a lo que se refiere sobre lo que han pretendido hacer, al menos algunas corrientes de la economía. No me parece mal que alguien que proviene de una disciplina se meta en otra e intente aplicar o trasladar sus métodos o incluso sus hipótesis trasladables. Lo que me parece mal es que lo haga como si ese campo en el que entra esté virgen, ignorando olímpicamente todo lo previo y aún lo corriente.
Celebro una vez más su llamado a que la neurociencia aporte al desarrollo de mejores prácticas pedagógicas. Tanto como sigo sin entender qué tiene que ver la economía con todo esto.
Con respecto a la critica a la palabra «colonizacion» (que ya no esta en el titulo) y a la relacion lejana de este articulo con la economia, Ariel Rubinstein hacia observaciones similares hace unos años en su comentario del libro Freakonomics. Aqui esta el link
http://arielrubinstein.tau.ac.il/papers/freak.pdf
Que obsesión muchachi que tienen con la relación de esta nota y la economía. Primero, es un blog, no un artículo para el Quarterly Journal of Economics. Segundo, los economistas escriben sobre educación todo el tiempo. Y aun si ese no fuese el caso, supongamos que a alguien se le ocurre contar una idea que puede ser interesante, so what?
¿Qué tiene que aprender la gente para vivir en el futuro? Primero que nada, valores como la honestidad, respeto, solidaridad, compromiso y ética.
Segundo, se precisa inteligencia, o sea gente capaz de razonar, entender y demás habildiades para resolver problemas.
Y tercero, viendo que el conocimiendo de la humanidad crece cada vez más rápido, la gente tiene que tener la capacidad de seguir aprendiendo toda la vida. Terminar la universidad no es el fin de la etapa de aprendizaje.
Eso no quita lo otro. Yo edito la Wikipedia en parte para recordar mejor las cosas. Sí, creo artículos para luego leerlos y recordar lo que escribí antes. Pero editar me ayuda también a aprender de lo que escribo. No memorizo mis artículos, pero cada vez retengo más de lo que leo
Me parece un comentario valido, y consistente con el mensaje de la entrada. En la misma no planteo que no sea importante tener memoria, sino que el proceso de aprendizaje podría mejorar si se tuviese en cuenta que tendemos a olvidar detalles y a recordar conceptos que solo se afianzan a través de la reconsolidación y la formación de asociaciones.
Respecto a la relación de esta entrada con la economía, la misma no es explicita, ni intente hacerla explicita pues por ahora quería solamente transmitir una idea que tenía basada en trabajos de otra disciplina. Al final, y esto está claro en la entrada, lo exprese como una opinión basada en un trabajo que cito de un investigador de otra disciplina.
Sin embargo, mi visión es la siguiente. Por un lado, podría ser que la forma eficiente de mejorar la formación de capital humano, el cual es el tema central de la economía de la educación, sea mejorando la forma en que se enseña, y no, por ejemplo, cambiando el número de alumnos por clase, etc. (esto ya lo mencione antes!). Creo que sobre este tema aun sabemos poco. Por otro lado, hacia un tiempo que pensaba que una forma de abordar esa cuestión podía ser experimentando nuevos métodos tomando los conocimientos generados por la neurociencia. Finalmente, creo que los economistas, han hecho muchos trabajos importantes en el área de evaluación de políticas educativas, muchas de las cuales no tenían a priori una derivación económica, sino, solamente, la promesa de ser más efectivas, y quizás, más costo-efectivas en la formación del capital humano.
Me quede pensando en la crítica al título de la entrada y decidí cambiar el mismo pues veo que se puede interpretar de una forma que no era la que yo deseaba. Gracias nuevamente por los comentarios.
La neuroeducación aún está en pañales, siendo generoso!
[…] Las neurociencias estudian los fundamentos de nuestra individualidad: las emociones, la conciencia, la toma de decisiones y nuestras acciones sociopsicológicas. Como todo lo hacemos con el cerebro, el impacto de las neurociencias se proyecta en todas las áreas de relevancia social. Por ejemplo, la neuroeducación tiene como objetivo el desarrollo de nuevos métodos de enseñanza y aprendizaje combinando la pedagogía y los hallazgos en la neurobiología y las ciencias cognitivas (ver esta entrada anterior sobre el funcionamiento de la memoria y la posibilidad de mejorar la enseñanza). […]