Mi primer nota en Foco Eonómico hace tres años proponía que la Argentina adoptase una política de metas fiscales con un moderado superávit sostenido en el tiempo para mantener la estabilidad macroeconomica y para estimular el crecimiento económico. Hoy, estamos empezando a vivir el costo de no haber seguido esa recomendación, aunque aún es posible corregir el curso y eliminar el déficit fiscal. Comparto con Uds aquella nota del 2010. Metas fiscales para la estabilidad y el crecimiento.
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que comentarios te merece esto, andres? http://ambito.com/diario/noticia.asp?id=727561
Gabriel, gracias por la referencia. Hacía tiempo que no sabía de Carlos Alfredo pero veo que no se olvida lo que aprendió cuando pibe. Lo que Carlos dice es que todo el problema es cómo se financia el gasto público. Si no es con impuestos, tendrá que ser con señoreaje o con deuda. Y no importa que sea la Tesorería o el Banco Central quien determine cuanto señoreaje y cuanta deuda, lo que importa es que si financia con deuda es que mañana necesitará aumentar los impuestos para pagar intereses sobre la deuda. Por supuesto, si mañana no se aumentan los impuestos habrá que recurrir al señoreaje o a más deuda, y pasado mañana tendremos el mismo dilema y así forever hasta que llegue el Mago Mingo y licúe la deuda.
Espero que Juan Pablo Nicolini tome nota de lo anterior porque es una explicación simple de por qué deben consolidarse las cuentas del Banco Central en las cuentas de Hacienda.