Plan Garantizado de Salud en las Isapres y sus efectos adversos en Fonasa

Una arista poco debatida en la reforma del sistema de isapres que se discute en el Congreso son los efectos sobre el Fonasa que tiene la estructuración del Plan Garantizado de Salud (PGS). Un estudio que permite caracterizar a las familias que se cambian de seguro de salud deja de manifiesto que los efectos en el Fonasa de la reforma no están siendo considerados por los legisladores. La reforma propuesta plantea un Plan Garantizado de Salud obligatorio para todos los afiliados a las isapres con una prima única, que se estima en alrededor de $20.000 por persona afiliada a una isapre para lograr una cobertura equivalente a la modalidad de libre elección del nivel 1 de Fonasa.

El proyecto elimina las pre-existencias y carencias para los afiliados a isapres y las mantiene para los afiliados al Fonasa. Los afiliados al seguro público cancelan el 7% del ingreso del cotizante, independiente del número de cargas.

La estimación de este modelo difiere de las realizadas por diversas instituciones a propósito de la reforma, ya que no sólo considera la modificación del gasto de las familias afiliadas a las isapres, sino también las preferencias que dicen relación con las diferencias en calidad y modalidad de atención.

De acuerdo al pronóstico del modelo, se produce una reducción de 41,5% en el número de afiliados a las isapres, es decir estos afiliados se cambiarían al Fonasa. Cabe destacar que el modelo no considera el efecto que tendría en la decisión de cambiarse de isapres al Fonasa el costo de volver a la isapre dado por las pre-existencias y carencias para los afiliados de Fonasa.

Desafortunadamente el traslado de isapres a Fonasa empeorará el problema de selección adversa aumentando significativamente los costos del sistema público. Se trasladan de las isapres al Fonasa el 65% de los afiliados de las isapres cuyas familias están compuestas por 4 o más miembros, esto disminuye la cartera de las isapres en un 11,7%. Este traslado aumentará el déficit del Fonasa ya que la razón del cambio es que la cobertura del PGS es demasiado cara con la prima única comunitaria. El Fonasa en cambio se debe conformar con la cotización del 7% del afiliado.

En términos de quintil de ingreso, los efectos son también muy adversos al Fonasa. En los tres primeros quintiles se trasladan al Fonasa en promedio más del 70% de los afiliados a isapres, mientras que para el quinto esta cifra llega sólo al 22,4%.

El estado de salud de los que se trasladan al Fonasa es significativamente peor que el de aquellos que se trasladan a isapres. El 31,2% de los individuos en isapres con condiciones de salud regular o mala se trasladan a Fonasa desde isapres. Antes de la reforma, sólo el 13,5% de los afiliados tienen condiciones de salud regular o mala en isapres, por lo que esta reforma termina por concentrar el 90,7% de todos los que tienen condiciones de salud regular o mala en el Fonasa. Esto incide directamente en los costos del sistema público. Si consideramos que las familias que se cambian al Fonasa quedan afectas a pre-existencias y carencias si desean volver a las isapres, la proporción que efectivamente se cambiará será menor que la estimada en el modelo. Esto puede reducir el cálculo de la migración de isapres a Fonasa, debido a la existencia de personas cautivas por malas condiciones de salud, sin embargo, el problema sigue existiendo.

En conclusión, el establecimiento de un Plan Garantizado de Salud con prima comunitaria única que aplica sólo al sistema de isapres exacerba los problemas de selección adversa y de financiamiento del sistema público. La coexistencia de los sistemas públicos y privados de salud en la forma que se está legislando es inconveniente desde una perspectiva de eficiencia y equidad. La reforma propuesta afectará negativamente al Fonasa y por esa vía a la mayoría de la población que se atiende en el sistema público.