Este es el segundo de una serie de tres artículos sobre el tema de la delincuencia juvenil
Luego de haber presentado un modelo para analizar la delincuencia juvenil (ver “El Dilema dela Delincuencia Juvenil”), vamos a testearlo en su capacidad de reproducir la realidad en Uruguay—en donde los delitos cometidos por adolescentes se multiplicaron por tres en los últimos 15 años. Como punto de partida consideramos el nivel de delincuencia juvenil observado en 1997 y vamos a dejar que el modelo prediga cuál debería haber sido el incremento en la delincuencia juvenil consistente con los cambios económicos, sociales e institucionales observados en nuestro país entre 1997 y 2010. En otras palabras, el modelo va a predecir cómo hubieran reaccionado los adolescentes si evaluaran consistentemente los costos y beneficios de sus actos, y luego vamos a comparar estas predicciones con los datos efectivamente observados.
El rezago salaria relativo al botín
El primer factor relevante para analizar la evolución de la delincuencia juvenil en Uruguay es la evolución del retorno de las actividades legales y del botín de las actividades delictivas. Tanto los salarios como el ingreso per cápita se redujeron drásticamente en Uruguay durante la crisis 1998-2002, y ambos iniciaron una fuerte escalada a partir del 2003. Sin embargo, mientras que en 2010 el ingreso real per cápita ya se encontraba 34 por ciento por encima del nivel de 1997, los salarios reales estaban tan sólo un 12 por ciento por encima de los niveles registrados previo a la crisis. Esto produjo un rezago salarial relativo a la evolución del ingreso per cápita del entorno del 20 por ciento. Es frecuente en la literatura suponer que el botín asociado al delito evoluciona con el ingreso per cápita (ver Ehrlich 1996). A medida que el ingreso crece también lo hace el valor del objeto de los delitos contra la propiedad. Por lo tanto, los beneficios económicos asociados a las actividades delictivas aumentaron más que la recompensa percibida por el trabajo legal.
Una vez que incorporamos la dinámica observada en el retorno de las actividades legales y el botín de las actividades delictivas, el modelo predice un aumento de la delincuencia juvenil que explica un tercio de la variación observada desde 1997.[1]
Una regulación benevolente
El segundo factor clave a analizar para entender la reciente evolución de la delincuencia juvenil en Uruguay es la aprobación del Código dela Niñezyla Adolescenciaen setiembre de 2004. En particular, medidas como la despenalización de la tentativa y la complicidad en el delito de hurto (delito contra la propiedad sin violencia) y el hecho de que los jueces no deban considerar los agravantes en los delitos cometidos por adolescentes, redujeron—de acuerdo a estimaciones de especialistas en la materia—en un 50 por ciento la duración promedio de las medidas cautelares privativas de libertad—es decir, el tiempo que los adolescentes infractores deben permanecer en los centros de reclusión. Además, el Código dela Niñezyla Adolescenciale dio a los jueces la potestad de decidir si iniciar o no un procedimiento judicial cada vez que son notificados por la policía. De hecho, en promedio, los jueces deciden no iniciar un proceso judicial—y por ende dejar automáticamente en libertad—a cerca del 40 por ciento de los adolescentes detenidos en la comisaría. Todos estos cambios redujeron a la mitad las penas que enfrentan los adolescentes infractores y redujeron de10 a6 por ciento la probabilidad efectiva de aprehensión.
De acuerdo al modelo, este cambio de incentivos explica cerca de un tercio del incremento en la delincuencia juvenil desde 1997. Si a esta sustancial reducción de las penas efectivas la consideramos conjuntamente con el efecto del rezago salarial relativo al botín de las actividades delictivas, el modelo es capaz de explicar dos tercios de la variación observada en la delincuencia juvenil entre 1997 y 2010.
Las fugas de los centros de reclusión
Un tercer factor relevante para explicar la evolución de la delincuencia juvenil en el Uruguay son los escapes de los establecimientos de internación de adolescentes infractores. De acuerdo a datos oficiales y estimaciones de expertos en la materia, la probabilidad de fuga de los centros de reclusión de adolescentes creció desde niveles cercanos al 10 por ciento en 1997 hasta niveles del entrono del 40 por ciento en 2010.
El modelo establece que este significativo incremento en la probabilidad de escape—que genera nuevos incentivos a incurrir en actividades delictivas—explica cerca de un 10 por ciento del incremento en la delincuencia juvenil. Si consideramos los tres factores conjuntamente: el incremento del botín por encima del retorno de las actividades legales, la reducción de las penas efectivas y las fugas, el modelo explica el 75 por ciento del aumento de la delincuencia juvenil observada en Uruguay desde 1997.
La epidemia de pasta base
El diagnóstico no estaría completo si no consideráramos el efecto de la pasta base. La incidencia de la pasta base de cocaína entre los adolescentes uruguayos ha crecido de forma exponencial desde 2003. Estadísticas oficiales indican que mientras las incautaciones totales de todo tipo de drogas se multiplicaron por 1,5 entre 2003 y 2010, las incautaciones de pasta base se multiplicaron por 6,8. Segúnla Junta Nacionalde Drogas, el 10 por ciento de la población adolescente proveniente de hogares con alta vulnerabilidad social consume pasta base con cierta frecuencia y la incidencia de pasta base entre los adolescentes internados en centros de reclusión del INAU es superior al 50 por ciento.
Existe evidencia que muestra que las decisiones tomadas por individuos bajo los efectos de la droga son consistentes con un modelo racional (Becker y Mulligan 1997). A su vez, estudios experimentales muestran que el consumo de drogas reduce la capacidad para proyectar hacia el futuro las consecuencias de las acciones presentes (Bretteville-Jensen 1999; Petry 2003; Coffey et al. 2003; Kirby y Petry 2004).
De esta forma, la epidemia de la pasta base genera una reducción extra en el horizonte temporal en los adolescentes uruguayos—que de por sí es menor en los adolescente relativo a los adultos. Existe amplia evidencia psicológica que sostiene que la preocupación por el futuro y la habilidad para planificar hacia delante aumentan con la edad (Nurmi 1991; Green et al. 1994; Green et al. 1996; Green et al. 1999; Steinberg et al. 2009). Al afectar la tasa de descuento intertemporal, la predicciones del modelo establecen que el efecto de la pasta base explica un 10 por ciento del incremento de la delincuencia juvenil observado entre 1997 y 2010.
Si consideramos a todos los factores de forma conjunta: el rezago salarial relativo al botín, que trajo como resultado que el retorno de las actividades legales evolucione por debajo de las ganancias provenientes del delito, una regulación que redujo la probabilidad que enfrentan los adolescentes de ser juzgados y las penas una vez condenados, un elevado porcentaje de fugas de los centros de reclusión, todo en un contexto en donde los adolescentes subestiman las consecuencias futuras de sus actos; podemos explicar el 86 por ciento del crecimiento observado en la delincuencia juvenil en Uruguay a partir de 1997.
En otras palabras, los delitos cometidos por adolescentes se han triplicado en Uruguay no solo porque el beneficio asociado al delito creció muy por encima del retorno de las actividades legales, sino también porque el costo asociado a las actividades delictivas ha desaparecido prácticamente por completo. No puede entonces sorprender que el año pasado un adolescente juzgado por homicidio y con antecedentes de varios delitos violentos contra la propiedad declarara ante el juez “este es mi trabajo” y que otros declaren que cometen delitos “porque es un bollo, en el barrio todos lo hacen y si te agarran no pasa nada”. De acuerdo a registros judiciales, más de la mitad de los adolescentes involucrados en actividades ilegales afirma que la delincuencia es su profesión. El delito es, de hecho, su medio de vida y no un recurso para satisfacer necesidades básicas de subsistencia.
Queda para la próxima entrega el análisis de la efectividad de políticas alternativas en la lucha contra la delincuencia juvenil.
Referencias
Becker, G. y C. Mulligan. 1997. The Endogenous Determination of Time Preference. Quarterly Journal of Economics 112(3), 729-758.
Blondel, S., Y. Loheac, y S. Rinaudo. 2007. Rationality and Drug Use: An Experimental Approach. Journal of Health Economics 26(3), 643–658.
Bretteville-Jensen, A. 1999. Addiction and Discounting. Journal of Health Economics 18(4), 393-407.
Coffey, S., G. Gudleski, M. Saladin y K. Brady. 2003. Impulsivity and Rapid Discounting of Delayed Hypothetical Rewards in Cocaine-Dependent Individuals. Experimental and Clinical Psychopharmacology 11(1), 18-25.
Ehrlich, I.1996. Crime, Punishment, and the Market for Offenses. Journal of Economic Perspectives 10(1), 43-67.
Green, L., A. Fry y J. Myerson. 1994. Discounting of Delayed Rewards: A Lifespan Comparison. Psychological Science 5(1), 33-36.
Green, L., J. Myerson y P. Ostazewski. 1999. Discounting of Delayed Rewards Across the Life Span: Age Differences in Individual Discounting Functions. Behavioural Processes 46(1), 89-96.
Green, L., J. Myerson, D. Lichtman, S. Rosen y A. Fry. 1996. Temporal Discounting in Choice Between Delayed Rewards: the Role of Age and Income. Psychology and Aging 11(1), 79-84.
Kirby, K. y N. Petry. 2004. Heroin and Cocaine Abusers Have Higher Discount Rates for Delayed Rewards than Alcoholics or Non-drug-using Controls. Addiction 99(4), 461-71.
Munyo, I.2012. The Juvenile Crime Dilemma. Manuscript CERES and Universidad de San Andrés.
Nurmi J. 1991. How Do Adolescents See Their Future? A Review of the Development of Future Orientation and Planning. Developmental Review 11(1), 1-59.
Petry, N. M. 2003. Discounting of Money, Health, and Freedom in Substance Abusers and Controls. Drug and Alcohol Dependence 71(2), 133-41.
Steinberg L., S. Graham S, L. O’Brien, J. Woolard, E. Cauffman y M. Banich. 2009. Age Differences in Future Orientation and Delay Discounting. Child Development 80(1), 28-44.
[1] Ver Munyo (2012) por los detalles de la metodología de cálculo de este resultado y los siguientes.
ESTA ES UNA EDITORIAL MUY BUENA, ESPERO QUE LOS POLITICOS QUE CIRCULAN EL MINDO DE LA POLITICA, LA ADMINISTRACION O SIMPLES DIRIGENTES LEAN Y SE PREOCUPEN POR ESTE TEMA TAN ESPECIAL MAS EN LOS MOMENTOS QUE VIVE LA SOCIEDAD ARGENTINA.-