Sobre la Asignación Eficiente de los Factores Productivos

Distorsionar la asignación de recursos no es gratis. Dado que Nada es Gratis, diré mejor que es muy costoso. Afecta la eficiencia con la cual se utilizan los mismos. Quizás, en el corto plazo, cada decisión de política económica distorsiva no tenga un gran efecto en la Productividad Total de los Factores (PTF), pero la acumulación de las mismas puede llegar a tener efectos cuantiosos en esta, y por tanto, en la performance de la economía agregada.

El concepto de eficiencia se refiere a la forma en que se utilizan la tecnología y los factores de producción disponibles. La incorrecta asignación de factores entre sectores de la economía, entre firmas dentro de una misma industria, o entre plantas pertenecientes a una misma firma, conlleva una pérdida de eficiencia que se traduce en una caída de la PTF.

Si bien es cierto que existen fallas de mercado que nos alejan de una asignación óptima de los recursos existentes, también es cierto que muchas veces las medidas que intentan corregirlas suelen traer distorsiones aún más importantes. Muchas veces el remedio resulta ser peor que la enfermedad.

En economías que funcionan bien, los recursos se desplazan de firmas menos productivas hacia firmas más productivas, elevando el nivel agregado de productividad. La competencia entre empresas acelera este cambio, hasta que, idealmente, el valor de la productividad marginal de los factores se iguala entre empresas.

Dentro de las posibles causas de una mala asignación de recursos se encuentran muchas políticas públicas, y en particular aquellas que pueden distorsionar la asignación de factores entre sectores y/o firmas, como las restricciones a la importación de insumos productivos. Dado el contexto actual de Argentina, además, hoy quiero hacer énfasis en las restricciones discrecionales, pues estas resultan en restricciones al uso de insumos diferenciales incluso entre firmas de un mismo sector.

Existe evidencia de que la eficiencia con la que opera una economía tiene un rol importante a la hora de explicar las diferencias de ingreso per cápita entre países. David Weil (2009), por ejemplo, sugiere que una explicación que toma en cuenta las diferencias de eficiencia existentes entre países daría cuenta mejor de los datos que una explicación basada solamente en diferencias tecnológicas.

Consideremos, por ejemplo, el caso del acceso al crédito. En los países en desarrollo, es común observar que muchas empresas pequeñas pagan tasas de interés substancialmente más altas que las que pagan las firmas grandes. De ello se desprende que dichas empresas deben operar con rendimientos marginales del capital mayores, lo que sugiere diferencias marginales de productividad importantes (ver también el post de Paco Buera acá).

Las políticas de subsidio al crédito tienden a causar diferencias en el acceso al mismo, pudiendo tener entonces las mismas consecuencias: si dos empresas poseen la misma tecnología, pero una de ellas, por ejemplo a través de conexiones políticas, obtiene un crédito subsidiado, el producto marginal del capital de esta empresa será menor que el producto marginal de la empresa que no logre un crédito subsidiado y que paga una tasa de interés más elevada. Estaríamos ante un caso claro de mala asignación del capital: la producción total sería mayor si el capital se reasignara a partir de la empresa con un producto marginal del capital bajo hacia la que cuenta con un producto marginal del capital alto. Asimismo, la asignación de factores también resulta distorsionada por regulaciones o intervenciones que aumenten el costo de los mismos de manera desigual entre sectores de la economía y/o firmas de un mismo sector.

Chang-Tai Hsieh y Peter Klenow, en su artículo “Misallocation and Manufacturing TFP in China and India”, investigan la relación entre la asignación de recursos y la PTF agregada. Utilizando datos microeconómicos de establecimientos manufactureros, cuantifican el alcance potencial, en términos de productividad agregada, de la mala asignación de recursos en China e India, en relación a la asignación de recursos prevaleciente en Estados Unidos. Sus resultados muestran brechas considerables en los productos marginales del capital y mano de obra entre plantas dentro de industrias bien definidas en estos dos países, siempre en relación a la situación observada en Estados Unidos. Cuando el capital y el trabajo son hipotéticamente reasignados para lograr el mismo nivel de eficiencia que se observa en Estados Unidos, estos autores estiman una ganancia hipotética en la PTF del sector manufacturero del 30 al 50% en China y del 40 al 60% en India. Por lo tanto, bajo este prisma (que no necesariamente toma en cuenta todos los márgenes de ineficiencia en la asignación de recursos), las pérdidas de riqueza asociadas a la asignación ineficiente de recursos no serían menores.

Las grandes diferencias existentes entre países ricos y pobres en el producto por trabajador han sido atribuidas, en buena parte, a diferencias en la PTF. Hsieh y Klenow (2009) sugieren que estas, a su vez, son en parte causadas por diferencias en la asignación del capital y el trabajo entre plantas dentro de industrias bien definidas. Por supuesto, queda por responder cuáles son las causas de estas diferencias de eficiencia en la asignación de los factores productivos entre China e India por un lado y Estados Unidos por el otro.

 

Referencias

Hsieh, Chang-Tai y Klenow, Peter, “Misallocation and Manufacturing TFP in China and India,” Quarterly Journal of Economics, 2009.

David Weil (2009): Economic Growth, Addison Wesley.