BAJADA 1: Influir sobre los indicadores de pobreza con medidas que no forman parte de política alguna, arroja un manto de duda sobre estos indicadores y crea un mal precedente.
BAJADA 2: Abandonar una política fiscal contracíclica después del tiempo y esfuerzo que tomó sensibilizar a la ciudadanía sobre su importancia también es poco afortunado.
BAJADA 3: Probablemente, lo que hizo el presidente fue buscar una ganancia de corto plazo sin considerar los costos que dicho oportunismo político tendría eventualmente para su gobierno. Porque es difícil ganarse la buena voluntad de la oposición cuando se le culpa de problemas donde no tuvo ninguna responsabilidad.
BAJADA 4: Las políticas de los gobiernos de la Concertación tuvieron aciertos y falencias y no cabe duda que había espacio para mejoras importantes. Pero el aumento de la pobreza entre 2006 y 2009 no tuvo nada que ver con las políticas de los gobiernos que precedieron al actual.
BAJADA 5: No es bueno que políticas un tanto arbitrarias puedan ser percibidas motivadas por el deseo de influir sobre las mediciones de pobreza e indigencia. Si se trataba de gastar recursos fiscales, dada la pobre ejecución presupuestaria durante el 2011, hubiese sido mejor entregar el bono antes de recoger los datos para la Casen.
Eduardo Engel*
«Desgraciadamente, hoy tengo que compartir con ustedes una noticia dolorosa: la pobreza en Chile, que venía cayendo sistemáticamente desde que recuperamos nuestra democracia, en el período entre los años 2006 y 2009, aumentó por primera vez», anunció el Presidente Pi’nera en julio de 2010 al dar a conocer los resultados de la encuesta Casen. Luego de caer del 38,6 al 13,7% entre 1990 y 2006, la fracción de la población viviendo bajo la línea de la pobreza había aumentado, de 13,7 a 15,1% entre 2006 y 2009.
Explicación oportunista
El Jefe de Estado responsabilizó del aumento de la pobreza a los gobiernos de la Concertación cuando afirmó que «todos sabemos, y desde hace mucho tiempo, cuáles son las principales causas detrás de la pobreza y las que explican el retroceso, la debilidad en el crecimiento económico y la capacidad de crear buenos empleos. Hay que hacer un uso más eficientes de los recursos del gasto social para que cada peso de ese gasto llegue donde tiene que llegar, a quienes verdaderamente lo necesitan».
La explicación del presidente era incorrecta. Las políticas de los gobiernos de la Concertación tuvieron aciertos y falencias y no cabe duda que había espacio para mejoras importantes. Pero el aumento de la pobreza entre 2006 y 2009 no tuvo nada que ver con las políticas de los gobiernos que precedieron al actual.
El incremento de la pobreza se debió exclusivamente al aumento del precio de los alimentos. El precio real de la canasta de alimentos con que se define la línea de la pobreza en Chile, que no varió mayormente entre 1990 y 2006, aumentó en un 20% entre 2006 y 2009. Si no hubiese variado, la fracción de pobres habría bajado de 13,7 a 10,4%.
La información sobre el precio de la canasta de alimentos no es un dato de difícil acceso, sólo al alcance de unos pocos expertos. Por el contrario, dicha información era conocida por el gobierno al momento de anunciar los resultados de la Casen pues estaba en la presentación oficial de dichos resultados, publicada por Mideplan en su página web el 13 de julio de 2010.
Probablemente, lo que hizo el presidente fue buscar una ganancia de corto plazo sin considerar los costos que dicho oportunismo político tendría eventualmente para su gobierno. Porque es difícil ganarse la buena voluntad de la oposición cuando se le culpa de problemas donde no tuvo ninguna responsabilidad.
¿Un bono Casen?
Hace un mes ingresó a la Cámara de Diputados el proyecto de ley que crea el ingreso ético familiar (IEF). Se trata de un conjunto de bonos que beneficiarán a 143 mil familias en situación de extrema pobreza.
También hace un mes, el ministro Lavín anunció el pago de un bono extraordinario durante estos días, destinado a 541 mil hogares pobres que verán aumentar su ingreso en 10 mil pesos por cada habitante del hogar. El pago de dicho bono coincide con el período durante el cual se está realizando la encuesta Casen 2011, lo cual reducirá la fracción de hogares pobres e indigentes que detectará dicha encuesta, sin reflejar política social alguna del actual gobierno. Por el contrario, el IEF con que el gobierno se propone erradicar la extrema pobreza recién comenzará a pagarse en abril de 2012.
No es bueno que políticas un tanto arbitrarias puedan ser percibidas motivadas por el deseo de influir sobre las mediciones de pobreza e indigencia. Si se trataba de gastar recursos fiscales, dada la pobre ejecución presupuestaria durante el 2011, hubiese sido mejor entregar el bono antes de recoger los datos para la Casen.
Política fiscal
Durante los gobiernos de la Concertación la política fiscal se fue consolidando como uno de los pilares de nuestra política económica. La prueba de fuego vino cuando el precio del cobre subió sorpresivamente durante el período 2005-2008, cuadruplicando su nivel de comienzos de la década. A pesar de enormes presiones, el gobierno ahorró la mayor parte de los excedentes del cobre, lo cual le permitió incrementar el gasto fiscal durante la recesión del 2009, incluyendo transferencias a los hogares más pobres cuando más lo necesitaban.
Porque el gobierno se jugó por ahorrar en tiempos de bonanza, la parte difícil de toda política fiscal responsable, pudo ayudar a los más pobres en tiempos difíciles. Los bonos que el gobierno chileno pagó durante el 2009 a las familias más pobres consolidaron la política fiscal anticíclica en Chile.
El gobierno actual, en cambio, ha destruido parte del capital social que los gobiernos anteriores construyeron en materia fiscal. Mientras el ahorro (balance fiscal efectivo) bajo el gobierno de Bachelet alcanzó la suma record de 24 puntos del PIB, el actual gobierno no ha ahorrado prácticamente nada durante los dos a’nos que lleva en el poder. Es cierto que el terremoto de 2010 destruyó activos públicos estimados en 7 puntos del producto pero es igualmente cierto que el precio del cobre ha sido particularmente alto durante el actual gobierno. Que los niveles de ahorro no han sido suficientes se ve confirmado por evaluaciones independientes de organismos internacionales sobre el tema (Fondo Monetario Internacional, agosto de 2011). En el escenario en que el precio de la libra de cobre caiga a un dólar, escenario improbable pero lejos de imposible, pagaremos con creces la imprudencia fiscal del actual gobierno.
Otra diferencia importante en materia fiscal ha sido que en lugar de ahorrar en a’nos de ingresos altos y gastar lo ahorrado en a’nos de ingresos bajos, el actual gobierno ha enfocado su política fiscal en que el gasto fiscal crezca menos que el producto. Una política de este tipo apunta a reducir el taman’o del Estado en lugar de mantener una política fiscal contracíclica, lo cual llevará a la ciudadanía a desconfiar, con razón, de la política fiscal.
Una tercera diferencia en materia fiscal, ha sido la manera confusa, por decir lo menos, con que el actual gobierno ha enfrentado el financiamiento de los incrementos de gasto en educación. Un día hay reforma tributaria, al día siguiente no la hay, a continuación la hay pero más adelante, en pleno período electoral. La política fiscal responsable financia los incrementos permanentes de gasto con fuentes permanentes de ingresos.
Minando confianzas
Responsabilizar de un aumento de la pobreza a políticas y gobiernos que no tuvieron responsabilidad alguna es irresponsable, porque confunde a la opinión pública y puede llevar a promover políticas equivocadas o descartar políticas exitosas. Influir sobre los indicadores de pobreza con medidas que no forman parte de política alguna, arroja un manto de duda sobre estos indicadores y crea un mal precedente. Abandonar una política fiscal contracíclica después del tiempo y esfuerzo que tomó sensibilizar a la ciudadanía sobre su importancia también es poco afortunado. Proponer incrementos permanentes en el gasto público sin financiamiento adecuado es irresponsable. Todo lo anterior va minando las confianzas que siempre han sido difíciles de construir en Chile.
“En veinte días hemos avanzado más que otros en veinte años” afirmó el Presidente Piñera en Abril de 2010 aludiendo a dos décadas de gobiernos de la Concertación. La realidad, desgraciadamente, es bien distinta. En veinte meses el actual gobierno ha destruido parte importante del capital social que le tomó veinte años construir a los gobiernos que lo precedieron.
*Eduardo Engel es Profesor de Economía de la Universidad de Yale.
Lamentablemente el cono sur americano mantiene determinadas tendencias en común que lo hacen sub desarrollado. Entre ellas una que está de moda por estos días: alterar los valores de las variables a fin de obtener indicadores de gestión aceptables.