Quién tiene la razón? ¿Camila Vallejo cuando reclama educación gratuita para todos, o el ministro Bulnes cuando alega que eso sería injusto?
La gratuidad no parece, a primera vista, regresiva. Si usted da la misma cantidad de dinero a ricos y a pobres no cabe duda de que los pobres se van a ver más favorecidos que los ricos. Un subsidio de cien mil pesos mensuales distribuido por igual entre pobres y ricos favorece proporcionalmente más a los primeros que a los segundos. Рекомендуем вам оформить при первом обращении займ без процентов на карту, пока вы временно не трудоустроены.
Pero eso es trivial: es un efecto del rendimiento decreciente del dinero (una ley que sugirió David Ricardo, maestro de Marx).
En cambio si usted deja a los ricos igual y subsidia a los pobres (por ejemplo, da los mismos cien mil pesos anteriores a los peor situados y deja a los ricos igual) la brecha entre ambos será más estrecha.
No cabe duda (y en esto Bulnes tiene razón): es mejor dar más a los que no tienen, que dar lo mismo a los que tienen y a los que no tienen. Si un padre brinda la misma cantidad de cuidados al hijo que tiene desventajas y al que no las padece, el primero será más beneficiado que el segundo (es trivialmente verdadero que si usted da el mismo remedio a un enfermo y a un sano, el enfermo se beneficiara más que el sano); pero no cabe duda de que el padre actuaría erróneamente. Movido por un defectuoso sentido de justicia estaría despilfarrando parte de sus cuidados al brindárselos por igual a quien los necesita y a quien no.
Las consecuencias para la educación son obvias: es mejor subsidiar a los más pobres y dejar a los más ricos igual o peor (pero no mejor).
¿Cambia lo anterior si se financiara la educación gravando con mayores impuestos a los más ricos?
Tampoco. Con prescindencia de la fuente de los recursos, se reduce más la desigualdad si se subsidia sólo a los que no tienen que si se da por igual a los que tienen y a los que no. En otras palabras: aunque los más ricos pagaran más impuestos (y parece razonable que lo hagan) no sería justo darles también a ellos educación gratuita.
Si lo anterior parece tan obvio (y lo es), ¿por qué entonces los estudiantes insisten en solicitar educación gratuita para todos, para pobres y para ricos?
Los estudiantes creen que un buen sistema público y gratuito de educación superior integraría a ricos y pobres en las mismas instituciones y ataría la suerte de unos a la de los otros. Si hay buenas instituciones públicas, y además gratis, los ricos no tendrían motivos para migrar a sus propias instituciones y despreocuparse de la suerte de los menos favorecidos. La sociedad, piensan, sería así más integrada y el sentido de comunidad más fuerte.
No es, entonces, sólo la justicia sino también el anhelo de integración lo que inspira los reclamos de gratuidad.
¿Tienen razón los estudiantes? ¿Es verdad que si hubiera universidades gratuitas y financiadas con impuestos la integración aumentaría y los ricos irían a las mismas instituciones que los pobres?
Desgraciadamente no.
Como los cupos más valiosos se asignan en base al rendimiento, y este último se correlaciona con el ingreso, incluso si la educación fuese gratis e íntegramente pública, los más ricos tenderían a concentrarse en las instituciones más prestigiosas y los más pobres en las menos selectivas. Ocurriría lo mismo que hoy (sólo que gratis).
La explicación para todos esos fenómenos es conocida: son las leyes de circulación del capital (dijo Marx); el capital social y cultural atrae el capital (dijo Bourdieu).
¿Significa que hay entonces que cruzarse de brazos y resignarse?
No del todo.
Un camino para corregir todo esto -sumado a los subsidios para los que padecen desventajas- es crear amplios programas de discriminación positiva que obliguen a las universidades más selectivas a matricular a estudiantes de sectores históricamente excluidos. De esa forma las universidades de mayor calidad contribuirían a que las élites fueran, en el futuro, más diversas y no, como parecen ser hoy día, casi hereditarias.
Medidas como ésas corregirían siquiera en algo lo que de verdad molesta profundamente a los estudiantes: que les tocó vivir en una sociedad de herederos.
Creo que un punto a considerar es que no es lo mismo dar un subsidio de suma fija a todos, que ofrecer un servicio gratuito. Más allá de las cuestiones señaladas en el post; toda vez que la universidad gratuito sólo se encuentra efectivamente disponible a quien puede acceder a ella. Digo esto porque la matrícula no constituye el costo total en que incurre un estudiente universitario; obviamente existe un costo de oportunidad del tiempo dedicado a la academia, además de costos explícitos como material de estudio traslado, etc. por lo tanto mientras que «un subsidio para todos» es universal; la universidad Gratuita es «focalizada».
Dicho esto, personalmente prefiero la universidad gratuita y yo gracias a ésta característica de la Argentina pude obtener mi grado universitario, y luego realizar un posgrado subsidiado por un organismo público. En Argentina hay fuerte dispersión poblacional lo que genera además un costo pecuniario de desarraigo (alojamiento, viajes) que no todos pueden afrontar. La gratuidad no es suficiente, pero la alternativa generaría dificultades a la hora de crear los mecanismos de selección y seguramente generaría mayores exclusiones que las actuales. Como cierre quisiera señalar que gran parte de las contribuciones a este foro la aportan productos de la Universidad Gratuita en Argentina, lo que además refleja la calidad de sus graduados.
El gran problema es saber quiénes son «los ricos». Dónde se fija la línea diferenciadora entre los ricos y el resto? Sin una definición clara de este punto, es difícil saber si uno está de acuerdo o no con el autor del post…
El sistema australiano, es un gran sistema del cual se puede aprender, donde el que tiene paga, y el que no, tiene exactamente las mismas oportunidades que el resto. No como en Argentina!!
Soy Argentino, vivo en Santa Fe. Tuve el placer de ir a una Institución Privada toda mi vida, y también gozé de educación pública durante un tramo de mi secundaria, y actualmente estoy estudiando en una Facultad Pública. No coincido con que la inegración no aumentaria. Puedo decir que en las universidades públicas hay muchisima gente con gran capital, y se integran fácilmente, no necesariamente estan predestinados a ir a una universidad privada. No hay discriminación alguna. No estoy tampoco, a favor de los excesos subsidios que hay en mi país, sacándoles los impuestos a la gente trabajadora para después regalarselos a los que, honestamente, no lo merecen en su mayoría.
No conforme con la situación actual de Argentina, decidí no votar a nuestra presidenta de turno.
Saludos!
Miren escribo desde España, hice mi licenciatura en Económicas hace ya muchos años, cuando no se discutía entre universidades para ricos y para pobres, entre la gratuidad o la no gratuidad. Muchos estudiamos en las universidades del estado y seguro que muchos irian a estudiar a universidades privadas, incluso a EE.UU., Oxford etc etc. Y el mundo ha corrido y corrido hasta ahora. ¿Que ocurre en la actualidad?. Que se está sacando a la palestra toda esta filosofía sobre la distribución del dinero, sobre si estudios gratis o no gratis, justicia social, ¿es justo no es justo?….todo para solo una cosa, llegar a los estudios privados, y una vez se consiga que la sociedad considere justo y lógico que no existan universidades gratis, se empezará a trabajar con la sanidad y poco a poco, lo privado prevelecerá sobre todas las cosas. Y ¿todo ello porqué? porque el mercado financiero, no ha sido regulado (porque se ha comprado a los politicos para evitar esta regulación), se ha hundido y los paises han tenido que aportar capital para reflotarlo. Entre el hundimiento de la economia provocado por la avaricia de los ricos y el apoyo de los políticos (corruptos) las naciones han empobrecido y ahora hay que pelearse entre lo que es justo o no es justo a la hora de subsidiar los derechos minimos que tiene todo ciudadano. Punto.
Voy a hacer una segunda intervención, ruego perdonen si soy algo pesado. Ustedes ponen el ejemplo del padre con los hijos, que si uno es menos listo que el otro, que seria lo justo, etc.etc. etc.
Yo les voy a poner otro ejemplo igual de pesado.
1º Partimos de la base que el sistema necesita mentes lúcidas, inteligentes, cerebros, como se dice vulgarmente.
2º Si no lo impedimos y las universidades son de pago, siempre existiran universidades de pago y universidades de gran pago (para los ricos).
3º Los hijos de los ricos aun en los casos en que salgan torponer, se graduarán en las universidades de gran pago, y será un torpón con un gran título. Qué papá rico colocará en su empresa o en la del tito rico.
4º Los hijos de los pobres estudiaran solo aquellos que puedan permitirselo, solo los inteligentes con buenas notas y llegado el caso mediante becas y prestamos bancarios.
5º Al final se graduaran y triunfaran los «cerebros» y el mundo seguirá siendo gobernado por los ricos que tendrán unos trabajadores estupendamente inteligentes que les produciran grandes beneficios (y los ricos se haran más ricos) .
Es un ejemplo un poco extremista o simple como quieran verlo, pero es la realidad. ¿No creen?.