El jueves 27 de noviembre en Santiago de Chile falleció Oscar Altimir, a la edad de 82 años. Esta breve nota tiene la intención de recordar y reconocer a quien realizó una contribución importante al estudio de la realidad económica y social en América Latina.
Su actividad se desarrolló inicialmente en diferentes instituciones públicas y privadas de Argentina; durante esa etapa, fue presidente del IDES (1969-1973). A mediados de los setenta, y luego de estadías en México y Perú, comenzó su extensa trayectoria en la CEPAL, donde se abocó en los primeros años al desarrollo de la metodología de la medición de la pobreza por ingreso. Posteriormente, fue director de la Divisiones de Estadística, Industria y Tecnología, luego Desarrollo Económico, para finalmente actuar como Secretario General Adjunto. Desde 1996, y por doce años, fue el director de la Revista de la CEPAL.
La distribución del ingreso en general, y la pobreza en particular, fueron temáticas en las que se centraron las principales investigaciones que encaró Altimir; sus aportes en esta área han ejercido una gran influencia sobre la literatura regional y constituyen referencias obligadas en los estudios que se encaran en América Latina.
Se destaca aquí su preocupación por la perspectiva de largo plazo y la búsqueda por ligar la evolución de la situación distributiva al contexto macroeconómico y de los estilos de desarrollo que habían adoptado los países en diferentes etapas. A él debemos estudios sobre la evolución de la concentración del ingreso y/o la pobreza que cubren varias décadas. En ellos se incluyen estimaciones novedosas de variables claves que surgían de minuciosas y trabajosas reconstrucciones de series estadísticas. La relevancia de este material es fácilmente identificable al leer su libros y artículos para quienes han enfrentado las dificultades y lagunas que tiene la producción de datos económicos y sociales comparables en la región. He sido además testigo directo de esa rigurosidad y minuciosidad en algunos pocos casos en los cuales tuve la oportunidad de compartir tareas de investigación con Oscar.
Un ejemplo de estas características de la forma que Oscar encaraba sus indagaciones, y la capacidad de maximizar las posibilidades de las evidencias disponible para echar luz sobre temas analíticamente relevantes, fue su participación en el ejercicio de medición de la pobreza según necesidades básicas insatisfechas en Argentina. En efecto, su aporte fue crucial en el cálculo de este indicador que produjo INDEC en 1985 con datos del censo de población de 1980. Este enfoque fue a los pocos años adoptado por muchos países de la región y constituye, quizás, la primera medición multidimensional de pobreza en el mundo.
Cabe señalar por otra parte, que la influencia de los aportes de Oscar también está también presente en la medida de pobreza por ingresos que computa regularmente INDEC. Estas estimaciones, como otras similares de carácter oficial que se realizan en la mayoría de los países de América Latina, están basadas en la metodología que él diseñó e implementó al inicio de su actividad en CEPAL, y que este organismo continuó empleando y promoviendo desde ese momento.
Pero además de sus aportes en los temas de desigualdad y pobreza, y en cuestiones más generales de desarrollo económico, Oscar fue un agudo analista de la realidad económica de corto plazo. Como director de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL ejercía la supervisión de los informes regulares de la situación económica de los países de América Latina. Precisamente, tuve la oportunidad de conocerlo cuando asistí al equipo a cargo de la preparación y redacción de una revista sobre la coyuntura económica argentina que él coordinaba.
Estas líneas sólo expresan de manera insuficiente el reconocimiento a la memoria de quien ha contribuido a muchos aspectos del análisis económico en Argentina y en América Latina. Quienes hemos tenido la posibilidad de contar con su amistad y haber aprendido a su lado, estamos conmovidos por su muerte.