El Mundial de Fútbol se encuentra a la vuelta de la esquina y me pareció oportuno escribir un post sobre algunos de los tantos efectos que especulamos puede tener este y otros eventos deportivos sobre la sociedad. En mi caso les voy a hablar sobre el efecto en el rendimiento escolar pero tal vez les sorprenda saber que hay una incipiente literatura sobre los eventos deportivos y el rendimiento en la universidad, la violencia doméstica, los crímenes violentos, la motivación de los desempleados, el efecto sobre la bolsa y seguramente otros que podrán alimentar las entradas de Foco Económico dentro de los próximos meses.
Un estudio realizado para Inglaterra por Metcalf, Burgess y Proud analiza el efecto en el rendimiento académico de los estudiantes que deben tomar exámenes durante el período en que se realizan la Copa Mundial de Fútbol y la Copa Europea de Fútbol (dos de los eventos deportivos que cautivan las mayores audiencias televisivas en el Mundo).
Al finalizar el periodo de educación obligatoria (16 años de edad), los jóvenes que estudian en colegios ingleses toman exámenes en unas ocho materias (en promedio) incluyendo Inglés, Matemática y Ciencia. Los jóvenes toman cursos durante dos años en preparación para estos exámenes y la nota final en la materia depende en un 50 por ciento del trabajo en clase y en otro 50 por ciento en los exámenes que deben tomarse entre mayo y junio. Durante los meses de exámenes los estudiantes no tienen clases y solo se concentran en revisar el material para las pruebas.
Los torneos de fútbol a los que no referimos ocurren cada cuatros años en años pares entre los meses de junio y julio (con dos años de diferencia entre ellos). En los años que hay torneos los mismos coinciden en parte con los exámenes y los autores del estudio muestran que la planificación de las fechas de examen es independiente de los torneos o las fechas de los partidos. La proporción de exámenes que coincide con los torneos de fútbol se encuentra entre el 46 y el 61 por ciento.
Los autores analizan las calificaciones de más de tres millones de estudiantes en un período que va entre los años 2002 y 2008. Primero comparan la diferencia en calificaciones entre jóvenes que deben tomar sus exámenes en años con eventos deportivos versus aquellos en los que no hay eventos y encuentran que los años de torneo están asociados con efectos significativamente negativos sobre el rendimiento de ciertos estudiantes. Por ejemplo, el deterioro medio en las notas para los estudiantes varones de mejor rendimiento académico y que no reciben subsidios alimenticos del gobierno es de 0.049 desvíos estándares.
Debido a que puede haber diferencia en la composición de la cohortes de un año a otro, además de otros factores que pueden estar asociados con los años de torneos de fútbol, los autores estudian la diferencia en la nota entre los exámenes que ocurren al comienzo del calendario de pruebas (es decir, que no coinciden con los torneos) con los que ocurren al final (es decir, que en su mayoría coinciden con los torneos) y entre años con y sin torneos. Ellos encuentran que los efectos negativos persisten y son sustanciales. El deterioro promedio en la nota final es de 0.063 desvíos estándares y puede llegar a 0.10 para los grupos de varones de estratos más vulnerables. Dado que en la calificación final la ponderación de los exámenes esta alrededor del 50 por ciento, el deterioro promedio en los exámenes esta alrededor de 0.12 desvíos estándares.
Los autores no tienen información sobre horas de estudio pero especulan que, dado que los torneos de fútbol aumentan el valor del tiempo libre, deben reducir el incentivo de los jóvenes a esforzase en la preparación para los exámenes. El esfuerzo puede incluir las horas de estudio , la calidad del estudio durante las mismas, las horas de descanso en la preparación para los exámenes, etc. De hecho, Lindo y sus co-autores encuentran que la caída en el rendimiento universitario asociada al triunfo del equipo de fútbol americano de la universidad está también asociada con incrementos del consumo de alcohol, reducción de las horas de estudio y aumentos en la participación en fiestas.
Los resultados de este estudio muestran que el valor del tiempo libre para los jóvenes afecta la dedicación al estudio. Los padres y las autoridades deben por lo tanto tener en cuenta la variación en el valor del tiempo libre para prevenir efectos indeseados. Por otro lado, los hallazgos de este estudio nos deben hacer reflexionar sobre si es deseable poner una ponderación grande sobre un examen final de graduación, como existe en muchos países para el ingreso a los colegios secundarios o la universidad. Usualmente, esto se ve como un mecanismo de rendición de cuentas, pero también puede llevar a una localización ineficiente de recursos en la medida que los jóvenes pueden verse sometidos a choques idiosincráticos inesperados. Por ejemplo, Lavy y sus co-autores argumentan que la polución afecta el rendimiento en exámenes de graduación en Israel, lo cual afecta la asistencia a la universidad, y, eventualmente, la asignación eficiente de trabajadores a los empleos.