La decisión del Gobierno de declarar el Estado de Emergencia Nacional y cuarentena obligatoria desde el 16 de Marzo 2020 como consecuencia del Covid-19 ha tenido un serio impacto en las actividades económicas del país. Se calcula que entre marzo y junio se han perdido 2.7 millones de empleos.
El vaso medio vacío: promoviendo el desempleo y subempleo
En días previos al mensaje presidencial del 28 de julio, el Ministerio de Trabajo (MTPE) anunció que de las 30 mil solicitudes de suspensión perfecta de labores, que comprende 300,000 trabajadores aproximadamente y representa el 7% de la planilla electrónica, habían sido resueltas casi el 50%, enfatizando la agilidad con la que la nueva gestión venía trabajando, en comparación con los meses anteriores.
La suspensión perfecta de labores es una figura legal excepcional que se aplica por motivos de fuerza mayor. El objetivo es no romper el vínculo laboral, protegiendo al trabajador, pero permitiéndole al empleador suspender sus obligaciones laborales, ante un caso de fuerza mayor, para no quebrar. Y qué mayor caso de fuerza mayor que el de un Estado de Emergencia con cuarentena obligatoria ordenado por el gobierno y que ha durado 110 días. Sin embargo, la lógica no parece acompañar al MTPE. Del bloque de solicitudes resueltas, sólo 5 mil han sido aprobadas. Es entendible que para acceder a este esquema laboral, para que tanto empleador como empleado se protejan ante una coyuntura económica adversa como la actual, se deban cumplir con ciertos requisitos y documentaciones. Sin embargo, tras más de 110 días de cuarentena y aún encontrándonos en fase de reactivación económica, la agilidad no ha sido el mejor atributo del ejecutivo. Es evidente que, ante la coyuntura adversa y al no haber encontrado una rápida respuesta para acceder a la suspensión perfecta de labores, está poniendo en riesgo la permanencia de empresas, empujándolas a una situación de cierre, y con ello la destrucción de empleos formales en el corto plazo.
Ocupados con la burocracia
Según el INEI, la población económicamente activa de Lima Metropolitana se redujo, entre el sector formal e informal, en casi 2.7 millones de empleo entre los meses de abril a junio 2020 versus el mismo periodo del año 2019. De ambos grupos, el más perjudicado fue la población con adecuadas condiciones de empleo o empleo formal: mientras el subempleo se redujo en 37%, el empleo adecuado cayó en 65%.
Si el MTPE entendiera que las empresas que aplican a la suspensión perfecta de labores tienen como fin mantener en última instancia la relación laboral con sus trabajadores sin generar sobrecostos porque sus ingresos se han visto seriamente afectados, quizás esta caída no habría sido tan fuerte pese a la coyuntura adversa. Las demoras, trabas y observaciones (sumado a otras fallas del Ejecutivo durante la emergencia sanitaria) han contribuido a que muchas empresas opten por concluir la relación laboral y esperar en el futuro contratar nuevamente al personal que requiere para atender sus operaciones conforme se vaya reactivando la economía. En muchos casos la población desempleada no se reinsertará bajo condiciones adecuadas, incrementando aún más el subempleo.
Lima Metropolitana : Distribución de la población económicamente activa
(abr-jun 2019 vs abr-jun 2020)
El desglose por sectores ratifica el impacto negativo que las medidas de confinamiento han generado en la economía. Sin embargo, pese a que se tuvieron los mecanismos legales para flexibilizar la suspensión perfecta de labores, el MTPE no fue capaz de prepararse para responder con celeridad y flexibilidad a las empresas en la mayoría de sectores (salvo el sector agrícola) que venían seriamente golpeadas en sus flujos de ingresos.
Lima Metropolitana :
Variación porcentual de la población adecuadamente empleada por sectores
(abr-jun 2019 vs abr-jun 2020)
La coyuntura adversa ha afectado significativamente a las micro y pequeñas empresas (Mypes), siendo las que mayor número de despidos han registrado. Sumado a que este bloque de empresas fueron las menos beneficiadas en los programas de Reactiva Perú, sus menores niveles de liquidez en relación a las empresas medianas o grandes las hace más vulnerables ante una caída drástica de la demanda. Recordemos que de los 30 mil millones colocados por Reactiva 1, el 14.95% fue a las pequeñas empresas y solo el 1.46% a micro empresas.
Vale la pena analizar el impacto de género que la afectación de las Mypes tiene. De acuerdo con el INEI, en el país, hay 15 millones 716,000 mujeres que representan el 50% de la población total, siendo que el 74.8% se encuentra en edad de trabajar y lo hace en su gran mayoría en el segmento Mypes. Así, 70 de cada 100 mujeres trabajan en micro y pequeñas empresas de todo el Perú. El 69.2% de ellas trabaja en empresas de 1 a 5 trabajadores; el 5.5% en empresas de 6 a 10 trabajadores; el 6.4% en aquellas de 11 a 50 trabajadores y solo el 18.9% en empresas de 51 y más trabajadores.
Dentro del paquete de bonos al inicio de la cuarentena, el gobierno otorgó a las Mypes un subsidio por una sola vez equivalente al 35% a las planillas, pero solo para aquellos trabajadores cuyos ingresos eran menores a los S/ 2,400. Este ha demostrado ser totalmente insuficiente dada la duración de la cuarentena, y el daño a las empresas de menos de 10 trabajadores ha sido casi mortal. Considerando esto, tampoco existió algún procedimiento inmediato para que estas empresas accedan a la suspensión perfecta de labores dada su vulnerabilidad.
Además, el gobierno otorgó un subsidio de S/. 760 por mes a los trabajadores de Mypes cuya solicitud de suspensión perfecta de labores fuese aprobada. Recordemos que el sueldo mínimo en el Perú es de S/.930. Sin embargo, la demora en la aprobación de la suspensión perfecta, las fallas en el sistema de ESSALUD, y la aparente sobrecarga de trabajo, han hecho que la mayoría de trabajadores cuyas empresas lograron la aprobación, aun hoy a fines de Julio, no hayan recibido el subsidio. Esto demuestra una incapacidad de gestión, que vulnerabiliza aún más a los trabajadores peruanos.
Lima Metropolitana:
Variación porcentual de la población adecuadamente empleada por tamaño de empresa
(abr-jun 2019 vs abr-jun 2020)
Las medidas de confinamiento han afectado seriamente el aparato productivo, el cual esperamos se vaya recuperando paulatinamente en los meses siguientes. La labor del MTPE no sólo es de proteger el empleo de los trabajadores para que accedan a condiciones laborales dignas, sino también establecer los mecanismos para promoverlo, y en coordinación con el sector privado. Pareciera que el MTPE irónicamente ha sido promotor del desempleo y subempleo. El viceministro en su declaración ha visto el vaso medio lleno, pero el otro medio vaso vacío corresponde a empresas que se están ahogando y necesitan respuesta inmediata antes que se declaren en quiebra. Queda muchísimo por hacer si queremos proteger a ese 27% de trabajadores que están en el sector formal. Lo contrario contribuirá a incrementar el ya bastante grande 73% de informalidad laboral.