Por Diego Ramos-Toro, Profesor Asistente de Economía, Dartmouth College
La literatura sobre desarrollo y crecimiento económico ha demostrado en las últimas décadas que los fenómenos históricos pueden dejar un legado social y económico que puede persistir décadas, siglos, e incluso milenios. Los resultados sobre persistencia económica han sido documentados en múltiples contextos y aún continúan iluminando la forma en la que el pasado afecta al presente (Voth, 2021). Por otra parte, varias investigaciones desde la economía política y la historia económica han comenzado a demostrar que la forma en la que recordamos y remembramos el pasado puede tener un efecto sustancial sobre el comportamiento individual. Así pues, cómo recordamos el pasado puede ser tan importante como qué ocurrió.
Recientes investigaciones han documentado el papel de los monumentos y los museos como lugares en los que la remembranza histórica contribuye a transmitir ciertas actitudes y comportamientos. Williams (2021) examina las calles con nombres de generales de la Confederación en Estados Unidos, encontrando que los Afroamericanos que viven en áreas con estas calles tienden a tener mayores tasas de desempleo, peores ocupaciones y sueldos inferiores. Este resultado es consistente con otros hallazgos en el contexto de Estados Unidos, donde varias investigaciones encuentran que los monumentos confederados tienden a acentuar una cultura políticamente conservadora y hostil contra los Afroamericanos (Ferlenga 2023; Taylor 2023). Por tanto, espacios diseñados con el propósito de exaltar una cultura y una política regresiva desde un punto de vista racial parecen lograr dicho objetivo en el corto y largo plazo.
¿Pueden los espacios de remembranza histórica promover valores socialmente deseables? Recientes investigaciones experimentales han evaluado el efecto de los espacios de remembranza diseñados con el fin de promover una consciencia histórica que evite repetir errores del pasado. En particular, Balcells, Palanza y Voytas (2022) encuentran que museos construidos como parte de una política de justicia transicional pueden persuadir a los visitantes y promover valores cívicos. En un experimento en el que aleatorizaron la asistencia al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, el cual conmemora las historias y vivencias de las víctimas de Augusto Pinochet, las autoras encuentran que visitar el museo aumenta significativamente la favorabilidad hacia la democracia y el apoyo a la compensación de las víctimas. Este resultado corrobora que la forma en la que las sociedades escogen remembrar y canalizar la memoria histórica por vías institucionales puede promover valores socialmente deseables.
La memoria histórica también provee un trasfondo cultural que puede verse activado en distintas coyunturas, motivando un comportamiento político y económico que es consistente con las experiencias de los ancestros. Fouka y Voth (2023) estudian la reciente crisis de deuda soberana en Grecia, cuando los gobiernos de Alemania y Grecia tuvieron desencuentros políticos por el manejo de la crisis. Los autores encuentran que las ventas de carros alemanes cayeron significativamente durante el episodio en los lugares en donde el ejército alemán había perpetrado masacres durante la segunda guerra mundial. Esta memoria histórica puede verse activada por actores políticos con fines electorales: Ochsner y Rosel (2017) encuentran que un partido de extrema derecha en Austria logró aumentar su votación tras hacer una campaña en contra de los musulmanes basada en episodios históricos de violencia perpetuada por musulmanes. Así pues, los resultados sobre memoria como trasfondo cultural sugieren que distintos actores o grupos sociales pueden hacer uso de la memoria histórica, particularmente cuando hay un vacío institucional que no haya canalizado dicha memoria.
Si bien los eventos históricos pueden tener un efecto persistente, la forma en la que las sociedades recuerdan dichos eventos puede afianzar o incluso distorsionar dicha persistencia. Las investigaciones recientes sobre la materia indican que la política pública no debe ser ajena a esta realidad, pues la falta de decisión institucional al respecto puede permitir que la remembranza histórica sea instrumentalizada para fines socioeconómicos o políticos que pueden acentuar las desigualdades o la discriminación. Estos hallazgos también ponen de presente la necesidad de más investigaciones que arrojen luces sobre las formas de memoria histórica que pueden ser promovidas institucionalmente para promover valores cívicos y democráticos.
Referencias
Balcells, Laia, Valeria Palanza, and Elsa Voytas. 2022. Do transitional justice museums persuade visitors? Evidence from a field experiment. The Journal of Politics 84 (1).
Fouka, Vicky & Joachim Voth. 2023. Collective Remembrance and Private Choice: German-Greek Conflict and Consumer Behavior in Times of Crisis [with Vicky Fouka], American Political Science Review 117(3).
Ferlenga, Franceso. 2023. Symbols of Oppression: The Role of Confederate Monuments in the Great Migration. Mimeo.
Ochsner, Christian and Felix Roesel. 2017. Activated History – The Case of the Turkish Sieges of Vienna. CESifo Working Paper No. 6586.
Taylor, Alexander N., Monumental Effects: Confederate Monuments in the Post-Reconstruction South (July 25, 2023). Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4451402 or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4451402
Voth, Joachim. 2021. “Persistence: Myth and Mystery”, in Bisin and Federico (Ed.), Handbook of Historical Economics 2021.
Williams, Jhacova. 2021. Confederate Streets and Black-White Labor Market Differentials. AEA Papers and Proceedings 111, 27-31.