Normas sociales de género y su impacto en la participación laboral femenina en Bogotá: un estudio sobre la ignorancia pluralista

Por Ana María Diaz (@adiazescobar), Marie Boltz (@marie_boltz), Luz Magdalena Salas (@salasluzm)

En un estudio reciente, nos propusimos analizar si las normas sociales de género influyen en las decisiones que toman las parejas heterosexuales en cuanto a la participación en el mercado laboral en Bogotá.  Nuestro objetivo era explorar la existencia de un fenómeno conocido como ignorancia pluralista, que ocurre cuando las personas tienen una opinión determinada, pero creen equivocadamente que los demás tienen una opinión opuesta. Esta dinámica puede contribuir a la perpetuación de normas sociales injustas o ineficaces.

Cuando las personas piensan que la mayoría tiene una opinión opuesta a la suya, pueden sentir que su propia opinión es irrelevante o inadecuada, lo que puede llevarlas a conformarse con las normas sociales existentes, aunque estas no sean coherentes con sus propias preferencias y valores. Por ejemplo, una mujer podría querer trabajar fuera del hogar, pero creer erróneamente que su pareja u otras personas de su comunidad no aprobarían esta decisión, lo que la desanimaría a buscar empleo.

Por otro lado, cuando las personas se dan cuenta de que sus opiniones son compartidas por otros, pueden sentirse más seguras y motivadas para actuar en consecuencia, lo que puede llevar a cambios en las normas sociales existentes. La buena noticia es que las normas sociales son maleables y que existe una oportunidad para promover perspectivas de género más equitativas mediante simple acciones que corrijan las percepciones erróneas. Estudios recientes de Bursztyn et al. (2018), Aloud et al. (2022) y Cameron et al. (2022) ha demostrado que proporcionar información correcta sobre las creencias pueden generar cambios de actitud en el mercado laboral y aumentar la participación laboral femenina incluso en contextos altamente inequitativos y conservadores.

Inspiradas por esta literatura, comenzamos nuestra investigación encuestando a 410 parejas que conviven en Bogotá con el fin de recopilar sus opiniones sobre la participación laboral femenina. Ambos miembros de la pareja fueron encuestados para obtener sus creencias de primer orden, y también se les preguntó acerca de las creencias que pensaban que su pareja tenía, lo que nos permitió obtener las creencias de segundo orden. Además incluimos preguntas sobre el barrio, la localidad y otras variables para tener en cuenta el contexto en el que se desarrollan estas creencias. La encuesta se llevó a cabo en octubre y noviembre de 2022. Esta investigación fue posible gracias al apoyo del Poverty Action Lab (J-PAL) y la gestión de Innovation for Poverty Action (IPA). Es importante destacar que la encuesta es representativa de la población de estratos 1,2 y 3 de Bogotá.

Los resultados revelaron notables disparidades entre las opiniones de hombres y mujeres dentro de un mismo hogar, tal como se puede observar en la gráfica que muestra las creencias de primer orden de los participantes. Los hombres adoptan una postura más conservadora respecto al trabajo femenino, mostrando un mayor porcentaje de aprobación hacia frases como “Está mal que las mujeres ___  (solteras, casadas o madres) trabajen ____ (desde casa, híbrido, o fuera de casa)”. En particular, los hombre son más propensos a estar de acuerdo con que está mal que madres y las mujeres casadas trabajen fuera del hogar y que trabajen hasta tarde. Por otro lado, tanto hombres como mujeres son menos críticos del trabajo desde casa o de manera híbrida, con niveles de aprobación que nunca superan el 10% para estas frases.

Encontramos evidencia de ignorancia pluralista en el hogar ya que las esposas suelen suponer que sus parejas son más conservadoras de lo que realmente son. Esto se confirma al comparar las creencias de los esposos con lo que las mujeres creen que sus parejas creen, como se muestra en el siguiente gráfico. Los resultados sugieren que las mujeres tiene una idea errónea de la mentalidad conservadora de sus parejas. Esto queda reflejado cuando vemos cómo el promedio de las creencias de segundo orden de la esposa es mayor al promedio de las creencias de primer orden del esposo para muchos temas, incluyendo aquellos relacionados con el trabajo fuera de casa e híbrido. Por otro lado, las mujeres anticipan perfectamente las creencias de sus esposos en cuanto a la oposición a que las madres trabajen fuera de casa y a que las mujeres solteras trabajen en un modalidad híbrida.

Además, encontramos evidencia de ignorancia pluralista tanto para mujeres como para hombres con relación a las creencias de sus vecinos. De hecho, ambos esperaban que sus vecinos tuvieran opiniones más conservadoras sobre la participación laboral femenina de lo que realmente tienen, y sus creencias se encuentran mucho más desajustadas que las creencias al interior del hogar. Dos cosas importantes presenta la gráfica a continuación: primero, al contrario de lo que evidenciamos al interior del hogar, tanto hombres como mujeres consideran que el porcentaje de vecinos que estará en desacuerdo con que las madres trabajen supera el 45% cuando en realidad esta cifra era del 25%; segundo, tanto hombres como mujeres subestimaron el porcentaje de desaprobación de las mujeres trabajando tarde.

En resumen, resulta interesante notar que mientras tanto hombres como mujeres están a favor de la participación laboral de solteras y casadas, hay un alto nivel de desaprobación para las madres trabajando fuera del hogar. En concreto, el 22% de las mujeres y el 28% de los hombres lo desaprueban. Además encontramos que las mujeres tienen una visión correcta de lo que piensan sus esposos sobre este tema, porque al preguntarles si su esposo estaría de acuerdo con la afirmación “¿Está mal que una madre trabaje fuera de la casa?” el 28,4% respondieron afirmativamente. Esto sugiere que no existe ignorancia pluralista en el hogar para este tema en particular, aunque sí existe en el barrio, donde tanto hombres como mujeres sobreestiman el porcentaje de individuos que desaprueban que las madres trabajen fuera de casa.[i]

 

Entonces ¿qué podemos hacer para abordar esta situación? En primer lugar, a nivel de hogar, necesitamos profundizar en los factores que alimentan estas creencias y analizar qué consecuencias tiene dicho pensamiento en las decisiones de mercado laboral.[ii]  Además debemos buscar políticas concretas que puedan ayudarnos a modificarlas como la licencia de paternidad, flexibilidad laboral, flexibilidad de contratos, mejorar flujo de información sobre oportunidades laborales, entre otras medidas discutidas en un blog anterior

 

A nivel de barrio, es fundamental intentar reducir la ignorancia pluralista mediante la información tanto para mujeres como hombres, ojalá en especial para ellos, acerca de las opiniones reales de los vecinos sobre el trabajo femenino, y explorar si esta información puede influir en sus creencias y actitudes hacia el mercado laboral. Basándonos en el estudio de Bursztyn et al. (2020), una intervención de este tipo puede llegar a aumentar la participación laboral femenina hasta en un 10% (o 6 puntos porcentuales), aumentando la tasa a más de 65%.

Es importante abordar las creencias y actitudes que desaprueban la participación laboral de las madres y trabajar en políticas que promuevan una distribución equitativa del trabajo y la responsabilidad de cuidado. Además, resulta interesante explorar el papel de las políticas de cuidado infantil (como las manzanas del cuidado) en la transformación de las normas de género. ¿Estas políticas pueden ser una herramienta para superar estas normas? ¿O, por el contrario, estas normas están obstaculizando el alcance de las políticas del cuidado infantil? Estas son preguntas que todavía no se han abordado a fondo en la literatura, pero sin duda merecen un mayor análisis. En última instancia, comprender estas creencias y las políticas que podrían ayudar a modificarlas podría tener un impacto significativo en la igualdad de género y en especial en el empoderamiento económico de las mujeres.

Referencias

Bursztyn, L., González, A. L., & Yanagizawa-Drott, D. (2020). Misperceived social norms: Women working outside the home in Saudi Arabia. American Economic Review, 110(10), 2997-3029.

Aloud, M. E., Al-Rashood, S., Ganguli, I., & Zafar, B. (2020). Information and social norms: Experimental evidence on the labor market aspirations of Saudi women (No. w26693). National Bureau of Economic Research.

Cameron, L., Contreras, D., & Setyonaluri, D. (2022) Swaying Gender Norms Around Women’s Work in Indonesia: Evidence from an Online Intervention. Working paper GWU.

 

[i] Otro hallazgo importante de nuestro estudio tiene que ver con las creencias sobre trabajar fuera de casa hasta altas horas de la noche. Tanto hombres como mujeres mostraron una alta desaprobación hacia esta modalidad de empleo. Además, al preguntarles sobre la opinión de sus vecinos, ambos subestimaron significativamente el porcentaje de vecinos que también desaprueban trabajar hasta tarde. Es importante mencionar que este desacuerdo no necesariamente está relacionado con las creencias de género, sino que puede estar influenciado por factores contextuales como la inseguridad en la ciudad y otros factores que requieren un análisis más detallado.

 

[ii] En nuestros resultados, no encontramos ninguna relación significativa entre las características observables y la probabilidad de que alguien esté en desacuerdo con que las madres trabajen fuera del hogar. Sin embargo, al realizar un análisis preliminar de la correlación entre las creencias de segundo orden de la mujer (si ella cree que su pareja desaprueba que las madres trabajen fuera del hogar) y los resultados laborales de las mujeres, controlando por la presencia de hijos en el hogar, el número de dependientes, el estrato y el nivel educativo, encontramos algunas asociaciones interesantes. En particular, encontramos una asociación negativa entre la desaprobación y la probabilidad de estar empleada, que disminuye en 10 puntos porcentuales. Además, encontramos una asociación positiva entre la desaprobación y la inactividad, que incrementa en 12 puntos porcentuales, como se muestra en la siguiente tabla: