Introducción y metodología
Argentina entró en cuarentena estricta el 20 de marzo de 2020. El aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) trajo graves consecuencias en el corto plazo y desnudó, como en otros países de Latinoamérica, una limitada capacidad estatal para administrar sus costos. Más al punto de esta pieza, la cuarentena puso en evidencia la importancia del canal del mercado de trabajo –en particular, su naturaleza dual– en la distribución de la transmisión del shock en dos grandes grupos de trabajadores: mientras que los asalariados formales fueron protegidos por la permanencia laboral en el Estado y por la prohibición de despidos y el apoyo estatal al pago de sueldos en el sector privado, los trabajadores “precarios” (cuentapropistas y asalariados informales) sufrieron drásticas reducciones de sus horas trabajadas y de su ingreso laboral, quedando a merced de la asistencia social (en el caso argentino, del Ingreso Familiar de Emergencia, o IFE).
La Figura 1 presenta una primera radiografía de la evolución en 2020 del estatus laboral de la población en edad de trabajar (entre 15 y 64 años). Como puede apreciarse, si a fines de 2019 sólo el 19,6% contaba con un trabajo asalariados formal en el sector privado, este porcentaje cayó a 18,2% un año más tarde, a pesar de un amplio apoyo salarial (ATP) y de la aún vigente prohibición de despidos a nivel nacional, lo que obliga a los empleadores a buscar arreglos particulares para reducir la planta. La contrapartida de esta caída del porcentaje asalariado privado es el aumento del trabajo por cuenta propia y de la inactividad y desocupación.
Figura 1: Composición de la población en edad de trabajar (16 a 64 años) en la Argentina
Fuente: elaboración propia en base a microdatos EPH.
La figura también muestra cómo el impacto de las restricciones con motivo del COVID se concentró en la población activa no asalariada formal, alimentando el desempleo y la inactividad de los trabajadores más precarios, revirtiendo sólo parcialmente hacia fin de año. Para explorar esto en más detalle, retomamos un estudio que realizamos el año pasado, extendiendo el análisis a todo el año 2020, y estimamos la evolución del ingreso laboral, el salario horario, las horas trabajadas y las transferencias para cada una de las categorías mencionadas, a fin de ilustrar el modo en que la dualidad laboral se vio reflejada en el ingreso laboral, como primer paso para analizar su incidencia en la variación de la distribución del ingreso e insumo esencial para la discusión de políticas de inclusión laboral.
Primera mirada a los datos
La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) permite identificar a las personas ocupadas en algún momento del tiempo y rastrear por un año la evolución de sus ingresos, horas trabajadas, transferencias recibidas y categoría ocupacional a lo largo del tiempo. Nuestro análisis se centra en aquellas personas que estaban ocupadas al inicio, e incluye a quienes dejaron de estarlo durante el período de análisis. Así, cambios en el ingreso laboral o en las horas trabajadas pueden reflejar tanto reducción de horas o salario como la pérdida del trabajo o el pase a la inactividad.[1]
Los mini paneles de la EPH argentina siguen un esquema 2-2-2 de rotación de hogares: se encuesta a una familia durante dos trimestres consecutivos, se la retira de la muestra por dos trimestres y se la vuelve a encuestar nuevamente en los próximos dos trimestres. Dada esta disponibilidad de microdatos, confeccionamos cuatro paneles interanuales: 2019:I – 2020:I; 2019:II – 2020:II; 2019:III – 2020:III y 2019:IV – 2020:IV, en donde todos los individuos de la muestra trabajan en el trimestre de partida y la categoría laboral está dada por la principal fuente de ingresos laborales en ese trimestre inicial.
La Figura 2 ilustra el mismo proceso desde un punto de vista complementario, mostrando la matriz de transición laboral a lo largo de un año, con puntos de partida en los segundos trimestres de 2017, 2018 y 2019. Esta matriz, que reporta la proporción de trabajadores pertenecientes a un grupo laboral que fluyen a cada uno de los cuatro grupos identificados (a los que agregamos tres grupos adicionales: los “patrones”, y las categorías “desempleado” e “inactivo”), muestra cómo los porcentajes reportados para 2017 y 2018 son similares, pero difieren significativamente de los del último periodo, que captura los efectos de la cuarentena. Más específicamente, mientras los trabajadores estatales y asalariados privados formales se mantienen estables en 2020 (cerca del 80% permanecen en la misma categoría), el porcentaje, de por sí menor, de trabajadores precarios que mantiene su categoría laboral (aproximadamente 50%) cae dramáticamente (a 28% para privados informales y 37.4% para cuentapropistas). ¿Hacia dónde derivan estos trabajadores? Los independientes, hacia el estado inactivo (previsiblemente, dada la imposibilidad de salir a buscar trabajo en cuarentena; los asalariados informales, a inactivos y, en menor medida, desocupados).[2]
Este cambio en la matriz de transición tiene su correlato en nuestras variables de interés: ingreso laboral, horas trabajadas, salario por hora y transferencias. Dada la estabilidad de las tendencias registradas en estas variables con anterioridad al shock del COVID (Figura 3), podemos tomar al periodo 2019:I – 2020:I como un contra fáctico razonable de lo acontecido a partir de la irrupción de la pandemia en 2020:II. [3]
Figura 2a: tasas de transición de categoría ocupacional entre 2017:II y 2018:II para Argentina
Figura 2b: tasas de transición de categoría ocupacional entre 2018:II y 2019:II para Argentina
Figura 2c: tasas de transición de categoría ocupacional entre 2019:II y 2020:II para Argentina
Fuente: Elaboración propia en base a EPH. Se utiliza el panel de microdatos para identificar transición a nivel individual.
Figura 3: Variación interanual del ingreso laboral, horas trabajadas, salario horario y transferencias (%)
Fuente: Elaboración propia en base a microdatos EPH. El eje x representa el periodo t+1 de la variación interanual. El eje Y representa variación interanual en porcentaje. Se reportan promedios ponderados con variable de peso de EPH.
Esta estabilidad de las variaciones interanuales pre COVID es consistente con un test de medias por covariables que determina que las muestras encuestadas durante los distintos trimestres base de 2019 resultan comparables entre sí, lo que nos permite tomar las variaciones entre 2020:I y 2019:I como referencia contra fáctica de lo que habría sido un 2020 sin COVID-19, e identificar al segundo trimestre de 2020 como el punto de inflexión de la dinámica del mercado de trabajo argentino en respuesta a la cuarentena.
Resultados
El impacto del COVID-19 sobre nuestras variables de interés puede capturarse mediante el cálculo de las variaciones porcentuales interanuales del ingreso laboral, las horas, el salario horario y las transferencias para cada individuo de la muestra, según el siguiente modelo:
donde Var_Interanual_Yi es la variación porcentual interanual de la variable de interés (ingreso laboral, salario horario, horas y transferencias) del individuo i; Categoría es una variable que toma 4 valores (estatal, privado formal, privado informal o cuentapropista) según el grupo al que pertenece el individuo al inicio de la muestra; Periodo es una variable que indica el trimestre para el que se calcula la variación (Periodo = 0, 1, 2 o 3 para el trimestre I, II, III y IV, respectivamente), y X es la representación de características observables (género, edad, nivel educativo y área metropolitana) del individuo. El coeficiente representa nuestro estimador de interés: la diferencia en puntos porcentuales de la variación interanual entre un trimestre y otro.
Los resultados obtenidos con este modelo se interpretan de la siguiente manera. Dada la estabilidad de las variaciones interanuales, si tomamos la variación 2019:I – 2020:I como punto de referencia, las diferencias entre la variación interanual en ese período (Periodo = 0) y, por ejemplo, el período 2019:II – 2020:II (Periodo = 1) representan el impacto en el segundo trimestre atribuible a la emergencia del COVID. Más en general, nuestra medida del impacto es:
donde VariaciónCategoría i refiere al coeficiente que surge de regresar la variación interanual de un individuo explicada por su categoría en algún periodo de tiempo. De este modo, de la regresión principal podemos inferir, para cada categoría de trabajadores, la evolución acumulada del impacto de desvíos en todo 2020, como se muestra en la Figura 4.
Figura 4a: Diferencias porcentuales en la variación interanual del ingreso laboral en Argentina
Figura 4b: Diferencias porcentuales de la variación interanual de horas trabajadas en Argentina
Figura 4c: Diferencias porcentuales de la variación interanual del salario horario en Argentina (solo trabajadores ocupados)
Fuente: Elaboración propia en base a microdatos EPH. P-valor entre paréntesis. Se interpreta como “diferencia en puntos porcentuales de la variación interanual entre un periodo y otro”.
¿Qué nos dice la figura? Para empezar, que, si bien todas las categorías de trabajadores sufrieron una caída del ingreso laboral real, las pérdidas inmediatas para trabajadores precarios resultaron 30 puntos porcentuales más grandes que la de los trabajadores estatales, y fueron recuperadas sólo parcialmente tras el relajamiento de la cuarentena (a la mitad para los trabajadores independientes; cerca del 6% para los informales).
La caída del ingreso laboral resume la naturaleza dual del mercado de trabajo en la Argentina. Los trabajadores precarios redujeron más sus ingresos debido a una pronunciada caída en las horas trabajadas que no fue compensada, como en el caso de los asalariados formales, por prohibiciones y subsidios. De hecho, la reducción de horas de los trabajadores formales privados casi no se vio reflejada en el empleo, por la permanencia en el caso estatal, y por la prohibición de despidos en los privados (donde adicionalmente fue compensada por el Estado mediante la asistencia estatal al pago de sueldo). Por esta razón, los salarios formales por hora de estos dos grupos crecieron en el pico de la crisis, particularmente para los asalariados estatales, los ganadores relativos de la segmentación.[4]
Cabe hacer notar que las categorías laborales utilizadas correlacionan con el ingreso laboral y el salario horario promedio (ver Anexo). Sin embargo, no es esta correlación la que está en juego en los resultados anteriores: si bien el ingreso laboral inicial como control en las regresiones correlaciona significativamente con nuestras variables de interés (lo que indica que el impacto laboral de la cuarentena fue mayor en trabajadores de menores ingresos), los coeficientes de las categorías laborales prácticamente no varían con la inclusión del nuevo control.
La Figura 5, por su parte, replica las estimaciones anteriores, esta vez partiendo la muestra según el género: si bien no hay indicios de que las mujeres hayan perdido sistemáticamente en relación con los hombres, quienes más sufrieron la pérdida de ingresos en 2020:II fueron mujeres cuentapropistas e informales. Si bien los independientes varones sufren la caída relativa más pronunciada en el segundo trimestre, las de las mujeres es más persistente, con un pico acumulado en el tercer trimestre (que refleja una caída en el salario horario en el mismo período) y el mayor acumulado promedio para todo el año.
Figura 5a: Diferencias porcentuales de la variación interanual del ingreso laboral por género
Figura 5b: Diferencias porcentuales de la variación interanual de horas trabajadas por género
Figura 5c: Diferencias porcentuales de la variación interanual del salario horario por género
(solo trabajadores ocupados)
Fuente: Elaboración propia en base a microdatos EPH. P-valor entre paréntesis. Se interpreta como “diferencia en puntos porcentuales de la variación interanual entre un periodo y otro”.
A priori, la evolución de las transferencias (Figuras 6) parece mostrar el reverso de la dualidad laboral: una fuerte alza para los trabajadores precarios (principalmente los cuentapropistas), con algo de rezago (llegando a su máxima intensidad en el tercer trimestre) y cayendo hacia el final del año. La diferencia por género es contundente: las mujeres cuentapropistas y asalariadas informales son quienes capturan casi en su totalidad la recepción de transferencias que visualizamos para trabajadores precarios. Sin embargo, como ya vimos, esta cuenta esconde la dualidad del esfuerzo fiscal en el ingreso: la mayor parte del esfuerzo fiscal se concentró en el programa ATP de asistencia a los trabajadores formales privados (y en el gasto público que benefició a los estatales) que, a pesar de ser una transferencia, aparece en las encuestas computado como salario.
Figura 6a: Diferencias porcentuales de la variación interanual de las transferencias en Argentina (excluye ATP)
Figura 6b: Diferencias porcentuales de la variación interanual de las transferencias por género en Argentina (excluye ATP)
Fuente: Elaboración propia en base a microdatos EPH. P-valor entre paréntesis. Se interpreta como “diferencia en puntos porcentuales de la variación interanual entre un periodo y otro”. M indica “Mujer”; H indica “Hombre”.
En conclusión, el impacto del COVID reflejó la dualidad que caracteriza el mercado laboral argentino, afectando de manera más marcada a los trabajadores precarios, sin protección laboral, que vieron reducir sus horas de trabajo y su ingreso laboral durante la cuarentena, para recuperarlo solo parcialmente hacia fin de año. Este patrón, similar en hombres y mujeres, fue particularmente pronunciado para mujeres independientes que enfrentaron una reducción de horas más profunda y persistente. Estos resultados, combinados con el hecho de que los trabajadores precarizados suelen ser los de menores ingresos, ilustran cómo la segmentación y creciente precarización del mercado laboral sumó regresividad al impacto del COVID, y agrega evidencia a favor de una reforma que facilite la formalización e introduzca beneficios laborales para los trabajadores independientes.
Anexo: Resumen estadístico de las variables de interés para el periodo 2019:I
Estatales
Obs. | Media | Desvío | Mín | Máx | |
Ingreso Laboral | 1,018 | 42767.6 | 27225.84 | 2775 | 277500 |
Horas trabajadas | 1,018 | 34.00196 | 13.08523 | 1 | 102 |
Salario hora | 1,018 | 1436.881 | 3858.32 | 185 | 121545 |
Privados formales
Obs. | Media | Desvío | Mín | Máx | |
Ingreso Laboral | 1,484 | 42956.3 | 24994.12 | 1480 | 286750 |
Horas trabajadas | 1,484 | 42.4535 | 12.7383 | 3 | 91 |
Salario hora | 1,484 | 1043.098 | 565.4528 | 82.22222 | 4933.333 |
Privados informales
Obs. | Media | Desvío | Mín | Máx | |
Ingreso Laboral | 1,253 | 18443.23 | 19027.7 | 647.5 | 277500 |
Horas trabajadas | 1,253 | 32.77733 | 18.03531 | 2 | 112 |
Salario hora | 1,253 | 639.0674 | 639.7111 | 35.97222 | 13214.29 |
Cuentapropistas
Obs. | Media | Desvío | Mín | Máx | |
Ingreso Laboral | 1,085 | 23945.56 | 27193.4 | 555 | 536500 |
Horas trabajadas | 1,085 | 36.92535 | 20.27366 | 1 | 126 |
Salario hora | 1,085 | 796.3496 | 1005.483 | 13.21429 | 13412.5 |
[1] Los cambios en el salario hora, por construcción, deben estimarse en base a los trabajadores ocupados en todo el período.
[2] Notar que los trabajadores precarios en Argentina resultan más propensos a caer en la inactividad respecto desocupación durante periodos de recesión económica.
[3] A través de un test de medias por covariables determinamos que las personas encuestadas en 2019:I; 2019:II; 2019:III y 2019:IV resultan comparables entre sí. Este resultado, avalado por construcción de la EPH, nos permite suponer al trabajar con contra fácticos que los paneles interanuales confeccionados contienen a gente comparable entre sí.
[4] En otras palabras, el total de horas efectivamente trabajadas por los empleados formales cayeron más que la masa salarial.