Anticoncepción y relaciones intrafamiliares en tiempos de epidemia: el caso del zika en Colombia

Por Darwin Cortés, Luis Fernando Gamboa y Paul Rodríguez

Esta entrada está basada en un proyecto de investigación cuyos se resultados completos pueden consultar acá.

El control de la natalidad es uno de los hitos del desarrollo en el siglo XX. Sin embargo, varios factores pueden afectar hasta qué punto las mujeres controlan eficazmente el número de hijos que tienen. A nivel macroeconómico en los países en desarrollo, se ha mostrado que la planificación familiar ha tenido efectos más bien pequeños en la reducción de la tasa de fecundidad. A la vez se ha mostrado que posponer el primer hijo mejora varios resultados posteriores de las mujeres, en tanto que logran niveles de educación más altos y mejores empleos (Miller, 2010). A nivel micro, la evidencia reciente sugiere que las decisiones sobre fecundidad dependen en gran medida de las preferencias, de modo que el mero acceso a la anticoncepción no necesariamente  reduce los nacimientos (Ashraf et al., 2014). Además, las opciones de anticoncepción se ven afectadas por la distribución de información dentro de la pareja sobre el acceso a la anticoncepción y las diferencias sobre las expectativas de tener hijos entre los miembros de la pareja (Ashraf et al., 2014; Doepke y Kindermann, 2019). En conjunto, todos estos hallazgos sugieren que la escogencia de métodos de anticoncepción (y de tener hijos) está influida por factores como la información disponible, las expectativas individuales y el tipo d relación que tenga la pareja (la manera como se resuelven los conflictos, si ha habido eventos violentos en el pasado, etc.).

Con el fin de explorar el vínculo entre las expectativas de salud de los recién nacidos y las decisiones de fecundidad de las mujeres de acuerdo con la composición del hogar, explotamos este shock negativo causado por la epidemia del virus del Zika (ZIKV). El shock proviene del hecho de que el ZIKV está asociado con malformaciones neurológicas fetales (daño cerebral y microcefalia). Tal choque en las expectativas causó una reducción significativa en el número de nacimientos en los países tropicales afectados Gamboa y Rodríguez-Lesmes (2019); Quintana-Domeque et al. (2018).

Utilizamos datos de Colombia, uno de los países afectados por este brote en 2015-16. La estrategia empírica comienza con el análisis del efecto del ZIKV sobre la actividad sexual y el uso de anticonceptivos. El principal problema de identificación es la existencia de endogeneidad dada la correlación potencial entre la actividad sexual y el uso de anticonceptivos con la expansión de ZIKV. Por esta razón, usamos un enfoque de diferencia en diferencias endógeno que usa la expansión potencial basada en el medio ambiente del virus como un instrumento. Dados que estos factores tanto como los patrones de movilidad de la población explican la difusión del ZIKV y los comportamientos potencialmente reproductivos; es necesario contar con un instrumento que nos permita aislar esa parte de la prevalencia atribuida a las características naturales. Mediante el uso de un método no paramétrico, hacemos uso de variables geográficas para obtener la incidencia prevista del virus. El instrumento es la interacción de la incidencia prevista con una variable ficticia que indica el inicio del brote.

En nuestra base de datos combinamos información de salud sexual y reproductiva de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (DHS), una encuesta que se realiza cada 5 años para Colombia. La encuesta del DHS tiene un módulo específico sobre salud reproductiva y sexual que se implementa exclusivamente para las mujeres en 2009-2010, y en 2015-2016 este módulo también se aplicó a los hombres. La encuesta contiene información sobre el conocimiento, el uso de métodos anticonceptivos y la actividad sexual. Para controlar la presencia de estacionalidad y efectos específicos de cada región, también empleamos datos de la ola del DHS 2010-11. Combinamos esta información con datos administrativos sobre la incidencia de ZIKV durante 2016 a nivel municipal que ha sido recopilada del Servicio Nacional de Vigilancia en Salud (SIVIGILA).

En la figura que aparece aquí abajo se reporta la incidencia de los casos de zika entre los municipios del grupo de tratamiento (línea azul continua) y los del grupo d control (line azul punteada) y la información que tenemos para ambos grupos proveniente de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (barras grises y negras).

Tomado de Cortes, Gamboa, Rodriguez (2020)

Los resultados principales se reportan en las siguientes Tablas:

 

Tomado de Cortes, Gamboa, Rodriguez (2020)

En la Tabla de arriba (Table 5 del trabajo original) no se observan cambios de comportamiento asociado a la actividad sexual reciente ni a la anticoncepción, en promedio. Al abrir la muestra por grupo de edad y estado marital (si vive con una pareja o no), se observan algunos cambios en el uso de anticonceptivos, en especial entre las mujeres casadas más jóvenes.

En la Tabla de abajo (Table 6 del trabajo original) abrimos el uso de anticonceptivos en dos grupos de anticonceptivos: métodos de barrera  y otros métodos modernos (pastillas, inyecciones, parches, DIU, Norplant, esterilización). El resultado más sobresaliente es que hay una sustitución entre tipos de métodos: se dejan de usar métodos de barrera y se utilizan más los otros métodos modernos. Aunque los signos están presentes en todos los grupos de edad y estado marital, solo son significativos para las mujeres jóvenes y casadas.

Tomado de Cortes, Gamboa, Rodriguez (2020)

Al explorar las diferencias entre según estado marital y los grupos de edad (13-23; 24-39 y 40-49), así como el nivel de educación, nuestros resultados sugieren que la estructura del hogar puede afectar el tipo de respuesta porque las mujeres solteras reaccionan de manera diferente a las casadas. Nuestro principal hallazgo muestra que las mujeres solteras tienden a reducir la actividad sexual, aunque el efecto sólo es significativo para las mujeres de 40-49 años. En cambio, las mujeres casadas no reducen la actividad sexual, sino que tienden a aumentar el uso de anticonceptivos. El efecto es significativo para los grupos de edad, 13-23 y 24-39. Mirando cuidadosamente la sustitución entre los métodos, encontramos que las mujeres casadas sustituyen los métodos de barrera por otros métodos modernos que son más eficaces. Esta sustitución es significativa para las mujeres de 13 a 23 años más educadas. Llama la atención, que mientras las mujeres de casadas entre 40 y 49 años aumentan su actividad sexual, las mujeres solteras de ese mismo grupo de edad reducen su actividad.

Teniendo en cuenta estos resultados, analizamos en segundo lugar si los comportamientos al interior del hogar de las mujeres que viven con su pareja cambian debido al brote de virus. Examinamos diferentes formas de violencia y cambios en quién toma las decisiones de gasto. No encontramos ningún efecto. También analizamos las variables de la pareja de las mujeres en la encuesta. No hay ningún cambio en las variables de los hombres (ni en la actividad sexual reciente, ni en el uso de anticonceptivos de ningún tipo).  Solo encontramos un efecto para los hombres que son pareja de las parejas de mujeres casadas de 40 a 49 años. Ellos reducen la probabilidad de tener otras parejas sexuales.

Racionalizamos los hallazgos para las mujeres casadas utilizando un modelo de riesgo moral de anticoncepción. En el modelo, los miembros de la pareja tienen diferentes objetivos relacionados con la fecundidad. El marido tiene fuertes preferencias por tener un hijo, pero la esposa tiene información sobre el uso de anticonceptivos (el marido no). Tener un hijo es parte del contrato matrimonial, de tal forma que el marido se siente agraviado por no tener un hijo y, en consecuencia, puede convertirse en un marido «difícil» cuando no tiene hijos. El marido evalúa la probabilidad de que la esposa use anticonceptivos. En ese contexto, el brote de ZIKV aumenta la probabilidad de uso de anticonceptivos y reduce la probabilidad de que el marido se vuelva “difícil”. Contribuimos con la literatura sobre la información asimétrica en el contexto de las decisiones de fecundidad y la negociación al interior del hogar. Como resultado de las asimetrías de información, ciertas acciones o atributos se convirtieron en señales para determinar las interacciones sociales. Además del embarazo y el uso de anticonceptivos presentados en Ashraf et al. (2014), hay otros comportamientos en los que surgen acciones ocultas. Por ejemplo, los bajos niveles de pruebas del VIH en el África subsahariana pueden explicarse por la discriminación contra el VIH, cuando las pruebas actúan como señal de posible infección (Hoffmann et al., 2014; Derksen y van Oosterhout, 2016). En este trabajo mostramos cómo un choque externo repentino al sistema hace más notorios algunos de estos mecanismos.

Este trabajo aporta a la literatura acerca de cómo los brotes de virus desencadenan respuestas fuertes de corto y mediano plazo sobre una amplia gama de comportamientos humanos (Adda, 2007) y actividad económica (Adda, 2016). Al mismo tiempo, proporciona nueva evidencia para comprender cómo las personas se comportan en respuesta a situaciones donde las acciones ocultas están latentes. Aún tenemos evidencia limitada de cómo los hogares se han comportado frente a riesgos desconocidos causados por la epidemia más reciente, el virus COVID-19. La gran mayoría de países ha implementado restricciones a la movilidad que pueden tienen implicaciones sobre la actividad sexual y la demanda de anticoncepción por parte de los hogares dado que existe información limitada sobre las consecuencias del COVID-19 en los recién nacidos.

 

Referencias

 

Adda, J. (2007). Behavior towards health risks: An empirical study using the «mad cow » crisis

as an experiment. Journal of Risk and Uncertainty 35 (3), 285–305.

 

Adda, J. (2016). Economic activity and the spread of viral diseases: Evidence from high frequency

data. The Quarterly Journal of Economics 131 (2), 891–941.

 

Ashraf, N., E. Field, and J. Lee (2014, July). Household bargaining and excess fertility: An

experimental study in zambia. American Economic Review 104 (7), 2210–37.

 

Barron, K., L. F. Gamboa, and P. Rodriguez-Lesmes (2018). Behavioural response to a sudden

health risk: Dengue and educational outcomes in colombia. The Journal of Development Studies,

1–25.

 

 

Derksen, L. and J. van Oosterhout (2016). Love in the time of hiv: Testing as a signal of risk.

Technical report, The Field Experiments Website.

 

Doepke, M. and F. Kindermann (2019). Bargaining over babies: Theory, evidence, and policy

implications. American Economic Review 109 (9), 3264–3306.

 

Gamboa, L.-F. and P. Rodriguez-Lesmes (2019). The fertility-inhibiting effect of mosquitoes:

Socio-economic differences in response to the zika crisis in colombia. Economics and Human

Biology 35, 63–72.

 

Hart, O. and J. Moore (2008). Contracts as reference points. Quarterly Journal of Economics

123 (1), 1–48.

 

Hoffmann, V., J. R. Fooks, and K. D. Messer (2014). Measuring and mitigating hiv stigma: a

framed field experiment. Economic Development and Cultural Change 62 (4), 701–726.

 

Miller, G. (2010). Contraception as development? new evidence from family planning in colombia.

The Economic Journal 120 (545), 709–736.

 

Quintana-Domeque, C., J. R. Carvalho, and V. H. de Oliveira (2018). Zika virus incidence, preventive and reproductive behaviors: Correlates from new survey data. Economics & Human

Biology 30, 14–23.

 

 

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